jueves, 8 de noviembre de 2012

La calumnia y el descrédito, como armas de combate político.


La calumnia y el descrédito, como  armas de combate político.
Fuente: Artículo escrito  por El Dr. Guido Despradel y Batista. Publicado en el Periódico. La Palabra, 1; 31 La Vega, 14 de enero de 1930, e insertado en las Obras  II. Del Dr. Guido Despradel y Batista, publicada por el AGN. Volumen LXXXVI. Año 2010, pág. 47-48

Cuando las democracias se corrompen y no son más que unas anarquías oligárquicas, cuando el concepto de la moralidad se pierde en los pueblos, y el ciudadano se lanza a la práctica de todos los vicios para satisfacer mezquinos apetitos.
Cuando las masas se prostituyen, y  enceguecidas por un mendrugo de pan del presupuesto, pisotean el honor nacional y pierden el concepto de sus  deberes y de sus derechos
Entonces, cuando se ha llegado a estos ensombrecidos extremos, los  pugilatos políticos,  que en las naciones realmente democráticas constituyen una lucha honrosa y útil, no son más que asquerosas contiendas de caníbales, salvajes competencias en donde campean airosamente la calumnia y el descrédito.
Para  mayor gravedad de nuestra desgracia, el ambiente político dominicano se ha relajado de tal modo que los pugilatos políticos que se llevan a cabo en el país activamente, son las más inmorales y desvergonzadas contiendas que se pueden presentar entre  las masas de un pueblo sensiblemente civilizado.
La calumnia y el descrédito son las únicas de combate en nuestra política actual. Con estas dos armas afrentosas se ataca, lo mismo el desfachatado  bandolero que por sarcasmo de estas democracias de guerrillas de nuestra América ocupa el lugar, entre  otro caso prominente, de  líder, como  el  hombre  honrado y de sanas intensiones que  por poderosas circunstancias se ha visto impelido a tomar parte  en estos calumniosas pugilatos políticos
Así se hace política en el presente siglo en la anarquizada oligarquía de este prostituido país, la calumnia y el descrédito colocando en un mismo nivel a los degradados oportunistas de nuestra politiquería y a los hombres honrados y de sanas  intensiones.
Estamos frente a frente a la desconcertante e inaudita confusión  del bandolero encumbrado y del hombre  digno y de  alma blanca, que  lucha en la política por el cumplimiento de un deber ciudadano
Pero debemos hacer una salvedad. No se vaya a pensar que las armas de la calumnia y del descrédito tienen su uso corriente entre los dos bandos opuestos de la política actual, o sea entre el  gobierno y la  compactación, no, aquí es donde  menos se usa, su uso corriente los vemos a cada pasa en el caótico seno de un partido político que llaman a sus melosos e  inconsistentes panegiristas “potente y ordenado”
Y que  a nosotros se nos presenta como el  más alto ejemplo de los que podemos llamar el partido de tribus nómadas, el partido desintegrado, sin ninguna ideología y con un solo propósito que lo  liga  para la lucha. El interés material de cada uno  de los  caciques que  contribuyen a firmarlo.. Van  a la lucha con el manguado propósito de repartirse la          Patria.
El partido nacional (sin mayúscula)  y la Torre de Babel, son uno. Esta amalgama política no es más  que  un informe mezcla de bastardos intereses y de  mezquinos apetitos, en la cual la calumnia y el descrédito  lanzan sus  pestilencias malsanas por medio de emponzoñadas lenguas a los pues de un maltratado y  engañado Gran Kan, quien cree poseerlo y mandarlo  todo,   sin  tener nada, y mucho menos  nadie que le obedezca.
En honor a la verdad debemos decir que en ese partido tribu hay varios hombres dignos y  honrados, victimas  de la  calumnia y del descrédito, quienes merecen todo nuestro respeto y consideración
-----Ciudad Primada de Indias.----
La Palabra. La Vega. 14 de enero de 1930

1 comentario:

  1. ASI ES. LOS POLITICOS DE IZQUIERDA CHILENOS (LOS ZURDOS) SON CRIMINALES MENTIROSOS Y EMBAUCADORES. SON ASOLAPADOS, TRAICIONEROS E INFILTRADOS. ENTRE ELLOS SON MUY DISCIPLINADOS. CON SUS ADVERSARIOS SON LAPIDARIOS Y DESCANADOS, MIENTEN, MIENTEN Y MIENTE TODO EL TIEMPO.

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