La historia del juego en la sociedad
Publicado por: Ssociólogos
El juego
ha formado parte de todas las etapas de desarrollo del ser humano. Ha
servido como distracción y pasatiempo en las horas muertas, ha ayudado a nuestro desarrollo cognitivo y a nuestra integración social.
Desde los primeros juegos al aire libre hasta la gran industria del deporte hoy en día, del vingt et un que jugaba Napoleón en su exilio en Santa Elena hasta su evolución en el juego de blackjack, o desde el uso del juego como forma de consolidar del orden social establecido hasta la realidad virtual de los MMORPG,
son muchas las historias que se han sucedido y muchas las sociedades
diferentes que, gracias al impulso lúdico, han consiguido motivar al
cerebro para comprender, imaginar y crear.
¿Pero
cómo se ha desarrollado el juego a los largo de la historia? ¿Cómo ha
evolucionado y ha repercutido en el desarrollo social?
En la
Prehistoria, el hombre se sirvió del juego para ir construyendo
manifestaciones más elevadas como la moral o la justicia. El juego, al
principio de la sociedad humana, se relaciona como parte de rituales
religiosos o esotéricos, o como ritos de iniciación en una nueva etapa
de la jerarquía social, lo que estimuló en el hombre el desarrollo de la imaginación y del pensamiento abstracto.
Más
adelante, los juegos se utilizaban como entrenamiento o adiestramiento
para el trabajo, al mismo tiempo que servían para demostrar fortaleza
física dentro de la colectividad.
Pero con
la llegada de la época clásica el juego empezó a adquirir mayor
importancia. El juego en Grecia estaba relacionado con la educación en
la estética y la moral. Los juegos servían para aleccionar a la gente a cumplir unas reglas que había que seguir, al mismo tiempo que contribuían al desarrollo físico y creativo.
Más tarde,
en Roma, la importancia del trabajo en la vida del hombre le añadió al
juego otras connotaciones, como la de liberador de la mente o recompensa
después de una dura jornada. El juego además, desarrollaba la competitividad y la sed de sangre que era intrínseca a la cultura del pueblo, al mismo tiempo que era un arma al servicio de la política.
Fuente: www.almirante23.net
Llegada la Edad Media, se adoptan aquellos
rasgos heredados de la época romana pero mezclados con lo sacro; con el
juego se defendía el honor y respeto. El juego, era un distintivo de la posición social.
Para la nobleza estaban reservados deportes como la caza, la equitación
y los torneos. Al mismo tiempo, en esa época y gracias a la llegada de
la cultura árabe a la península, el ajedrez se introdujo en Europa, un
juego de estrategia propio de las clases altas y cultas
Fuente: recuerdosdepandora.com
En
contraposición, el pueblo llano practicaba otros tipos de juegos
relacionados con la actividad diaria, sobre todo con el trabajo rural,
como correr, lanzar o las danzas, limitadas a las fiestas religiosas y
muy controladas por el clero. En cuanto a los juegos de mesa, las clases
más bajas se decantaron por el juego de la oca, un juego de azar
habitual de las tabernas y posadas.
Más tarde,
el Renacimiento trajo consigo la vuelta de los valores clásicos de
Grecia y Roma; el Humanismo traslada el centro del universo al hombre y
no a Dios y, el juego al aire libre comienza a concebirse como una forma necesaria para el desarrollo de la mente.
Sin embargo, todavía continúan las diferencias entre las clases y
coexisten los deportes propios para los nobles y los del pueblo llano.
Por otro
lado, existían otros juegos que estaban en el límite entre las clases
altas y bajas como los bolos o la natación, pero a pesar de que a la
nobleza le encantaban, se consideraban distracciones de otras prácticas
más nobles y necesarias como la esgrima, el tiro con arco y la
equitación.
Las clases bajas se decantaban por juegos en los que debían demostrar su capacidad física como las carreras, las luchas o los lanzamientos de peso. En esta época apareció el calcio
florentino, un juego con características del rugby y el fútbol y que
era muy valorado como medio para el cultivo de la educación física y la
moral.
En el Renacimiento también comenzaron a desarrollarse los juegos de mesa que más tarde llegarían a los casinos.
El veintiuna, posible antecesor del black jack, tiene su primera
referencia escrita en la novela Rinconete y Cortadillo de Miguel de
Cervantes, pero anteriormente existió el treinta y uno, que ya se jugaba
en Italia en el siglo XV mencionado en un sermón de San Bernardino de
Siena, en el que decía que había que quemar todo juego de mesa.
Fuente: 4.bp.blogspot.com
Con la revolución industrial se produjo un salto cualitativo con las producciones de artículos para el juego y, fue en la primera mitad del siglo XX, cuando se desarrollaron los juegos de mesa que hoy conocemos
como el Monopoly, el Risk o el Scrabble. Estos juegos se convierten en
elemento integrador en los momentos del ocio para compartir en familia o
en las reuniones con amigos, siendo algo eventual e improvisado.
Fuente: undercdn.under30media.netdna-cdn.com
En la primera mitad del siglo XX se legalizan los casinos Las Vegas,
por lo que los juegos de cartas comienzan a ser lucrativos y se empieza
a concebir el juego no solo como un pasatiempo, sino como una forma de
hacer dinero real.
El siglo XX también trajo consigo el boom
del juego del rol y con él un nuevo perfil de jugador que no juega
como algo casual, sino que busca tiempo en su agenda para practicarlo. Este juego trajo la posibilidad de adquirir otra personalidad, de convertirse en protagonista único de su propia aventura, de poder vivir otros mundos y otras vidasFuente: vadejuegos.com
Esta semilla, que empieza con el juego del rol, siguió desarrollándose con la aparición de los videojuegos, donde por primera vez pueden verse representados los mundos que antes solo eran imaginados y, el ser humano puede formar parte e integrarse en el mundo de ficción.
Con la llegada de internet, el concepto del juego se ha engrandecido y globalizado; ahora
es posible jugar con usuarios de todo el mundo y, competir y conocer
gente con la que en otras circunstancias nunca nos hubiéramos cruzado.
Gracias a internet, por primera vez el jugador puede ser anónimo,
pudiendo jugar con mayor libertad y sin la presión de ganar o perder
delante de un público.
Internet es quizá, hasta el momento, el
último peldaño de la evolución del juego. Comunidades gigantes de
jugadores de videojuegos y usuarios de casinos online encuentran en
internet la comodidad del anonimato y, el poder llegar desde tu casa a toda una red inmensa de jugadores y posibilidades antes inimaginables.
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