lunes, 14 de mayo de 2012

Su futuro inmediato es incierto La encrucijada de Miguel Vargas Maldonado


Su futuro inmediato es incierto
La encrucijada de Miguel Vargas Maldonado
Alrededor de la figura de Miguel Vargas se ha creado una percepción
El presidente del Partido Revolucionario Dominicano Ing. Miguel Vargas Maldonado está en una gran encrucijada: pierda o gane Hipólito Mejía, su futuro inmediato es incierto. Miguel Vargas está en un profundo hoyo con muchas espinas y rodeado de fangos y lodos resbaladizos.
Alrededor de la figura de Miguel Vargas se ha creado una percepción y por efecto una aceptación casi colectiva sobre el profundo deseo de que Hipólito Mejía pierda las elecciones, también que es un aliado en clandestinidad del PLD y que se ha beneficiado de la administración de Leonel Fernández. Y el PLD, correctamente, desde sus estrategias de ganar el poder político, ha sabido capitalizar esta percepción colectiva, es decir que no ha sido indiferente.
Ese hoyo oscuro, agreste, asfixiante y casi despoblado lo comenzó Miguel Vargas a cavar desde el momento mismo en que ganó la presidencia del PRD. Siendo las pruebas más fehacientes las referidas al apoyo de una de las partes para que ocupara la posición de la Secretaría General y de Organización; además del apoyo o designación por el dedo de varios cuadros políticos de su entorno como candidatos a senadores, diputados, alcaldes y regidores. Esta actitud infantil lo llevó a una condición en la cual pasó de disponer de casi el 100% de apoyo a perder un alto porcentaje de quienes lo apoyaban, los cuales pasaron a formar filas con el más débil, en ese momento que lo era Hipólito Mejía.
Pero el infantilismo más evidente se mostró en la práctica de Vargas Maldonado cuando se generó el pacto de la llamada “corbatas azules”. Este pacto permitió la rehabilitación política de Hipólito Mejía y de Leonel Fernández. El mismo permitió, a través de la modificación de la Constitución dominicana, que Hipólito pudiera se presentar como candidato a la Presidencia del año 2012 y Leonel en el 2016.
Esta percepción, del Miguel Vargas aliado al gobierno peledeísta, se ha profundizado en la recta final de la campaña electoral con pronunciamientos de actores de su litoral político. Siendo los casos más relevantes el de los diputados que indicaron que Vargas Maldonado había sido amenazado por un cuadro político de Hipólito Mejía, los Twitter de la esposa del presidente del PRD cuestionando al candidato blanco y la reacción de este, y la última juramentación y apoyo a Danilo Medina de uno de sus seguidores. La no reacción de Miguel Vargas antes estas acciones profundiza más la percepción o aceptación de que aspira a que “Danilo Medina gane las elecciones”.
Sea cual sea el resultado electoral del 20 de mayo, la cuestión de poder político para Vargas Maldonado no se proyecta muy favorable para sus intereses políticos y partidarios. Gane Danilo Medina o gane Hipólito Mejía el posicionamiento de Miguel Vargas luce incierto, su futuro político podría pintar a un profundo debilitamiento, aún más de lo que podría tener en la actualidad.
En el escenario de ganar Hipólito Mejía, los cuadros y las bases perredeístas afines a Maldonado estarían corriendo en estampida o a la carrera alrededor del presidente, y los dirigentes que responden a Mejía estarían en una actitud de reivindicar que ganaron por esfuerzo propio y que Vargas Maldonado no bailó en la fiesta, y por lo tanto hay que excluirlo para cargos públicos en el nuevo gobierno.
En el escenario de ganar Danilo Medina la situación sería también de desventaja para Vargas Maldonado. La gran “culpa de la derrota” recaería en Miguel Vargas por no haberse integrado a la campaña de Hipólito Mejía. En este último caso la magnitud y alcance de la confrontación entre perredeistas sometería a la sociedad dominicana a varios meses de atención a la crisis desatada.
Ante esta encrucijada el presidente del PRD tendría desafíos que le van a demandar mucho esfuerzo para alcanzar su reposicionamiento. Se requiere mucha energía para volver a convencer a las bases perredeístas que le dieron soporte político en el pasado. Algunos podrían estar amargados por la derrota, sin mística, sin expectativas. O en lo contrario estarían en cargos públicos facilitados por los hipolitistas.
Después del 20 M y en condiciones de más debilidad tendría que administrar en post de la concertación a un partido que históricamente se ha caracterizado por tener en su seno disímiles corrientes o grupos de intereses. En caso de perder Hipólito Mejía tendría que bregar con la demanda de su cabeza como presidente del Partido.
¿Continuarán Miguel Vargas y Leonel Fernández moviendo fichas del nuevo ajedrez político que se instauraría el 16 de agosto de 2012? Depende de la fortaleza con que quede Miguel Vargas después del 20 M y de su capacidad de comprender que un partido no se maneja como una empresa privada.
Por: Domingo Matías

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