martes, 2 de septiembre de 2014

PREVENCION DEL EXPOLIO DEL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO SUBACUÁTICO.

PREVENCION DEL EXPOLIO DEL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO SUBACUÁTICO.


                                                                 imagen:barca fenicia Mazarrón
Durante siglos, los yacimientos arqueológicos subacuáticos estuvieron protegidos por el medio ambiente en el que se encontraban. Sin embargo, el avance que se ha producido tanto en las técnicas de inmersión y universalización del buceo, como en la de localización en el medio acuático ha dado lugar a que, en la actualidad, sea posible no sólo llegar a grandes profundidades sino que se empleen unos medios que permiten localizar y extraer restos de forma indiscriminada, con la finalidad de obtener grandes beneficios con la venta de estos bienes.
Por otro lado, el control y la detección de este delito en el medio subacuático se ven ampliamente dificultados por el ámbito en el que se desarrollan. Así, en un menor número de casos la detección se produce por la incautación de piezas arqueológicas en manos de los expoliadores pero, en la mayoría de las ocasiones, la existencia del delito se hace evidente ante las visitas inspección, llevadas a cabo por arqueólogos, a los yacimientos conocidos. En este último caso, la destrucción de parte o todo el yacimiento ya se ha efectuado, siendo visibles los restos materiales del expolio (mangas de succión abandonadas, piezas arqueológicas preparadas para su extracción…).
Sin embargo, el objeto de la arqueología no consiste en la simple recuperación de objetos. Se debe tener presente que un yacimiento arqueológico está formado por estratos, que se disponen unos sobre los otros de tal forma que, por regla general, los estratos más antiguos se encuentran bajo los estratos más modernos. Es por ello que la relación entre los diversos objetos y estructuras que componen un yacimiento, es decir, dónde aparecen, cuál es su posición y cómo se relacionan entre ellos, son esenciales para la correcta interpretación del mismo y la respuesta a las preguntas que se plantean ante los trabajos científicos a desarrollar por los arqueólogos. Por ello, la recuperación y el análisis del registro arqueológico se llevarán a cabo utilizando la metodología y las técnicas adecuadas, siempre desde el punto de vista de la interdisciplinariedad, sobre todo si se tiene presente que el yacimiento debe ser considerado como algo único, como un bien no renovable.
El 18 de abril de 2003 con motivo del Día Internacional de los Monumentos y de los Sitios, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) editó, para la ocasión, en su página web un texto en el que se reflejaban las diferencias existentes entre un cazador de tesoros y un arqueólogo, que a continuación se pasan a reproducir:
ARQUEÓLOGO CAZATESOROS
Su tesoro es el conocimiento que pueda obtener de una pieza arqueológica Su tesoro es el dinero que puede ganar con la venta de una pieza arqueológica
Su método es científico y cuidadoso con la conservación Su método se basa en la rapidez y la conservación no es su prioridad
Los resultados de su trabajo benefician a pueblos enteros Los resultados de su trabajo son económicos y benefician a unos pocos
Contribuye al conocimiento de la historia de la humanidad Destruye las huellas de nuestro pasado
Es por ello, que hoy en día los esfuerzos de las distintas administraciones se están centrando en establecer mecanismos de protección adecuados que permitan la salvaguarda de este importante legado. Para ello, es indispensable conocer dónde, cómo y qué elementos conforman nuestro patrimonio arqueológico subacuático, además de analizar los distintos elementos que pueden dar lugar a su destrucción total o parcial. Este conocimiento se adquiere, mayoritariamente, a través de la ejecución de Inventarios o Proyectos de Cartas Arqueológicas que tendrán como objetivo la localización, identificación y evaluación de los yacimientos localizados en un área determinada, valorando asimismo el riesgo al que están sometidos.
Esta ha sido también la política establecida desde la Consejería de Educación, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía que, por medio del Centro de Arqueología Subacuática del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, ha desarrollado y desarrolla proyectos de investigación encaminados a lograr importantes avances en el conocimiento del patrimonio arqueológico localizado tanto en las aguas continentales andaluzas como en el mar que baña sus costas.
Sin embargo, el conocimiento y análisis del patrimonio arqueológico subacuático no siempre tiene su origen en proyectos de investigación dado que, en ocasiones, los hallazgos casuales se convierten en fuentes indispensables de conocimiento. Así, se debe reseñar la importancia que la colaboración ciudadana tiene en la protección y salvaguarda de nuestro patrimonio cuando, tras la localización de restos de forma casual, ponen este hallazgo en conocimiento de las autoridades competentes en materia de cultura. En este sentido, se deben destacar las campañas de sensibilización efectuadas así como la puesta a disposición de la ciudadanía, vía web, de un formulario de notificación de hallazgos y expolios del patrimonio arqueológico subacuático el cual puede ser cumplimentado, bien mediante la identificación del informador o de forma anónima.
Todos estos datos han permitido poder actualizar el Inventario de Yacimientos Arqueológicos de Andalucía, lo que ha servido de base para:
  • Romper con el vacío arqueológico existente hasta el momento en las zonas estudiadas.
  • Establecer medidas de protección y conservación de nuestro Patrimonio Arqueológico Subacuático, dotándolo de la protección jurídica establecida en la Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía, a través de la delimitación de Zonas Arqueológicas y Zonas de Servidumbre Arqueológica.
  • Diseñar estrategias de investigación.
Son este tipo de actuaciones, que vienen desarrollándose por numerosos arqueólogos a lo largo del mundo, las que han venido a asentar las bases científicas de la actual arqueología subacuática, cuyo objetivo principal se centra en el avance del conocimiento de nuestra historia a través del análisis y estudio de los distintos vestigios sumergidos. No se debe olvidar que la información que nos proporciona cada yacimiento es única al igual que la historia que nos va a contar, siempre y cuando las preguntas y el modo de recopilarlas sean las correctas.

Sin embargo, este tipo de actuaciones deben verse complementadas con diversas acciones encaminadas al mismo fin: la protección del patrimonio arqueológico subacuático. Así, desde la Consejería de Educación, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, se han llevado a cabo políticas encaminadas a:
  • Impulsar una política de formación dirigida a los Cuerpos de Seguridad del Estado: Guardia Civil, Policía Nacional y Local, Policía Judicial, etc. que tuvo sus inicios en el año 2000 y cuyos resultados se pueden traducir en diversas actuaciones policiales.
  • Establecer un estricto régimen de autorizaciones, siguiendo la legislación vigente, que determina quienes pueden solicitarlas, la necesidad de la intervención propuesta así como los objetivos y la metodología a aplicar, todo ello junto con el establecimiento de labores de inspección encaminadas a garantizar que los trabajos que se ejecuten se correspondan con los autorizados.
  • Difundir los valores de este patrimonio mediante la realización de exposiciones y publicaciones a distintos niveles.
  • Fomentar conductas de participación en su defensa y disfrute mediante la creación deproductos y talleres didácticos.
Esta idea de protección y preservación de este abundante e importante patrimonio se puede ver realzada por nuestra sociedad actual. Una sociedad que concede un valor destacable al tiempo libre, al ocio y que demanda un consumo cultural prácticamente inexistente, en este sentido, hasta nuestros días. De esta forma, este recurso cultural se ha convertido en fuente de enseñanza y de promoción económica para el ámbito territorial en el que se ubica, pudiendo ser aprovechado de una forma útil y responsable, asegurando para el futuro su rentabilidad económica, social y cultural siempre a partir de una protección y conservación rigurosa de sus valores.
No se debe olvidar que somos dueños de un patrimonio cultural en tanto somos los herederos de nuestros antepasados pero que tenemos la obligación de preservarlo para las generaciones futuras.
De esta forma, la gestión integral de este frágil patrimonio se convierte en un elemento indispensable para su adecuada y correcta preservación, englobando siempre las medidas adecuadas de protección, investigación, conservación, formación y difusión a distintos niveles.

Milagros Alzaga García,
Carmen García Rivera
fuente texto:
http://arqueologosdecadiz.wordpress.com/2014/08/19/prevencion-del-e...

No hay comentarios:

Publicar un comentario