Las Hermanas Villa del Orbe, su papel en la historia de La Vaga, el Cibao y el País. 4 de marzo del 1844, en La Vega
Por Ubaldo Solís
La Vega, como la llamaba Don Jovino A. Espinola Reyes, “blasonada ciudad. Sultana del Camú, cuyo perfume balsámico satura el ambiente fresco y delicioso, contribuyendo a la más agradable y sana temperatura tropical, en consorcio con las arrulladoras y limpias aguas del legendario Camú, que amorosamente baña sus pies”.
La Vega, como la llamaba Don Jovino A. Espinola Reyes, “blasonada ciudad. Sultana del Camú, cuyo perfume balsámico satura el ambiente fresco y delicioso, contribuyendo a la más agradable y sana temperatura tropical, en consorcio con las arrulladoras y limpias aguas del legendario Camú, que amorosamente baña sus pies”.
Hoy ese concepto de nuestra ciudad se ha perdido, en
todos sus aspectos y solamente nos queda el recuerdo de un pasado
glorioso que se ha perdido, que muchos añoramos, lamentando por
haberse diluido en la bruma del tiempo.
María del Carmen, María Francisca y Manuela Villa y
Orbe, al igual que otras prestantes, ilustres, apegadas al interés de
la patria, que dieron sus mejores años de sus vidas al sagrado
fervor patriótico que han marcado un hito en el devenir de la
historia del pueblo dominicano, haciendo resaltar la hidalguía de lo
que fue el pueblo vegano. Han sido sepultados en el olvido.
Por esa rara característica de los veganos de ser olvidadizo, de no reconocer a sus conciudadanos que han hecho la historia de esta ciudad del Camú.
Por esa rara característica de los veganos de ser olvidadizo, de no reconocer a sus conciudadanos que han hecho la historia de esta ciudad del Camú.
Con las Hermanas Villa del Orbe, se ha cometido un
injusticia, no se le ha dado el sitial que estas heroicas damas se
merecen, su patriotismo debe ser resaltado con más vigor, deben ser
promovida como el ejemplo de amor a la patria, para una generación
que le han negado su conocimiento, son poco los estudiantes que
conocen a cabalidad quines fueron esta sensibles mujeres, que
supieron interpretar el llamado de la patria, cuando ésta le fue
solicitado.
Es de reflexionar sobre el desconocimiento de esta
generación sobre las principales figuras de nuestro devenir histórico
como también de los acontecimientos que estos produjeron. Si en
muchos centros educativos, se le preguntara a los alumnos quienes
fueron las Hermanas Villa del Orbe, un porcentaje alto diría que no
sabe, han escuchado de ellas pero desconocen su papel, aún peor si
se le preguntara los nombres de estas tres prestantes damas de la
colectividad vegana, que le tocaron vivir en la mitad del siglo XIX,
su repuesta seria no saben como se llamaban.
Por lo que es un deber de las autoridades
educativas de este pueblo incentivar el conocimientos de nuestros
personajes, por lo cual somos un pueblo, por el que nos llamamos
culto, olímpico, con una historia llena de heroísmo y valentía, que
hoy han sido sepultada en el olvido a consecuencia de una tran
-culturización que han traído vicios, corrupción, ignorancia y una
amalgamas de figuras extraña
Después de María Trinidad Sánchez, ningún corazón de
mujer dominicana ha comprendido con más fervoroso amor al patriotismo
como las nobles señoritas Villa del Orbe. Virtuosas, de fecundisima
abnegación y desinterés abrazaron con unión mística ante el altar
resplandeciente de la Patria, el llamada que esta le hiera en los más
hondo del sentimiento patrio. En los días dolorosos de la amarga
esclavitud de la afrentosa dominación haitiana
Las Hermanas Villa del Orbe, constituyeron en la
historia social dominicana, un vivo ejemplo de los más altos frutos que
puede dar a la patria la mujer, cuando encarnada en la santidad del
hogar siente el compromiso de luchar por la libertad ante el llamado
de la conciencia ciudadana. Echándose confiadamente en brazos del
decoro, la laboriosidad, y la lucha, inspirada en un noble ideal del
bien colectivo, con fe, vergüenza, amor y entusiasmo por la liberación
de la patria mancillada por el dominio extranjero.
Dedicada a la costura, se distinguían en el arte del
bordado, administraban sus bienes situado en el paraje el Tengue, de la
ciudad. El hogar de las hermanas, era sitio de reunión en los días
amargos de la ocupación haitiana, donde se laboraba por la libertad
del pueblo dominicano.
Sus padres; Don Juan Ramón Villa, Regidor, Alférez
Real y Alcalde Ordinario de la ciudad de La Vaga, por el año de 1811, y
Doña María de la Antigua del Orbe, tuvieron un hermano de nombre
Manuel Francisco, nacido por el 1811, Don Juan, falleció el 13 de
diciembre de 1843, a los 62 años de edad
Alcides García, en un valioso trabajo histórico “La
Concepción de La Vega”, publicado en la Revista “La Opinión” en octubre
de 1824, dice “cuando la Trinitaria de Santo Domingo, envió para el
Cibao a Juan Evangelista Jiménez, con el Manifiesto Revolucionario, La
Vega, abrazó al punto la santa causa y la familia Villa del Orbe
escondió a Jiménez, al ser descubierto y perseguido, y en la fiesta del
Santo Cerro, donde acudió el dirigente propagandista en cumplimento de
su misión; Manuel María Prometa, ofreció que sus hijos sirvieran de
cartuchos ( Los Prometas, fueron una distinguida familia, que presto
importantes y valiosos servicios a la causa de la Patria, emparentados
con las hermanas Villa del Orbe)
El historiador José Grabiel García, dice de de estas
meritorias Damas Veganas, resaltándolas por el trabajo suyo a favor de
la causas. “al llegar Pedro Ramón Mena, a La Vega, el día 4 de marzo de
1844, lo encontró todo preparado y hasta la bandera hecha por las
señoritas Villa del Orbe, (Compendio de Historia Dominicana, tomo II,
Pág. 237).
Don Manuel Ubaldo Gómez, dice, “ La Vega, tiene el
honor de haber sido la primera que secundo el Grito Restaurador,
iniciado en la Línea Noroeste y haber sido la primera población del
Cibao que vio flotar el pabellón tricolor Dominicano, en el cielo
azul, el 4 de marzo de 1844.”
En el sitio donde hoy esta el edificio del Casino
Central, por lo cual se le dio el nombre a la calle de Independencia,
por resolución municipal del 3 de enero del 1889 (La Vega y sus Calles
de Mario Concepción, Provega, Santo Domingo, 1986, Pág. 39)
Esa Bandera, azul, rojo y cruzada por una franja
blanca, recibió por primera vez un jubiloso saludo de gloria y triunfo
en el cielo de las viriles regiones cibaeñas.
De un pueblo heroico, valiente, decidido a luchar
por desterrar del suelo Quisqueyano, opresor, cruel e inhumano
ejercito haitiano. Fue la obra inspiradoras de tres corazones que
vibraron al unísono entregando todos los impulsos de su fe generosa al
alma ardiente de la Patria. María del Carmen, María Francisca Angustia
y Manuela Villa del Orbe.
Sobre el fallecimiento de ella, no hay fecha,
solamente se reseña el de María Francisca Angustia, fallecida a los 84
años de edad, por el 1898, (Archivo del Estado Civil, La Vega), no se
sabe si fue ella la primera o la última en fallecer (Historia de la
concepción de La Vega, de Guido Despradel Batista, imprenta La
Palabra, La Vega, 1935, Pág. 258)
Esta ciudad ha concebido mujeres a quienes le ha
tocado en su momento juzgar un papel importante en el devenir histórico
de nuestro pueblo dominicano desde diferentes posiciones y sus
aportes han quedado imperecederos en los anales de la República
Dominicana, ejemplo de ellas;
Juana Trinidad (Juana Saltitopa), La Coronela, del 30
de marzo, heroína, nacida en un campo de esta ciudad, Jamo, su
existencia no es hija de la fantasía vaporosa de las leyendas sino de
hecho real admitido por la historia admitiendo la magnitud del valor de
la hazaña realizada por esta valerosa dama
Juana Dolores Gómez, eminente educadora, supo encaminar su enseñaza por sendero de libertad, ofrecer los frutos de la cultura a través de dos generaciones. Creció en un ambiente de lucha liberadoras, se dio por entero a la educación de la juventud femenina de su época
Juana Dolores Gómez, eminente educadora, supo encaminar su enseñaza por sendero de libertad, ofrecer los frutos de la cultura a través de dos generaciones. Creció en un ambiente de lucha liberadoras, se dio por entero a la educación de la juventud femenina de su época
Trina Moya de Vásquez, poetiza de una gran
sensibilidad humana extraordinaria, amo a su pueblo maternalmente, su
mejor demostración lo es su poema “Añoranza”, autora del canto más
sublime que se haya compuesta a LAS MADRES, himno a la LAS MADRES, el
cual le da la inmortalidad. Casada con el Presidente Horacio Vásquez
Ubaldo Solis
usolis4587@gmail.com
ubaldo.lv47@hotmail.com
VEGANISIOMO www.lacomunidad.elpais.com/usolis4587
EL SOLITARIO DE LA VEGA www.lacoctelera.com/uval
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: Fuentes Consutaldasusolis4587@gmail.com
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La Vega Histórica, de Jovino R. Espinola, volumen 1,
Ediciones Fedilibro, 2005
Historia de la Concepción de La Vega, de Guido Despradel Batista,
Imprenta La Palabra, La Vega, 1938,
Resplandores de Gloria, de Carmen Lara Fernández, Editora Montalvo, Ciudad Trujillo, Rep. Dom. 1945,
José Grabiel García, Compendio de Historia de Santo Domingo, T, II
Resplandores de Gloria,
Rufinito, de Don Federico García Godoy,
Cuaderno, La Concepción de la Vega y Las Gestas Liberadora de
Cesar Arturo Abreu Fdez. Enero 2003, Impresora Universal, La Vega
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