¿Lucharán soldados chinos en Oriente Medio?
La
geopolítica de la energía está cambiando. Los EEUU ya no son el país
que más petróleo consume del mundo ni depende de las reservas en Oriente
Medio. Ahora son los países asiáticos los que necesitan que el crudo
fluya sin problemas desde los pozos árabes hasta sus economías en
crecimiento. ¿Supondrá este cambio que EEUU se apartará de los eternos
conflictos en esa zona del planeta, y que será sustituida por las
potencias asiáticas emergentes que necesitan asegurar el suministro?
Dentro de unos años, ¿patrullarán soldados chinos en Oriente Medio?
Hace una
década los EEUU se encontraban inmersos en plena ocupación de Irak.
Miles de soldados norteamericanos patrullaban las principales ciudades y
carreteras iraquíes y la insurgencia iba ganando cada día más fuerza.
La hostilidad de la población local aumentaba mientras los militares
eran incapaces de hacer frente a una espiral de violencia que costó la
vida a 189.000 iraquíes y a casi 4.500 soldados estadounidenses hasta la
retirada en 2010.
Además de
las pérdidas humanas, en total la guerra costó aproximadamente 1,3
billones de euros, según las estimaciones del estudio ‘Los costes de las
guerras’, elaborado por el Instituto de Estudios Internacional Watson
de la Universidad de Brown. Se trata de una cantidad desorbitada que
solamente podría justificarse con un interés geopolítico y estratégico
muy fuerte por parte de EEUU en la zona. Y ese interés ha tenido una
causa económica concreta, al margen de otras consideraciones culturales,
políticas o diplomáticas, que no es otro que asegurar el suministro de
petróleo desde la zona del Golfo Pérsico a la economía estadounidense.
La autosuficiencia energética de los EEUU
La
presencia de los EEUU en la zona se remonta a 1945, cuando el presidente
Franklin D. Roosevelt tomó un “desvío” hacia Arabia Saudí desde la
Conferencia de Yalta para reunirse con el rey Abdelaziz bin Saud. Desde
entonces los EEUU y los saudíes han sido estrechos colaboradores y
aliados, ayudándose mutuamente garantizando el flujo de crudo para la
economía estadounidense por un lado, y apoyando la estabilidad del
régimen monárquico y despótico por otro. Pero el precio para los EEUU
había sido verse cada vez más involucrados en la zona más convulsa del
planeta.
Pero la
situación está cambiando. Los EEUU están dejando de ser una potencia
energéticamente dependiente y se están acercando a marchas forzadas a la
autosuficiencia, incluso con capacidad de exportación de petróleo y gas
natural tras satisfacer su propia demanda. La clave está en la técnica
del “fracking”, muy criticada por los ecologistas por sus nefastas
consecuencias para el equilibrio medioambiental. Sin embargo, esta
técnica ha hecho rentable la explotación de yacimientos antes cerrados,
lo que permite a los EEUU dejar de depender de las reservas en otros
lugares del mundo, y en concreto de Oriente Medio.
Por
ejemplo, según Mohan Malik, profesor en el Centro Asia-Pacífico de
Estudios sobre la Seguridad en Honolulú (EEUU), “ciertos cálculos
indican que Estados Unidos podría sobrepasar a Arabia Saudí como mayor
productor mundial de petróleo ya en 2017 y podría empezar a exportar más
petróleo y gas del que importa para 2025” (Publicado en el artículo “El
nuevo mapa mundial de la energía”, publicado en Vanguardia Dossier “La
geopolítica de la energía”).
Uno de los
estudios que demuestran esta tendencia de los EEUU a la autosuficiencia
energética a medio plazo es el “BP Energy Outlook”, que analiza y hace
la proyección del mapa mundial de la energía para el año 2035. Según el
informe dedicado a los EEUU, en 2035 habrá alcanzado ya esa
autosuficiencia energética gracias a que poco a poco su economía dejará
de depender del petróleo (pasará del actual 36% del total de su demanda
energética al 29% en 2035) a cambio de aumentar la demanda de gas
natural (del 30% actual al 35%), de la que los EEUU es el máximo
productor mundial. También aumentará el uso de energías renovables del
actual 2% al 8% en 2035. Por otro lado, mientras baja la demanda
interna, la producción de petróleo en los EEUU aumentará en un 37% y la
de gas natural en un 45%, lo que permitirá el uso interno de su propia
producción e incluso crear un excedente suficiente para la exportación.
Es decir,
según estos datos, los EEUU han dejado de ser un país mayoritariamente
importador de energía para conseguir no solamente la autosuficiencia
energética, sino también un excedente que le permite exportar. “En
términos conceptuales, se dibuja un nuevo mapa mundial de la energía
dominado por un creciente mercado consumidor de energía en Asia y un
creciente mercado productor en Estados Unidos”, asegura al respecto
Mohan Malik.
Asia necesita más energía
Al mismo
tiempo, en Asia las economías en auge están aumentando espectacularmente
su dependencia energética a medida que los EEUU se alejan de ella. Las
economías de China, Corea del Sur, India y Japón presionan cada vez con
más fuerza por conseguir más recursos energéticos para mantener el
crecimiento. El profesor Malik recuerda que estos países “consumen en
conjunto más de la mitad del petróleo total mundial”, y la tendencia es
que aumentarán su demanda, sobre todo China e India, los dos gigantes
asiáticos en auge.
Según el
estudio de BP “Energy Outlook 2035”, en 20 años China será el mayor
importador de energía del mundo, aumentando su demanda actual del 15%
actual al 20%. En concreto, China superará a los EEUU como el mayor
consumidor mundial de petróleo en 2027 y a Rusia como el segundo mayor
consumidor mundial de gas natural en 2025, solamente superado por los
estadounidenses. Por ello, la dependencia de China con respecto al
petróleo aumentará del 57% en 2012 al 76% en 2035, mientras que su
dependencia de gas natural se incrementará del 25% actual al 41% en
2035. Por su parte, India, a medida que su economía ha ido creciendo,
también lo ha ido haciendo su dependencia energética. En concreto, el
estudio de BP indica que en 2035 su consumo de energía habrá aumentado
en un 132%. En consecuencia las importaciones de petróleo aumentarán en
2035 en un 169% y las de gas en un 573%.
El lugar
donde las potencias asiáticas van a buscar la energía que necesitan para
sus economías es el lugar donde se produce la mayoría de ésta: Oriente
Medio. Por ejemplo, un análisis de la agencia U.S. Energy Information
Administration (EIA) afirma que en 2013 China importó el 52% del
petróleo de Oriente Medio, una cantidad que cada año va en aumento,
teniendo en cuenta que esta zona sigue siendo la mayor productora de
crudo del mundo y lo seguirá siendo en 2035 según el informe “World
Energy Outlook 2013”, esta vez realizado por la Agencia Internacional de
la Energía (IEA).
Por lo
tanto, a medida que los EEUU van consiguiendo la autosuficiencia
energética para su economía, las potencias asiáticas van dependiendo
cada vez más de la capacidad de exportación de los países del Golfo
Pérsico. Y sobre todo, las economías de China e India dependerán cada
vez más de los acontecimientos políticos en Oriente Medio para recibir
sus flujos energéticos. Como escribe el profesor Malik, “somos testigos
de una loca carrera, de una especie de búsqueda del tesoro para
controlar los recursos energéticos por parte de China, India y Japón,
sobre todo en aquellos países y regiones que quedan fuera del control de
las principales empresas occidentales por razones políticas”.
¿Mandarán algún día China o India soldados a Oriente Medio?
Esas
“razones políticas” de las que habla Malik son hoy, entre otras, la
guerra civil en Libia, y la inestabilidad en Argelia y en el Sahel
provocada por grupos salafistas. Pero sobre todo, la expansión del
Estado Islámico en Siria e Irak. El conflicto civil sirio ha traspasado
la frontera iraquí y ha llegado a la frontera turca, y se está
convirtiendo en una guerra a mayor escala entre suníes y chiíes,
apoyados respectivamente por Arabia Saudí e Irán con unas consecuencias y
un final impredecibles.
La
economía de los EEUU ya no necesita que su ejército intervenga
militarmente en la zona como la que se produjo tras la invasión de
Kuwait por Sadam Hussein en 1990 o en el propio Irak entre 2003 y 2010
(fechas que coinciden con la mayor tasa de importación de petróleo de la
historia de los EEUU). Esto podría explicar la actual intervención
limitada a ataques aéreos ordenada por el presidente Obama, que se niega
a enviar soldados de tierra, prefiriendo armar a milicias locales.
Pero las
grandes potencias asiáticas sí necesitan garantías de estabilidad en
Oriente Medio para no poner en peligro su crecimiento. Por ejemplo,
según datos de la agencia U.S. Energy Information Administration, en
2013 China importó en 2013 el 8% de su petróleo de Irak, el 8% de Irán,
el 19% de Arabia Saudí, y otro 16% de otros estados del Golfo Pérsico.
Es decir, en 2013 China importó la mitad del petróleo de una zona
políticamente muy inestable e impredecible, no precisamente los mejores
ingredientes para asegurar el crecimiento económico del futuro.
En este
sentido, el profesor Malik afirma que el fin de la dependencia
energética de los EEUU con respecto a Oriente Medio “ha impulsado a
algunos analistas y autoridades del Golfo Pérsico a especular sobre el
futuro post-estadounidense y tratar de encontrar nuevos socios seguros
para llenar el vacío, posiblemente los poderes militares asiáticos en
auge, como China e India. Ambos han costeado incrementos de dos dígitos
en gastos de defensa”. Según datos del prestigioso Stockholm
International Peace Research Institute (SIPRI), India y
China encabezan el “top 20” de los estados importadores de armas entre
2009 y 2013. Solamente India, por ejemplo, ha importado el 14% del total
de las armas vendidas en todo el mundo durante ese periodo de tiempo.
¿Supondrá
esto que en caso de retirada de los EEUU de Oriente Medio serán China e
India las próximas potencias que intervengan en la zona para asegurar
sus suministros energéticos e intervenir en los mercados?
Para el
profesor Malik la retirada de los EEUU de Oriente Medio no debería darse
por hecha a pesar de alcanzar la autosuficiencia energética. “El mero
hecho de que sus amigos y aliados sigan dependiendo enormemente del
petróleo de Oriente Medio exige que Washington siga comprometido en la
región”, afirma. Sin embargo, deja una puerta abierta a la posibilidad
de la retirada estadounidense del avispero: “En caso de que los Estados
Unidos se retirara de la zona, China ampliaría sin duda sus vínculos con
los productores de energía y concluiría pactos de petróleo por
seguridad en la región”.
¿Es
posible que más pronto que tarde llegue el día en el que soldados
chinos o indios patrullen en Oriente Medio e incluso que se enfrenten
con los yihadistas para asegurar el petróleo con destino a su país?
Fuentes
- Teletipo de Europa Press sobre el estudio ‘Los costes de las guerras‘, elaborado por el Instituto de Estudios Internacional Watson de la Universidad de Brown sobre la guerra de Irak:
Fuente Fotos Forum.nationsstates, Eia.gov, y energytrendsinsider.
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