EL DEGUELLO DE MOCA Y PARTE DE LA ISLA…EL HOLOCAUSTO MÁS GRANDE DE LA HISPANIOLA DESDE LOS INDIOS
Posted by Raifi Genao under Historia Dominicana, patrimonio cultural Dominicano, Politica y Sociedad
Tomado de la Fuente. http://lavendatransparente.wordpress.com/2008/11/11/el-deguelle-de-moca-santiago-y-parte-de-la-islael-holocausto-mas-grande-de-la-hispaniola/
Es
muy probable que la gran matanza haitiana del año 1937, y considerada
un holocausto de gran dimensión, no se equiparan a las acciones de Jean
Jacques Dessalines y Henri cristophe cargada de odio contra los blancos
de ésta parte de la isla…no dejes de leer ésta increíble historia !!!!
.
Jean-Jacques
Dessalines nace el 20 de septiembre de 1758 en Guinea, África. Se
conoce poco de su juventud hasta que aparece como esclavo en la colonia
francesa de Santo Domingo,
ésto lo marcó para siempre y arrastró un odio permanente contra los
blancos por los maltratos y humillaciones sufridas, ya libre adoptó el
nombre de su amo, de quien huyó en 1789.
Al estallar la revuelta de esclavos en Saint-Domingue, se unió a Toussaint y organizó una de las bandas de esclavos que apoyaron a Francia
y contribuyeron a la expulsión de los británicos. Dessalines combatió
al lado del ejército francés contra Toussaint pero en 1802, tras su
prisión y deportación a Francia y aprovechando la debilidad del ejército
francés además del peligro de la vuelta a la esclavitud, se convierte
en líder de los rebeldes revolucionarios.
Dessalines derrotó definitivamente al ejército francés en la Batalla de Vertieres en 1803. El primero de enero de 1804 Jean-Jacques Dessalines proclama la independencia haitiana en Gonaives y se convirtió en gobernador general y poco después emperador con el nombre de Jacques I. Ordenó la muerte de todos los pobladores blancos, excepto religiosos y médicos,
prohibiendo además que estos tuvieran propiedades. Reorganizó la
propiedad de la tierra, repartiendo pequeñas propiedades entre los
campesinos. En su gobierno Dessalines intentó restablecer la economía de
las plantaciones mediante un sistema de trabajo forzado.
En enero de 1805 los remanentes del ejército francés que quedaban en la parte este de la isla comandados por el General francés Louis Marie Ferrand
entran nuevamente en acción. Ferrand decretó a sus tropas cazar niños
de ambos sexos de raza negra hasta los 14 años de edad para ser vendidos
como esclavos. Este hecho provoca la ira de Dessalines quien invade la
parte este de la isla y luego de arrasar con algunos poblados como Azua y Moca sitia la ciudad de Santo Domingo el 5 de marzo de 1805.
EL DEGUELLE DE MOCA Y SANTIAGO
En
el dramático relato “Memoria de mi salida de la isla de Santo Domingo
el 28 de abril de 1805″, del jurisconsulto dominicano Gaspar de
Arredondo y Pichardo, se revela que cuarenta (40) niños fueron
degollados en la iglesia de Moca, y que los cuerpos fueron encontrados
en el presbiterio, que es el espacio que rodea el altar mayor de las
iglesias. Esta tragedia, sin paralelo en la historia de la Isla, fue
parte del genocidio en que perecieron miles de dominicanos, muchos de
ellos degollados Y decapitados. Esta catástrofe, también sin precedentes
en nuestra historia, fue ejecutada por las tropas del general haitiano
Henri Christophe (Enrique Cristóbal), quien cumplía órdenes y conducía
las huestes de Jean Jacques Dessalines que se retiraban de la parte
española de la isla durante su frustrada invasión de ese sangriento año
de 1805.
Interesa
en el presente comentario resaltar particularmente la tragedia que
involucró a los niños dominicanos brutalmente degollados o secuestrados,
prisioneros y conducidos a pie hacia Haití. El degüello de 40 niños en
Moca está documentado en el relato de Gaspar de Arredondo y Pichardo1.
En el trabajo que se inserta en estas misma edición Alejandro Llenas
incluye este párrafo que además de terrorífico e inexplicable es un
episodio sumamente tétrico:
El 6
de abril Cristóbal reunió todas sus tropas en Santiago; degolló en el
cementerio los prisioneros varones, entre los cuales se hallaban el
Presbítero Vásquez y 20 sacerdotes más, puso fuego al pueblo y a sus 5
iglesias, y salió, llevándose como un rebaño 249 mujeres, 430 niñas y
318 niños, ésta cantidad, muy alta considerando la relativa escasa
población de éstos pueblos.
Nótese
que en la descripción de los niños degollados, solamente en el altar
mayor de la iglesia de Moca fueron 40, pero éste hecho es sólo lo
narrado por el autor, los degollados en toda la isla son incontables,
pues ésta acción por órden de Dessalines se ejecutó en muchos lugares
del territorio francés de la isla y fueron miles.
Un
dato interesante es la relación mujeres-niños que fueron llevados desde
Santiago para Haití “como un rebaño”, pues mientras las mujeres eran
249, los niños y niñas sumaban 748, es decir, tres veces más niños y
niñas que mujeres. Mujeres, niños y niñas de Santiago prisioneros y
arrastrados hacia Haití sumaban 997 personas, pero este grupo era sólo
el que llevaron desde Santiago. Existe información fidedigna de acciones
señaladas en Moca y Santiago, pero Llenas narra que por orden de Henri
Christophe “Monte Plata, San Pedro y el Cotuí fueron reducidas a
cenizas, y sus pobladores degollados o llevados cautivos como animales,
amarrados y maltratados en cantidades de miles hacia territorio de
Haití”.
Que
por orden de él fueron arrastrados 900 veganos a Santiago y fueron
incendiados además San Francisco de Macorís, Moca, Puerto Plata y
Montecristi. Está claro que cuando se dice que fueron “arrastrados” 900
veganos a Santiago lo que se indica es que esa cantidad de personas fue
conducida como prisioneros y que todos iban a pie. De manera que a los
900 veganos conducidos, “arrastrados”, hay que sumar los que venían
siendo “arrastrados” desde Monte Plata, San Pedro, Cotuí, San Francisco y
Moca, y los que fueron tomados prisioneros en Puerto Plata y
Montecristi, e igualmente “arrastrados” a pie hacia el distante
territorio de Haití.
Si en
cada una de esas comunidades se actuó como en Santiago, donde fueron
degollados los hombres prisioneros y conducidos “arrastrados” las
mujeres y los niños y niñas, es lógico calcular que las mujeres, niños y
niñas “arrastrados” eran miles. Y otros tantos los prisioneros
degollados que sumaría una cantidad enorme tomando en cuenta que en
muchos casos, los degollados superaban los trasladados a pie como
prisioneros hacia territorio haitiano…
Todo
esto es una tragedia incomensurable ante la cual, con relación al
presente trabajo, se deben referir dos consideraciones, la primera
señalada ya por autores citados, y la segunda que explicaría el énfasis,
el interés particular, en el degüello y la conducción de niños como
prisioneros, “arrastrados” con sed y hambre a pie hacia Haití.
La
primera consideración a que se hace referencia es la circunstancia en
que Dessalines tiene que abandonar el sitio que tenía a Santo Domingo en
1805, un fracaso de enorme dimensión para Haití, equivalente a una
grave derrota militar porque la capital de la antigua colonia española,
además de su determinante importancia estrategia, estaba ocupada por el
ejército francés, que era el objetivo militar número uno del ejército
haitiano.
Esta
situación adversa contrarió notablemente a Dessalines, que antes de
abandonar el sitio “hizo dar la orden a los comandantes de las varias
comunes conquistadas de reunir a todos los habitantes y reducirlos a
prisión, para que, a su primera orden hacerlos pisotear por las acémilas
y otros animales, al llegar a la parte haitiana”.
Además,
en virtud de las últimas instrucciones de Dessalines dejadas a varios
generales antes de abandonar el sitio, “éstos empujaron delante de ellos
el resto de los habitantes, de los animales y bestias … redujeron a
cenizas los pueblos, aldeas, hatos y ciudades, llevaron por todas partes
la devastación, el hierro y el fuego, y no perdonaron sino los
individuos destinados por S. M. a ser conducidos como prisioneros”.
Aquí
es importante resaltar que la parte de los dos párrafos anteriores
citada entre comillas fue extraída del diario de guerra del propio
Dessalines , de manera que, a confesión de parte, relevo de prueba, en
buen derecho según los abogados conocedores.
Se
debe resaltar que el ejército invasor de Dessalines estaba constituído
de más de veinte mil soldados, muy bien dotados con las mejores armas de
guerra del momento en Europa, que habían los haitianos capturado al
ejército de Napoleón Bonaparte derrotado en Saint-Domingue, es decir, en
Haití. Como se ha visto, esos más de veinte mil hombres recibieron la
orden, en su retirada, de conducir hacia Haití como prisioneros a todos
los habitantes dominicanos, “o al resto de ellos”, los que quedaran
vivos, porque los hombres prisioneros eran terriblemente degollados sin
piedad.
Si
sólo de Santiago fueron “arrastrados” 249 mujeres, 430 niñas y 318
niños, como revela Alejandro Llenas, y de La Vega 900 veganos, entonces
hay que colegir que se sumaban los del resto de las comunidades por
donde ese ejército pasaba y que fueron miles.
Lamentablemente
no hay pruebas documentales de este genocidio en la región Sur del
país, que fue por donde se retiró con una parte de su gran ejército el
propio Dessalines. Hay sólo menciones en el texto escrito por Gaspar de
Arredondo y Pichardo sobre el horror que narraban los fugitivos que por
los caminos y los montes llegaban huyendo rápidamente al Cibao desde el
territorio del Sur.
Hay
una segunda consideración que expreso aquí. Algunos historiadores tienen
la creencia de que la invasión de Dessalines fue como respuesta a un
decreto destemplado, propio de la guerra, del general francés Lois
Ferrand, quien era en ese momento gobernador de la colonia de Santo
Domingo.
En su
artículo “Invasión de Dessalines” Alejandro Llenas cita muy bien este
decreto de Ferrand, que fue en respuesta a una proclama de Dessalines
llamando a los habitantes de la parte española de la isla a rendirse.
Pero en su insólito decreto del 6 de enero de 1805 3 Ferrand autoriza a
los habitantes y autoridades de la parte española capturar en territorio
de la república de Haití niños de hasta 14 años de edad, con el fin de
venderlos, como hicieron con los negros, a todos ,como vulgares
esclavos.
Evidentemente
el motor de la inmediata invasión de Dessalines no fue este decreto,
pero sí su contenido debió provocar la indignación de las autoridades
haitianas porque el mensaje de ese texto equivalía a una propuesta de
restablecer la esclavitud, que había sido evidentemente superada con la
proclamación de la Independencia de parte de los haitianos, y que había
sido suprimida además por la revolución francesa años anteriores.
El
degüello de los 40 niños en el altar de la iglesia de Moca y la
conducción como prisioneros hacia Haití de los 748 niños y niñas de
Santiago debió ser un evidente mensaje. Esos, como hemos dicho, son
datos que están documentados, pero no debieron ser casos únicos. En
otras comunidades dominicanas en las que pisó el carnicero conocido como
Henri Christophe debieron haberse producido degüellos masivos de niños
inocentes por sus propias órdenes directas . Se podría decir sin ser
exagerados, que ésta matanza de Dessalines y sus partidarios,sobrepasó
las 10,000 ejecuciones en todo el territorio nacional, una suma
espantosa tomando en cuenta la masa poblacional de la época, pero más
tarde el propio Jean-Jacques Dessalines cae asesinado ,como cosa del
destino, de la misma forma en que ordenó se mataran sus prisioneros, en
1806, su cuerpo fue primero degollado y luego cortado furiosamente en
pedazos por sus asesinos. Dessalines fué traicionado por sus principales
colaboradores Petión y Christopher quienes más tarde se repartieron el país y que usaron con él el mismo método utilizado con los enemigos .
Sin
embargo éstas acciones ,tanto de Dessalines como del propio Trujillo son
vistas desde el marco histórico como errores políticos de la época que
no deben repetirse jamás.
Muchos
amigos cercanos del Dictador dominicano Rafael leónidas Trujillo
señalan que a éste le gustaba escuchar las anécdotas de historiadores
dominicanos sobre este hecho y sus pareceres sobre la actitud de
Dessalines, quedandose siempre estupefacto ante tales narraciones,
algunos afirman incluso que la decisión de la matanza del 1937, estuvo
íntimamente ligada a una deseada pero errónea respuesta que pudiera
vengar en parte aquellos hechos, y de ésta forma darle punto medio a la
inclinada balanza de odio que acentuaba todavía a inicios del siglo XX
las acciones de Dessalines, . Aunque, muy de seguro, éstas afirmaciones
difícilmente podrán ser probadas, pues Trujillo se cuidó de no dejar
documentaciones escritas sobre tan delicados hechos.
.
.
por: Raifi Genao
1-Gaspar
de Arredondo y Pichardo,- Memoria de mi salida de la isla de Santo
Domingo el 28 de abril de 1805, en Bicentenario del degüello, página 70,
Vetas Editoriales, Santo Domingo, 2005.
2 – Publicado en la revista Vetas número 74 de octubre de 2005, página 24 y siguientes
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