La lucha por el 'oro azul' no sabe de fronteras
300 millones de africanos no pueden acceder a agua potable y al
menos 14 países del continente sufren un déficit de agua permanente.
Muchas mujeres deben caminar diariamente varias horas para poder
conseguirla.
Thomas Pajot
Desde el Nilo hasta la India o Vietnam, al menos ocho puntos del planeta
están cerca de comenzar una guerra por falta de agua potable.
Quien resuelva el problema del agua, será merecedor de dos premios
Nobel, uno por la paz y otro por la ciencia», declaró hace 50 años en
relación a la amenaza para la paz y la seguridad internacional que
supondría una guerra por el agua, el presidente John F. Kennedy. Según
la Organización de las Naciones Unidas (ONU), existen en el mundo 300
zonas en discordia a causa del agua.Pese a la creencia más extendida, el petróleo no es el líquido más valioso. El agua promete convertirse en el siglo XXI en lo que significó el crudo para el XX, lo que determiné en un alto porcentaje la riqueza de las naciones. El control, distribución y utilización del agua como vía de transporte ha sido un importante detonante de conflictos a lo largo de la historia. La mayoría de ellos presididos por la ausencia de cooperación.
«Enmascarado bajo temas muy abstractos como la economía o la soberanía nacional, la lucha por apoderarse de los acuíferos del planeta ha sido desde siempre un elemento central en la agenda de desarrollo de todas las naciones», expone Eduard Vinyamata, profesor de Derecho y Ciencia Política de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). En ello se han empeñado las grandes empresas, gobiernos y sus fuerzas armadas que, con el pretexto de luchar contra el terrorismo o las drogas, por citar algunos, se han diseminado por diversas regiones geográficas.
Alrededor del mundo existen hoy ocho puntos donde podrían desatarse conflictos en relación al agua, y al menos tres causas principales. Según un informe de la ONU sobre el desarrollo de los recursos hídricos en el mundo, para 2050 una de cada cuatro personas vivirá en un país con escasez crónica o recurrente de agua. «El crecimiento poblacional y el incremento de los ingresos conllevarán un enorme aumento del consumo de agua y de la generación de residuos. En los países en desarrollo, la población crecerá de forma alarmante y generará una demanda superior a las capacidades de los servicios y de la infraestructura, ya hoy en día insuficientes», explica el estudio. «Esto, sumado a la caída de precipitaciones será determinante. Algunas zonas se beneficiarán, pero otras tendrán menos agua que la que tienen hoy», determina el Catedrático de Seguridad Internacional de la Universidad Complutense de Madrid, Antonio Marquina Barrio.
Uno de esos casos puede ser el del Nilo, si países como Etiopía empiezan a construir presas disminuyendo su caudal.
En el norte de Darfur, la milicia enemiga ha llegado a envenenar los pozos de agua
«El problema con el Río Mekong, que nace en China y continua por
Myanmar, Tailandia, Laos, Camboya y Vietnam, es algo latente y seguirá
así mientras sigan haciendo presas», advierte también Vinyamata. La
Bengala india, Egipto, Sudán, río abajo y río arriba en el Yang-Tsé, así
como la meseta del Golán, que se disputan Siria e Israel, son otros de
los puntos conflictivos que mantienen en vela a los expertos. «En un
viaje en 2007 al norte de Darfur, Sudán, al llegar a un pueblo nos
recibió un grupo de mujeres que cantaban, 'Agua, agua, agua'. Dijeron
que la milicia enemiga había envenenado su pozo», contó Jan Eliasson,
secretario general adjunto de la ONU en la Cumbre Mundial del Agua,
celebrada el año pasado en la ciudad de Londres. También el Éufrates es fuente de discordia entre Siria y Turquía, que efectivamente está construyendo represas río arriba. En palabras de Marquina Barrio, «a día de hoy las disputas son sólo locales y tienen lugar en zonas de distribución de agua, pero la conflictividad puede aumentar en cualquier momento». Por su parte, el profesor de la UOC advierte que los conflictos por el llamado oro azul, son de la misma naturaleza que otros tipos de enfrentamientos.
Los problemas alcanzan, también, al continente americano. Allí los mexicanos comienzan a molestarse cuando comprueban lo que queda del Colorado tras cruzar la frontera. El profesor de la UOC comenta otros casos como los de Argentina y Brasil, donde empresarios que invierten en grandes fincas por las que pasan ríos o hay lagos. «Se trata de una inversión a medio plazo para poder disponer el día de mañana de recursos hídricos y comercializar con ellos.
En el caso de Bolivia, el país andino, que a causa del Tratado de Paz y Amistad de 1904, se vio privado de su salida al mar por el Pacífico protagoniza todavía en nuestros días disputas con Chile y Perú», expone el profesor Vinyamata. Agrega, además que, en ocasiones, en Colombia, por ejemplo, se habla de conflictos con tribus indias cuando en realidad las disputas son por el control de bosques, ríos o lagos. «Resumirlo como un conflicto étnico es una generalidad», dice. Es necesario entonces que la población entienda la importancia que tiene la conservación del agua para el desarrollo de las naciones.
Pero no son todas malas noticias. Gracias a la movilización mundial inspirada en los Objetivos del Milenio (ODM) -ocho propósitos de desarrollo humano fijados en 2000 y que los 189 miembros de las Naciones Unidas acordaron alcanzar para el año 2015-, dos mil millones de personas se han beneficiado del acceso a fuentes de abastecimiento de agua, como resultado de inversiones y políticas inteligentes.
Para España, el agua también supone una importante preocupación política. Según informes provistos por el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, el Fondo de Cooperación para Agua y Saneamiento (FCAS) constituye el principal instrumento financiero en el sector hídrico y de saneamiento al tiempo que supone una importante apuesta en la región de Latinoamérica y el Caribe. El Fondo prioriza las poblaciones más vulnerables como las zonas rurales y periféricas donde en los últimos años se han incrementado poco las coberturas debido al gran déficit de inversión.
La escasez no se olvida de nadie
Ochenta países sufren debido a la falta de agua, la mayoría de ellos vinculado al crecimiento demográfico que se concentrará principalmente en el norte de África, Asia Central, el subcontinente indio, Oriente Medio, y China. En éste último, donde se concentra 1/5 de la población mundial y menos de 1/10 del agua del planeta Tierra, ya se han secado el 35% de los pozos. Además, los tres ríos que alimentan el sur de China están altamente contaminados, lo cual tiene perjuicios sobre la salud y limita la irrigación de cultivos. Por su parte, el norte del país alberga las dos terceras partes de los campos de cultivo de China, pero cuenta solamente con un quinto de sus recursos hídricos. Entre los años 1991 y 1996 las reservas de agua subterránea en el norte del gigante asiático disminuyeron en un promedio de 1,5 metros anuales.un arma de guerra / El autoproclamado Estado Islámico de Irak ha aprovechado el acceso al agua para expandir su control sobre el territorio y para someter a la población. Oriente Medio junto con África del Norte son considerados dos de las zonas más pobres del mundo en lo que se refiere a recursos de agua potable. El clima desértico y la falta de lluvias, que caracterizan la zona, hacen que la población local sea completamente dependiente de las aguas subterráneas de los ríos: Nilo, Jordán, Éufrates y Tigris. Según un estudio realizado por el analista Russell Sticklor, para el Instituto de Estudios Estratégicos Stimson Centre, y publicado en el portal GulfNews, la guerra global de Oriente Medio por el agua ya ha comenzado, parcialmente en Siria donde se está desarrollando con una crueldad sin precedentes.
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