Historia Dominicana en Gráficas
Historia de Santiago de los Caballeros. Un poco largo, PERO SIN DESPERDICIOS....Muy interesante y completo
Época precolombina
Antes de la llegada de los españoles a la isla en 1492, la actual provincia de Santiago fue hábitat de diversos grupos indígenas. Como acontece en toda la región del Cibao, los primeros habitantes de la provincia DATAN del siglo II después de Cristo. Hay dos importantes yacimientos arqueológicos de los primeros pobladores de la provincia; estos son La Rusilla, situado a más de 3,045 metros sobre el nivel del mar; en la Cordillera Central, y el otro es la Cueva de Yabanal, localizada en el paraje Rincón de Yabanal. Según las referencias del reconocido cronista español del siglo XVI Fray Bartolomé de las Casas.
Santiago formaba parte de dos cacicazgos, el de Maguá, que era dirigido por el cacique Guarionex, y el de la Maguana, cuyo cacique principal era Caonabo.
El primero de ambos reinados estaba compuesto por aborígenes de la cultura ciguaya. El segundo, en cambio, estaba constituido por habitantes de la cultura taína, que era la más difundida en la isla de Santo Domingo a la llegada de COLÓN en 1492.
Fundación de Santiago
En el año de 1495 Cristóbal COLÓN dio inicio a la primera avanzada poblacional de España en Santiago, con el establecimiento del fuerte de Santo Tomás, localizado en el actual municipio de Jánico, en las espesuras de la Cordillera Central. Continuando el mismo recorrido, estableció otra fortaleza con el nombre de La Magdalena. Ya en el valle del Cibao, el propio Colón dejó establecida otra fortaleza, a la que dio el nombre de Santiago. Un docto historiador de Santiago, Julio Genaro Campillo Pérez, autor de un enjundioso estudio, considera que Santiago es "hija de Cristóbal Colón". Este reconocido historiador señala que el gran almirante fue quien estableció la fortaleza con la cual quedó iniciado el poblamiento de Santiago, fijando el 25 de julio de 1495 como la fecha probable del acontecimiento. Aunque se discute bastante acerca del lugar primigenio donde se levantó la construcción militar de 1495, otro historiador; Pedro L. Vergés Vidal, escribió en 1947 que este fue el mismo que ocupa la fortaleza San Luis, que es actualmente uno de los símbolos históricos de la provincia.
En el año de 1504, bajo la autoridad de Nicolás de Ovando, entonces gobernador de la isla, Santiago fue movida a un lugar próximo llamado Jacagua, y de fortaleza fue convertida en una villa de población también civil. Se ignoran los motivos del traslado; lo que está claro, sin embargo, es que el nuevo asentamiento se hizo en tierras feraces. Como a otras poblaciones de la isla, el 7 de julio de l 508 la reina Juana, de España, le concedió a Santiago el título de villa y le otorgó también escudo nobiliario.
Erróneamente se ha divulgado la versión de que a la villa se le extendió el nombre de los 30 Caballeros. Contra la tradición, el Dr Campillo Pérez sugiere que esta extensión no empezó a utilizarse sino después de la primera mitad del siglo XVI.
Inicialmente, Santiago resultó un lugar atractivo por el oro que se hallaba sin dificultad en las aguas del río Yaque, muy próximo a la fortaleza erigida en 1495. Este oro se agotó rápidamente y ya a comienzos del siglo XVI la agricultura se convirtió en la principal actividad económica de los habitantes del lugar. En los años subsiguientes, la vida de la villa y de todo el territorio aledaño giró en torno a esta actividad económica.
El 2 de diciembre del año l562, un pavoroso terremoto destruyó a Santiago. En ese momento la ciudad tenía varias edificaciones de piedra. incluyendo la segunda iglesia construida en la isla de ese material. La devastación que produjo el terremoto fue grande, por lo que los sobrevivientes de la tragedia se trasladaron de nuevo al lugar donde había estado la antigua fortaleza, dando así inicio a lo que muchos consideran la tercera y última fundación de Santiago, lo que se inició al despuntar el año de 1563.Sobre los escombros de la antigua ciudad levantada en Jacagua, las edificaciones que pudieron sobrevivir al sismo de 1562 fueron destruidas por fenómenos similares registrados en 1747 y 1751,1642 y 1946. En la actualidad, en Jacagua se pueden observar algunos restos pétreos de la antigua ciudad de Santiago, constituyendo esto uno de los atractivos para quienes visitan la provincia.
Siglo XIX
A partir de 1795 se produjeron cambios políticos muy importantes que interrumpieron el proceso de desarrollo que venía experimentando la colonia, especialmente en Santiago y toda la región del Cibao. Estos estuvieron relacionados con aspectos claves de la soberanía. En el 1795, mediante un tratado llamado de Basilea. España le cedió su colonia en la isla de Santo Domingo a Francia.
En 1801 se produjo el primero de varios cambios alrededor del dominio político de la isla, después del tratado de Basilea Toussaint Louverture a nombre de Francia tomó el control político de la parte española de la isla, siendo esta la primera unificación política registrada entre las dos colonias. Esta situación prevaleció hasta 1804, cuando los haitianos se independizaron de Francia y esta última retuvo el dominio de la antigua parte española de la isla. Entre las consecuencias importantes de aquellos sucesos para Santiago, se cuenta la emigración de numerosas familias principales de origen español, y el incendio de la ciudad en 1805 por parte de las tropas haitianas que habían intentado reunificar la isla bajo la hegemonía del naciente Estado haitiano. Esta fue la tercera vez en su historia que la ciudad de Santiago era arropada por el fuego de un ejército de ocupación. La primera había sido en 1667, y la segunda en 1697, en ambas ocasiones saqueada y destruida por franceses.
En aquel período de tanta inestabilidad política, el padre Juan Vásquez cura de Santiago de los Caballeros, murió quemado vivo en 1805 en el púlpito de su iglesia cuando las tropas de los invasores haitianos degollaron a una parte de los habitantes de la ciudad. Poco antes de morir, Vásquez escribió esta quintilla, que refleja las turbulencias nacionales en aquellos años:
Ayer español nací,
a la tarde fui francés,
a la noche etíope fui,
hoy dicen que soy inglés:
no sé qué será de mí.
Después de pasar prácticamente medio siglo cambiando de banderas, en 1844 fue formada la República Dominicana. A este acontecimiento memorable contribuyeron los santiagueros de forma destacada. El 30 de marzo de 844 la población de Santiago, bajo las órdenes del general José María Imbert, derrotó al ejército haitiano, en una de las batallas claves para la consolidación de la independencia nacional. Este encuentro dejó evidenciada la importancia estratégica de Santiago para la nación recién formada.
En abril de 1857 el gobierno presidido por Buenaventura Báez inició la emisión de fuertes sumas de papel moneda, con la cual dispuso la compra de parte de la cosecha de tabaco de ese año, Fue tanta la cantidad de dinero que se puso en circulación, que este se depreció inmediatamente. Pronto los tabaqueros que habían entregado su producto a cambio del papel moneda se hallaron en posesión de un dinero que perdía poder adquisitivo a toda velocidad. Indignados por las medidas económicas del gobierno, calificadas de verdadera estafa, el 7 de julio del mismo año estallé en Santiago una revolución que fue promovida por los sectores que se sintieron agraviados por la estafa.
Lo primero que hicieron los revolucionarios fue desconocer la autoridad de Buenaventura Báez y conformar un gobierno con asiento en la ciudad de Santiago, que duró 1l meses. Uno de los actos más notables realizados por los revolucionarios de 1857 fue la promulgación de una nueva Constitución, en el mes de febrero de 1858, la cual es considerada como una de las más liberales de cuantas ha tenido el país en toda su historia. A partir de ésta se le dio carácter constitucional al gobierno de Santiago. En su artículo 2 se designé a Santiago como capital de la república y asiento del gobierno. Esta revolución del 7 de julio de 1857 fue la segunda demostración de vocación política de los santiagueros, desde la "Revuelta de los Capitanes" de 1721.
En el mes de junio de 1858 la revolución triunfó sobre el gobierno de Báez. La rendición de las tropas la logró un ejército que sitió la ciudad de Santo Domingo, que estaba presidido por el general Pedro Santana. Éste, en Jugar de aceptar el poder instaurado en Santiago, lo desconoció y lo obligó a deponer el mando en el mes de agosto de 1858, quedando derogada la constitución de febrero de 1858.
Por tercera vez, en 1863, Santiago puso en evidencia su papel político en la historia nacional. En 1861 el país fue anexado a España, menoscabando así su soberanía. La noche del 23 de febrero de 1863 estalló en Santiago una rebelión en contra de la anexión, con pretensiones de restaurar la república. En la revuelta, que duró hasta el día siguiente, participaron más de 1,400 personas. Muchos terminaron entregándose y otros escapando de la ciudad, quedando así controlado ese brote, mas no la inquebrantable voluntad de poner fin a la dominación española. El grito definitivo de restauración de la independencia nacional se produjo el 16 de agosto y los insurrectos escogieron a Santiago como sede de sus operaciones, constituyendo un gobierno en la ciudad, tras desalojar a los españoles que la ocupaban. La conquista de Santiago por las fuerzas revolucionarias se operó a sangre y fuego. El día 6 de septiembre de 1863 el suelo de Santiago se ensangrenté con las bajas sufridas por ambos bandos enfrentados por el control de la ciudad. Era la cuarta vez en su historia que se lidiaba por su control. A consecuencia de la intensa lucha, y bajo un cielo cubierto de una espesa estela de humo, Santiago terminó en escombros al sufrir los efectos de un incendio devastador El 14 de septiembre de l 863 en Santiago fue proclamada un acta de independencia nacional con respecto a España, dejando restituida la República Dominicana, con un gobierno legítimo, que quedó presidido por José Antonio Salcedo. Le correspondió a Santiago durante ese período ser la capital de la república en armas y el centro de las operaciones de la guerra. Al frente de las instituciones creadas en ese momento se destacaron numerosos santiagueros. La anexión a España se prolongó hasta julio de 1865.
Terminada la guerra de la Restauración, Santiago quedó cimentado como cabeza de uno de los dos más importantes centros políticos del país. En lo adelante, muchos de los frecuentes cambios políticos que se registraron en el país obedecieron a pugnas surgidas de las contradicciones con la población del Cibao, dirigida por los santiagueros.
Finalizada la guerra restauradora, cambió el escenario político del país. Este se caracterizó por la desaparición del santanismo, que fue la fuerza política más importante del país en sus primeros 20 años. En segundo lugar por la reorganización del baecismo, grupo político que lideró el país entre 1856 y l878.Y en tercer lugar; surgió un partido nacional nuevo, producto de la guerra. Al depurarse se transformó en el Partido Azul. Su líder fue Gregorio Luperón, joven coronado de gloria durante la Restauración, por su liderazgo militar y político. A este partido perteneció el grupo de Santiago.
Desde que las tropas españolas desalojaron el suelo dominicano enjulio de 1865, y hasta 1889, el partido azul fue la fuerza política a vencer; y Santiago fue su plaza fuerte. Cada gobierno durante esa época empezaba o terminaba en Santiago.
En agosto de 1865 el partido nacional o azul fue destituido del gobierno, que tenía su sede en Santiago, por las fuerzas del baecismo. Volvió a formar un gobierno al levantarse en armas contra Buenaventura Báez, en noviembre de 1865. La revolución que se extendió por los campos del Cibao constituyó un gobierno colegiado, conocido coma el Triunvirato, por estar presidido por tres personas: Gregorio Luperón, Pedro Antonio Pimentel y Federico de Jesús García, todos héroes de la Restauración. El Triunvirato tuvo su asiento en la ciudad de Santiago, hasta que fue trasladado a Santo Domingo el 30 de julio siguiente.
El 22 de diciembre de 1867 se constituyó un nuevo gobierno en Santiago, bajo la denominación de Junta Central Gubernativa. Esta cesó en funciones al traspasar el mando a una Junta de Generales que se formó en Santo Domingo y que posteriormente le entregó el poder a Buenaventura Báez el 2 de mayo de 1868. A partir de ese instante se dio inicio a un período que es conocido en la historia dominicana como el gobierno de los seis años. El país vivió sumido en guerras civiles. En el Cibao y Santiago se mantuvo uno de los dos frentes que hostilizaron el gobierno a lo largo de ese período.
Después del fracaso de varias revoluciones que estallaron tan pronto Báez subió al poder; éste finalmente fue derrocado por una iniciada el 25 de noviembre de 1873. Los santiagueros tuvieron una participación decisiva durante esta revolución, dándole su apoyo a su jefe, el general Ignacio María González, quien inmediatamente ocupó la presidencia de la República. A fines de 1875, las relaciones del presidente González con el Cibao se tomaron antagónicas. Como resultado de esas contradicciones, el 27 de enero de 1876 las principales figuras políticas de la ciudad de Santiago procedieron a levantar un Acta de Acusación del Pueblo Santiaguero contra el Presidente de la República. El documento fue redactado por Manuel de Jesús de Peña y Reinoso y estaba dirigido a la cámara de diputados, a fin de que esta iniciara un proceso que concluyera con la destitución del presidente de la República. La reacción del jefe de Estado fue conducir en persona un ejército contra la ciudad de Santiago.
En tales circunstancias, el 7 de febrero se constituyó una Junta Constitucional Ejecutiva, mientras se daban los toques para el inicio de una nueva revolución. Estos sucesos fueron conocidos con el nombre de "La Evolución" y dieron al traste con el gobierno encabezado por González. La Evolución tuvo como uno de sus mayores logros la celebración de elecciones y el triunfo en estas de Ulises Francisco Espaillat, quien ascendió a la presidencia de la República el 29 de abril de 1876. Espaillat fue derrocado seis meses más tarde por una revolución, pero antes de caer Santiago defendió con tesón su gobierno. De hecho, el presidente Espaillat fue obligado a renunciar el 5 de octubre de 1876 y no fue sino hasta el día 20 cuando los aguerridos santiagueros capitularon frente a sus enemigos, mediante una convención que fue firmada en la villa de Moca.
De nuevo, el 1 de diciembre de 1876 se dio a conocer en Santiago un manifiesto mediante el cual quedaba desconocido el gobierno del presidente González y se proclamaba a Báez como presidente. Esta fue una oportunidad en la que los azules, particularmente los de Santo Domingo, realizaron una estrategia conjunta para librarse de un rival común que los atacaba indiscriminadamente, el fugaz partido verde, del general Ignacio María González.
Báez permaneció en el poder hasta el 2 de marzo de 1878. Fue derrocado por efecto de varias revoluciones, la primera de las cuales se inició en Santiago, otra en Azua y la tercera en el Seibo. Santiago se levantó en armas a causa de la represión política del gobierno y las demás provincias la secundaron. Como otras guerras contra Báez, la iniciada fue larga. Duró 8 meses. En este tiempo, el general Ignacio María González pasó a dirigir la revolución en el Cibao y el 1 de mayo formó en Santiago el Jamado "Gobierno Provisional del Movimiento Nacional". Este gobierno rivalizó primero con Báez y después con Cesáreo Guillermo, caudillo de la revolución del Seibo, quien tomó el poder a la caída de Báez en la capital. Tras un acuerdo se fundieron los dos gobiernos, disolviendo el de Santiago, a cambio de efectuar elecciones que fueron ganadas por Ignacio María González, favorecido esta vez con el apoyo del partido azul. Éste cayó en breve tiempo. Otra vez Santiago tuvo un papel estelar en los sucesos. Esta vez los azules se sintieron traicionados por González y el propio Luperón condujo la revolución que en su proceso constituyó varios gobierno. incluyendo uno en Santiago, que presidió Alfredo Deetjen. Éste se disolvió el 13 de septiembre para facilitar la celebración de elecciones, que fueron ganadas por Cesáreo Guillermo con artimañas y contando con el apoyo del partido azul. Este mismo partido derrocó meses más tarde al nuevo gobernante.
En lo adelante, los azules se apoderaron de la presidencia y pasaron a perder influencia en el gobierno sólo a partir de 1889, cuando uno de sus antiguos hombres de armas, el general Ulises Heureaux. suplantó al partido. Heureaux terminé sus días en 1899. pero para entonces los azules estaban desarticulados.
El siglo XIX fue para Santiago y la región de Cibao un período de recuperación demográfica, recomposición espacial y de afianzamiento económico. La ciudad de Santiago mantuvo su preeminencia como principal centro poblado del país hasta finalizar el siglo. En los primeros años de la vida independiente dominicana, la agricultura para el consumo interno y la producción del tabaco eran esenciales. El poder político local se construyó alrededor de la producción del tabaco. Un ilustre pensador santiaguero del siglo XIX, llamado Pedro Francisco Bonó, dijo del tabaco lo siguiente: "Él ha sido, es y será el verdadero Padre de la Patria para aquellos que lo observan en sus efectos económicos, civiles y políticos”. Entonces la siembra del tabaco se había expandido por las comarcas circundantes a Santiago, convirtiéndose la ciudad en el mayor centro de acopio y distribución de la hoja, que tenía como principales puntos de destinos los mercados europeos. Las exportaciones de tabaco que salían de Santiago hacia Puerto Plata y de aquí hacia Europa fueron la principal fuente de ingresos de divisas para el país, por lo menos hasta que entró la última década del siglo XIX.
A partir de l880, el tabaco de Santiago empezó a confrontar dificultades de comercialización a causa de su calidad. Este problema subsistió en el resto del siglo XIX. Entonces los comerciantes y productores de Santiago y el Cibao se ocuparon del cacao y el café para contrarrestar los efectos de una posible crisis económica, convirtiendo la coyuntura en una oportunidad para la diversificación de las exportaciones regionales. El impulso a la producción del cacao estuvo estrechamente vinculada a la construcción de los primeros ferrocarriles dominicanos, que empezaron a operar en la región del Cibao precisamente en la década de 1880. El tren en Santiago, sin embargo, tuvo que esperar bastante, pues éste fue inaugurado apenas en 1897, haciendo trayecto hasta Puedo Plata.
Como sucedió en el resto del país, a partir del siglo XIX se inició en Santiago un lento, pero sostenido, proceso de desarrollo poblacional que no ha experimentado retroceso desde entonces. En algunos municipios, como Villa Bisonó y Villa González, la población empezó a acrecentarse por efecto de la construcción del tren, que hacía su recorrido por dichos lugares. Tamboril y Licey fueron apareciendo como pequeñas comunidades rurales. Debido a condiciones particulares, estos incipientes núcleos humanos se fueron expandiendo y con la entrada del siglo XX muchos pasaron a adquirir la condición de municipios.
SIGLO XX
La crisis comercial por la que atravesó el tabaco a partir del 1880 coincidió con la reaparición de la industria azucarera en el país, lo que a la postre hizo que Santiago perdiera su condición de principal polo de desarrollo económico, ya que los ingenios de azúcar no prosperaron en la provincia como sucedió en otras regiones del país. Pese a los cambios en la orientación de la economía dominicana, la provincia de Santiago se afianzó durante el siglo XX como el segundo Centro económico, político y social del país, amparado en la gran acumulación de riquezas que hizo durante los dos siglos precedentes. Lentamente en el curso de la última Centuria en Santiago se fue fortaleciendo uno de los grupos de mayor poder económico con los que cuenta el país al inicio del siglo XXI. A pesar de los cambios que se han producido en el orden económico dentro del país, no existen indicios de que en lo inmediato la provincia sea desplazada del lugar que ocupa en la sociedad dominicana.
En cuanto a infraestructura se refiere, en 1912 se iniciaron los estudios dirigidos a la instalación del tendido eléctrico y la construcción del acueducto. También en dicho año se continuó la construcción de la carretera hasta Montecristi. Para ese entonces, el Ferrocarril Central Dominicano tenía en la ciudad de Santiago uno de sus principales destinos.En el transcurso del siglo XX la provincia de Santiago experimentó una reducción de su territorio en la medida en que parte de éste pasó a formar parte de otras provincias. Este fenómeno, que en principio le COSTÓ la pérdida de algunas áreas urbanas, fue subsanado en la medida en que algunas poblaciones que eran todavía rurales durante el siglo XIX se transformaron en núcleos urbanos, como el municipio de Tamboril, que en 1907, con el nombre de Peña, pasó a ser común, categoría equivalente a la de los municipios actuales. Otras comunidades rurales que experimentaron cambios en su condición de rural a urbana más tardíamente durante el siglo fueron Villa González en 1958 y Villa Bisonó (Navarrete), en 1959.
A comienzos del siglo XX, Santiago dependía fundamentalmente de la producción agrícola. Para el mercado exterior se producía café1 cacao y tabaco. Para el consumo interno se producía toda clase de frutos menores. Hacia la zona noroeste de la provincia la crianza de animales era significativa, especialmente la del ganado vacuno. A pesar de que contaba con un sector manufacturero muy importante respecto al resto del país, éste no dejaba de ser muy limitado y de naturaleza artesanal. Un censo levantado en 1904 indicó la importancia numérica de talleres como la carpintería, sastrería. zapatería y latonería. Además, había chocolaterías y licorerías. Se distinguían en la ciudad de Santiago tres industrias que utilizaban maquinarias de vapor: un aserradero, una productora de café y otra de cigarrillos.
Otro censo que DATA de 1915 permite apreciar una cierta expansión de algunas ramas productivas como las tabaquerías y las zapaterías. Descartando la Región Este, donde funcionaba a plenitud la industria azucarera, Santiago era en ese momento una vanguardia del progreso en el país.
La entrada del siglo XX marcó el inicio de la industrialización moderna de las industrias del tabaco y del alcohol de Santiago. En 1901 fue fundada La Habanera, una industria de tabaco que contó en sus albores con las más modernas maquinarias para la elaboración de cigarrillos. Esta empresa con el paso de los años devino en la Compañía Anónima Tabacalera. Otra industria tabacalera de grandes proporciones surgida en 1903 fue La Aurora, que con el tiempo se convirtió en E. León Jimenes, C. x A., y hoy es la principal industria del ramo en el país.
Otra de las industrias de capital nativo, de las más importantes del país en el presente, y que se encontraba en Santiago a comienzo del siglo XX, es Bermúdez y Compañía, fabricante de ron, establecida en la ciudad desde 1852. Fabrica el ron más antiguo del país y de América.
A partir de l930 prácticamente se estancó el sector manufacturero de Santiago en comparación con la capital del país. En ese año ascendió a la presidencia de la República Rafael Leónidas Trujillo, quien gobernó despóticamente por 31 años ininterrumpidos. Una característica de la tiranía fue el impulso del desarrollo capitalista del país, con todas las limitaciones históricas y económicas existentes. La política de modernización llevada a cabo durante la tiranía se concentró en la capital del país, permaneciendo Santiago ligado esencialmente a las actividades agropecuarias.
Los grupos de poder de Santiago se vieron afectados durante la dictadura de Trujillo por diferentes motivos.
Al principio, el ascenso de Trujillo a la presidencia de la República fue facilitado por una revolución iniciada en la ciudad de Santiago, el 23 de febrero de 1930. El caudillo del movimiento fue Rafael Estrella Ureña, prominente político de la ciudad, quien por supuesto, contó fundamentalmente con santiagueros para llevar a cabo el movimiento político.
El gobierno derrocado estaba encabezado por Horacio Vásquez. Trujillo estuvo confabulado con los revolucionarios, por lo que estos no tuvieron obstáculo en su marcha hacia la capital para la toma del poder. El 3 de marzo de 1930 fue sacado del poder el presidente Vásquez y Estrella Ureña se juramentó en su lugar. Al poco tiempo se convocaron elecciones nacionales para celebrarlas el siguiente mes de mayo. Se esperaba que el nuevo jefe de Estado sería el candidato presidencial de la Coalición Patriótica, nombre que recibió el grupo que encabezó la revolución. Para sorpresa de todos, sin embargo, el general Trujillo se adelantó e hizo que lo nombraran a él para la elevada candidatura y a Estrella lo relegó a la vicepresidencia. Se consumó de este modo una traición incalificable contra la revolución del 23 de febrero, de origen netamente santiaguera.
La corta campaña electoral fue en extremo violenta y tras ésta Trujillo salió electo presidente de la República. En lo adelante se inició en el país la más sanguinaria de las dictaduras conocidas en la historia nacional. Entre las primeras víctimas tras las elecciones se encuentran Virgilio Martínez Reyna, líder de oposición de Santiago, y su esposa Altagracia Almanzar cuyas muertes ocurrieron en San José de las Matas el 1 de junio de 1930.
En los primeros años de la tiranía, en Santiago se conspiró en varias oportunidades en contra del régimen. Uno de las primeras rebeliones contra la dictadura la llevó a cabo en 1931 el veterano caudillo Desiderio Arias, uno de los cabecillas de la revolución de febrero de 1930. Siendo éste senador se alzó en armas contra la tiranía en la región Noroeste. Asesinado por el ejército, su cadáver fue llevado a la ciudad de Santiago para escarmentar a los ciudadanos del lugar señalándole lo que podía sucederle a quien siguiera los pasos del guerrillero.
En 1934 una conjura fue organizada en Santiago, tendente a liquidar a Trujillo. Esta se llevaría a cabo el 30 de marzo, pero no prosperó, según lo planificado. En el mes de mayo siguiente el mismo grupo inició la tarea de hacer estallar bombas en lugares públicos, a fin de llamar la atención a los ciudadanos sobre las elecciones PROGRAMADAS para el día 16, en la que el dictador planeaba reelegirse. Perseguidos los rebeldes, fueron cayendo poco a poco en poder de los aparatos represivos del gobierno, siendo todos torturados y muchos de ellos asesinados. La lista de los que participaron en esta conspiración es bien larga, destacándose entre sus dirigentes el doctor Juan Isidro Jimenes, un antiguo general llamado Daniel Ariza y un joven de nombre Ramón Vila Piola.
Debido a la represión de la tiranía en los años posteriores se produjeron cambios en la lucha de oposición contra Trujillo. En lugar de concentrar todos los esfuerzos en la resistencia interna, se organizaron guerrilleras en el exterior para invadir el territorio nacional y derrocar el régimen. La primera de estas fue la de Cayo Confites, que tuvo lugar en 1947. Por diferentes razones, ésta no llegó a material izarse, después de reunirse centenares de luchadores que se entrenaron en Cuba durante largos meses. En 1949 se produjo la invasión de Luperón, que fue aplastada por la tiranía, y en 1959 la de Constanza, Maimón y Estero Hondo. En todos estos episodios estuvieron involucrados miembros de la sociedad santiaguera.
La invasión de 1959, que fue también un fracaso desde el punto de vista militar se convirtió en acicate para profundizar la lucha contra la tiranía. Como efecto directo de esta acción, en enero de 1960 se empezó a gestar un movimiento interno conocido como el 14 de Junio. Con amplias ramificaciones en todo el país, entre los organizadores que tuvo en Santiago se señalan a Francisco Bonnelly Batlle, Miguel Ángel Lama Mitre, Domingo Antonio Peña Castillo, Carlos Conrado Bogaert Domínguez y Carlos Aurelio Grisanty García.
En esa etapa final del régimen de Trujillo que se inició con la invasión de 1959, hubo un grupo de jóvenes de Santiago que se dedicó a propagar volantes y pegar afiches por la ciudad en contra del gobierno. Conocidos como los panfleteros, estos jóvenes fueron apresados por el aparato represivo de la tiranía y encarcelados en el mes de junio de 1960. De un total de 26 que frieron identificados, fueron asesinados 24 de ellos, después de experimentar horrorosas torturas.
Finalmente, Trujillo cayó abatido la noche del 30 de mayo de 1961, después de que un grupo de 8 conjurados le tendió una emboscada en la ciudad de Santo Domingo. En este grupo reducido se encontraba Salvador Estrella Sadhalá, nativo del municipio de Tamboril en Santiago. Por su participación en el ajusticiamiento del tirano, este héroe fue asesinado el 18 de noviembre de 1961, mientras se encontraba encarcelado.
A la caída de Trujillo diferentes personalidades se aglutinaron alrededor de la Asociación para el Desarrollo de Santiago, Inc. Esta institución dio un impulso extraordinario al desarrollo de Santiago, patrocinando el surgimiento de lo que son verdaderos pilares en la provincia. como son la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, el Instituto Superior de Agricultura. las zonas francas. la Corporación de Acueductos y Alcantarillado. el Plan Sierra y la Asociación Cibao de Ahorros y Préstamos, entre otras.
Tras la muerte de Trujillo en la provincia de Santiago se inició una gran transformación económica, a partir de un largo proceso de acumulación de capitales, originado fundamentalmente en la agricultura, sobre todo tabaquera. Así, tras iniciarse el siglo XXI. Santiago aparece como una provincia con una significativa estructura industrial, pero que mantiene su apego a la agricultura, actividad que le ha permitido distinguirse a través de la historia nacional.
Texto: Red comunitaria
Historia de Santiago de los Caballeros. Un poco largo, PERO SIN DESPERDICIOS....Muy interesante y completo
Época precolombina
Antes de la llegada de los españoles a la isla en 1492, la actual provincia de Santiago fue hábitat de diversos grupos indígenas. Como acontece en toda la región del Cibao, los primeros habitantes de la provincia DATAN del siglo II después de Cristo. Hay dos importantes yacimientos arqueológicos de los primeros pobladores de la provincia; estos son La Rusilla, situado a más de 3,045 metros sobre el nivel del mar; en la Cordillera Central, y el otro es la Cueva de Yabanal, localizada en el paraje Rincón de Yabanal. Según las referencias del reconocido cronista español del siglo XVI Fray Bartolomé de las Casas.
Santiago formaba parte de dos cacicazgos, el de Maguá, que era dirigido por el cacique Guarionex, y el de la Maguana, cuyo cacique principal era Caonabo.
El primero de ambos reinados estaba compuesto por aborígenes de la cultura ciguaya. El segundo, en cambio, estaba constituido por habitantes de la cultura taína, que era la más difundida en la isla de Santo Domingo a la llegada de COLÓN en 1492.
Fundación de Santiago
En el año de 1495 Cristóbal COLÓN dio inicio a la primera avanzada poblacional de España en Santiago, con el establecimiento del fuerte de Santo Tomás, localizado en el actual municipio de Jánico, en las espesuras de la Cordillera Central. Continuando el mismo recorrido, estableció otra fortaleza con el nombre de La Magdalena. Ya en el valle del Cibao, el propio Colón dejó establecida otra fortaleza, a la que dio el nombre de Santiago. Un docto historiador de Santiago, Julio Genaro Campillo Pérez, autor de un enjundioso estudio, considera que Santiago es "hija de Cristóbal Colón". Este reconocido historiador señala que el gran almirante fue quien estableció la fortaleza con la cual quedó iniciado el poblamiento de Santiago, fijando el 25 de julio de 1495 como la fecha probable del acontecimiento. Aunque se discute bastante acerca del lugar primigenio donde se levantó la construcción militar de 1495, otro historiador; Pedro L. Vergés Vidal, escribió en 1947 que este fue el mismo que ocupa la fortaleza San Luis, que es actualmente uno de los símbolos históricos de la provincia.
En el año de 1504, bajo la autoridad de Nicolás de Ovando, entonces gobernador de la isla, Santiago fue movida a un lugar próximo llamado Jacagua, y de fortaleza fue convertida en una villa de población también civil. Se ignoran los motivos del traslado; lo que está claro, sin embargo, es que el nuevo asentamiento se hizo en tierras feraces. Como a otras poblaciones de la isla, el 7 de julio de l 508 la reina Juana, de España, le concedió a Santiago el título de villa y le otorgó también escudo nobiliario.
Erróneamente se ha divulgado la versión de que a la villa se le extendió el nombre de los 30 Caballeros. Contra la tradición, el Dr Campillo Pérez sugiere que esta extensión no empezó a utilizarse sino después de la primera mitad del siglo XVI.
Inicialmente, Santiago resultó un lugar atractivo por el oro que se hallaba sin dificultad en las aguas del río Yaque, muy próximo a la fortaleza erigida en 1495. Este oro se agotó rápidamente y ya a comienzos del siglo XVI la agricultura se convirtió en la principal actividad económica de los habitantes del lugar. En los años subsiguientes, la vida de la villa y de todo el territorio aledaño giró en torno a esta actividad económica.
El 2 de diciembre del año l562, un pavoroso terremoto destruyó a Santiago. En ese momento la ciudad tenía varias edificaciones de piedra. incluyendo la segunda iglesia construida en la isla de ese material. La devastación que produjo el terremoto fue grande, por lo que los sobrevivientes de la tragedia se trasladaron de nuevo al lugar donde había estado la antigua fortaleza, dando así inicio a lo que muchos consideran la tercera y última fundación de Santiago, lo que se inició al despuntar el año de 1563.Sobre los escombros de la antigua ciudad levantada en Jacagua, las edificaciones que pudieron sobrevivir al sismo de 1562 fueron destruidas por fenómenos similares registrados en 1747 y 1751,1642 y 1946. En la actualidad, en Jacagua se pueden observar algunos restos pétreos de la antigua ciudad de Santiago, constituyendo esto uno de los atractivos para quienes visitan la provincia.
Siglo XIX
A partir de 1795 se produjeron cambios políticos muy importantes que interrumpieron el proceso de desarrollo que venía experimentando la colonia, especialmente en Santiago y toda la región del Cibao. Estos estuvieron relacionados con aspectos claves de la soberanía. En el 1795, mediante un tratado llamado de Basilea. España le cedió su colonia en la isla de Santo Domingo a Francia.
En 1801 se produjo el primero de varios cambios alrededor del dominio político de la isla, después del tratado de Basilea Toussaint Louverture a nombre de Francia tomó el control político de la parte española de la isla, siendo esta la primera unificación política registrada entre las dos colonias. Esta situación prevaleció hasta 1804, cuando los haitianos se independizaron de Francia y esta última retuvo el dominio de la antigua parte española de la isla. Entre las consecuencias importantes de aquellos sucesos para Santiago, se cuenta la emigración de numerosas familias principales de origen español, y el incendio de la ciudad en 1805 por parte de las tropas haitianas que habían intentado reunificar la isla bajo la hegemonía del naciente Estado haitiano. Esta fue la tercera vez en su historia que la ciudad de Santiago era arropada por el fuego de un ejército de ocupación. La primera había sido en 1667, y la segunda en 1697, en ambas ocasiones saqueada y destruida por franceses.
En aquel período de tanta inestabilidad política, el padre Juan Vásquez cura de Santiago de los Caballeros, murió quemado vivo en 1805 en el púlpito de su iglesia cuando las tropas de los invasores haitianos degollaron a una parte de los habitantes de la ciudad. Poco antes de morir, Vásquez escribió esta quintilla, que refleja las turbulencias nacionales en aquellos años:
Ayer español nací,
a la tarde fui francés,
a la noche etíope fui,
hoy dicen que soy inglés:
no sé qué será de mí.
Después de pasar prácticamente medio siglo cambiando de banderas, en 1844 fue formada la República Dominicana. A este acontecimiento memorable contribuyeron los santiagueros de forma destacada. El 30 de marzo de 844 la población de Santiago, bajo las órdenes del general José María Imbert, derrotó al ejército haitiano, en una de las batallas claves para la consolidación de la independencia nacional. Este encuentro dejó evidenciada la importancia estratégica de Santiago para la nación recién formada.
En abril de 1857 el gobierno presidido por Buenaventura Báez inició la emisión de fuertes sumas de papel moneda, con la cual dispuso la compra de parte de la cosecha de tabaco de ese año, Fue tanta la cantidad de dinero que se puso en circulación, que este se depreció inmediatamente. Pronto los tabaqueros que habían entregado su producto a cambio del papel moneda se hallaron en posesión de un dinero que perdía poder adquisitivo a toda velocidad. Indignados por las medidas económicas del gobierno, calificadas de verdadera estafa, el 7 de julio del mismo año estallé en Santiago una revolución que fue promovida por los sectores que se sintieron agraviados por la estafa.
Lo primero que hicieron los revolucionarios fue desconocer la autoridad de Buenaventura Báez y conformar un gobierno con asiento en la ciudad de Santiago, que duró 1l meses. Uno de los actos más notables realizados por los revolucionarios de 1857 fue la promulgación de una nueva Constitución, en el mes de febrero de 1858, la cual es considerada como una de las más liberales de cuantas ha tenido el país en toda su historia. A partir de ésta se le dio carácter constitucional al gobierno de Santiago. En su artículo 2 se designé a Santiago como capital de la república y asiento del gobierno. Esta revolución del 7 de julio de 1857 fue la segunda demostración de vocación política de los santiagueros, desde la "Revuelta de los Capitanes" de 1721.
En el mes de junio de 1858 la revolución triunfó sobre el gobierno de Báez. La rendición de las tropas la logró un ejército que sitió la ciudad de Santo Domingo, que estaba presidido por el general Pedro Santana. Éste, en Jugar de aceptar el poder instaurado en Santiago, lo desconoció y lo obligó a deponer el mando en el mes de agosto de 1858, quedando derogada la constitución de febrero de 1858.
Por tercera vez, en 1863, Santiago puso en evidencia su papel político en la historia nacional. En 1861 el país fue anexado a España, menoscabando así su soberanía. La noche del 23 de febrero de 1863 estalló en Santiago una rebelión en contra de la anexión, con pretensiones de restaurar la república. En la revuelta, que duró hasta el día siguiente, participaron más de 1,400 personas. Muchos terminaron entregándose y otros escapando de la ciudad, quedando así controlado ese brote, mas no la inquebrantable voluntad de poner fin a la dominación española. El grito definitivo de restauración de la independencia nacional se produjo el 16 de agosto y los insurrectos escogieron a Santiago como sede de sus operaciones, constituyendo un gobierno en la ciudad, tras desalojar a los españoles que la ocupaban. La conquista de Santiago por las fuerzas revolucionarias se operó a sangre y fuego. El día 6 de septiembre de 1863 el suelo de Santiago se ensangrenté con las bajas sufridas por ambos bandos enfrentados por el control de la ciudad. Era la cuarta vez en su historia que se lidiaba por su control. A consecuencia de la intensa lucha, y bajo un cielo cubierto de una espesa estela de humo, Santiago terminó en escombros al sufrir los efectos de un incendio devastador El 14 de septiembre de l 863 en Santiago fue proclamada un acta de independencia nacional con respecto a España, dejando restituida la República Dominicana, con un gobierno legítimo, que quedó presidido por José Antonio Salcedo. Le correspondió a Santiago durante ese período ser la capital de la república en armas y el centro de las operaciones de la guerra. Al frente de las instituciones creadas en ese momento se destacaron numerosos santiagueros. La anexión a España se prolongó hasta julio de 1865.
Terminada la guerra de la Restauración, Santiago quedó cimentado como cabeza de uno de los dos más importantes centros políticos del país. En lo adelante, muchos de los frecuentes cambios políticos que se registraron en el país obedecieron a pugnas surgidas de las contradicciones con la población del Cibao, dirigida por los santiagueros.
Finalizada la guerra restauradora, cambió el escenario político del país. Este se caracterizó por la desaparición del santanismo, que fue la fuerza política más importante del país en sus primeros 20 años. En segundo lugar por la reorganización del baecismo, grupo político que lideró el país entre 1856 y l878.Y en tercer lugar; surgió un partido nacional nuevo, producto de la guerra. Al depurarse se transformó en el Partido Azul. Su líder fue Gregorio Luperón, joven coronado de gloria durante la Restauración, por su liderazgo militar y político. A este partido perteneció el grupo de Santiago.
Desde que las tropas españolas desalojaron el suelo dominicano enjulio de 1865, y hasta 1889, el partido azul fue la fuerza política a vencer; y Santiago fue su plaza fuerte. Cada gobierno durante esa época empezaba o terminaba en Santiago.
En agosto de 1865 el partido nacional o azul fue destituido del gobierno, que tenía su sede en Santiago, por las fuerzas del baecismo. Volvió a formar un gobierno al levantarse en armas contra Buenaventura Báez, en noviembre de 1865. La revolución que se extendió por los campos del Cibao constituyó un gobierno colegiado, conocido coma el Triunvirato, por estar presidido por tres personas: Gregorio Luperón, Pedro Antonio Pimentel y Federico de Jesús García, todos héroes de la Restauración. El Triunvirato tuvo su asiento en la ciudad de Santiago, hasta que fue trasladado a Santo Domingo el 30 de julio siguiente.
El 22 de diciembre de 1867 se constituyó un nuevo gobierno en Santiago, bajo la denominación de Junta Central Gubernativa. Esta cesó en funciones al traspasar el mando a una Junta de Generales que se formó en Santo Domingo y que posteriormente le entregó el poder a Buenaventura Báez el 2 de mayo de 1868. A partir de ese instante se dio inicio a un período que es conocido en la historia dominicana como el gobierno de los seis años. El país vivió sumido en guerras civiles. En el Cibao y Santiago se mantuvo uno de los dos frentes que hostilizaron el gobierno a lo largo de ese período.
Después del fracaso de varias revoluciones que estallaron tan pronto Báez subió al poder; éste finalmente fue derrocado por una iniciada el 25 de noviembre de 1873. Los santiagueros tuvieron una participación decisiva durante esta revolución, dándole su apoyo a su jefe, el general Ignacio María González, quien inmediatamente ocupó la presidencia de la República. A fines de 1875, las relaciones del presidente González con el Cibao se tomaron antagónicas. Como resultado de esas contradicciones, el 27 de enero de 1876 las principales figuras políticas de la ciudad de Santiago procedieron a levantar un Acta de Acusación del Pueblo Santiaguero contra el Presidente de la República. El documento fue redactado por Manuel de Jesús de Peña y Reinoso y estaba dirigido a la cámara de diputados, a fin de que esta iniciara un proceso que concluyera con la destitución del presidente de la República. La reacción del jefe de Estado fue conducir en persona un ejército contra la ciudad de Santiago.
En tales circunstancias, el 7 de febrero se constituyó una Junta Constitucional Ejecutiva, mientras se daban los toques para el inicio de una nueva revolución. Estos sucesos fueron conocidos con el nombre de "La Evolución" y dieron al traste con el gobierno encabezado por González. La Evolución tuvo como uno de sus mayores logros la celebración de elecciones y el triunfo en estas de Ulises Francisco Espaillat, quien ascendió a la presidencia de la República el 29 de abril de 1876. Espaillat fue derrocado seis meses más tarde por una revolución, pero antes de caer Santiago defendió con tesón su gobierno. De hecho, el presidente Espaillat fue obligado a renunciar el 5 de octubre de 1876 y no fue sino hasta el día 20 cuando los aguerridos santiagueros capitularon frente a sus enemigos, mediante una convención que fue firmada en la villa de Moca.
De nuevo, el 1 de diciembre de 1876 se dio a conocer en Santiago un manifiesto mediante el cual quedaba desconocido el gobierno del presidente González y se proclamaba a Báez como presidente. Esta fue una oportunidad en la que los azules, particularmente los de Santo Domingo, realizaron una estrategia conjunta para librarse de un rival común que los atacaba indiscriminadamente, el fugaz partido verde, del general Ignacio María González.
Báez permaneció en el poder hasta el 2 de marzo de 1878. Fue derrocado por efecto de varias revoluciones, la primera de las cuales se inició en Santiago, otra en Azua y la tercera en el Seibo. Santiago se levantó en armas a causa de la represión política del gobierno y las demás provincias la secundaron. Como otras guerras contra Báez, la iniciada fue larga. Duró 8 meses. En este tiempo, el general Ignacio María González pasó a dirigir la revolución en el Cibao y el 1 de mayo formó en Santiago el Jamado "Gobierno Provisional del Movimiento Nacional". Este gobierno rivalizó primero con Báez y después con Cesáreo Guillermo, caudillo de la revolución del Seibo, quien tomó el poder a la caída de Báez en la capital. Tras un acuerdo se fundieron los dos gobiernos, disolviendo el de Santiago, a cambio de efectuar elecciones que fueron ganadas por Ignacio María González, favorecido esta vez con el apoyo del partido azul. Éste cayó en breve tiempo. Otra vez Santiago tuvo un papel estelar en los sucesos. Esta vez los azules se sintieron traicionados por González y el propio Luperón condujo la revolución que en su proceso constituyó varios gobierno. incluyendo uno en Santiago, que presidió Alfredo Deetjen. Éste se disolvió el 13 de septiembre para facilitar la celebración de elecciones, que fueron ganadas por Cesáreo Guillermo con artimañas y contando con el apoyo del partido azul. Este mismo partido derrocó meses más tarde al nuevo gobernante.
En lo adelante, los azules se apoderaron de la presidencia y pasaron a perder influencia en el gobierno sólo a partir de 1889, cuando uno de sus antiguos hombres de armas, el general Ulises Heureaux. suplantó al partido. Heureaux terminé sus días en 1899. pero para entonces los azules estaban desarticulados.
El siglo XIX fue para Santiago y la región de Cibao un período de recuperación demográfica, recomposición espacial y de afianzamiento económico. La ciudad de Santiago mantuvo su preeminencia como principal centro poblado del país hasta finalizar el siglo. En los primeros años de la vida independiente dominicana, la agricultura para el consumo interno y la producción del tabaco eran esenciales. El poder político local se construyó alrededor de la producción del tabaco. Un ilustre pensador santiaguero del siglo XIX, llamado Pedro Francisco Bonó, dijo del tabaco lo siguiente: "Él ha sido, es y será el verdadero Padre de la Patria para aquellos que lo observan en sus efectos económicos, civiles y políticos”. Entonces la siembra del tabaco se había expandido por las comarcas circundantes a Santiago, convirtiéndose la ciudad en el mayor centro de acopio y distribución de la hoja, que tenía como principales puntos de destinos los mercados europeos. Las exportaciones de tabaco que salían de Santiago hacia Puerto Plata y de aquí hacia Europa fueron la principal fuente de ingresos de divisas para el país, por lo menos hasta que entró la última década del siglo XIX.
A partir de l880, el tabaco de Santiago empezó a confrontar dificultades de comercialización a causa de su calidad. Este problema subsistió en el resto del siglo XIX. Entonces los comerciantes y productores de Santiago y el Cibao se ocuparon del cacao y el café para contrarrestar los efectos de una posible crisis económica, convirtiendo la coyuntura en una oportunidad para la diversificación de las exportaciones regionales. El impulso a la producción del cacao estuvo estrechamente vinculada a la construcción de los primeros ferrocarriles dominicanos, que empezaron a operar en la región del Cibao precisamente en la década de 1880. El tren en Santiago, sin embargo, tuvo que esperar bastante, pues éste fue inaugurado apenas en 1897, haciendo trayecto hasta Puedo Plata.
Como sucedió en el resto del país, a partir del siglo XIX se inició en Santiago un lento, pero sostenido, proceso de desarrollo poblacional que no ha experimentado retroceso desde entonces. En algunos municipios, como Villa Bisonó y Villa González, la población empezó a acrecentarse por efecto de la construcción del tren, que hacía su recorrido por dichos lugares. Tamboril y Licey fueron apareciendo como pequeñas comunidades rurales. Debido a condiciones particulares, estos incipientes núcleos humanos se fueron expandiendo y con la entrada del siglo XX muchos pasaron a adquirir la condición de municipios.
SIGLO XX
La crisis comercial por la que atravesó el tabaco a partir del 1880 coincidió con la reaparición de la industria azucarera en el país, lo que a la postre hizo que Santiago perdiera su condición de principal polo de desarrollo económico, ya que los ingenios de azúcar no prosperaron en la provincia como sucedió en otras regiones del país. Pese a los cambios en la orientación de la economía dominicana, la provincia de Santiago se afianzó durante el siglo XX como el segundo Centro económico, político y social del país, amparado en la gran acumulación de riquezas que hizo durante los dos siglos precedentes. Lentamente en el curso de la última Centuria en Santiago se fue fortaleciendo uno de los grupos de mayor poder económico con los que cuenta el país al inicio del siglo XXI. A pesar de los cambios que se han producido en el orden económico dentro del país, no existen indicios de que en lo inmediato la provincia sea desplazada del lugar que ocupa en la sociedad dominicana.
En cuanto a infraestructura se refiere, en 1912 se iniciaron los estudios dirigidos a la instalación del tendido eléctrico y la construcción del acueducto. También en dicho año se continuó la construcción de la carretera hasta Montecristi. Para ese entonces, el Ferrocarril Central Dominicano tenía en la ciudad de Santiago uno de sus principales destinos.En el transcurso del siglo XX la provincia de Santiago experimentó una reducción de su territorio en la medida en que parte de éste pasó a formar parte de otras provincias. Este fenómeno, que en principio le COSTÓ la pérdida de algunas áreas urbanas, fue subsanado en la medida en que algunas poblaciones que eran todavía rurales durante el siglo XIX se transformaron en núcleos urbanos, como el municipio de Tamboril, que en 1907, con el nombre de Peña, pasó a ser común, categoría equivalente a la de los municipios actuales. Otras comunidades rurales que experimentaron cambios en su condición de rural a urbana más tardíamente durante el siglo fueron Villa González en 1958 y Villa Bisonó (Navarrete), en 1959.
A comienzos del siglo XX, Santiago dependía fundamentalmente de la producción agrícola. Para el mercado exterior se producía café1 cacao y tabaco. Para el consumo interno se producía toda clase de frutos menores. Hacia la zona noroeste de la provincia la crianza de animales era significativa, especialmente la del ganado vacuno. A pesar de que contaba con un sector manufacturero muy importante respecto al resto del país, éste no dejaba de ser muy limitado y de naturaleza artesanal. Un censo levantado en 1904 indicó la importancia numérica de talleres como la carpintería, sastrería. zapatería y latonería. Además, había chocolaterías y licorerías. Se distinguían en la ciudad de Santiago tres industrias que utilizaban maquinarias de vapor: un aserradero, una productora de café y otra de cigarrillos.
Otro censo que DATA de 1915 permite apreciar una cierta expansión de algunas ramas productivas como las tabaquerías y las zapaterías. Descartando la Región Este, donde funcionaba a plenitud la industria azucarera, Santiago era en ese momento una vanguardia del progreso en el país.
La entrada del siglo XX marcó el inicio de la industrialización moderna de las industrias del tabaco y del alcohol de Santiago. En 1901 fue fundada La Habanera, una industria de tabaco que contó en sus albores con las más modernas maquinarias para la elaboración de cigarrillos. Esta empresa con el paso de los años devino en la Compañía Anónima Tabacalera. Otra industria tabacalera de grandes proporciones surgida en 1903 fue La Aurora, que con el tiempo se convirtió en E. León Jimenes, C. x A., y hoy es la principal industria del ramo en el país.
Otra de las industrias de capital nativo, de las más importantes del país en el presente, y que se encontraba en Santiago a comienzo del siglo XX, es Bermúdez y Compañía, fabricante de ron, establecida en la ciudad desde 1852. Fabrica el ron más antiguo del país y de América.
A partir de l930 prácticamente se estancó el sector manufacturero de Santiago en comparación con la capital del país. En ese año ascendió a la presidencia de la República Rafael Leónidas Trujillo, quien gobernó despóticamente por 31 años ininterrumpidos. Una característica de la tiranía fue el impulso del desarrollo capitalista del país, con todas las limitaciones históricas y económicas existentes. La política de modernización llevada a cabo durante la tiranía se concentró en la capital del país, permaneciendo Santiago ligado esencialmente a las actividades agropecuarias.
Los grupos de poder de Santiago se vieron afectados durante la dictadura de Trujillo por diferentes motivos.
Al principio, el ascenso de Trujillo a la presidencia de la República fue facilitado por una revolución iniciada en la ciudad de Santiago, el 23 de febrero de 1930. El caudillo del movimiento fue Rafael Estrella Ureña, prominente político de la ciudad, quien por supuesto, contó fundamentalmente con santiagueros para llevar a cabo el movimiento político.
El gobierno derrocado estaba encabezado por Horacio Vásquez. Trujillo estuvo confabulado con los revolucionarios, por lo que estos no tuvieron obstáculo en su marcha hacia la capital para la toma del poder. El 3 de marzo de 1930 fue sacado del poder el presidente Vásquez y Estrella Ureña se juramentó en su lugar. Al poco tiempo se convocaron elecciones nacionales para celebrarlas el siguiente mes de mayo. Se esperaba que el nuevo jefe de Estado sería el candidato presidencial de la Coalición Patriótica, nombre que recibió el grupo que encabezó la revolución. Para sorpresa de todos, sin embargo, el general Trujillo se adelantó e hizo que lo nombraran a él para la elevada candidatura y a Estrella lo relegó a la vicepresidencia. Se consumó de este modo una traición incalificable contra la revolución del 23 de febrero, de origen netamente santiaguera.
La corta campaña electoral fue en extremo violenta y tras ésta Trujillo salió electo presidente de la República. En lo adelante se inició en el país la más sanguinaria de las dictaduras conocidas en la historia nacional. Entre las primeras víctimas tras las elecciones se encuentran Virgilio Martínez Reyna, líder de oposición de Santiago, y su esposa Altagracia Almanzar cuyas muertes ocurrieron en San José de las Matas el 1 de junio de 1930.
En los primeros años de la tiranía, en Santiago se conspiró en varias oportunidades en contra del régimen. Uno de las primeras rebeliones contra la dictadura la llevó a cabo en 1931 el veterano caudillo Desiderio Arias, uno de los cabecillas de la revolución de febrero de 1930. Siendo éste senador se alzó en armas contra la tiranía en la región Noroeste. Asesinado por el ejército, su cadáver fue llevado a la ciudad de Santiago para escarmentar a los ciudadanos del lugar señalándole lo que podía sucederle a quien siguiera los pasos del guerrillero.
En 1934 una conjura fue organizada en Santiago, tendente a liquidar a Trujillo. Esta se llevaría a cabo el 30 de marzo, pero no prosperó, según lo planificado. En el mes de mayo siguiente el mismo grupo inició la tarea de hacer estallar bombas en lugares públicos, a fin de llamar la atención a los ciudadanos sobre las elecciones PROGRAMADAS para el día 16, en la que el dictador planeaba reelegirse. Perseguidos los rebeldes, fueron cayendo poco a poco en poder de los aparatos represivos del gobierno, siendo todos torturados y muchos de ellos asesinados. La lista de los que participaron en esta conspiración es bien larga, destacándose entre sus dirigentes el doctor Juan Isidro Jimenes, un antiguo general llamado Daniel Ariza y un joven de nombre Ramón Vila Piola.
Debido a la represión de la tiranía en los años posteriores se produjeron cambios en la lucha de oposición contra Trujillo. En lugar de concentrar todos los esfuerzos en la resistencia interna, se organizaron guerrilleras en el exterior para invadir el territorio nacional y derrocar el régimen. La primera de estas fue la de Cayo Confites, que tuvo lugar en 1947. Por diferentes razones, ésta no llegó a material izarse, después de reunirse centenares de luchadores que se entrenaron en Cuba durante largos meses. En 1949 se produjo la invasión de Luperón, que fue aplastada por la tiranía, y en 1959 la de Constanza, Maimón y Estero Hondo. En todos estos episodios estuvieron involucrados miembros de la sociedad santiaguera.
La invasión de 1959, que fue también un fracaso desde el punto de vista militar se convirtió en acicate para profundizar la lucha contra la tiranía. Como efecto directo de esta acción, en enero de 1960 se empezó a gestar un movimiento interno conocido como el 14 de Junio. Con amplias ramificaciones en todo el país, entre los organizadores que tuvo en Santiago se señalan a Francisco Bonnelly Batlle, Miguel Ángel Lama Mitre, Domingo Antonio Peña Castillo, Carlos Conrado Bogaert Domínguez y Carlos Aurelio Grisanty García.
En esa etapa final del régimen de Trujillo que se inició con la invasión de 1959, hubo un grupo de jóvenes de Santiago que se dedicó a propagar volantes y pegar afiches por la ciudad en contra del gobierno. Conocidos como los panfleteros, estos jóvenes fueron apresados por el aparato represivo de la tiranía y encarcelados en el mes de junio de 1960. De un total de 26 que frieron identificados, fueron asesinados 24 de ellos, después de experimentar horrorosas torturas.
Finalmente, Trujillo cayó abatido la noche del 30 de mayo de 1961, después de que un grupo de 8 conjurados le tendió una emboscada en la ciudad de Santo Domingo. En este grupo reducido se encontraba Salvador Estrella Sadhalá, nativo del municipio de Tamboril en Santiago. Por su participación en el ajusticiamiento del tirano, este héroe fue asesinado el 18 de noviembre de 1961, mientras se encontraba encarcelado.
A la caída de Trujillo diferentes personalidades se aglutinaron alrededor de la Asociación para el Desarrollo de Santiago, Inc. Esta institución dio un impulso extraordinario al desarrollo de Santiago, patrocinando el surgimiento de lo que son verdaderos pilares en la provincia. como son la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, el Instituto Superior de Agricultura. las zonas francas. la Corporación de Acueductos y Alcantarillado. el Plan Sierra y la Asociación Cibao de Ahorros y Préstamos, entre otras.
Tras la muerte de Trujillo en la provincia de Santiago se inició una gran transformación económica, a partir de un largo proceso de acumulación de capitales, originado fundamentalmente en la agricultura, sobre todo tabaquera. Así, tras iniciarse el siglo XXI. Santiago aparece como una provincia con una significativa estructura industrial, pero que mantiene su apego a la agricultura, actividad que le ha permitido distinguirse a través de la historia nacional.
Texto: Red comunitaria
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