martes, 24 de febrero de 2015

El barrio a la sombra de la City de Londres del que salieron tres "yihadistas" adolescentes

El barrio a la sombra de la City de Londres del que salieron tres "yihadistas" adolescentes

http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2015/02/150224_reino_unido_bethnal_green_adolescentes_estado_islamico_jpShamima Begun, Amira Abase y Kadiza Sultana

Shamima Begun, Amira Abase y Kadiza Sultana volaron desde el aeropuerto de Gatwick a Turquía el 17 de febrero.
Bethnal Green es, por estos días, un lugar con muchas preguntas y muy pocas respuestas.
De una escuela modelo de este barrio de fuerte presencia musulmana del este de Londres en medio de una de las zonas más pobres del país, y a minutos del distrito financiero y del epicentro de la cultura hípster de la capital británica, salieron tres adolescentes que se escaparon de sus padres –y de las autoridades– para intentar unirse, presumiblemente, a Estado Islámico en Siria.
"Es extraño. Nunca pensé que podía pasar algo así, al menos no en mi época. Mi hermano menor todavía estudia ahí y conoce de vista a las chicas. No sé qué decir, es triste", le dice a BBC Mundo Asif, un exalumno de la Bethnal Green Academy que vive en la zona.
Se hace la misma pregunta que muchos otros. ¿Qué llevó a tres buenas alumnas de 15 y 16 años a querer sumarse a un grupo extremista que ganó notoriedad mundial por decapitar rehenes?
Autoridades, los padres de estudiantes, exalumnos y miembros de la comunidad coinciden en algo: la falta de una explicación.
Lo que sí abundaba el lunes en la zona del instituto, día de vuelta a clases tras una semana de receso de medio término, era la sensación de sorpresa.

De escuela conflictiva a una visita real

"Necesito esto como necesito un agujero en la cabeza". La frase del director, Mark Keary, al asumir el cargo en 2006 no podía describir mejor el desafío en el que se estaba embarcando.
Esta escuela secundaria pública, donde estudian alumnos de entre 11 y 18 años, era hace unos años un enclave de problemas, plagada de conflictos entre bandas rivales del barrio y con pobres rendimientos académicos, y colocada por las autoridades bajo el régimen de "medidas especiales".
Esa frase estaba presente en la pared del salón de actos donde el lunes Keary se dirigió a la prensa para hablar de las tres alumnas que volaron a Turquía el 17 de febrero. Tres días después la policía británica hizo un llamado público para intentar localizarlas.
Junto al recordatorio de la época más negra de la Bethnal Green Academy otras palabras reflejaban una historia distinta: "Una escuela destacada", la calificación que recibió del gobierno en 2013. A tal punto que el año pasado recibió la visita del príncipe Harry.Príncipe Harry en una visita a la Bethnal Green Academy en 2014
El príncipe Harry visitó la Bethnal Green Academy en 2014.
En la entrada de este antiguo edificio de ladrillos, custodiada el lunes por un puñado de policías y decenas de periodistas, quedaba claro que la escuela de 1.200 alumnos quiere hacer hincapié en sus éxitos más recientes.
Los carteles con los buenos resultados de los estudiantes en los exámenes, la alta asistencia a clases, y los elogios oficiales estaban por todos lados y en dos estandartes que flanqueaban al director quien, sin aceptar preguntas, leyó un comunicado: "Estamos todos sorprendidos y profundamente entristecidos".

Fuerte presencia musulmana

Bethnal Green es una zona donde los musulmanes son alrededor del 50% –en su mayoría de origen bangladesí–, con un importante contingente de "viviendas sociales", cuya propiedad está en manos de las autoridades y que pueden rentarse por menos de US$1.000 al mes.Mark Leary
"Estamos todos sorprendidos y profundamente entristecidos", dijo el director de la Bethnal Green Academy, Mark Leary.
No es un mal precio cuando puerta por medio una casa se alquila por US$1.000 a la semana, como mínimo, en una ciudad que sufre un auge constante del precio de la vivienda.
Porque vale aclarar que Amira Abase (15), Shamima Begum (15), y Kadiza Sultana (16), quienes abordaron un vuelo de Turkish Airlines a Estambul y cuyo paradero se desconoce, no salieron de los suburbios de Londres ni mucho menos.
Aunque el East End -como también se conoce a la zona- ha sido históricamente mala palabra para muchos en Londres, distrito marginal, peligroso –Jack el Destripador atacó en la vecina Whitechapel– y poblada de inmigrantes, algunos de sus sectores han atravesado en los últimos años la inevitable gentrification, que le llaman aquí.
Aburguesamiento se le podría decir en español.
El tradicional hiyab o velo islámico adoptado por las musulmanas es parte indefectible del panorama de esta zona, que convive con el establecimiento de cafés y tiendas con un decidido aire moderno.

Batido de col, piña y pistacho

La escuela, rodeada por viviendas sociales, está a 10 minutos a pie de Shoreditch, epicentro de la subcultura hípster de la capital y bastión de Tech City (Ciudad Tecnológica) que es, de acuerdo a algunas estimaciones, la tercera mayor concentración de start-ups tecnológicas tras San Francisco y Nueva York.
El año pasado se lanzó una campaña para animar a los estudiantes del este de Londres, y a los de la Bethnal Green Academy en particular, a considerar carreras en el sector.
Participaron en cursos en Tech City y hasta el director Leary salió en televisión destacando a sus alumnos.
"Inteligentes", "resistentes", "quieren ser exitosos": algunos de los conceptos que utilizó en aquel entonces.
Meses después debía salir a asegurar que las tres alumnas no se habían radicalizado en la escuela.City de Londres
La City de Londres, uno los distritos financieros de la capital británica, está a minutos de Bethnal Green.
Como ecléctica y moderna –rayando en lo absurdo– que es la zona, que ha sabido reinventarse con los años y ser receptáculo de emprendedores, creativos, artistas y demás, nadie se sorprende si el menú de un bar incluye un batido de col, piña y pistacho o si un café con leche con grano de café etíope duele US$5.
Es un lugar con una densidad por metro cuadrado de productos Apple envidiable en Palo Alto.
Siguiendo unos pocos minutos hacia el centro de la ciudad se llega a la City, el corazón de uno de los mayores centros financieros del planeta. El hiyab da paso al traje y la corbata.
Imponentes torres de cristal albergan bancos, firmas financieras, estudios de abogados o multinacionales.
A pasos de la Bethnal Green Academy, a un mundo de distancia.
Pero conectados de alguna manera. Una de las recetas del éxito del instituto fue la financiación privada de un estudio de abogados de la City.

En dirección a La Meca… y a Canary Wharf

En el centro comunitario Dorset Social Club, a menos de 5 minutos caminando de la escuela, es el momento de almorzar y me invitan a comer.
Estoy descalzo: en el lugar funciona una de las mezquitas del barrio.
"Estamos consternados", dice Nasrul Islam, secretario del centro. "Es una noticia horrible para la comunidad. Es injustificable, todos estamos sorprendidos".
"Se convierten en víctimas", dice sobre las chicas. "Es una idea yihadista, de radicalización, les lavan el cerebro, son vulnerables, son débiles".
La zona, asegura, está bien integrada. Mientras me muestra felizmente fotos de cómo recibieron a cristianos del barrio para celebrar la última Navidad, cinco hombres que pasan los cincuenta rezan arrodillados en dirección a La Meca.East London Mosque
La Mezquita del Este de Londres es una de las más grandes de Europa.
En esa misma dirección, pero a 5km de distancia no a 5.000km, está el municipio de Canary Wharf, el otro gran centro financiero de Londres que al igual que Bethnal Green forma parte del distrito de Tower Hamlets.
Una muestra de las diferentes realidades que conviven a pocos kilómetros en una ciudad considerada por algunos académicos años atrás "la capital de la desigualdad en Europa".
Tower Hamlets es una zona donde más de la mitad de los estudiantes de secundaria provienen de familias con ingresos tan bajos que están autorizados a recibir comidas gratuitas en sus centros de enseñanza.
Allí apenas el 30% de los alumnos hablan inglés como primer idioma y sólo uno de cada diez estudiantes ingresa en la categoría de "británico blanco", de acuerdo a cifras oficiales publicadas en 2012.Policía fuera de la Bethnal Green Academy
No son pocos quienes en el barrio temen que un caso como este termine propiciando generalizaciones.
"Es una mala representación del islam. Por qué todos les caen a los musulmanes. Estamos cansados", dice Mohamed, un exalumno de 19 años.
"No hay ningún problema con la escuela, es muy buena. Estoy sorprendido, conmocionado, son muy jóvenes, ¿qué fueron a hacer? No tiene sentido".
"Da miedo que esto pase en el barrio. Las autoridades deben hacer algo. Pero no se puede generalizar, son una minoría", apunta Yahida en una breve conversación con BBC Mundo.

Salida sin bullicio

Se cree que unos 500 británicos han viajado a Irak y Siria para unirse a Estado Islámico, y también se estima en al menos medio millar la cantidad de europeas que han seguido ese camino.
Lea: Las mujeres de Occidente que dejan todo para unirse a Estado Islámico
Las tres alumnas eran amigas de otra estudiante que abandonó la escuela en diciembre para ir a Siria y fueron interrogadas pero la policía no encontró ningún motivo de preocupación.
Los servicios de seguridad fueron criticados luego de que se supo que antes de dejar el país una de las chicas, cuya cuenta en Twitter estaba monitoreada, se había comunicado a través de la red social con una mujer que dos años atrás había dejado Escocia para casarse con un combatiente de Estado Islámico.
En la puerta de la escuela el grupo yihadista no es el tema preferido por los padres que esperan para recoger a sus hijos.
Uno que prefiere no dar su nombre hace hincapié en que su hijo de 12 años "es muy chico". A la salida, explica que en la escuela les pidieron que no hablen con la prensa.
"Mi hijo juega al PlayStation y mira el canal Disney. No le quiero hablar de Estado Islámico, no le quiero meter ideas en la cabeza", señala.
La entrada a la Bethnal Green Academy se va vaciando y, probablemente, es una salida con menos bullicio de lo habitual.
Tres adolescentes están desaparecidas y las preguntas abundan.
¿Se radicalizaron y decidieron unirse al grupo, fueron persuadidas para sumarse como esposas de los combatientes o hay otros motivos detrás de la huida?
Faltan respuestas.


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