jueves, 29 de noviembre de 2012

HISTORIA DEL PERIODISMO EN LA REPUBLICA DOMINICANA


HISTORIA DEL PERIODISMO EN LA REPUBLICA DOMINICANA
Primera parte.
Fuente:- tomando de la obra  “Historia de la Cultura Dominicana, de Mariano Lebrón Saviñón, Tomo V, publicado por la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU), 1982. Cap. XXXII, Breve Historia de la Educación Dominicana y del Periodismo, Págs. 125 al 160.
La Imprenta apareció  tarde en Santo Domingo, setenta y nueve años (79) que los EE.UU. se  publicara The  Boston  New. Fundado  en 1704, primer periódico que vio  la luz  en  nuestro continente. La Imprenta apareció en Santo Domingo, en 1774, siendo el 5 d abril  de 1821 cuando se publico el primer periódico dominicano, en la  ciudad primada, El Telégrafo Continental, el  que  fue dirigido por Antonio María Pineda, natural de Las Isla Canarias, España, radicado en nuestro país, en éste colaboró activamente el Lic. José Núñez de Cáceres, quien para ese entonces gestionaba la liberación  de la Patria del tutelaje Español
De este periódico sólo llegaron a salir unos diecisiete (17) ejemplares, el último del 26  de julio de 1826.  En plena ocupación haitiana, era un periódico de  información, donde  aprecian los decretos del gobierno, noticias breves y a veces se insertaba opiniones  de Núñez de Cáceres, las  cuales expresaban ideas que  anticipaban la Independencia efímera en que  ya  elaboraba
Hay dos clases de Periódicos; el Periódico de opinión  y el periódico  de información, que es el típico de nuestros días, donde  se combina con frecuencia los  dos tipos. Hay también paródico personalista, controlado por  una persona o familia para representar sus ideas y plataforma, y  por último, el tipo de periódico de empresa anónima  o sociedad de acciones” (Manuel Amiama, resumen del cursillo de periodismo distado en UASD, agosto 1941)
En esa misma época el Lic. José Núñez de Cáceres, dio a la luz un periódico que le llamo El Duende, era dominical y fue un periódico de opinión donde su director  fiel a los ideales de libertad que  atesoraba publico artículos polémicos y editoriales doctrinarios
El Telégrafo Continental y  El Duende, nacieron casi al mismo tiempo y se  editaron  en la misma  imprenta, con el mismo tamaño, no más que  un par  de folios, algunos números del Duende, no pasaron de un folio. La  pequeña Imprenta de que disponía el gobierno la misma que regenteó Blocquest. Y que al irse dejaron los franceses. (nota se refiere  al francés André Joset Blocquest,  a quien el gobierno francés le dio  en 1799, el usufante de la Imprenta
En 1845 un año después de la Independencia aparece  EL Dominicano, fundado  por  Pedro Antonio Bobea, junto  con los poetas patriotas; Manuel María Valencia, Félix  del Monte y  el trinitario José María Serra, un periódico dirigido a actividad literaria el cual tuvo  vida efímera
La primera Constitución de la República, votada en San Cristóbal el 6 de noviembre de 1844. Aunque se promulgó bajo la presión despótica y  torna del General Pedro Santana, consagró en su artículo,  23 La Libertad de  expresión, que  nunca se cumplió permitía  publicar noticias y artículos sin  censura previa y establecía por mandato de la misma Constitución, del 6 de mayo de 1846, la Libertad de Imprenta.
Esta Ley tenia  artificios de interpretación, pues la complementaban varias restricciones obstante no establecer, autorización ni censura previa, fue analizada ampliamente por Manuel de Jesús Camarena Perdomo en su folleto “La Libertad de Imprenta en la República Dominicana”. Era  una Ley que autorizaba la suspensión de los periódicos
En 1875, a iniciativa del Presidente Ignacio María González, se  dictó una Ley que dio  potestad al gobierno para suspender cualquier periódico que ofendiera a una nación amiga.( Nota. Esta media obedeció a las  quejas que el cónsul  español presentó al gobierno dominicano contra el periódico “Dos Antillas”, dirigido por el refugiado cubano Enrique Coronado y que defendía la libertad  de Cuba Y Puerto Rico, haciendo  alusiones duras  y adversas a España) de esta manera se daba satisfacción a España, atacada especialmente por  la prensa puertoplateña, afecta a la Independencia  de Cuba
Llegaron  los años de feroz tiranía. El árbitro de los destinos  del país era el protervo y feroz Ulises Hereaux, quien como todo tirano, se dispuso a amordazar la prensa. Para el efecto en 1899 propicio una Ley  que puso fuerte trabas a la fundación de nuevos periódicos. De esta manera sólo los apegados al régimen podían gozar del privilegio de ejercer el periodismo. La prensa, como sucedió  en la era de Trujillo, estaba silenciada y  de rodilla.
En  1851 se fundó la Gaceta del Gobierno, La Española Libre y el Correo del Cibao, este último vio la luz en Santiago de los Caballeros. La Española Libre fue dirigida por Manuel  María Gautier (1827-1897), José María González y Nicolás Ureña. Gautier fue un periodista de combate, y rudo en el ataque y de una frialdad absoluta en el análisis político (Nota. Fue un político  activísimo que en 1887 llegó a ser Vicepresidente de la República)
En 1853,  Nicolás Ureña, separado de La Española Libre, fundó El Progreso, y  al año siguiente (1854) El Porvenir, con la colaboración de Alejandro Angulo Guridi,  en calidad de redactor y encargado de las cosas políticas, en tanto que Ureña se ocupaba de las cosas literarias. Ambos  trabajaban unidos por amor a una  amistad que nació de una violenta polémica, en el periódico colaboraron, además José María González, Manuel María Gautier, Félix María del  Monte y Antonio Delfín Madrigal
Nicolás Ureña, aunque no era escritor polémico, sino tan sólo un poeta un tanto bucólico, y  como periodista,  conciliador, aunque de temperamento firme, aun así. Combatió a Santana, que ya mostraba la  garra de su intención anexionista.   Y en 1855, éste, que había escalo el poder una vez más, lo expulsó del país. Con su ausencia y la muerte de las libertades desapareció El Porvenir.
En el mismo  año en que naciera este periódico aparecieron otros dos; El Oasis y El Orden. Fueron también periódico de vida efímera. El Oasis desapareció dos años después
También en ese año El Dominicano tuvo su segunda época pero ya  al año siguiente había  desaparecido de nuevo. En el 1856 dos nuevos periódicos ven  la luz pública; El Eco del Pueblo y La República. Este último fue fundado por  Angulo Guridi, quien poco tiempo después tuvo que abandonarlo, porque fijó su residencia en Santiago  de los Caballeros, donde  José Desiderio Valverde, líder de una revolución en contra de Buenaventura Báez, había instalado un gobierno provisional opuesto al de Santo Domingo.
El país   vióse  en la insólita situación de tener dos presidentes; uno en Santiago y otro en Santo Domingo. El gobierno del Cibao confió a Angulo Guridi la redacción  de la Gaceta Oficial, en tanto que  él fundaba  el periódico La Reforma donde defendió a Buenaventura Báez,  que era la negación de las cosas  que aquel creía. También  en ese año fundóse  en Santiago  de los Caballeros,  el periódico  El Cibaeño, que dirigió Manuel de Jesús Peña y Reynoso
Los trabajos de Angulo Guridi en La Razón traían siempre el sello de una fogosa personalidad y propugnaban una reorganización política que permitiera al país desencallar el barco de su destino. Dolorosamente atapado en la roca de las pasiones desbordas. De  modo que  cuando en 1858,  el Congreso Constituyente, reunido en Moca, votó la nueva  Constitución, Él la combatió, y luego, motu propio,  redactó un proyecto de Constitución que publicó en la Gaceta Oficial
Pero los días venían negros para él. Tras Buenaventura Báez vino Pedro Santana. Y al realizar éste la Anexión  a España,  Angulo Guridi tuvo que abandonar su patria, a la  que no regresó hasta 1875. En  cuanto al Eco del Pueblo, apenas duró un año (1856-57). En 1857 también se fundó en Santiago El Cibaeño, y en 1859, en la capital, Flores  del Ozama.
El otro Angulo Guridi, Javier ardiente patriota que alcanzó el grado de general en la guerra  Restauradora, fundó El Progreso, en 1861, en Santiago  de los Caballeros; El Tiempo, en 1866, y el Sol, en 1868.
En 1862 vio la luz pública La Razón, cuyo director fue el notable escritor Manuel de Jesús Galván, quien  ejerció el periodismo desde  su temprana juventud (Nota: había fundado  en 1850 el periódico Oasis, órgano  del la Sociedad Santiaguense Amantes de la Luz.). Durante la guerra restauradora el órgano  de difusión existente se llamaba, simplemente, Boletín. En  el año de 1865 fue el de El Patriota y La Regeneración; y en 1886, El Tiempo, y El Sol, dirigido  por  Javier Angulo Guridi. (Nota, El Sol, fue el Órgano de la Sociedad  El Paraíso.)
 En  1867, el poeta Manuel  Rodríguez Objío publico en Santiago de los Caballeros el periódico La Voz del Cibao y en 1870,  El Laborante, el cual duró  dos años
En 1872 tiene  Puerto Plata su primer periódico, El Porvenir,  de larga y fecunda vida. También en ese año se publico El Dominicano,  dirigido en Santiago de los Caballeros por Manuel de Jesús Peña y Reynoso, poeta y maestro. El hizo activa vida cultural desde la sociedad “Amante de la Luz”, para  la que publicó en 1874, el periódico Eco  del Yaqué. Peña y Reynoso era un polemista agresivo y a su iniciativa audaz se debió la formación   de La Liga de La Paz, como reacción  contra las turbulencias políticas, y luego presentó ante  el Congreso Nacional una serie  de acusaciones al Presidente Ignacio María González, quien renunció, no obstante haberlo  liberado el Congreso de culpabilidad. Lo indujo  a la renuncia un grupo de ciudadanos ilustres, entre ellos: José Joaquín Pérez, Emiliano Tejera, Francisco Xavier Amiana, Mariano Antonio Cestero  otros. Fue cuando Peña y Reynoso lanzó aquella  frese, que emulaba a la de Montalvo: “YO ES DERRIBADO UN GOBIERNO CON MI PLUMA”.
También del 1874 son los periódicos  El Orden (publicado en Santiago) donde  aparecieron  los artículos políticos y patrióticos del ilustre Ulises Francisco Espaillat, bajo  el seudónimo de María; La Opinión, órgano de la sociedad La Juventud,  que dirigió el Maestro Federico Henríquez y Carvajal, muy joven en ese entonces. En este periódico  inició el Maestro una larga y gloriosa carrera periodística. También del 1874 fueron  los periódicos:  El Nacional, que duró dos años hasta el1876, El Centinela  y La Paz.
En  año 1875 en Puerto Plata se inicia  campaña activa  a favor de la Independencia de Cuba, lo que concitaba airadas e indignadas protestas de la representación diplomática de España en el País. Esta campaña se hacía  desde el periódico Las Dos  Antillas,  fundado por un emigrante cubano de nombre Enrique Coronado, quien extendió su campaña a la idea de la Independencia de la isla de Puerto Rico, para lo cual se encontraba la activa cooperación de un ilustre puertorriqueño, Ramón Emeterio Batances. Con la llegada a aquella ciudad del gran educador americano  Eugenio María de Hostos, se  acrecentó la campaña. Este, en  su calidad  de redactor de Las dos  Antillas, defendió, sin ambages, la causa cubana, por  lo cual el Presidente González cerró el diario,
Entonces Hostos fundó Las Tres Antillas,  donde  los ataques a España fueron  más solapados, y al clausurarlo el Gobierno, fue sustituido por otro periódico que se llamó Los Antillanos, que  duró  hasta 1876, cuando el eximio educador abandonó el país. Otro periódico  de aquel año fue La Ideas, dirigido por César Nicolás Penson,  el cual tuvo una mantenida actividad cultural, como órgano de la Sociedad Amigos del Adelanto. Del  mismo año son; El Correo del Ozama y      El Orden, (Santiago). Por aquellos años se publicaron EL Observador (1877), El País y La Patria (1877),  de  vida efímera, así como  El Pueblo y El Sufragio.(1878)
En 1879 el ilustre ciudadano Francisco Gregorio Billini fundó el periódico El Eco  de la Opinión, que representó. Según el Lic. Manuel A. Amiama,  “el más  notable avance del periodismo”. Este periódico  que tuvo una vida  activa por más de 10 años, se convirtió en  diario en 1895,  ´pero las penurias económicas lo redujeron de nueva a semanario, bajo la eficaz inspiración de su fundador, quien murió en 1899,. Para que no sucumbiera el periódico, empuño su dirección  Juan Elías Mocosco, hijo,  quien apenas lo pudo sostener, nombre  que tuvo su periódico fue el más acertado.
En el 1883 este paladín  del civismo fundó La Primera Sociedad de Prensa, y un año  después escaló el Solio Presidencial de la República. Pero Billini era un lirico  flore4cido en el pentano de un malezal. Entre las muchas medidas que tomó, la de otorgar la total libertad  de prensa y amnistiar a todos  los exiliados, lo   enfrentó con el desborde de las pasiones. Los  hombres que lo llevaron al poder le exigían el frenar  la prensa,  que lanzaba dardos envenenados contra el propio Presidente,” Que puedo hacer—decía Billini con gesto desolado—si la prensa es el cuarto poder…….
Ya sabemos cómo  este hombre puro,  escritor y periodista por vocación, tuvo que renunciar la Presidencia, acosado por las interrogas y al retirarse a la santidad  de su hogar, tuvo que hacer un préstamo para  allegar fondos  con qué atender la diaria pitanza de su casa.
Los otros periódicos fundados en 1879 fueron: El Estudio 1879-1881) y La Actualidad.  En  1881  apareció El Mensajero, que desapareció en 1890, pero tuvo fugaz reaparición de un año en 1899 y Auras del Ozama. Fue  en el año de 1882 cuando apreció el  primer diario del País, El Telégrafo, se llevaba este nombre porque publicaba las noticias en forma condensada. Siendo Presidente de la República  el Arzobispo Meriño, su fundador fue  César Nicolás Pensón. Este periódico, que salía también los días feriados, alcanzo gran prestigio, gracias a la colaboración de los intelectuales, compañeros de Pensón,  de la  Sociedad Amigos del País, entre  otros; Pablo Pumarol, y Francisco Henríquez y Carvajal, y alguna vez  de Eugenio María de Hostos. Pero desgraciadamente, fue  breve  la vida de este periódico, y  ya  a los  cinco meses había desaparecido
Ese mismo año se publicaron El Maestro y El Volteriano. Este último era,  en realidad una hoja suelta de un grupo de Jóvenes de la Escuela Normal, y  trataba  de asuntos  culturales. Como su nombre lo indica, el ídolo de sus dirigentes era Voltaire, en carnación para ellos del pensamiento audaz y el alba combativa
El año  1883 fue el de la Asociación de Presa y se publicaron La Alborada y El Repúblico en Santiago,  La Revista Científica, Literaria y de Conocimientos Útiles; El Teléfono, El Diario  del Ozama, El Quisqueyano y La República..
Al desaparecer el Telegrama, que apenas  duró  cinco meses, César Nicolás Pensón, publico el Diario del Ozama, otro  cotidiano que solamente dejaba de publicarse los  lunes  y los subsiguientes  a un día de fiesta. Pensón,  era un gran periodista;  para él, un periódico, más que una tribuna, era una  cátedra. Escribió siempre con altura orientada. Pero a pesar de que sus dos periódicos tuvieron corta  vida desilusionante, en 1885 sacó El Eco de la Opinión. Puede decirse que César Nicolás Pensón, es el intelectual que  sienta la base  del periodismo nacional.
Un gran periodista, José Justino Castillo (1861-1933) colaboró en la mayoría  de los periódicos nacionales y se  inició m en el periodismo  en El Repúblico. Fue  maestro normal y abogado. El  poeta modernista Fabio Fiallo, se inició en el periodismo en el 1894 en una revista  literaria, donde hicieron sus primeras aventuras culturales muchos  poetas y escritores dominicanos, y  que  se llamó El Hogar. Fue un verdadero portavoz del modernismo en Santo Domingo. Ayudó Fiallo Fiallo,  en estas labores, el escritor y novelista Tulio Manuel Cestero, quien  luego fue director de la revista. Fiallo Fiallo era un periodista combativo y un político de agresiva oposición.
El periodismo religioso hace su aparición en ese mismo  año  con el Boletín  Eclesiástico, que duró veinticinco años, en su primera época.  Era un órgano de la Arquidiócesis de Santo Domingo y se público bajo la iniciativa del Arz. Metropolitano, Mons. Fernando Arturo de Meriño, hombre  ecuménico de recio perfil patriótico. A  la muerte de Meriño, El Boletín dejó de salir  hasta  su reaparición, esta vez  por iniciativa de Mons. Nouel.
En  años sucesivos del siglo XIX siguieron saliendo periódicos de vida efímera, pero fuertemente vinculados al movimiento cultural del país. En 1888 salió EL Santiagués,  revista de un año, que  como su nombre lo indica vio la  luz en Santiago. Fue dirigido  por el eminente ciudadano Ulises Franco Bidó, ayudando por sus hermanos, todos buenos periodistas: y al  siguiente año, 1889, se publicó el más importante de los periódicos dominicanos, El Listín Diario. Fue  fundado por Arturo J. Pellerano Alfau y Julián Artiles. Al principio el periódico no era tal sino una simple hoja informativa del movimiento del puerto, donde se enumeraban en una pequeña  lista (o Listín) los  buques que entraban y salían. Después  se fueron publicando noticias de otras índoles, se le incorporaron artículos y el periódico se hizo diario. Cambio luego su formato y se convirtió en un periódico moderno tan vinculado a la vida del país, que  por mucho tiempo Listín pasó a ser  sinónimo del periódico entre nosotros.
Fue un periódico combativo, pero también hizo labor cultural a través de lo que  llamó “Los Lunes del Listín”. Esta era una página hebdomadaria que dirigía Enrique Deschamps (1872-1935) y donde colaboraban las principales personalidades del mundo cultural  dominicano. Colaboraba asiduamente en los Lunes del Listín, el poeta José Joaquín Pérez y más tarde por Luís Emilio Garrido. La Página sufrió una interrupción hasta agosto en que 1905 volvió orientada  por José María Bernard.
El Listín Diario fue  cantera  formadora d buenos periodistas,  que  todavía están en plena labor fecunda; son innumerables los periodistas que  formaron parte de  este importante medio de comunicación, considerado como el decano de la prensa escrito dominicana, sería  injusto obviar nombre pero  entre  estos ilustre hombre de la pluma puede hacerse mención a unos de sus grandes directores Don Rafael Herrera Cabral, y  hombre de juicios nobles y ponderado.
Contingencias políticas de insólitas intolerancias ahogaron económicamente al         Listín Diario, que tuvo cerrar sus puertas en 1942. Después de la muerte de Trujillo volvió a salir,  y llena un gran contenido social y cultural en nuestros días. Las primeras  noticias que se publicaron en el país cuando el Listín se convirtió en diario, provenían del Cable Francés, este permitió al periodismo vernáculo un alto grado de progreso. 
Fue  el Boletín Comercial el primer periódico que ofreció las noticias de los sucesos que  ocurrían  en el  extranjero. La fuente del Cable Francés fue la única hasta 1911, los adelantos de los diversos tipo de prensa, desde Marconi y los linotipos, las rotativas hasta nuestros días son pasos de avance en el periodismo nacional. Hoy las noticias extranjeras son servidas por agencias
En  el 1891 tiene lugar  la célebre controversia histórica  entre Manuel de Jesús Galván, desde  El Eco de la Opinión,  y José Gabriel García, desde  EL Teléfono. Galván era un escritor de claro estilo, casi un purista, pero con ideas muy especiales. Su  hispanofilia lo llevó a apoyar la anexión y combatir tenazmente  a los restauradores. García era  todo  lo contrario y aquella polémica tornase ácida en extremo
En ese  año  vio la luz pública El Día (1891-1902) en Santiago y El Lápiz (1891-1902) en Santo Domingo. El Día  fue dirigido  por Ulises Francisco Bidó;  por  su parte  El Lápiz fue fundado por uno de los connotados intelectuales de la época, el fogoso  orador Manuel Arturo Machado. Esta  fue una  revista demasiado  atrevida en medio de una tiranía como la de  Ulises Heraaux y en ella colaboraron José Otero Nolasco y Andrés  Julio Montolio.
Otro que combatió a Lilís fue   el ilustre ciudadano Federido Henríquez y Carvajal, a quien se identifica tan solo como el maestro.  Y que fundó en 1892 la revista quincenal Letras y Ciencias, junto  con su hermano, el Dr. Francisco Henríquez y Carvajal, padre de los  hermanos Pedro y Max Henríquez Ureña. Esta revista estuvo saliendo hasta la muerte del tirano cuando Don Federico volvió a publicar El Mensajero, que  había sido clausurado por el gobierno tras apresar a su director, a causa de un comentario acerbo  que no fue del agrado del déspota
Otros periódicos de ese año fueron: La ´Prensa (1892-1897) de Santiago y El Cable, de San Pedro de Macorís. La Prensa fue dirigida por el historiador Pedro María Archambault. Durante cinco años (1892-1897) y el Cable, uno de los periódicos mejor redactados, aunque sólo subsistió hasta 1898, fue  fundado  y dirigido por Luis Arturo Bermúdez. En 1894, la juventud maniatada por el régimen férreo de Ulises Heraaux, buscaba ventanales por donde  desfogar su odio y su impotencia. Las revistas literarias servían  muy bien para este fin. Luis Aristides Fiallo Cabral y Eduardo Matos Franco sacaron un periódico al que  llamaron EL Volteriano, nombre  que le dieron recordando  una hoja que años antes se publicaba en la Escuela Normal Superior. Con  el mismo fin y con el mismo formato se publicó en Puerto Plata la revista El Estudio, que dirigían los jóvenes profesores Ramón Álvarez Blanco y José María Rodríguez Arrezón, y que fue órgano de difusión donde  la intelectualidad puertoplateña desfogó  sus vehemencias inquietudes.
En esta publicación un  intelectual de la generación anterior, Fidelito Despradel (1865-1925), escribió un ensayo sobre  Rubén Darío, con ocasión de publicarse la falsa noticia de su muerte. Hay que hacer notar que el ensayo de Despradel  tiene la importancia de que cuando se publicó, el  modernismo no había penetrado en Santo Domingo.” El poema Mi Vaso Verde”, de Altagracia Saviñón, se publicó en 1900 y la Virgínea, de Valentín Giró, en 1902
También en San Pedro de Macorís, Luis Arturo Bermúdez,  contando con la colaboración de Rafael Deligne, dio a la luz la “revista literaria Prosas y Versos “(1894-1896). En 1896 salió  otra revista, “Ciencias, Artes y Letras” (1896-1897) dirigida por Rafael  Justino Castillo, que  pretendió ser enciclopedia y donde escribieron asiduamente Luis A, Weber y Andrés Julio Montolio.
Nuevas publicaciones aparecen en 1898, esta vez la Revista Ilustrada (1898-1900) dirigida por Miguel Angol Garrido,  quien,  perseguido por Hereaux, por  su fogosa oposición  al régimen, y  obligado a forzoso silencio, buscó refugio en la literatura. Esta fue una magnifica publicación de alta categoría, solamente comparable a las grades revistas literarias, de  que ya  hemos hablado, publicadas a partir de la década del 40. Garrido es uno de los grades escritores dominicanos, combativo y de estilo florido y luminoso
También en ese año se publicó en La Vega, El Ideal 1898-1906). El periodismo dominicano se había agazapado ante las  trabas puestas  a la libre  expresión.
En el año 1899, en  que se  funda  La Bandera Libre,(1899-1915,1915-1916),Lilís,  votó, sin  ningún  empacho, una Ley de mano dura en contra de la expresión  del pensamiento, según la cual para fundar  un periódico se necesitaban tales requisitos, que solamente las personas de muy  adictas  al régimen podían hacerlo. Gajes de la Dictadura.



Parte de la Historia del Periodismo en la República Dominicana, en la primera mitad del siglo XX.

Al iniciarse el siglo XX, la prensa estaba  amordazada. Pero en 1905,  siendo Presidente de la República Carlos Morales Languasco,  se derogó la Ley  mordaza de Ulises Heureaux. Fue  una decisión heroica por cuanto el periodismo conoció privilegios de que no había gozado antes.
En 1908,  se llevó a  directamente a la constitución un artículo que consagraba taxativamente, la libertad de prensa. Entonces  la prensa se hizo lenguaraz,  y,  por momentos, hasta soez,  por lo cual en 1929,  y siendo presidente el general Horacio Vásquez, a quien se la había indilgado toda clase  improperios, se llevó al Congreso un proyecto relacionado  de Ley. La prensa liberal levantó entonces un  clamor de protestas y la Lay se engavetó.
Empero, duró muy poco la euforia de libertades. En 1930 se inició  el régimen  del General Rafael Leónides Trujillo  Molina, el más férreo y despótico conocido, y durante tres décadas los periódicos fueron serviles portavoces de falacias  destinas a  exaltar  el régimen. En la actualidad hay libertad de prensa y de pensamiento, a pasar  que  en algunos casos se ha querido coartar el libre ejercicio de la prensa,  no obstante  esta se  ha mantenido y  a doblegado  a los que han  querido  coartarla se ha  la  fuerte opinión pública  de  que hoy hay en el país a frenado de  plano esas pretensiones de aquellos que nos se resisten a  la criticas y  a la denuncias de los hechos que comenten los servidores públicos.
En el 1900 fue fundado el periódico Nuevas Páginas y en el 1901, el periódico Páginas,  y la Revista El Álbum, en Santiago de los Caballeros, dirigida por Armando Franco Bidó, perteneciente  a esa familia de periodista santiaguenses que tanto se distinguió en estos menesteres; revista que tuvo una vida de siete años (hasta 1907). La Revista Literaria, fundada por  Enrique Deschamps, aunque tuvo  un solo año de vida, dio diversos frutos; también se publicaron en ese año, El Normalismo (1901-02), y La Época, de Santiago, tuvo formato moderno, aunque de escasas páginas, lo mismo que El Iris, de la misma ciudad (1902-03)
En 1903 salieron La Época (1903-05) y la Revista Cuna de América, dirigida por Miguel Ángel Garrido, en  plena revolución contra el gobierno de Horacio Vásquez, circunstancia por  la cual había serias censuras para la prensa, las cuales fueron violadas por Garrido cuando,. Aplastaba  la revolución, murió su jefe, Sebastián Emilio Valverde, y uno de sus  partidarios Manuel Omendi, fue ejecutado sumariamente. Con ese motivo, Garrido se atrevió a insertar en su periódico una nota cronológica, conmovedora y en estilo noble, que no concitó persecución contra él.
En 1904 se publicó, por primera vez, el Boletín de Educación Pública y se voto una Ley por medio de la cual quedaban libres de franqueo interior todas las revistas de interés general que se publicaran en la República (la Ley de franquicia postal, que se  ha hecho extensiva a  entidades científicas y culturales)
En 1905 se publicaron los periódicos  El Dique, La Campaña y El Pensamiento, de Santiago de los Caballeros. En 1907 se  publicó el periódico Mefistóles (1907-12), dirigido por Luís Eduardo Betances, periódico humorístico  que siguió la misma línea de El Cójando (1904) de Francisco Sanabia, que   trajo como gracia principal secciones de duras críticas a personas distinguidas y chisme libelosos en contra de las familias de la ciudad. Ulteriormente, el periódico pasó a  las manos de Oscar Delanoy, periodista combativo que había sufrido persecuciones políticas; la actitud de su periódico cuadraba muy mal a la tiranía Trujillo y un día sus áulicos  llevaron  a Delanoy a las  afuera de la cuidad dándole una golpiza a garrotazos de la que por poco no murió. Delanoy, valientemente, mantuvo al margen del  régimen, cosa que era considerada pecado en aquella dura opresión. Después  Francisco Sababia publicó un diario  que llamó Nuevo Diario, matutino como el Listín.
En 1908 se publico El Dominicano, que dirigió José Ramón López y La Revista Geográfica Blanco y Negro (1908-1913) que  volvió a publicarse después  de haberse clausurado en 1925,  durando entonces poco menos de un año. En 1909 se imprimieron Orisis (1909-1911) Cupido, en Santiago de los Caballeros y El Tiempo (1900-1911)
En 1909 fue un año pródigo en publicaciones; libros de poesía, ensayos y narraciones, en periódicos y revistas. Entre los periódicos vieron a la luz pública; El Ateneo, órgano del Ateneo Dominicano, primer centro cultural de Santo Domingo, en  aquella época y fecundo crisol de intelectuales; revista que dirigió el Maestro Federico Henríquez y Carvajal; La Voz del  Pueblo (1910-1912)  que se  veía a la luz en Monte Cristi; Patria (1910-1911) en La Vega, fundado por Federico García Godoy, donde dio cabida  a sus artículos valientes y doctrinales; La Revista Escolar (1910-1912) y en Santiago de los Caballeros, Minerva, órgano de la Asociación de Alumnos y Antiguos Alumnos de la E  scuela Normal
En 1911 salió la revista La Cuna de América, en su  tercera época; en Santiago de los Caballeros, las revistas Amantes de la Cultura y Pluma y Espada, dirigida también por José Ramón López y que volvió a publicarse  en 1921 a 1922; en La Vega,  se publicó el Progreso (1910-1912); Santiago de los Caballeros, Amantes de la Luz, órgano de esa prestigiosa y centenaria sociedad; El Estudio (1911-1913) dirigido por el orador  eminente hombre  público Luís Conrado del Castillo y El Nacional,  que dirigió de nuevo José Ramón López,.
En 1912 se publicó la Revista de Educación,  que tuvo tres épocas (1912-1916, 1919-1921, y de 1929 en adelante) y en 1913, Valverde (Mao) salieron La Pluma y Universal;  en 1914 El Progreso (1914-1915) y La revista Quisqueya. En 1915, además del Ideal, revista de La Vega, y Renacimiento, de Santo Domingo (1915-1920) aparece uno de los grandes diarios que  empezara a competir con el diarismo con el Listín Diario; La Información de Santiago de los Caballeros, que dirigió un hombre de recia personalidad dentro del periodismo; Rafael Vidal.  Este diario sigue  publicándose aún, rindiendo su labor de primera línea ahora.
En 1916 se publicaron El Heraldo Dominicano, Ecos del Valle,  muy ligado a la vida social de Bani, Alpha, en San Francisco  de Macorís y Mundo Antillano, en Santiago de los Caballeros. En  1917 las revistas Letras y Primada de América, y el periódico Mercurio. En 1918, La Semana (1918-1919) en Santiago de los Caballeros.
1919 es el año de las revistas; Arpas, Cosmopolita, y Pensativa, de San Pedro de Macorís esta última. Cosmopolita fue fundada y dirigida por Bienvenido Gimbernard (1890-1970), de quien dice Max Henríquez Ureña “periodista incisivo, de agudo ingenio y honda sinceridad. Es, además caricaturista intencionado” Gimbernard se distinguió como caricaturista que tendía poco  a lo grotesco. Su  revista se imprimía con gran pulcritud, cuidándose, sobre  todo, de la limpidez de los grabados. Durante mucho tiempo estuvo saliendo esporádicamente y sólo dejó de ver la luz pública con la muerte de su fundador.
En 1920, Tamboril tuvo un periódico, Omega (1919-1921) y en la capital, L… (1920.1921) así titulado una letra  y puntos suspensivos.
En 1921 salieron los periódicos Patria y Pluma y Espada, en su  segunda época. En San Juan  de la Maguana, E.O. Garrido Puello publicó El Cable, que vio  la luz pública el 5 de  febrero de 1921, y  fue un periódico combativo, de  maravilloso historial, que luchó en contra  de la ocupación norteamericana.  Dirigido  por admirable ciudadano, El Cable  rindió una labor realmente encomiable.
Ante  existieron, en aquella población, Eco del Santomé y El Correo del Sur, que fue el primero con otro nombre, lo que obedeció al deseo de “liberar el periódico de la limitaciones locales, dándole amplitud regional”, según Garrido Puello, quien agregó que el Sr. Eduardo Romero Matos dirigió ambos periódicos.
En el año 1922 fue otro de gran  actividad  cultural en el país ( fue el año de los Juegos Florales Hispano-Dominicano, cuyo resultados se publicaron en un álbum) En ese año  se publicaron las revistas Claridad (1922-1923), Sangre Nueva (1922-1923) en  La Vega; La Opinión y el periódico El Siglo (1922-1927)
La Opinión fue una revista gráfica, social e informativa, que  dirigió el periodista Abelardo René Nanita. Esta  revista tuvo vida efímera como tal, pero en 1927 se convirtió en periódico y pasa a ser propiedad de un francés nacionalizado dominicano, René Leparvanche. Se convirtió en un diario vespertino de formato modero, que  compartía con el Listín Diario la labor informativa de primera línea.  A su sombra se formaron muchos buenos periodistas, entre otros Francisco Prats Ramírez, verdadero panfletista, de recia personalidad, a quien se deben los formidables folletos Bajo la fuerza Yanqui y Por Mi Patria; Ramón Marrero Aristy, José Ángel Saviñón   y otros.
Bajo el régimen de Trujillo, La Opinión adoptó una  línea más o menos discreta bajo la dirección de Ramón Stella; pero cuando se  permitió  alguna crítica al régimen firmó su sentencia de muerte. Fue  ahogado económicamente y desapareció en la década del 40
En 1923 aparecieron la revista Panfilia y el periódico Anarkos, de Santiago de los Caballeros. En 1925 el mensuario X (equis); en 1926 la revista Cromos (1926-1928) y el periódico  La Voz. En 1928 El Mundo y en 1929, El Ateneo Sanjuanero, vocero cultural de la ciudad de San Juan de la Maguana y El Día Estético, pequeña revista de Domingo Moreno Jiménez, y quien fue el vocero del Postumismo, Moreno publicó su revista en varias poblaciones y su aparición era muy esporádica
En  el 1930 se publico la revista Bahoruco (1930-1936), un verdadero bastión de cultura y dignidad, dirigida por un exiliado venezolano que formó familia en nuestro país, Horacio Blanco Fombona. Bahoruco fue la revista que les dio cabida en sus páginas a los jóvenes poetas vanguardistas con gran escándalo de los tradicionalistas sempiternos. Otro periódico literario de primera calidad en lo selecto de su material fue Analectas (1933-1935)  que dirigió Enrique Apolinar Henríquez, gran batallador y escritor de dilatada elegancia.
En el 1933 se publico la revista Clío, órgano de la Academia  Dominicana  de la Historia,  que dirigió, hasta edad nonagenaria, don  Federico Henríquez  y Carvajal.
En 1934 apareció la revista Alma Dominicana (1934-1935), Hélices (1934-1935) en Santiago; y  en 1936, Renovación, en La Vega; Recta, en San Pedro de Macorís y La República, valiente periódico de  defensa a la causa  republicana, durante la  guerra civil española, dirigido por José Ángel  Saviñón, cuyos editoriales desafiaban la tiranía  imperante en el país
N 1937 apareció La Cueva, órgano de la agrupación orientaba Enrique Henríquez, Juan Bosch,  José Ángel Savinón, José Rijo, Luís Heriberto Valdez, Pedro René Contín Aybar y otros. También se publicaron en ese año; Antillas, Anales de la Universidad de Santo Domingo y la revista El Caribe.
En 1939 se publicaron en Santiago, el  periódico así llamado- Santiago-  y en 1940, con  formato  nuevo e impreso en rotativa ultramoderna, el diario La Nación, vocero del régimen imperante, que dirigiera sucesivamente; Rafael Sánchez Luitrino, Rafael Vidal, Francisco Prats Ramírez y Manuel Amiama. El último en usufructuar su propiedad fue Ramón Marrero Aristy, a la muerte de Trujillo el diario desapareció y en su talleres se  editó  el periódico El Tiempo, desde  el 4 de septiembre de 1967.
En 1941 se publicó la revista Ozama, dirigida  por el exiliado hispano Baltasar Miró; en 1942, Atalaya (1942-1943) y en 1943, La Poesía Sorprendida y Cuaderno Dominicano de Cultura, revistas desempeñando un gran papel  en la representación  del movimiento cultural del país
Otros periódicos que  queremos  destacar antes de poner fin a este articulo son:  El Caribe, fundado el 14 de abril de 1948; La Tribuna, diario meridiano dirigido por César Tirado; El Índice, periódico eventual de información  y pequeño formato; Ultima Hora, dependiente  del Listín Diario; Humor y Comercio, periódico cultural petromacorisano, que fundó y dirigió Homero Curiel; la revista Renovación, del valiente periodista luchador Julio Cesar Martínez, la revista Ahora, de Rafael Molina Morillo, fundada el 15 de enero de 1961 y de la  que depende  la revista Eva, de asuntos femeninos; el Periódico El Nacional de Ahora, dirigido por el poeta y periodista Freddy Gastón Arce y la revista Babeque, de Ramón Marrero Aristy, de la cual se publicaron seis (6) números.


Segunda Parte
Parte de la Historia del Periodismo en la República Dominicana, en la primera mitad del siglo XX.
Fuente:- tomando de la obra  “Historia de la Cultura Dominicana, de Mariano Lebrón  Saviñón, Tomo V, publicado por la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU), 1982. Cap. XXXII, Breve Historia de la Educación Dominicana y del Periodismo, Págs. 125 al 160.

Al iniciarse el siglo XX, la prensa estaba  amordazada. Pero en 1905,  siendo Presidente de la República Carlos Morales Languasco,  se derogó la Ley  mordaza de Ulises Heureaux. Fue  una decisión heroica por cuanto el periodismo conoció privilegios de que no había gozado antes.
En 1908,  se llevó a  directamente a la constitución un artículo que consagraba taxativamente, la libertad de prensa. Entonces  la prensa se hizo lenguaraz,  y,  por momentos, hasta soez,  por lo cual en 1929,  y siendo presidente el general Horacio Vásquez, a quien se la había indilgado toda clase  improperios, se llevó al Congreso un proyecto relacionado  de Ley. La prensa liberal levantó entonces un  clamor de protestas y la Lay se engavetó.
Empero, duró muy poco la euforia de libertades. En 1930 se inició  el régimen  del General Rafael Leónides Trujillo  Molina, el más férreo y despótico conocido, y durante tres décadas los periódicos fueron serviles portavoces de falacias  destinas a  exaltar  el régimen. En la actualidad hay libertad de prensa y de pensamiento, a pasar  que  en algunos casos se ha querido coartar el libre ejercicio de la prensa,  no obstante  esta se  ha mantenido y  a doblegado  a los que han  querido  coartarla se ha  la  fuerte opinión pública  de  que hoy hay en el país a frenado de  plano esas pretensiones de aquellos que nos se resisten a  la criticas y  a la denuncias de los hechos que comenten los servidores públicos.
En el 1900 fue fundado el periódico Nuevas Páginas y en el 1901, el periódico Páginas,  y la Revista El Álbum, en Santiago de los Caballeros, dirigida por Armando Franco Bidó, perteneciente  a esa familia de periodista santiaguenses que tanto se distinguió en estos menesteres; revista que tuvo una vida de siete años (hasta 1907). La Revista Literaria, fundada por  Enrique Deschamps, aunque tuvo  un solo año de vida, dio diversos frutos; también se publicaron en ese año, El Normalismo (1901-02), y La Época, de Santiago, tuvo formato moderno, aunque de escasas páginas, lo mismo que El Iris, de la misma ciudad (1902-03)
En 1903 salieron La Época (1903-05) y la Revista Cuna de América, dirigida por Miguel Ángel Garrido, en  plena revolución contra el gobierno de Horacio Vásquez, circunstancia por  la cual había serias censuras para la prensa, las cuales fueron violadas por Garrido cuando,. Aplastaba  la revolución, murió su jefe, Sebastián Emilio Valverde, y uno de sus  partidarios Manuel Omendi, fue ejecutado sumariamente. Con ese motivo, Garrido se atrevió a insertar en su periódico una nota cronológica, conmovedora y en estilo noble, que no concitó persecución contra él.
En 1904 se publicó, por primera vez, el Boletín de Educación Pública y se voto una Ley por medio de la cual quedaban libres de franqueo interior todas las revistas de interés general que se publicaran en la República (la Ley de franquicia postal, que se  ha hecho extensiva a  entidades científicas y culturales)
En 1905 se publicaron los periódicos  El Dique, La Campaña y El Pensamiento, de Santiago de los Caballeros. En 1907 se  publicó el periódico Mefistóles (1907-12), dirigido por Luís Eduardo Betances, periódico humorístico  que siguió la misma línea de El Cójando (1904) de Francisco Sanabia, que   trajo como gracia principal secciones de duras críticas a personas distinguidas y chisme libelosos en contra de las familias de la ciudad. Ulteriormente, el periódico pasó a  las manos de Oscar Delanoy, periodista combativo que había sufrido persecuciones políticas; la actitud de su periódico cuadraba muy mal a la tiranía Trujillo y un día sus áulicos  llevaron  a Delanoy a las  afuera de la cuidad dándole una golpiza a garrotazos de la que por poco no murió. Delanoy, valientemente, mantuvo al margen del  régimen, cosa que era considerada pecado en aquella dura opresión. Después  Francisco Sababia publicó un diario  que llamó Nuevo Diario, matutino como el Listín.
En 1908 se publico El Dominicano, que dirigió José Ramón López y La Revista Geográfica Blanco y Negro (1908-1913) que  volvió a publicarse después  de haberse clausurado en 1925,  durando entonces poco menos de un año. En 1909 se imprimieron Orisis (1909-1911) Cupido, en Santiago de los Caballeros y El Tiempo (1900-1911)
En 1909 fue un año pródigo en publicaciones; libros de poesía, ensayos y narraciones, en periódicos y revistas. Entre los periódicos vieron a la luz pública; El Ateneo, órgano del Ateneo Dominicano, primer centro cultural de Santo Domingo, en  aquella época y fecundo crisol de intelectuales; revista que dirigió el Maestro Federico Henríquez y Carvajal; La Voz del  Pueblo (1910-1912)  que se  veía a la luz en Monte Cristi; Patria (1910-1911) en La Vega, fundado por Federico García Godoy, donde dio cabida  a sus artículos valientes y doctrinales; La Revista Escolar (1910-1912) y en Santiago de los Caballeros, Minerva, órgano de la Asociación de Alumnos y Antiguos Alumnos de la Escuela Normal
En 1911 salió la revista La Cuna de América, en su  tercera época; en Santiago de los Caballeros, las revistas Amantes de la Cultura y Pluma y Espada, dirigida también por José Ramón López y que volvió a publicarse  en 1921 a 1922; en La Vega,  se publicó el Progreso (1910-1912); Santiago de los Caballeros, Amantes de la Luz, órgano de esa prestigiosa y centenaria sociedad; El Estudio (1911-1913) dirigido por el orador  eminente hombre  público Luís Conrado del Castillo y El Nacional,  que dirigió de nuevo José Ramón López,.
En 1912 se publicó la Revista de Educación,  que tuvo tres épocas (1912-1916, 1919-1921, y de 1929 en adelante) y en 1913, Valverde (Mao) salieron La Pluma y Universal;  en 1914 El Progreso (1914-1915) y La revista Quisqueya. En 1915, además del Ideal, revista de La Vega, y Renacimiento, de Santo Domingo (1915-1920) aparece uno de los grandes diarios que  empezara a competir con el diarismo con el Listín Diario; La Información de Santiago de los Caballeros, que dirigió un hombre de recia personalidad dentro del periodismo; Rafael Vidal.  Este diario sigue  publicándose aún, rindiendo su labor de primera línea ahora.
En 1916 se publicaron El Heraldo Dominicano, Ecos del Valle,  muy ligado a la vida social de Bani, Alpha, en San Francisco  de Macorís y Mundo Antillano, en Santiago de los Caballeros. En  1917 las revistas Letras y Primada de América, y el periódico Mercurio. En 1918, La Semana (1918-1919) en Santiago de los Caballeros.
1919 es el año de las revistas; Arpas, Cosmopolita, y Pensativa, de San Pedro de Macorís esta última. Cosmopolita fue fundada y dirigida por Bienvenido Gimbernard (1890-1970), de quien dice Max Henríquez Ureña “periodista incisivo, de agudo ingenio y honda sinceridad. Es, además caricaturista intencionado” Gimbernard se distinguió como caricaturista que tendía poco  a lo grotesco. Su  revista se imprimía con gran pulcritud, cuidándose, sobre  todo, de la limpidez de los grabados. Durante mucho tiempo estuvo saliendo esporádicamente y sólo dejó de ver la luz pública con la muerte de su fundador.
En 1920, Tamboril tuvo un periódico, Omega (1919-1921) y en la capital, L… (1920.1921) así titulado una letra  y puntos suspensivos.
En 1921 salieron los periódicos Patria y Pluma y Espada, en su  segunda época. En San Juan  de la Maguana, E.O. Garrido Puello publicó El Cable, que vio  la luz pública el 5 de  febrero de 1921, y  fue un periódico combativo, de  maravilloso historial, que luchó en contra  de la ocupación norteamericana.  Dirigido  por admirable ciudadano, El Cable  rindió una labor realmente encomiable.
Ante  existieron, en aquella población, Eco del Santomé y El Correo del Sur, que fue el primero con otro nombre, lo que obedeció al deseo de “liberar el periódico de la limitaciones locales, dándole amplitud regional”, según Garrido Puello, quien agregó que el Sr. Eduardo Romero Matos dirigió ambos periódicos.
En el año 1922 fue otro de gran  actividad  cultural en el país ( fue el año de los Juegos Florales Hispano-Dominicano, cuyo resultados se publicaron en un álbum) En ese año  se publicaron las revistas Claridad (1922-1923), Sangre Nueva (1922-1923) en  La Vega; La Opinión y el periódico El Siglo (1922-1927)
La Opinión fue una revista gráfica, social e informativa, que  dirigió el periodista Abelardo René Nanita. Esta  revista tuvo vida efímera como tal, pero en 1927 se convirtió en periódico y pasa a ser propiedad de un francés nacionalizado dominicano, René Leparvanche. Se convirtió en un diario vespertino de formato modero, que  compartía con el Listín Diario la labor informativa de primera línea.  A su sombra se formaron muchos buenos periodistas, entre otros Francisco Prats Ramírez, verdadero panfletista, de recia personalidad, a quien se deben los formidables folletos Bajo la fuerza Yanqui y Por Mi Patria; Ramón Marrero Aristy, José Ángel Saviñón   y otros.
Bajo el régimen de Trujillo, La Opinión adoptó una  línea más o menos discreta bajo la dirección de Ramón Stella; pero cuando se  permitió  alguna crítica al régimen firmó su sentencia de muerte. Fue  ahogado económicamente y desapareció en la década del 40
En 1923 aparecieron la revista Panfilia y el periódico Anarkos, de Santiago de los Caballeros. En 1925 el mensuario X (equis); en 1926 la revista Cromos (1926-1928) y el periódico  La Voz. En 1928 El Mundo y en 1929, El Ateneo Sanjuanero, vocero cultural de la ciudad de San Juan de la Maguana y El Día Estético, pequeña revista de Domingo Moreno Jiménez, y quien fue el vocero del Postumismo, Moreno publicó su revista en varias poblaciones y su aparición era muy esporádica
En  el 1930 se publico la revista Bahoruco (1930-1936), un verdadero bastión de cultura y dignidad, dirigida por un exiliado venezolano que formó familia en nuestro país, Horacio Blanco Fombona. Bahoruco fue la revista que les dio cabida en sus páginas a los jóvenes poetas vanguardistas con gran escándalo de los tradicionalistas sempiternos. Otro periódico literario de primera calidad en lo selecto de su material fue Analectas (1933-1935)  que dirigió Enrique Apolinar Henríquez, gran batallador y escritor de dilatada elegancia.
En el 1933 se publico la revista Clío, órgano de la Academia  Dominicana  de la Historia,  que dirigió, hasta edad nonagenaria, don  Federico Henríquez  y Carvajal.
En 1934 apareció la revista Alma Dominicana (1934-1935), Hélices (1934-1935) en Santiago; y  en 1936, Renovación, en La Vega; Recta, en San Pedro de Macorís y La República, valiente periódico de  defensa a la causa  republicana, durante la  guerra civil española, dirigido por José Ángel  Saviñón, cuyos editoriales desafiaban la tiranía  imperante en el país
N 1937 apareció La Cueva, órgano de la agrupación orientaba Enrique Henríquez, Juan Bosch,  José Ángel Saviñón, José Rijo, Luís Heriberto Valdez, Pedro René Contín Aybar y otros. También se publicaron en ese año; Antillas, Anales de la Universidad de Santo Domingo y la revista El Caribe.
En 1939 se publicaron en Santiago, el  periódico así llamado- Santiago-  y en 1940, con  formato  nuevo e impreso en rotativa ultramoderna, el diario La Nación, vocero del régimen imperante, que dirigiera sucesivamente; Rafael Sánchez Luitrino, Rafael Vidal, Francisco Prats Ramírez y Manuel Amiama. El último en usufructuar su propiedad fue Ramón Marrero Aristy, a la muerte de Trujillo el diario desapareció y en su talleres se  editó  el periódico El Tiempo, desde  el 4 de septiembre de 1967.
En 1941 se publicó la revista Ozama, dirigida  por el exiliado hispano Baltasar Miró; en 1942, Atalaya (1942-1943) y en 1943, La Poesía Sorprendida y Cuaderno Dominicano de Cultura, revistas desempeñando un gran papel  en la representación  del movimiento cultural del país
Otros periódicos que  queremos  destacar antes de poner fin a este articulo son:  El Caribe, fundado el 14 de abril de 1948; La Tribuna, diario meridiano dirigido por César Tirado; El Índice, periódico eventual de información  y pequeño formato; Ultima Hora, dependiente  del Listín Diario; Humor y Comercio, periódico cultural petromacorisano, que fundó y dirigió Homero Curiel; la revista Renovación, del valiente periodista luchador Julio Cesar Martínez, la revista Ahora, de Rafael Molina Morillo, fundada el 15 de enero de 1961 y de la  que depende  la revista Eva, de asuntos femeninos; el Periódico El Nacional de Ahora, dirigido por el poeta y periodista Freddy Gastón Arce y la revista Babeque, de Ramón Marrero Aristy, de la cual se publicaron seis (6) números.

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