OPINION ¿Cuál es el móvil del crimen?
Por
MANUEL NÚÑEZ
http://www.almomento.net/articulo/168468/OPINION-%C2%BFCual-es-el-movil-del-crimen?
Cuando se investiga un crimen, la
experticia judicial determina los hechos, el lugar, la circunstancia, las
víctimas, los indicios que llevan a
establecer indudablemente la
culpabilidad de los agresores. Una vez realizada
la reconstrucción , se define quiénes son los beneficiarios de las fechorías. Pero, de
todas las indagaciones la que arroja mayores claridades es saber cuál es el móvil.
Nos hallamos en el cráter de un volcán o ante un abismo incomprensible,
¿cuáles razones pueden llevar a los dominicanos a participar en el
desmantelamiento de la nacionalidad , en
la disolución de nuestra Independencia de Haití? Entre los haitianos las
motivaciones están claramente definidas. Se trata de resolver el colapso de su
nación a expensas de la República Dominicana, manipulando a la Comunidad Internacional, a la que han llegado
a convencer de que las soluciones a su estado de descalabro se hallan en la
fusión con la República Dominicana. Pero, entre los dominicanos queda la
incógnita sin respuesta ¿por qué
renunciar a los resultados históricos de 1844? ¿Por qué convertirse en enemigo jurado de la
felicidad del pueblo dominicano? Hay crímenes que, a la luz de las pesquisas y
las exploraciones, nos sumergen un banco
de nieblas. Son rotundamente
inexplicables .
La
pérdida de la cohesión nacional
Defender a la nación es el único modo de proteger al pueblo
dominicano del conciliábulo de fuerzas que se ha constituido para llevar a cabo
su aniquilación. Estamos ante circunstancias verdaderamente excepcionales en
toda la historia del pueblo dominicano.
1- El papel desempeñado por
las élites económicas. Los grandes grupos
económicos, que, son a su vez, grupos bancarios, que controlan las finanzas y
el dinero y grupos de prensa que fabrican la opinión, han colocado toda su
nefasta influencia para cambiar la soberanía dominicana por negocios. Las
élites se han colocado frontalmente contra los propósitos del pueblo
dominicano. Estos grupos no tienen patria. Muchos de sus miembros o tienen pasaporte europeo o tienen
nacionalidad estadounidense. Para la mayoría la patria son los aeropuertos y
las fortunas que han amasado. Para estos, el dominicano es una bestia de carga
que puede fácilmente ser suplantada por el haitiano.
En En un interesante intercambio de correspondencia entre empresarios de primerísima
importancia, se muestran las opiniones de un liderazgo empresarial desconectado
de la realidad ( Véase intercambio de cartas entre J.L. Taveras y el empresario
Juan Vicini sobre las declaraciones de Ligia Bonetti) . He aquí las palabras
del señor Juan Vicini, Presidente del grupo económico más importante de la
República Dominicana: “Durante
el mismo tiempo 5 millones de haitianos hoy menores de 21 años entraran a la
fuerza laboral de su país, sin contar los 2.5 millones desempleados hoy… y
encontraran un vacío que representa un istmo de presión migratoria para nuestra
patria… el cataclismo que se avecina, que esta de hecho arriba de nosotros en
este momento reflejado por el 30% de desempleo en la población menor de 25 años
…versus el promedio nacional de 15% …no
solo desvanecerá (…)derrumbara todo lo que usted reconoce como vida, (…)en las cenizas quedara poco de lo que
usted reconoce como patria” (17 de julio, 2014).
A confesión de partes, relevo de pruebas.
Seducidos por la idea de hallar una inagotable mano de obra barata , de
mantener invariablemente bajos los salarios, han renunciado a cualquier
compromiso con la nación, a la que observan con aire de benefactores. Han
apoyado, ardientemente, la plataforma de
la desnacionalización de los empleos y del territorio a cambio de la expansión
de sus negocios en Haití. Según esto, la economía debe estar al servicio de las ambiciones particulares, y
no al servicio de la nación. Es decir, que la libertad empresarial se ha
transformado en la libertad de unos cuantos de enriquecerse sin límites,
excluyendo a los trabajadores dominicanos, anulando nuestro porvenir.
2- Los
excluidos por los empresarios y por el Estado, las principales víctimas de esta
catástrofe, son los trabajadores. Al
momento de iniciar un proyecto de regularización masiva de extranjeros
ilegales, el Gobierno no estableció, ni
fijó límites, sobre cuál era la cuota
aceptable de extranjeros que no constituyesen una amenaza al interés
nacional. Mediante la Ley 169/14, se h a
propuesto regularizar a todos los haitianos que se hallaren en la República Dominicana,
sin establecer categorías migratorias y aplicando el principio de la
reunificación familiar. No es, pues, una oleada migratoria, lo que ha aprobado
en el Congreso, sino la colonización del país. De este modo, el pueblo dominicano quedaría legalmente
despojado de todos los empleos de la agricultura, de la construcción, del
trabajo informal. Es decir, privado
de todos los mecanismos de supervivencia.
3- La clases media, los profesionales y los
intelectuales, secuestrados mentalmente por los grandes grupos
de prensa, ahogadas en un mar de sufrimientos , se han mostrado por ahora
incapaces de encarnar el patriotismo y
de presentar una resistencia apreciable a todos estos nefastos manejos.
4- Los dirigentes políticos que hemos elegidos para salvaguardar
los 170 años de Independencia han proclamado a las claras su decisión. Primero, han servido de plataforma a las
ambiciones de los haitianos, apoyado por
la manipulación de un reducidísimo grupo de la Comunidad Internacional, a la
que han jurado lealtad y servidumbre. Segundo,
se han sometido al proyecto de las élites económicas dominicanas, que han
comprometido el territorio
nacional a cambio de la expansión en
Haití y de trabajadores baratos. El gran olvidado de
toda esta maquinación en la que participa el liderazgo político, una porción
importantísima de los empresarios y de la clase media, es el pueblo dominicano..
5- Desde nuestra Independencia en 1844 no ha habido
mayor amenaza a la cohesión nacional. El pueblo dominicano, vendido por sus dirigentes políticos; traicionado por la clase media, por sus profesionales
y por sus intelectuales; suplantado por
las operaciones patrocinadas por el empresariado, confronta las mayores
incertidumbres de toda su vida independiente. Donde hay un fuerte, representado
por los empresarios y el mando político, y un débil, simbolizado por el pueblo
dominicano, la frontera debería proteger al pueblo. Porque el pueblo sólo tiene
el territorio. Sin esa configuración
territorial de nuestro país, perderia indudablemente la cohesión
nacional. Para nosotros, desde luego, no será estímulo alguno, desconectar a
nuestro pueblo del territorio; destruir el porvenir y su derecho a la
sobrevivir; modificar la naturaleza del Estado; suprimir el ordenamiento
constitucional para hacernos federar en un inconfesable experimento geopolítico, que
nos llevará a una ausencia del
Estado, ¿ a quién puede representar un Gobierno entregado a los propósitos de
un poder extranjero? Si los empleos, la
salud, la educación y la seguridad de los dominicanos no están entre sus
prioridades, ¿ cuáles son, pues, sus prioridades?. No hay que buscar
explicaciones en el zafacón de las ciencias sociales, allí donde se desvanecen
toda la representaciones, donde nadie representa a nadie, allí donde no hay Estado la mafia y el crimen
organizado, implantan su reino.
Las razones
del traidor
Pero todas
estas circunstancias borrascosas, no nos esclarecen la pregunta inicial ¿ por qué hay dominicanos que han escogido
traspasarle los problemas haitianos al pueblo dominicano? ¿ Qué hay detrás de
la elaboración del terrible decreto 327/13, de la Ley 169/14 y del decreto de
Reglamento a esa Ley? ¿ Por qué dar muestras de una violencia que ha
quebrantado la Constitución en los artículos 272, 3, 6, ha derogado la Ley de Migración 285/04 y ha
destruido el papel que deben desempeñar las instituciones?
1.
La patria de
las élites económicas es el dinero. Sus razones son económicas. Se han dejado seducir por una abundantísima mano de
obra, que mantendrá los salarios
invariablemente bajos. No importa si ese derrotero priva al pueblo dominicano
de sus mecanismos de subsistencia, del
trabajo, de la escuela, de los hospitales, del porvenir y termina, despojándolo,
además, de su destino como porción
esencial de la nación dominicana. Lo que nos proponen, con el ropaje del
progreso, no es la emancipación del pueblo dominicano, sino su suplantación, su
disolución en la balcanización del territorio, que fragmentará profundamente
nuestra sociedad.
2.
Existe un
ansia de destrucción en una porción minoritaria de la clase política
dominicana. Sobre todo
en aquellos que han fraguado su vida profesional en el seno de las ONG, que han
vivido como peones del intervencionismo internacional, que son correa de
transmisión de los jesuitas y sus organizaciones apéndice, que, deseosos de ser
parte de una plataforma de poder, se han colocado como instrumento de las
políticas que EE UU pone en práctica a
través de la USAID. En todos estos individuos hay un resentimiento profunda que
los lleva a todos a someterse a la servidumbre extranjera. Menosprecian al país. No tienen confianza en
el pueblo dominicano. Desprecian la Constitución y las leyes. Detrás
del mundo que nos proponen sólo hay un esfuerzo de disolución, el abandono de todo lo
que nos había identificado como país, el desprecio por la historia, y el culto por el hundimiento del pueblo
dominicano. ¿Cuál es el mundo que van a desplegar ante nuestros ojos,
importando los problemas de Haití a nuestro país? Nos proponen una patria donde
no habrá empleos para los dominicanos; donde las escuelas naufragarán en el
hundimiento, en la confusión y en la desesperanza; donde las enfermedades y los
problemas que enfrentaremos tendrán tales proporciones que será imposible
imaginar un porvenir radiante. Nos proponen un mundo sin porvenir, sin
referencias históricas. Una sociedad fracturada donde la impotencia, la
cobardía, la falta de patriotismo, será colocada como ejemplo de prudencia
política.
3.
Algunos
quieren disfrazar estas campañas de odio al país con un lenguaje humanitario. Proclaman
que prefieren traicionar a su país, antes que hacerlo a la Humanidad.
Olvidan que los dominicanos tenemos
derechos, que formamos parte de la Humanidad.
Poseídos de una compasión delirante por el haitiano ilegal se han olvidado
de nosotros mismos. Han suprimido nuestro derecho al trabajo, a la salud , a la
educación, a la seguridad, a vivir en nuestra cultura y amar nuestras
tradiciones. Y, ahora en nombre de ese humanismo que niega nuestra existencia,
quieren arrebatarnos el derecho a la
autodeterminación. La vocación al gobierno propio.
Hace
quinientos años, el 11 de diciembre de 1511,
un predicador al cual todos reputan como el primer defensor de los
derechos humanos en América, Fray Antón
de Montesinos, se refirió a los antiguos habitantes de la isla, con estas palabras que, hoy ante el despojo del
porvenir de que han sido víctimas los
dominicanos, tienen una rotunda
actualidad:
¿Éstos, no son hombres?
¿No tienen ánimas racionales?
¿No sois obligados a amallos
como a vosotros mismos?
¿Esto no entendéis?
¿Esto no sentís?
¿Cómo estáis en tanta profundidad
Del sueño tan letárgico dormidos?
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