La búsqueda de la Atlántida ha constituido, y continúa siendo, un enorme desafío. Los supervivientes de este mítico continente han dejado huellas por todo el planeta. ¿Pero, qué sabemos con certeza sobre su historia y sociedad?. ¿Y sobre su arquitectura y ciencia?. ¿Es posible precisar dónde se encontraba, por qué desapareció y qué tipo de civilización poseía?
Cuando Platón describió la existencia de la Atlántida en sus diálogos Timeo y Critias, algunos autores clásicos, coetáneos de filósofo, comenzaron a interesarse por el mítico continente. Plutarco, Estrabón, Plinio el Viejo y Diodoro de Sicilia, entre otros, tratan este asunto en algunos de sus escritos.
Desde entonces, se han planteado infinidad de hipótesis para demostrar la existencia de un continente, que con el paso del tiempo, ha llegado a convertirse en arquetipo de una civilización ideal. La Atlántida siempre resuena en nuestros oídos como un viaje épico hacia el descubrimiento de nuestros orígenes. Su nombre continúa estimulando nuestra imaginación.
La Atlántida está a nuestro alrededor, como ha sugerido el escritor inglés John Michell. No se trata de un mero recurso retórico. La presencia de numerosos restos arqueológicos y megalíticos ciclópeos en muchas zonas de la Tierra, levantados con orientaciones astronómicas muy precisas, supuestamente anteriores a la Edad de Piedra, sugieren que una civilización de grandes astrónomos e ingenieros precedió a la prehistoria humana.
¿Fueron erigidos por quienes sobrevivieron a un gran cataclismo o por sus descendientes?
Pese a sus errores, los psíquicos informan con frecuencia sobre sucesos a los que no tienen acceso los historiadores, ya que se apoyan en vías de información que no están limitadas por el tiempo ni por el espacio.
Por otra parte, el material Canalizado, encaja con algunas de las fuentes tradicionales relativas a la civilización Atlante. Aunque ellos lo nieguen.
¿Basaron sus relatos en las fuentes escritas conocidas? ¿Acaso se influyeron unos a otros a través de la percepción extrasensorial, como ha sugerido el investigador psíquico Alan Vaughan?
Helena Petrovna Blavatsky (1831-1891) sobre el mundo Atlante, supuestamente obtenidos a partir del estudio de las tradiciones ocultistas orientales y mediante comunicaciones con otros planos, influyeron poderosamente a toda la corte de videntes posteriores. Algunas de sus propuestas resultaban absurdas y descabelladas en su época, pero un siglo después han recobrado vigor. Por ejemplo, la de que seres inteligentes anteriores al hombre coexistieron con los dinosaurios parece cada vez más plausible a la vista de los inexplicables hallazgos de huellas y fósiles humanoides, correspondientes a aquella época, en diversas zonas del planeta.
Por ejemplo, el doctor C. N. Dougherty descubrió en 1971 en el Valle de los Gigantes (Texas) numerosas huellas de Saurios de diversas especies, junto a otras de pies humanos de gran tamaño, en el mismo estrato geológico. Éste y otros descubrimientos semejantes parecerían dar la razón a Blavatsky, a los Vedas y a otras muchas antiguas tradiciones.
El mapa de la antigüedad de la Tierra y el esquema de la evolución humana mediante diversas Razas Raíz, divididas en Subrazas, trazados por esta ocultista, resultan más que discutibles. Pero, a medida que van aflorando fósiles humanos, cada vez de mayor antigüedad, parecen ir confirmándose algunos de sus datos.
Es preciso señalar, no obstante, que las Razas Raíces de Blavatsky, no se corresponden con nuestro concepto habitual de raza, ni siquiera con el de humanidad, ya que la primera sólo habría existido en el plano astral.
La segunda o hiperbórea, se acercaba más a los hombres actuales, pero estaba muy vinculada con el plano etéreo; y habitaba el norte de Asia y parte del Ártico. En tercer lugar estaban los habitantes de Lemuria, desaparecida en el Pacífico. La humanidad actual sería la quinta raza, mientras que la cuarta correspondería a los Atlantes: eran bastante altos, estaban divididos en dos sexos y su avanzada civilización habría dado origen a las conocidas por nosotros. Sin embargo, al igual que Lemuria, su sociedad fue destruida por diversos cataclismos.
Según los teósofos, las razas sexta y séptima que nos seguirán serán de nuevo más etéreas.
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