lunes, 1 de septiembre de 2014

La impunidad tiene sello político


La impunidad tiene sello político

liliam-nueva“Que la impunidad siga de fiesta”, escribió con amarga ironía la fiscal del Distrito Nacional, Yeni Berenice Reynoso, como introducción a la noticia de que un juez ordenó archivar el expediente contra el ex ministro de Obras Públicas Víctor Díaz Rúa. Y en otro mensaje colocado en su cuenta de twitter, añadió: “18 meses de investigación, cientos de evidencias, pero está prohibido judicialmente perseguir la corrupción”.
No habrá olvidado la joven funcionaria que en mayo del año pasado, con su decisión de archivar la querella interpuesta contra Leonel Fernández, ella le colocó a la impunidad el mismo traje. El Primer Juzgado de Instrucción (presidido por el juez Ramón Hiciano Berroa) la dotó de mejores galas al rechazar el recurso de oposición sometido por el querellante, el dirigente político y ex fiscal del Distrito Guillermo Moreno.
El poder que ha acumulado Leonel Fernández y la podredumbre de un sistema político que se sustenta en un enorme flujo de dinero sucio, sostienen la fiesta.
A estas alturas, hay que señalar como beneficiarios de la impunidad al presidente Danilo Medina y al procurador general de la República, Francisco Domínguez Brito.
Al cumplirse cien días de su gestión y estando en auge la demanda de que sea procesado por corrupción Leonel Fernández, Danilo Medina dijo descaradamente que no debemos “tirar piedras hacia atrás”. Además, alentó desde el Estado la desarticulación del movimiento utilizando la intimidación y otorgando nombramientos y otros beneficios a varios de sus voceros. Actuó en su condición de miembro del Comité Político del Partido de la Liberación Dominicana.
Domínguez Brito, quien también es alto dirigente del PLD, está al frente de un Ministerio Público esencialmente corrupto y mantiene inoperantes los organismos de lucha contra la corrupción.
Si no figura como beneficiaria (¿?), indudablemente puede ser incluida entre las personas comprometidas con la impunidad la fiscal Yeni Berenice Reynoso.
Su lamento es puramente personal. Intenta limpiar su imagen sin romper su compromiso con Leonel Fernández y con Danilo Medina.
Lamenta que, en este caso, tras varias disputas con jueces y una ardua labor de investigación, haya sido tirado al suelo su trabajo de 18 meses.
Pero en mayo del año pasado dijo sin amargura que es imposible “perseguir penalmente a nadie por cometer actos que riñan contra la ética o la moral, si el legislador no los ha convertido en tipos penales sancionados”.
Las manos atadas
Los factores que le impidieron a Yeni Berenice Reynoso percibir algo sancionable en la conducta de Leonel Fernández y en el origen y desarrollo de la Fundación Global Democracia y Desarrollo, le impidieron al juez Leomar Leonardo De La Cruz ver dolo en las acciones de Víctor Díaz Rúa.
En octubre pasado, la Confederación de Abogados, presidida por Yuniol Ramírez Ferreras, desistió de una querella alegando que los documentos que presentó Díaz Rúa dejan claro que no hubo dolo en las trece adendas colocadas a un contrato suscrito para el transporte, almacenaje y manejo de materiales asfálticos (AC-30) entre el Ministerio de Obras Públicas con la empresa Sargeant Petroleum, LTD, representada por el ingeniero Mustafa Abu Naba’a.
¿Utilizó la CONA cristales del mismo color que los de ciertos funcionarios? Otra querella presentada por varios ingenieros, en diciembre pasado fue retirada. ¿Funcionó, acaso, la misma receta? Quedaba en vigencia la presentada por la Fundación Primero Justicia.
La mención de los nombres de los ejecutivos de Sargeant Petroleum (Mustafa Abu Naba’a y Ala’a Al-Ali), remite a escándalos por donaciones de sucio origen en las campañas de Charlie Crist, John McCain, Rudolph Giulliani y Hillary Clinton, en Estados Unidos. ¿Quién investiga sus vínculos aquí?
El hijo de Mustafá (Karim), ex novio de la hija mayor de Leonel Fernández (Nicole), ha burlado en más de una ocasión la Justicia (tras acusaciones de amenaza, estafa y otros delitos) y ha mostrado armas y pertrechos militares cuya posesión por civiles es ilegal.
La mención del nombre de Leonel Fernández es inevitable. Y hay que mencionar también a Hipólito Mejía, el otro expresidente que ha recibido favores políticos de Karim Abu, señalado como uno de sus financiadores.
La podredumbre del sistema alimenta la impunidad y crece con ella.
Franklin Almeyda, Rafael Alburquerque y Radhamés Jiménez Peña, entre otros colaboradores de Leonel Fernández, se han pronunciado en defensa de Víctor Díaz Rúa.
¿Por qué no identifica Yeni Berenice a quienes la presionan? ¿Por qué se niega a reconocer que el fracaso de la lucha contra la corrupción radica en que la misma es consustancial al sistema de privilegios?
Si la joven magistrada (no ha cumplido aún los 32 años) renunciara en las próximas horas, quedaría la interrogante de por qué no lo hizo antes de estampar su firma en la decisión de archivar el expediente contra Leonel y por qué no pone nombres y apellidos a quienes le impiden, de hecho, luchar contra la corrupción.
¿Por qué no contribuye a hacer visible el delito revelando los vínculos a través de los cuales el jordano Abu Naba’a y su socio Al-Ali lograron posicionarse en el negocio del petróleo y en el de asfalto en el país? ¿Qué sabe ella acerca de la responsabilidad que tienen en esa situación Leonel Fernández, Hipólito Mejía y Miguel Vargas Maldonado?
Está prohibido, como dice ella, hurgar en la corrupción, pero esa prohibición no es judicial, es política.
Procesar a Víctor Díaz Rúa, quien gestiona las finanzas del PLD, es destapar el pago de favores políticos, de activismo politiquero y de trabajo sucio, y descubrir la marca de gobiernos corruptos entre los cuales hay que mencionar al que preside Danilo Medina.
¿Enfrentará la fiscal a los sectores que la han posicionado en el sistema de privilegios? ¿Se habrá dado cuenta de que para limpiar su imagen tendrá que hacer lo necesario para desatar sus manos? Ojalá…
Por Lilliam Oviedo

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