LOS DIOSES SUMERIOS
|
||||
Ignacio Ondargáin
NACIONALSOCIALISMO. Historia y Mitos
Los dioses sumerios
LOS DIOSES SUMERIOS
1- El saqueo de Irak en 2003
2- El conocimiento que viene de Sumer
3- El primer “humano”
1- El saqueo de Irak en 2003
Cuando
en 2003, el Poder Mundial invadía
Irak para “democratizar” el país, las fuerzas de
ocupación permitieron y facilitaron el expolio que se cernió
sobre el patrimonio iraquí. Nada les importaba a los
“demócratas” violar la “Convención de La Haya”
de 1954, inventada por ellos mismos, en lo que se
refiere a la protección de tesoros artísticos en tiempos de guerra.
Este
tipo de resoluciones, sabemos que
están hechas para castigar a los malos, pero el
Sistema que domina el mundo sólo ve crímenes en quienes se oponen a él y
nunca
en los serviles “demócratas” que cumplen fielmente sus
órdenes.
El
80 % de los 170.000 objetos guardados
en el Museo Nacional de Antigüedades de Bagdad fueron
robados o destruidos durante esta acción criminal de saqueo y
destrucción.
Siguiendo
la lógica racionalista y del
materialismo dialéctico, podríamos ver tras este
saqueo un mero interés económico. Es decir, habrían grandes intereses
arqueológicos
y de coleccionistas de antigüedades en el saqueo de
estos bienes para su comercialización. De hecho, arqueólogos del
Instituto
Arqueológico de América han protestado ante la
política llevada a cabo por las fuerzas de ocupación en Irak. La
presidenta
de este instituto, Patty Gerstenblith, ha dicho: “La
agenda de la American Council
of Cultural Policy (Consejo Americano de Política
Cultural) o ACCP, es promover las colecciones de antigüedades
debilitando
las leyes de países ricos en restos arqueológicos para
eliminar la posesión nacional de sus antigüedades y permitir la
exportación”.
Los coleccionistas más influyentes del mundo, abogan
por condiciones menos restrictivas por parte del gobierno iraquí para
la posesión y la exportación de antigüedades y tratan
de “persuadir” al gobierno USA para que permitan el traslado
“legal” del patrimonio iraquí sin limitaciones de
ningún tipo.
Esto
está claro y es evidente. Existe
un interés económico en el saqueo de las antigüedades
iraquíes. Pero, ¿hay un interés oculto tras estas actuaciones
aparentemente
caóticas?.
2- El conocimiento que viene de Sumer
Ciertamente,
la traducción de algunas
tablillas (actualmente eliminadas de la existencia por
el Poder Mundial), realizadas por lingüistas destacados como Samuel
Noah Kramer y Zecharía Sitchin, muestran una
civilización sumeria muy avanzada. Kramer afirma que “los sumerios, con la ayuda de sus dioses, especialmente Enlil (el Rey del Cielo y la Tierra), transformaron
una tierra llana, árida y azotada por los vientos en un reino fértil y floreciente”.
Diversos
autores como Zecharia Sitchin,
han descubierto en los textos sumerios aparatos como
cohetes y naves de los dioses. ¿Son descripciones de una civilización
de origen extraterrestre que se desarrolló en esa zona
del mundo hace más de 5000 años?.
Alan
Alford, nos dice que toda la vida
sumeria giraba en torno a sus dioses. Estos tenían
cuerpo físico y a ojos de los sumerios eran los An.Unna.Ki, literalmente
“aquellos que vinieron del Cielo a la Tierra”. Estos
dioses instruyeron al pueblo en la construcción de templos
en lugares escogidos. Con el tiempo, se desarrollaron
diversas confrontaciones bélicas entre los dioses. En la región del
Mar Muerto se han encontrado evidencias de una
confrontación nuclear en torno al 2040 a.C. En esta región se conservan
aún
anomalías radioactivas y partículas nucleares. La onda
nuclear originó un ciclón radioactivo que acabó con la civilización
sumeria. Un texto sumerio dice: “En
la tierra cayó una calamidad, una desconocida
para el hombre, una que no se había visto nunca
antes... una gran tormenta del cielo... una tormenta que aniquiló toda
la
tierra... un viento diabólico como un torrente
enfurecido... acompañada de un calor abrasador... durante el día robó a
la
tierra de su sol reluciente, por la noche las
estrellas no brillaban... La gente aterrorizada, no podía apenas
respirar...
Las bocas se llenaron de sangre... hizo que las casas
se abandonaran... los ríos de Sumeria afluían con aguas amargas... los
pastos crecían con hierba marchita... Los dioses
evacuaron Uruk, se escondieron en las montañas, escaparon más allá de
las
lejanas llanuras...”.
Las
narraciones sumerias sobre “aquellos
que llegaron del cielo” se interrumpen en este punto.
Los supervivientes al Armagedón nuclear de los Anunakis sufrieron
un retroceso enorme, sumiéndose en el caos y la
confusión.
Gracias
al esfuerzo de los elementos
más conscientes de la humanidad, el conocimiento de
los dioses sobrevivió en el mundo por vía de varias formas de esoterismo
y sociedades secretas, como las Escuelas de Misterio
de Egipto y la escuela de Pitágoras. Pero sobre el mundo se cernía la
sombra de la contra iniciación...
La
biblia judía, según diversos autores,
está escrita sobre conocimientos históricos e
iniciáticos del pasado. Pero el libro judío no sería la misma gnosis,
sino que
en él, el conocimiento habría sido pervertido y
adulterado con una intención maligna.
En
Génesis 6 se habla de Dios, o Nefilim,
en sus versiones más antiguas. En realidad la biblia
judía está refiriéndose a una versión de los Anunakis sumerios cuyo
término
Sitchin traduce como “los que descendieron”.
En
libros posteriores de la biblia judía
vemos cómo el judío extrae conocimientos de los
antiguos egipcios. Estos, los egipcios, obtuvieron el conocimiento de
culturas
más antiguas: Babilonia y Sumeria. Los diez
mandamientos de la biblia judía son una réplica calcada de un pasaje de
el Libro
Egipcio de los Muertos.
En
definitiva, el descubrimiento arqueológico
del mundo antiguo y la traducción de sus tablillas,
textos y demás registros, nos mostró que la biblia judía (el Antiguo
Testamento)
es un mero calco de historias mucho más antiguas. Fue
un duro golpe contra el Pentateuco (los cinco primeros libros de la
biblia judía), que se confirmó cuando en 1880 el
investigador alemán Julius Welhausen publicó Prolegomena to the History
of
Israel. En él recogía evidencias de que Moisés no pudo
escribir esos textos capitales. Welhausen defendía incluso la hipótesis
de que estos relatos que hablan de los Elohim o Seres
Brillantes equivalentes a los Anunakis, procedían de fuentes más
antiguas,
más tarde identificadas con Sumer.
En
1882, Ignatius Donnelly escribe su
obra maestra Atlantis: The Antediluvian World. En él
habla de la necesaria recuperación de la “Religión-Ur” aria,
el culto prehistórico que concede una experiencia
directa con la divinidad (Dios) a través de las prácticas y los ritos
iniciáticos.
También se trata de el “Lenguaje de Ur”, conocido como
la “lengua de los pájaros”, el idioma original
que se hablaba en el Paraíso antes de la expulsión de
Adán y Eva.
En
estos años es cuando empieza a vislumbrarse
en el horizonte de Alemania el renacer del hombre
ario. Las naciones arias aguardaban al Enviado que ha de conducir al
hombre
al reinado de los dioses de la antigüedad y, sobre
todo, al conocimiento que convierte a uno mismo en dios.
Según el erudito germano Samuel Kramer,
la palabra “Nazi” viene del nombre de uno de los ocho dioses creados
por la diosa sumeria Ninharsug.
3- El primer “humano”
El
padre de los Anunaki se llamaba An
(o Anu en arcadio), vivía en el cielo (Nibiru) y
visitaba la Tierra y otros lugares de nuestro sistema solar muy de vez
en
cuando, acompañado de su esposa Antu. Su templo en la
ciudad de Ur recibía el nombre de E.Anna, “La casa de An”.
Los sumerios la demominaban también como “La Casa para
Descender del Cielo”.
Anu tuvo dos hijos que vinieron a nuestro
planeta: Enki, el primogénito y Enlil.
En
un principio Enki tomó el mando en
la Tierra, aunque pronto, por orden de su padre, fue
sustituido por Enlil. Entre ellos tenían diferencias referentes a las
reglas de sucesión de los dioses, determinadas estas
por la pureza genética.
Enki tuvo un papel decisivo en la creación
del hombre.
Los
textos sumerios hablan de la necesidad
de crear trabajadores en la Tierra para los
yacimientos de oro “dándoles la imagen de los dioses” y suficiente
inteligencia para utilizar herramientas. Enki y su
medio hermana Nin.Har.Sag (Señora de la Montaña Primordial) hicieron
diversos
experimentos genéticos. Tras varios intentos
fracasados, consiguieron dar con un espécimen apto para el trabajo de
las minas.
Lo llamaron Lu.Lu, o “uno que ha sido mezclado”. Era
el primer “humano”.
Estos son los “terrestres”,
los “esclavos de la Atlántida” de que nos habla Miguel Serrano: “Existirían
varias humanidades. La humanidad divina de los
hiperbóreos, la semidivina de los héroes descendientes de los divinos
mezclados
y la de los animales-hombres, los sudra, los pasu,
“los esclavos de la Atlántida”, tal vez los “robots”
de la Atlántida, que sobrevivieron de algún modo a su
hundimiento” (NOS,
libro de la Resurrección. Miguel Serrano). Tras el hundimiento de la Altántida, continúa diciendo Serrano, en la superficie
de la tierra “hay
seres extraños, irreconocibles (¿Evenor, Leucippe, Clito?).
Algunos de los extraterrestres se enamoran de las
hijas de los hombres. Lucifer y sus huestes entran en la Tierra Hueca,
interior,
donde construyen las ciudades de Agarthi y Shamballah.
Allí esperan poder rescatar a los que involucionaron en semidivinos,
mezclándose con los terrestres”.
La
mezcla entre divinos y “humanos”
da lugar a la “humanidad”. Una humanidad en la que
hallamos razas mixtas, mezcladas, más o menos puras. Entendemos
que esta es una cuestión muy delicada y no pretendemos
establecer como definitiva una idea sin tener fundamento firme, pero
hemos de tener en cuenta que los textos sumerios son,
además de históricos, los textos más antiguos de la humanidad, por lo
que hemos de concederles un estimable valor. Esta
cuestión tratada por las tablillas sumerias podría ser una explicación
de
la radical diferencia existente entre las diferentes
razas humanas. Producto de la mezcla entre elementos divinos y humanos,
hallamos espíritus divinos, razas celestes, encarnados
en trozos de barro (materia demiúrgica): “ángeles caídos”.
Almas caídas en el mundo.
Se
comprende aquí el interés del Poder
Mundial por ocultar todo este “misterio” del común de
los mortales y cómo en 2003, cuando invade Irak, se esfuerza
por sustraerlo. Es el mismo Poder maligno que domina
el mundo y que ya hace siglos incendió la Biblioteca de Alejandría,
donde
se hallaba guardado el conocimiento del hombre y la
historia y la prehistoria de la humanidad. Lo mismo sucedió cuando los
marxistas chinos invadían Tíbet buscando y destruyendo
los textos sagrados de relatos antiguos. O lo que sucedió con los
Códices
Mayas que nos hablaban de la historia del mundo... y
así tantos y tantos casos.
Si
bien el rostro del Poder Mundial es
múltiple, la mano que se halla tras estos rostros es
siempre la misma. A nadie parece extrañarle la alianza
marxista-capitalista
de la Segunda Guerra Mundial. Vaya, ¿no nos habían
contado acaso que eran movimientos antagónicos?. A la hora de la verdad
se ve quién se halla tras las diversas ideologías
modernas como el marxismo, el liberalismo, la democracia-cristiana, el
anarquismo...
El
Poder Mundial se esfuerza por crear
un mundo insustancial donde el hombre viva
perfectamente ignorante de la historia, e ignorante de su verdadera
naturaleza
y de sí mismo. Para ello, es importante destruir el
conocimiento de la verdadera historia del mundo, no sea que el hombre,
al conocer el origen, pueda llegar a plantearse
cuestiones “desagradables” y despierte del sueño de milenios.
Esto
nos recuerda al relato del Paraíso
en la biblia judía. Cuando el hombre toma del árbol de
la ciencia del bien y del mal, Jehová le expulsa del jardín del Edén:
“Y Jehová pasó a
decir: “Mira que el hombre ha llegado a ser como uno de
nosotros, conocedor del bien y del mal. No vaya a ser
ahora que tienda la mano del árbol de la vida y comiendo de él viva
para siempre”. Jehová lo echó del jardín del Edén,
para que cultivara el suelo del que había sido tomado. Expulsó al
hombre del Jardín del Edén y puso delante de él dos
querubines blandiendo flameante espada para guardar el camino al árbol
de la vida”. (Génesis 3, 24).
La
humanidad actual estaría conformada
sobre un elemento luciferino, “el fuego de los
dioses”, el electrón de los dioses. La recuperación de este poder
ha de restablecer en el hombre la dignidad divina que
por naturaleza le corresponde.
Ya
hemos explicado cómo el Sistema, el
Poder Mundial, se esfuerza en mantenernos en los
parámetros de un mundo insustancial, distrayéndonos con mil malabarismos
para evitar que despertemos al conocimiento. No
obstante, la parte más consciente
de nosotros mismos lucha por restablecer el estado de gracia que nos liga al reino de los dioses.
Porque
en lo más profundo de nosotros
mismos alumbra el fuego antiguo de la raza de los
dioses. Cuando, por las diversas circunstancias de la vida, este fuego
antiguo
consigue brillar en nuestras vidas, el mundo pareciera
detenerse y la percepción del tiempo se distorsiona. Recuperar este
fuego nos permite vivir y sentir como un dios: ser un
dios. Este es el sentido del fuego olímpico de la antigua Grecia. Igual
que aquellos héroes antiguos, alcemos y enarbolemos la
antorcha, el fuego de los dioses, para poder llegar a ser, en verdad,
hombres libres.
|
Medio de difusión de los acontecimientos culturales, sociales, históricos, políticos, económicos, La Vega, la Región y el País, para su estudio, conocimiento y divulgación
sábado, 25 de agosto de 2012
LOS DIOSES SUMERIOS
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario