Sir Winston Churchill una vez escribió: «La única cosa que realmente me asusto durante la guerra fue el peligro de los u-boot». No se puede sintetizar de mejor manera la importancia de la Batalla del Atlántico, y lo cerca que la Kriegsmarine estuvo de tener contra las cuerdas a Gran Bretaña. El caballo de batalla de la marina alemana fue el submarino de ataque tipo VIIC. Era la clase más numerosa, con 577 puestos en servicio de 1940 a 1945, y fue testigo de los «Tiempos Felices», en los que, a pesar de su corta autonomía de 6.500 millas náuticas y junto a sus hermanos mayores los submarinos oceánicos tipo IX, campeaba por los mares de todo el mundo.
En 1942, los alemanes hundían tanto tonelaje de la marina mercante como la inmensa capacidad industrial norteamericana era capaz de producir y botar. La táctica de la “Manada de lobos” fue concebida por el almirante Karl Dönitz, basándose en sus experiencias como comandante de submarino en la Gran Guerra, y con ella los tipo VIIC fueron la pesadilla de los convoyes mercantes desde 1939 hasta el fatídico 1943, en los que la balanza se inclinó definitivamente del lado de los aliados. Las costas españolas fueron testigo de numerosos combates. Uno de estos submarinos, el «U-573» tras su internamiento en Cartagena y posterior venta, prestó servicio en la armada española como el «G7» (o S01) hasta el año 1970. A pesar de su antaño gran número, en la actualidad sólo existe un superviviente de su estirpe, el «U-995», en Laboe, muy cerca de Kiel. Si tienen ocasión, no dejen de visitarlo. Y crean a Sir Winston, aún hoy, su silueta gris plomo les asustará.
Desplazamiento: 817 Tm
Eslora: 67,1 m
Manga: 6,2 m
Calado: 4,74 m
Propulsión: Dos motores diesel M.A.N./Germaniawerf sobrealimentados de 6 cilindros y 3.200 H.P. totales
Velocidad: - 17,7 nudos, en superficie - 7,6 nudos, sumergido
Armamento: 5 tubos lanzatorpedos de 21 pulgadas (4 a proa y 1 a popa)
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