viernes, 27 de febrero de 2015

Raymundo González: “Si llamamos trinitarios a los nueve fundadores, tenemos que decir que eran un grupo de amigos, más que una élite”

Raymundo González: “Si llamamos trinitarios a los nueve fundadores, tenemos que decir que eran un grupo de amigos, más que una élite”

SANTO DOMINGO, (Rep. Dominicana).- Contrario a lo que algunos historiadores documentan, Raymundo González entiende que los trinitarios no pertenecían precisamente a una élite burguesa. Argumenta que la insuficiencia de recursos económicos fue uno de los factores que los hizo perder poder político durante y después de la declaración de Independencia.
De este modo, aunque los trinitarios cosecharon la soberanía, como grupo no lograron una permanencia sólida en el escenario político que siguió a la gesta de febrero de 1844. “Los que pusieron los medios económicos y las armas fueron los del grupo que se adueñó de su trabajo: los afrancesados, encabezados por Bobadilla, Báez y Santana, que era un recién llegado”, afirma el historiador.
¿En qué contexto y cómo se elige a los padres de la Patria?
La trilogía de los padres de la Patria surge al final de la época de Lilís. Se aproximaban los 50 años de la Independencia, ya en 1894, y había que buscarle un equilibrio a la disputa alrededor de Sánchez y Duarte, los dos que, entre la intelectualidad, se disputaban ser padre de la Patria.  En el 94 estaba claro que la primacía le pertenecía a Duarte. No era un tema de discusión. Pero medir a los héroes era complejo. Se tenían que medir por sus méritos en los hechos y Duarte era un patriota al que le daban el mérito de concebir la fundación de la República, pero no estuvo presente. ¿Quién estaba presente? Se suponía que Sánchez. Se suponía, digo, porque ahora sabemos que tampoco Sánchez encabezó la puesta de la bandera ni el discurso del Parque Independencia el 27 de febrero. Eso le tocó a Tomás Bobadilla, que fue el jefe de ese momento. Le hubiera tocado a los trinitarios, que fueron los que hicieron el trabajo, pero no fueron ellos. Sánchez era la segunda figura, la que estaba en el momento a cabeza de los trinitarios, y también se le atribuía la paternidad de ese momento.
"Medir a los héroes era complejo. Se tenían que medir por sus méritos en los hechos y Duarte era un patriota al que le daban el mérito de concebir la fundación de la República, pero no estuvo presente". 
¿Por qué ni siquiera se consideró a Bobadilla?
Bueno, Bobadilla era el jefe del partido anexionista. Y él fue quien hizo anteponer la palabra separación al lema de los trinitarios, que era Dios, Patria y Libertad. El aporte de Bobadilla fue poner ambigüedad en un lema que era claro y que para los trinitarios significaba independencia absoluta. Anteponerle separación era como decir “nos separamos”, que no necesariamente es "nos independizamos". La separación estaba comprendida en el Plan Levasseur, que era el interés de los afrancesados, encabezados por Bobadilla. Pero el trabajo de Independencia fue hecho por los trinitarios exclusivamente. Y Sánchez y Duarte eran las dos figuras. En el 94 se establecieron tres padres de la patria para evitar que hubiera un binomio.
¿Cuál era el problema de tener un binomio?
El  tres tiene connotaciones que remiten a La Trinitaria. Estaba la Trinidad de Dios. El tres es un número perfecto, matemáticamente hablando. Había muchas razones. Pero sobre todo, matizar esa rivalidad entre sanchistas y duartistas.
Si le hubiese tocado elegir al Padre de la Patria, ¿elige tres?
Bueno, no necesitamos tantos padres de la Patria ni tantas vírgenes matronas. Duarte es el fundador de la República. No tengo dudas. Y todos colaboraron. Creo que Pina y Pérez están en primera fila, junto Sánchez, Mella y la mayoría de los trinitarios. Con excepción de Abad Alfau, que traicionó, la mayoría continuó identificada con este ideal.
¿Este afán por el tres y la trilogía de algún modo supuso una injusticia para otros trinitarios que tuvieron tantos méritos como Mella, por ejemplo?
No creo que haya que verlo desde ese punto de vista. El mejor estudio de esto recoge un debate amplio que hubo en los años setenta; es el libro El mito de los padres de la patria, de Juan Isidro Jimenes Grullón. El debate fue básicamente entre Jimenes Grullón, que era duartista, Carlos Sánchez y Sánchez (descendiente de Francisco del Rosario Sánchez) y Ramón Lugo Lovatón, hijo de Américo Lugo, que fue sanchista siempre.
¿Hay otro héroe de la Independencia con méritos tan plausibles como los de los que conforman la trilogía?
El debate sobre quiénes deben estar en el Panteón de la Patria no me gusta. Es como escamotear a unos y a otros y no tiene solución. Siempre vamos a ser injustos y no se puede resolver. Además, no es importante. En el siglo XIX la búsqueda de quiénes deberían estar o no en el panteón sirvió para escamotear otra realidad, que era la transformación de la sociedad en una sociedad burguesa. Creo que era uno de esos debates que se arman para esconder o pasar por alto algunas cosas que estaban sucediendo en la sociedad. Entonces, no es tan importante, no tenía significación social. La gente sabía que tenía en su familia un febrerista, los había de todos los colores. La mayor parte, por supuesto, vino del sector de los trinitarios.
"Creo que era de esos debates que se arman para esconder o pasar por alto algunas cosas que estaban pasando en la sociedad. Entonces, no es tan importante, no tenía significación social".
¿Por qué la independencia de febrero del 1844 y la efímera fueron gestadas por una élite si los libertadores tenían como estandarte mejorar la economía y abolir la esclavitud o garantizar que no retornara?
Sí, el regreso a la esclavitud era un riesgo y eso es lo que los trinitarios plantearon que no iba a pasar. En el último momento se unen los negros de Montegrande, que era lo que hoy es Villa Mella, que tenían planeado apoyar a los haitianos, pero fueron convencidos por Mella. Los trinitarios son los que tienen la conexión social y la élite está formada, sobre todo, por los afrancesados y los que estaban pensando en una alianza con Inglaterra, porque hubo varios proyectos… En la élite burguesa había  afrancesados, proingleses, prohaitianos. Los trinitarios sí querían formar una nación moderna, liberal, romántica, que tuviera una identidad propia y Duarte tenía una noción de pueblo-nación clave. Se perdió mucho de cómo Duarte concebía esto, sobre todo porque el archivo de él fue quemado...
Con respecto a la independencia de Núñez de Cáceres, eso fue otra cosa. Él cometió muchos errores. No declaró la libertad de los esclavos. Era hacendado y no quería afectar los intereses de su clase y, en ese momento, el capital de los hacendados eran los esclavos. Personalmente él le dio la libertad a sus esclavos, pero no declaró la independencia junto con la emancipación de los esclavos, que eso le hubiera dado popularidad.
Y fíjate que no pudieron conseguir dinero. Ellos lograron formar una conciencia social de independencia, pero no pudieron tener un papel equivalente a su trabajo, porque no tenían los medios económicos ni las armas.
¿Entonces los trinitarios pertenecían o no a una élite en ese momento?
Si llamamos trinitarios a los nueve fundadores, tenemos que decir que eran un grupo de amigos, más que una élite. Estaban todos emparentados: eran primos, novios de las hermanas… pero no se quedó ahí. El último año, que fue el más intensivo en la campaña de propaganda revolucionaria, se distribuyeron en el territorio, haciendo tareas. Por ejemplo, todo el trabajo con los afrancesados lo lleva Sánchez. Mella ve que él se está acercando demasiado a los afrancesados y que está demasiado conteste con ellos, y le escribe una carta a Duarte diciendo que Mella está en pasos raros. Y lo mismo hace Sánchez. Le escribe una carta a Duarte diciendo que Mella está acercándose demasiado a los comerciantes de Santiago. No sabemos si Duarte respondió.
Pero bueno, volviendo a la pregunta, tenemos que decir que algunos de ellos pertenecían a la élite comercial. Juan Isidro habla de una burguesía comercial, pero yo diría que no. Fíjate que Juan José Duarte, cuando muere, a su hijo le deja una casa, y fue de los bienes que Duarte dijo que vendieran para conseguir dinero para la revolución, que no pudieron lograr. Ellos lograron formar una conciencia social de independencia, pero no pudieron tener un papel equivalente a su trabajo, porque no tenían los medios económicos ni las armas. Los que pusieron los medios económicos y las armas fueron los del grupo que se adueñó de su trabajo: los afrancesados, encabezados por Bobadilla, Báez y Santana, que era un recién llegado.

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