Oh Capitán! ¡Mi Capitán!
http://www.curistoria.com/2013/07/oh-capitan-mi-capitan.html
Walt Whitman |
Whitman trabajó como enfermero durante la Guerra Civil Americana y según parece no era extraño que viera entonces por Washington a Lincoln. No sólo el poema de ¡Oh Capitán! ¡Mi Capitán! Muestra la admiración y el aprecio, casi físico, que sentía el poeta por el político, sino que llegó a escribir lo siguiente en torno al rostro de Lincoln:
Veo con toda claridad el rostro bronceado de Abraham Lincoln, con sus marcadas arrugas, sus ojos y lo que siempre me ha parecido una profunda tristeza latente en la expresión… Es probable que el lector haya visto fisonomías (como las de los viejos granjeros o capitanes de barco, etcétera) que, al margen de su sencillez y hasta de su fealdad, muestran sentimientos tan sutiles, pero tan palpables, que vuelven la vida de esos rostros tan imposible de describir como un perfume o el sabor de un fruto silvestre o el tono apasionado de una voz llena de vitalidad. Así era el semblante de Lincoln, su peculiar color, las líneas que lo formaban, los ojos, la boca, la expresión; no era una belleza al uso, pero para un gran artista era un auténtico festín para la vista, un rostro único y fascinante.
Abraham Lincoln
Fuente: Vidas secretas de grandes escritores, de Robert Schnakenberg
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