¿Qué peligro tenía el vino que tomaban los ricos en la Antigua Roma?
En esto del buen beber, como casi todo en la vida, todo depende de la cantidad y de la calidad. Y el vino no iba a ser menos.Dejando a un lado la cantidad, porque después de cierto número de copas da igual si es un vino peleón del que mancha los vasos -porque el peleón se bebe en vaso- o es del que se bebe en copas de cristal Swarovski, y dando por hecho que, como parece lógico, los poderosos y ricos de la Antigua Roma tenían acceso y tomaban el mejor vino que se elaboraba en todo el imperio, ¿qué peligro podían tener esos caldos? Pues el azúcar de plomo, el primer edulcorante artificial de la historia.
En la Antigua Roma era muy raro el consumo de vino sin mezclar y lo más normal era rebajarlo con agua. Y así lo hacían los plebeyos.
Los emperadores, las familias más pudientes y todos aquellos con posibles, gustaban de deleitarse con otras recetas más elaboradas y exquisitas, como rebajarlo con sapa.
Este preparado se obtenía mediante la cocción del mosto hasta reducirlo 2/3 partes. De hecho, en las recetas que han llegado a nuestros días, se especificaba que debían utilizarse ollas de plomo porque lo endulzaban.
El dulzor de la sapa se debía al acetato de plomo, un compuesto químico que se forma en el proceso de cocción del vino en ollas de plomo. Incluso consiguieron elaborar su forma cristalina, el llamado azúcar de plomo, y utilizarlo como edulcorante artificial.
Además de para rebajar el vino, también utilizaban la sapa como aderezo de muchos platos, por lo que el plomo ingerido en los pantagruélicos banquetes regados generosamente con vino podría haber sido el responsable de los frecuentes problemas de salud entre los emperadores (Tiberio, Calígula, Claudio, Nerón…) y los nobles.
Dolores de cabeza, irritabilidad, depresión, esterilidad, gota… e incluso la muerte en dosis muy altas, fueron las consecuencias de esta ingesta masiva de plomo a través del vino.
En los años ochenta, el científico canadiense Jerome O. Nriagu, tras estudiar los hábitos y las costumbres de vida de los emperadores de las dinastías Julio-Claudia y Flavia, concluyó que el 70% sufrían de gota y otros síntomas propios de la intoxicación crónica por plomo.
Una cucharadita de sapa diaria habría sido más que suficiente para causar una intoxicación crónica por plomo.
Pero Nriagu fue un poco más allá, haciendo responsable a la intoxicación por plomo o saturnismo (llamado así porque los antiguos alquimistas llamaban saturno al plomo) de la caída del Imperio romano.
Aunque añadiésemos al plomo ingerido por el vino y la comida que algunas canalizaciones de agua estaban recubiertas de este elemento, e incluso que en la elaboración de algunos de los cosméticos utilizados por las cortesanas de Roma también se utilizaba el plomo, creo que sería muy difícil defender la teoría del doctor Nriagu.
Pero lo que sí está meridianamente claro es que ser un “morroputa” -en mi pueblo llamamos así a los sibaritas- te puede costar caro, porque no hay nada más valioso que la salud.
http://vivancoculturadevino.es/blog/2015/03/30/peligro-vino-tomaban-ricos-antigua-roma/
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