lunes, 5 de enero de 2015

2da Esposa de Trujillo. Bienvenida Ricardo.


2da Esposa de Trujillo. Bienvenida Ricardo.

La prestante señorita de la sociedad montecristeña, Bienvenida Inocencia Ricardo Martínez, contrajo nupcias con el teniente coronel policial Trujillo, el 30 de marzo de 1927. Fue primera dama innominada y casi clandestina hasta 1935, momento en que fue reemplazada por María Martínez.

En 1930, ya Ramfis tenía un año de edad y por ende era hijo legítimo de un supuesto y renegado padre, el cubano Rafael Dominicis, quien en ese entonces estuvo casado con “la españolita”, María Martínez. José Almoina da detalles de esa dualidad marital tan espinosa, para obra y gracia de su desgracia fatal.

A pesar de la atmósfera adúltera, Bienvenida Ricardo tuvo la dicha de que su astuto primo hermano, Joaquín Balaguer Ricardo, participara siempre cerca del eje transversal de poder en la Era de Trujillo. Su divorcio formal, lo cual se convirtió en un asunto de Estado, le fue enviado a París por correspondencia en el año 1935. Este tuvo como preámbulo la modificación de la ley de divorcio, a la que se agregó como causante del mismo la incompatibilidad de caracteres debido a la falta de procreación en los primeros 5 años de matrimonio, tal como en el caso Trujillo-Ricardo. Como paradoja, Bienvenida prosiguió como amante divorciada del Jefe y procreó con éste a Odette en 1937.

Años más tarde, Joaquín Balaguer, en su condición de canciller, asistió al Vaticano para la firma del Concordato, el 16 de junio de 1954. Ese convenio internacional dio fundamento a la disolución del matrimonio canónico por motivos civiles, mediante su artículo XVI que dice: “La Santa Sede consiente que las causas matrimoniales de separación de los cónyuges sean juzgadas por los Tribunales civiles”. Sin duda, una norma hecho a la medida de los requerimientos personales del Jefe.

“Bienvenida y la noche” (Manuel Rueda, 1994) es una extraordinaria crónica novelada de la boda montecristeña Trujillo-Ricardo, la que inmortaliza en el campo de la ficción literaria dominicana a esta singular primera dama de la línea noroeste.

La Españolita se presentó ante la sociedad con su flamante estatus de primera dama, compartida con Doña Julia Molina, a partir de 1936, para no dejar el puesto jamás. Inclusive, cuando Jacinto B. Peynado asume la primera presidencia títere de Trujillo, ratifica ese estatus a María y además, la condecora con la Orden del Mérito Juan Pablo Duarte, con grado de Gran Cruz Placa de oro, mediante decreto 88 (29.11.1938). Este decreto la considera como “objeto de la unánime simpatía del Pueblo Dominicano porque ha recibido de ella innumerables beneficios de carácter moral y caritativo”.

En la foto, Trujillo con su esposa Bienvenida Ricardo. CIRCA 1932, posando en el frente de la Mansión Presidencial.

Texto: Lara Valerio. Bonocimarron.org

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