viernes, 27 de junio de 2014

HIMNO DE LA INDEPENDENCIA.



HIMNO DE LA INDEPENDENCIA.
Tomado de la Conferencia leída en el Ateneo Dominicano el 25 de febrero de 1934, Día de la Escuela  y Aniversario del Natalicio  del ´Prócer Ramón Matías Mella.  Dictada por el Maestro José  de Jesús Ravelo,  director del Liceo Nacional y Presidente de la Sección de Bellas Artes del Ateneo Dominicano. Editado por  Luis Sánchez Andújar, Casa Editora Ciudad   Trujillo República Dominicana 1945

Hasta hoy la Historia Patria no ha  dedicado un capítulo que hable  del primer Himno (ni de los otros) congénito con la Independencia del la República Dominicana. Este himno, letra del poeta Félix María Delmonte y música  del Coronel Juan Bautista Alfonseca, debía ser realmente el único si los dominicanos hubieran sentido más inclinación por  las cosas de su tierra. Inconsecuencia que no admite justificación pro aris el  focis , por la patria y por  la Historia.

 Escrito por  dos prestantes compatriotas en el instante mismo en que  nos  hicimos libres, no ha debido de ninguna manera abandonarse por cuestiones de política de partidos. Cuando  Alfonseca y Delmonte escribieron  el Canto Patriótico de la naciente República Dominicana pertenecían tan sólo al único y sacratísimo partido de la Independencia.  Más tarde,  al organizarse los bandos que dirigieron  Santana y Báez, aquellos ciudadanos militaron en las filas del rojísimo y esa  parece ser  la causa que influyó poderosamente en al abandono del Himno del 1844.

Don Félix María Delmonte, Teniente de la Guardia Nacional al constituirse la República, refería que  el 1ro. De marzo de 1844, estando de guardia en La Fortaleza, compuso la letra del Himno que tiene la música del Coronel Alfonseca. Tan precioso dato lo he visto confirmado en una  carta de felicitación dirigida  al General Ramón Cáceres, Presidente  que fe de la República, por  Don Juan de la Cruz Alfonseca como motivo del duodécimo  aniversario dl 26 de julio de 1899, la  cual  fue  publicada  en el Listín Diario No. 639 del 26 de julio de 1911.

Pero de tal suerte llegó a ser olvidado, a pesar de ser  el único de nuestros Himnos que se  cantó en el campo de batalla,  cuando nuestros hermanos luchaban para afianzar la Independencia Nacional, que en los últimos gobiernos presididos por el General Buenaventura Báez  la República no tenia Himno y se  hacían honores al jefe del Estado  con las solemnes notas del Canto Nacional de Inglaterra.

El competente maestro Fernando Rueda, dice el Prof. José  de Jesús Ravelo, “me pintó con vivos colores la escena cómica, de la que fue testigo, en  que para hacer honores al Presidente Alejandro Woss y Gil, año de 1885, la Banda de Músicos  ejecutó una polka que se tocaba en un Circo de Acróbatas que trabajaba en esta ciudad en aquellos días. El Presidente, hombre de vastísima cultura, indignado por lo que   consideraba una burla al Primer Magistrado de la Nación hizo llamar al jefe de la Banda y ya  en su presencia le dijo: ¿Usted se ha creído que  yo soy maromero?.

En el año  1889 en que  gobernaba el General Ulises Heureaux  yo recuerdo  haber oído la Marsellesa en el momento en que  las tropas en correcta formación  presentaban las armas del Presidente de la República, y el Pacificador de la Patria. Así estuvimos hasta el año  1890 en que el Himno del poeta Emilio Prud Homme  y del Maestro José Reyes, compuesto en 1883, comenzó a ejecutarse en los actos oficiales

Cotejando la música del Himno de Alfonseca con la del  de Reyes, no hay duda de que ésta es mejor. Pero aquella, a pesar de haber sido compuesta en una época en que  artísticamente estábamos menos adelantados, no es tan poco estimable como creen algunos. Si los dominicanos  sólo tuviéramos el Himno de Delmonte y de Alfonseca, estaríamos tan orgullosos de él como lo  están los uruguayos del suyo cuya música no es superior a la de nuestro primer Canto Nacional.

No tengo noticias de que este Himno se publicara antes del  año 1911 en  que fue insertado en el No 151, (agosto del mismo año) de la Revista Ilustrada Blanco y Negro que  dirigía entonces el artista señor Francisco A. Palau. Afirma  Palau  que Don José María Arredondo, inspirado compositor y Maestro de Capilla por más de cincuenta años de nuestra Catedral Primada, hoy Basílica, le dio de propio paño de  copia para su publicación en dicha Revista.

En ese año de 1911, en las ediciones del 7  y del 12 de julio, publico el Listín Diario dos artículos intitulados JUSTICIA, del fenecido Lic. Virgilio Arredondo, en que sustentaba la tesis de que  siendo el Himno de Delmonte y Alfonseca el Canto Patriótico del 1844, debía  preferirse al de Prud Homme y de Reyes.

Los artículos del Lic. Arredondo pasaron inadvertidos. De tal modo. Que nadie absolutamente nadie, escribió una palabra para robustecer sus argumentos  y el  Lic. Arredondo se quedó solo.

Entonces algunas personas  influyeron en el ánimo del General Ramón Cáceres, Presidente de la República en aquella época, para  que patrocinara esa iniciativa e sometiéndolo al Congreso Nacional un proyecto de Ley que lo declarara Himno Oficial,  pero él General Cáceres no  quiso tomar en consideración tal delicado asunto. Entre  otros motivos, porque el Decreto del Poder Ejecutivo del 1ro. de  febrero de 1905 (Gaceta Oficial No 1549) con ocasión a la muerte del Maestro Reyes, que  disponía 3 días de duelo; que se pase por  la Puerta  del 27 de febrero; que se ofrende una corona en nombre del Gobierno; que se rindan los honores de ordenanza en el acto del sepelio y que la pensión de que disfrutaba le sea asignada a su familia en un reconocimiento  legitimo del himno.

“Además porque  el Ilustre Ayuntamiento d la Capital, a la  sazón presidido por el señor Frank Baehr, en sesión celebrada el  día 21 de febrero de 1905, a propuesta del Sindico Doctor F. Arturo Alardo, resolvió dar  el nombre de José Reyes a la calle Regina, y por último, que ese mismo Cabildo, presidido entonces por el Dr. Eduardo R. Soler, a iniciativa del Sindico  Lic. Gustavo A. Díaz, consagro un mausoleo, en el Cementerio, a los restos del ilustre compositor, y el Gobierno del General Cáceres representado por el Gobernador de la Provincia, General Manuel de Jesús Castillo, se asoció al merecido homenaje. Entre las distinguidas personalidades que asistieron al acto,  que  tuvo efecto el 16 de agosto de 1911, se encontraba el autor de la  letra, Lic. Emilio Prud Homme, quien pronuncio un elocuente discurso. Un coro de 500 niños, cantó acompañado  por la Banda de Música Militar, el Himno Nacional.”

Las estrofas del Himno del 27 de febrero del 1844,



CORO.
Al arma, españoles,
Volad a  lid!
Tomad por divisa
Vencer  o morir!

Nobles hijos de Santo Domingo
Erguid vuestra frente guerrera,
Y ceñudos volad tras la fiera
Que el solar de Colón devastó;
A sus huestes, cobardes e impías,
El terror y exterminio llevemos;
Y los himnos de gloria cantemos
Secundados  del fiero cañón.

Al alma, patriota  &&&

Guerra a muerte sin tegua, patriota!
Si ser libres por siempre queremos,
De la historia con sangre borremos
Cuanto lustros de llanto y dolor!
Sepa el mundo que a nombre odiamos
Acreedores jamás nos hicimos,
Y que siempre que gloria quisimos
Nuestro carro la Gloria arrastró.

No hay piedad! El haitiano indolente,
Penetrando en los patrios hogares,
Profanó nuestros templos y altares;
Nuestros fueros osó atropellar;
Y  el pudor de la cándida virgen;
 Y las canas del mísero anclado,
Y cuando hay de sagrado en lo humano
Ultrajó con orgullo procaz.

Al arma, patriotas. &&&

Más hoy tiembla convulso, leyendo
De los cielos la justa sentencia
Y amenazan su  odiosa existencia
Diez mil lanzas que afila el Honor
 Compatriota! Que  el éxito es cierto!
Libertad con valor conquistemos
Y el cruzado estandarte plantemos
Del haitiano en la oscura mansión.

Al arma, patriotas. &&&















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