martes, 3 de marzo de 2015

La sociología de lo social: El pensamiento sociológico frente a un nuevo ciclo planetario


La sociología de lo social: El pensamiento sociológico frente a un nuevo ciclo planetario

Publicado por: Gino Bailey Bergamin

http://ssociologos.com/2015/02/26/la-sociologia-de-lo-social-el-pensamiento-sociologico-frente-a-un-nuevo-ciclo-planetario/ 

La sociología, cuantitativa – cualitativa, ha desarrollado gran parte de su corriente de pensamiento alojado en el lenguaje. Existe un principio epistemológico y ontológico de la realidad social, que independiente del recorrido y de la historia del pensamiento , se ha relacionado con el lenguaje escrito como una manera de sintetizar  descripciones y conceptualizaciones profundas del problema sociológico.
buda-sabiduria
La “articulación semántica” del lenguaje, ha escondido una selectividad de información de lo “social”, inminentemente evidenciada por la omisión de la conexión con “lo social”.  La objetividad del pensamiento, llevó por mucho tiempo un desgaste frente a la concepción planimétrica de la realidad y el “hecho” durkheimiano, confundió cientificidad con distanciamiento de lo social. Claramente, las metodologías cuantitativas hacen gala de la enunciación de un lenguaje acabado en una mediación científica, sin que podamos revisar el fenómeno social de aquello que estamos cuantificando. Las encuestas aún son efectivas, eso transparenta el hecho que lo social consta de distanciamiento y no de objetividad.
Dentro del pensamiento Vaisésika (Vaiśeṣika Sūtra), el lenguaje, y más específicamente, la palabra,  está en constante correspondencia con lo que se dice de la palabra. Es decir si mencionamos “hombre ” ciertamente es tan real porque el lenguaje le da vida vibracionalmente. Por contraparte, el pensamiento sólo-conciencia del budismo zen, ubica la articulación semántica, como un absurdo que no se sustenta por sí mismo, porque en realidad lo que hace el lenguaje respecto a lo que se dice es producir una abstracción atomicista y único de una realidad distanciada de la palabra. Claramente el budismo zen concibe la realidad como una articulación impermanente, frente al vacío y más precisamente al sunyata (śūnyatā), el estado originario (vacío) permanente donde todas las cosas están libremente fusionadas.
La riqueza ontológica y epistemológica del budismo, es algo que la sociología no se ha detenido a observar debido a lo radical de las concepción del conocimiento. Sin embargo, existen al menos dos cuestiones elementales en el budismo que la sociología debiera considerar como principio de conocimiento: la dinámica de la realidad social (1) y los conceptos relacionales fenoménicos de aquello que llamamos social, como algo más profundo, vinculador, recíproco y relacional (2)
La sociología se ha habituado conceptualmente a enfriar el termodinamismo de los fenómenos, la emergencia y su enacción en red.  El observador  se encuentra en una relación emergente cuando investiga con el fenómeno y jamás el ojo observador, el oído que escucha y transcribe una entrevista o el cruce analítico bivariado por una T de student, se podrá abstraer de eso.  El distanciamiento de lo social ha consolidado un arraigo al lenguaje sociológico – descriptivo y analítico- que no se ha detenido a descansar sobre la interacción social del problema sociológico, que por lo general tiene una virtud: ser un problema social.
Desde los orígenes del pensamiento sociológico,  no podríamos entender a Marx sin un compromiso sobre el problema social de la pauperización del trabajo , la alienación del mismo, y el gran hallazgo frente a la acumulación del capital que le involucró.  Posiblemente conceptos como la fuerza del trabajo y la teoría del valor, quedaron plasmado en el lenguaje sociológico por mucho tiempo, abstrayendo la relación social del sociólogo con una realidad dinámica en constante transformación. Igualmente,  Marx no previó un distanciamiento sino todo lo contrario, más allá de la problemática de la “articulación semántica” sobre una realidad que en el emerger no es más que un fenómeno y no un cristal esencial permanente.
El flujo de con

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