sábado, 25 de febrero de 2012

Los primeros reporteros de la Historia

JUGLARES
Los primeros reporteros de la Historia

Fueron los primeros periodistas de la Historia. Pero los juglares no tenían micrófonos, grabadoras, cámaras fotográficas o máquinas de escribir. Como mucho, adornaban sus narraciones con los ritmos de algún intrumento musical de la época. Ellos fueron los encargados de, allá por los siglos X, XI y XII, contar las heroicidades de personajes de la talla de Carlomagno o el Cid Campeador. Gracias a los juglares, sus aventuras corrían de boca en boca hasta llegar a los lugares más recónditos
GEMA G. MARCOS 
Siglo X. Al grito de “¡Prestad atención a lo que quiero deciros!”, las gentes acuden en masa a la plaza del pueblo para escuchar a un joven. Es domingo, hace un día de escándalo y la Misa acaba de terminar. Entonces, el chaval empieza a entonar su cantinela.
¿Qué es lo que cuenta? ¿Por qué todo el mundo se queda en silencio para escucharle? Es muy sencillo. El muchacho es un juglar. Vamos, que se dedica a ir de villa en villa recitando pequeños poemas en los que describe las hazañas de un personaje heroico.
Lo más seguro es que esos versos que él recita con tanto arte los haya escuchado antes en boca de otro colega. Porque en esto de la juglaría lo que funciona es la transmisión oral y no hay documento escrito que valga...
Esta historia es ficticia y los personajes que aparecen en ella no existen. Eso sí, está basada en un hecho real: la actividad de los juglares allá por la Edad Media. O sea, ayer mismo.
Esta especie de reporteros medievales se convirtieron en personajes admirados que levantaban pasiones allá donde iban. Cuentan los expertos en el tema, que en Francia -de donde procede el nombre cantilène- ya se dedicaban a loar los éxitos de Carlomagno. Y lo hacían de forma tan asombrosa que algunos lograban dejar al público mudo de asombro.
Gracias a los juglares, el mito de este emperador se extendió como la espuma hasta que se materializó por escrito en la Chanson de Roland (aproximadamente en 1100).
Eso sí, para ser justos, hay que señalar que estos reporteros medievales solían adaptar las versiones de las aventuras de los héroes de turno al gusto del consumidor y adornarlas para que resultaran más atractivas.
Cantares de Gesta
Y las hazañas empezaron a contarse por escrito...
G. G. M.
Los juglares se encargaban de narrar las andanzas de los héroes del momento. Ellos solitos, por lo tanto, se convirtieron en los únicos difusores de los llamados cantares de gesta. ¿Qué eran estas composiciones? Poemas que componían artistas populares que se ganaban la vida cantando o escenificando creaciones propias o ajenas. Y lo hacían para divertir a un público que, al igual que ocurre en el presente, estaba deseando escuchar acciones heroicas que se salieran de la monotonía cotidiana. Dentro de este género épico trabajaban codo con codo dos profesionales muy demandados en la época: los juglares y los trovadores.
Los primeros recitaban a los cuatro vientos las composiciones que hacían los segundos. O sea, que formaban un equipo perfecto. El Cantar del Mío Cid es el primer cantar de gesta que se conoce en España.
Y además
EPOCA. El Cantar del Mio Cid se enmarca en el periodo de mayor apogeo de la epopeya castellana. Está escrito en letra del siglo XIV, carolingia, en una copia de 1307. Menéndez Pidal, el analista más autorizado en este poema, cree que fue redactado a mediados del siglo XII. Esto quiere decir, que se escribió poco después de que ocurrieran los hechos allí descritos. Y es que el Cid hizo de las suyas a finales del XI.
AUTOR. No se tiene muy clara la autoría de El Cantar del Mio Cid. De todas formas, la versión más aceptada es que el autor fue algún trovador de tierras de Medinaceli y que conocía muy bien la zona. Esto se sabe, porque describe a la perfección el paso del Cid por esta región.
CARACTERISTICAS. Se trata de un poema no demasiado largo. Tiene 3.730 versos. Está copiado en una serie de hojas de pergamino grueso. Las páginas que faltaban fueron recompuestas por Menéndez Pidal. Siguiendo las normas del mester de juglaría, está escrito en forma asimétrica.

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