miércoles, 15 de octubre de 2014

Los fantasmas de Poveglia/Una isla envuelta en muerte y tormento

povegliaUna isla envuelta en muerte y tormento

Conocida como "la isla del no-retorno", la enigmática Poveglia se alza sobre las superficies de las verdosas aguas ubicadas entre la ciudad Venecia y el Libo, en la Laguna de Venecia, en el norte de Italia. Dividida por un angosto canal, Poveglia aparece como una isla investida en un aura de silencio, muerte y prohibición, ya que no es permitido poner un solo pie en sus tierras, donde siglos atrás miles de personas fueron incineradas; y sus restos, como negándose a ser enterrados en el olvido, aún todavía suelen llegar a las costas de Venecia, cual fúnebre recordatorio de que allí, entre los árboles callados y las construcciones solitarias de la isla, todavía bullen numerosas voces de almas en pena, muchas de ellas carcomidas por una angustia de siglos...
Remontándonos en el tiempo, vemos que la historia de Poveglia comienza en tiempos del Imperio Romano, cuando ésta se empleó como sitio de confinamiento para los enfermos de la peste bubónica que, si bien tuvo su apogeo en el siglo XIV, antes ya dio otros despuntes, tales como la "Peste antonina" y la "Peste de Cipriano", ambos con serias consecuencias para Italia.
Pero lo peor vendría a comienzos del Renacimiento; cuando, en pleno siglo XIV, paralelamente al retorno humanístico de la herencia helénica, aparecería la Peste Negra, que se cobraría unos 34 millones de víctimas y, en el contexto de la cual, Venecia se convertiría en un infierno en la Tierra, ya que las aguas sucias de sus canales, la humedad del ambiente y otros elementos insalubles desatados en parte por lo intenso de su vida comercial, la convertirían en un sitio del que sería prácticamente imposible escapar, y en el que los cadáveres apilados formarían parte del macabro paisaje cotidiano. En esa situación, las autoridades y el Clero estuvieron de acuerdo en usar a Poveglia como un depósito de cadáveres.
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Convertida en ánfora de muerte, día tras día Poveglia fue un sitio en que los pestilentes cadáveres, amontonados como basura, ardieron devorados por el fuego, levantando altas humaredas, que impregnaban el aire de un inquietante olor a carne chamuscada... Aunque lo peor estaba por venir, ya que después se decretó que también los afectados por la peste, estando vivos, serían llevados a la isla. Por ello, en unos pocos años, más de 160.000 personas, entre hombres, mujeres, niños y ancianos, terminaron sus días abandonados en aquella siniestra isla...
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Según se sabe, tan colosal crematorio llegó a ser Poveglia en el siglo XIV, que una ancha capa de su suelo está prácticamente conformada de restos humanos, de modo que todavía los remanentes de aquellas osamentas continúan llegando a las costas. A causa de todo esto, la isla se ha transformado en una especie de zona podrida, pues la humedad de sus suelos, mezclándose con las cenizas humanas, ha hecho que se cree una capa de materia pegajosa; que, pese a su carácter repulsivo, es ideal para el cultivo de vides.
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Como ya se dijo antes, entrar a Poveglia es prohibido, excepto para los dueños de los viñedos, pues ni siquiera los pescadores, temiendo pescar huesos humanos, se acercan a la isla.

Poveglia, hogar de locos y fantasmas

Tiempo después de que Poveglia quedara totalmente abandonada, sobre ella se edificó, en el año 1922, un enorme hospital psiquiátrico con un gran campanario que aún hoy puede verse desde las costas venecianas, incluso en aquellas tardes en que la isla yace envuelta en niebla fantasmal.
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Ahora bien, todos sabemos que algunos enfermos mentales, tales como los esquizofrénicos, ven alucinaciones que confunden con la realidad, aunque así mismo circula la creencia de que, en realidad, muchas veces los "locos" pueden percibir auténticos espíritus. Así, los pacientes del psiquiátrico fueron la primera fuente de que brotaron numerosos informes de fantasmas; los cuales, según los enfermos mentales, pertenecían a víctimas de la peste negra y estaban inmersos en un estado de profundo tormento. Pero, como quienes veían a los fantasmas eran "locos", los testimonios sobre almas en pena fueron desacreditados.

Un malvado doctor castigado por los espíritus

La parte más negra de la historia de Poveglia fue cuando el director del hospital psiquiátrico empezó a usar a los enfermos mentales para experimentar, en la torre del campanario, nuevos métodos de curación, que incluían procesos como lobotomías y trepanaciones, dentro de los cuales se empleaban cinceles, martillos y taladros de mano, que a veces, en medio de la intensa agonía de los "conejillos de indias", acababan de abrir las bóvedas craneales con un resultado que no era la sanación, sino la muerte o la agudización de la enfermedad, todo con una estela de sufrimiento, sangre y esquirlas, que salpicaban la limpieza del lugar de operaciones, como indicios irrefutables de lo cruel que puede ser la Ciencia en manos equivocadas.
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Se cuenta que muchos fueron las pacientes que murieron por los experimentos, o que fueron literalmente torturados con excusas científicas. Pero las atrocidades del doctor no habrían de quedar en la impunidad; puesto que, tras varios años de experimentar con los enfermos, el médico empezó a ver a los espíritus de los que habían muerto por sus experimentos y a los espíritus que habían quedado de aquellos tiempos en que la peste azotó Italia. Prisionero del terror cotidiano que le infundían sus visiones, el doctor, según se supo por una enfermera que presenció el suceso, terminó por saltar desde lo más alto de la torre del campanario... Al caer, se cuenta que, mientras se retorcía de dolor sobre su sangre, el terror se apoderó de su cara cuando, subitámente, del suelo surgió una niebla que lo envolvió y lo "estranguló hasta matarlo"...
Aquel fue el fin del perverso doctor, y desde entonces su espíritu condenado pasó a engrosar las filas de las almas que penan en la silente Poveglia. Pero no es cualquier fantasma: él habita en la torre del campanario y, según se cuenta, a veces hace sonar la campana, y muchos escuchan su ronco tañer, sabiendo que muy probablemente no hubo viviente alguno que pudiera haberlo causado...

Tras la muerte del doctor

Después de que el médico que experimentaba con enfermos mentales se suicidara saltando de la torre del campanario, el hospital psiquiátrico fue clausurado y la isla quedó aún más sola hasta que, después de que el gobierno italiano la vendiera, su nuevo propietario intentara, en la década de 1960, vivir allí, cosa que no consiguió porque los fantasmas turbaban constantemente su paz...
Posteriormente al incidente de los 60, la reputación de la isla se ennegreció todavía más cuando una familia adinerada compró una propiedad en la isla y mandó a construir una casa allí. Supuestamente pasarían unas vonitas vacaciones en la casa de Poveglia, pero lo cierto es que no aguantaron un solo día, y que lo que experimentaron allí estuvo casi a la altura de Amityville, ya que ni siquiera aceptaron contarlo; pero, el desgarro que una de las hijas sufrió en la cara y por el cual tuvieron que hacerle 14 puntos de sutura, habla más que suficiente sobre lo que esa pobre familia vivió en la isla maldita...
Después de lo sucedido con aquella familia, varios psíquicos visitaron la isla en busca de signos de actividad paranormal, relatando que todo el tiempo sentían una atmósfera densa, pesada y oprimente, que tenían la sensación de que alguien les respiraba en el cuello, que a veces se cruzaban sombras con forma humana y, esto es lo peor, que podían escuchar alaridos y gemidos, como si, además de almas en pena, los horrendos sucesos del pasado hubiesen quedado estampados en el plano astral, repitiéndose una y otra vez, como ecos en una oscura habitación...
Abundan así las historias, no solo de psíquicos sino de buscadores de aventuras que han comprobado en carne propia la ruptura entre el más acá y el más allá que existe en Poveglia. Tal fue el paradigmático caso de un grupo que se adentró en el hospital y allí, entre las paredes deterioradas por el paso del tiempo, escucharon con claridad a una voz sin fuente alguna que, en tono disgustado y contundente, les dio esta orden: "Salgan inmediatamente y no vuelvan"...
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Como ese hay muchos más casos escalofriantes, aunque hace poco, pero solo durante el día, la isla fue sometida a un proceso de refaccionamiento.

Venecia es una ciudad que tiene dos caras bien diferenciadas...una es la de una ciudad glamorosa y colorida y otra (tuve la suerte de verla personalmente una vez como para confirmar que no todo es una postal) bastante más silenciosa, donde la soledad y la decadencia de las aguas estancadas da una imagen bastante diferente. La propia historia de Venecia tiene mucha relación con la muerte durante las guerras y las plagas...al nivel de que entre las máscaras del carnaval existe una, el "Dottore della Peste" que es una reproducción de las máscaras protectoras que usaban los doctores en el Renacimiento para cubrirse de los contagios. Seguramente las vieron alguna vez en alguna película de época: son parecidas a la cabeza de un pájaro, en lo que sería el pico iban hierbas aromáticas que "filtraban" la peste y protegían al médico.

En los primeros siglos de Venecia, la isla de Poveglia fue un mini-estado y durante bastante tiempo alojó un convento, hasta que llegó a la ciudad la peste negra. Durante esa epidemia (que diezmó bastante a la población europea en la Edad Media), a cada muerto, enfermo, o sospechoso de estar contagiado, se los llevaban a Poveglia...donde los cadáveres, junto a los moribundos y a quienes estaban en riesgo de contagiar eran arrojados a gigantescas fosas, a las cuales de vez en cuando prendían fuego para liberar el espacio o "purificarlo" sin importar si los que estaban allí estaban muertos o no. En el mejor de los casos, si alguno conseguía escaparle a las llamas, igualmente vagaba abandonado por la isla hasta que moría de inanición o era cazado por los guardias venecianos que depositaban cadáveres y enfermos en la isla.

Posteriores plagas medievales le dieron el mismo uso a la isla, llegando a un total estimado de 300.000 seres humanos incinerados vivos, muertos por la peste o enterrados en las gigantescas fosas comunes de la isla.

Las historias de fantasmas y sobre las campanas de la capilla sonando a medianoche en el aire de la laguna se volvieron tan comunes como las de partes humanas flotando en las inmediaciones. Tanto que hasta hoy en día los pescadores todavía se niegan a ir a echar las redes por la zona porque muchas veces sacan pedazos de hueso u otra clase de restos humanos). Ningún transbordador viaja a esa isla, y nadie se le acerca de noche.

Con el tiempo se buscó "rehabilitar" la isla poniendo una institución sanitaria. En este caso un manicomio, en 1930. El doctor (parece la Casa de la Montaña Embrujada) torturaba y experimentaba con sus pacientes para "curarlos" de las voces, alaridos y gemidos que los internos escuchaban por las noches...hasta que una noche las escuchó el mismo, enloqueció y se tiró del campanario que había en el hospital.

La isla volvió a clausurarse. Según se dice la compraron varias veces, pero siempre a la primer noche de estadia los dueños la ponían en venta, aterrorizados por las cosas que veían a las noches. Algunas versiones de la historia hablan de que a la hija del matrimonio le arañaron la cara fuerzas invisibles. Se mandó en los 90 a un grupo de parapsicólogos y médiums...algunos escucharon voces que les prohibieron regresar, y otros directamente volvieron de ese lugar locos por las cosas que "oyeron" o "vieron".

Actualmente (si bien solo durante los días ya que a la noche no queda nadie ahí, seguramente por ser de la zona y conocer las leyenda sobre ese lugar), la están refaccionando y se dice que van a usarla para plantar vides y producir vino...se lo tomarían ustedes?

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