1 Agosto 2012, 9:52 PM
El Caballo de Troya
Al día de hoy el PRD tiene mayor fuerza individual que el PLD
Juan Bosch abandonó el país a finales de 1966, meses después de
que Joaquín Balaguer tomara el poder y comenzara su larga tarea de
“pacificar” el país eliminando cientos de jóvenes que luchaban por un
mejor país.
La ausencia del liderato de Bosch significó la pérdida de la gran sombrilla que representa un ex Presidente de la República.
Ello se tradujo en mayor facilidad para que Balaguer, los militares acomplejados por su falta de valor en la guerra de 1965 y su traición a la Patria, actuaran con la impunidad que le dejaba jugar sin un rival de su nivel.
Entonces cuando José Francisco Peña Gómez y un grupo de jóvenes decidimos mantener viva la llama del ejercicio de los derechos humanos y constitucionales, para fortalecer la democracia y la libertad por la que habíamos luchado hasta la guerra.
Bosch regresó en 1970 justo a tiempo para encestar el canasto de la reelección en una extraña “coincidencia” con algunos “izquierdistas” que sostenía que “los electoreros son traidores”, abstención que sólo beneficiaba, como siempre, a Balaguer.
Para las elecciones de 1974 se crea una formidable compactación de fuerzas opositoras que, de seguro, derrotaría la reelección, pero nuevamente Bosch le hace el juego a Balaguer, torpedea el Bloque de la Dignidad Nacional y saca al PRD de la carrera por el poder. ¡Caramba, cuánta coincidencia”. Si me engaña una vez sinvergüenza él, si me engaña dos veces…
Entonces surge el Partido de la Liberación Dominicana cuyo blanco a derrotar era el Partido Revolucionario Dominicano. Así como obras son amores y no buenas razones, los hechos y sus resultados son la mejor prueba.
Para las elecciones de 1978 hubo en el incipiente PLD duras críticas soterradas contra Bosch por su pasividad ante el gobierno de Balaguer.
Para 1982, los cañones verbales de Bosch se cebaron de la política de Antonio Guzmán y enamoraron, como los ratones que soplan cuando “ruyen” para engañar y adormecer… y el PLD creció a costa del PRD.
Volvió a crecer el PLD en 1986, en el 90, en el 94 y la antigua y vigente alianza Balaguer-Bosch posibilitó que el PLD fuera gobierno en 1996.
Aún así, al día de hoy el PRD tiene mayor fuerza individual que el PLD.
Leonel Fernández continúa la tarea fundamentalista del partido único y preeminente, aunque para ello se revierta la democracia y continúe el engaño al pueblo a nombre de una moral verbal nunca practicada ante el brillo del dinero del erario. Es lo que persigue Leonel Fernández al someter a Miguel Vargas para que cumpla sus designios.
Los perredeístas que vean claro y no se dejen engañar.
¡Fuera la alianza malsana Leonel-Miguel¡
¡Que viva el auténtico PRD!
La ausencia del liderato de Bosch significó la pérdida de la gran sombrilla que representa un ex Presidente de la República.
Ello se tradujo en mayor facilidad para que Balaguer, los militares acomplejados por su falta de valor en la guerra de 1965 y su traición a la Patria, actuaran con la impunidad que le dejaba jugar sin un rival de su nivel.
Entonces cuando José Francisco Peña Gómez y un grupo de jóvenes decidimos mantener viva la llama del ejercicio de los derechos humanos y constitucionales, para fortalecer la democracia y la libertad por la que habíamos luchado hasta la guerra.
Bosch regresó en 1970 justo a tiempo para encestar el canasto de la reelección en una extraña “coincidencia” con algunos “izquierdistas” que sostenía que “los electoreros son traidores”, abstención que sólo beneficiaba, como siempre, a Balaguer.
Para las elecciones de 1974 se crea una formidable compactación de fuerzas opositoras que, de seguro, derrotaría la reelección, pero nuevamente Bosch le hace el juego a Balaguer, torpedea el Bloque de la Dignidad Nacional y saca al PRD de la carrera por el poder. ¡Caramba, cuánta coincidencia”. Si me engaña una vez sinvergüenza él, si me engaña dos veces…
Entonces surge el Partido de la Liberación Dominicana cuyo blanco a derrotar era el Partido Revolucionario Dominicano. Así como obras son amores y no buenas razones, los hechos y sus resultados son la mejor prueba.
Para las elecciones de 1978 hubo en el incipiente PLD duras críticas soterradas contra Bosch por su pasividad ante el gobierno de Balaguer.
Para 1982, los cañones verbales de Bosch se cebaron de la política de Antonio Guzmán y enamoraron, como los ratones que soplan cuando “ruyen” para engañar y adormecer… y el PLD creció a costa del PRD.
Volvió a crecer el PLD en 1986, en el 90, en el 94 y la antigua y vigente alianza Balaguer-Bosch posibilitó que el PLD fuera gobierno en 1996.
Aún así, al día de hoy el PRD tiene mayor fuerza individual que el PLD.
Leonel Fernández continúa la tarea fundamentalista del partido único y preeminente, aunque para ello se revierta la democracia y continúe el engaño al pueblo a nombre de una moral verbal nunca practicada ante el brillo del dinero del erario. Es lo que persigue Leonel Fernández al someter a Miguel Vargas para que cumpla sus designios.
Los perredeístas que vean claro y no se dejen engañar.
¡Fuera la alianza malsana Leonel-Miguel¡
¡Que viva el auténtico PRD!
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