LAS CRENCIAS RELIGIOSAS DE LOS तैनोस
Fuente; Roberto Cassá. Historia Social y Económica de la República Dominicana, Tomo I, Editora Alfa y Omega, Santo Domingo, 1985, Cap. III, págs... 25 Y २६
La posesión de buenos ídolos iba en el mismo sentido que la posesión de lujos y buenas alhajas, porque los taínos habían dioses más que otros, y poseyendo los más fuertes los caciques se hacían respetar por toda la población que eran considerado portadores de los mensajes de los dioses importantes y que estos eran los únicos que estaban autorizados para comunicarse con ellos en las figuras de los ídolos.
Esta comunicación se realizaba mediante la ceremonia conocida hoy día como “ Rito de la Cohoba”, precedida por la inhalación de una droga alucinógena de ese nombre que hacía perder la razón a quien la tomaba o inhalaba y le ponía por ende, en capacidad de comunicarse con los fuertes dioses
La religión desempeñaba un papel de primer orden en la cultura taína. Todo el universo mental de los indios estaba condicionado por un sistema de creencias religiosas bastante bien organizado y que se hacía común en sus aspectos esenciales de los indios de toda la isla, así como de la otras Antillas vecinas.
Estas manifestaciones religiosas dieron lugar a que se fueran formalizando un grupo de personajes cuya especialidad era la de servir de dirigentes en ritos religiosos y de curación de enfermos. Estos personajes eran llamados behiques y gozaban de muchos de los privilegios de los caciques.
El behique tenía una forma espacial de adornarse y de vestir m que lo distinguía del resto de las personas. Poesía capacidad para comunicarse con los dioses o espíritus, llamados cemíes, aunque en ese aspecto los caciques tenían mayor importancia religiosa que estos arcaicos sacerdotes. Los behiques, sin embargo, debían mantener las creencias religiosas al nivel de la vida cotidiana desempeñando otras funciones para las tribus.
Eran considerados los hombres sabios por la comunicación que tenían con los muertos y con los cemíes, y por eso hacían muchas veces de consejeros de los caciques y educaban a sus hijos; también mantenían vivas las tradiciones antiguas conservadas en relatos místicos o en canciones legendarias, llamadas areitos. Los behiques eran también verdaderos artistas porque se encargaban de confeccionar los ídolos y otros objetos religiosos necesarios para los ritos y para el ejercicio de la autoridad de los caciques
Las ideas religiosas de los taínos estaban condicionadas por los fenómenos de la naturaleza y por las necesidades apremiantes que se le planteaban en la vida social. Por eso su principal dio o cemí Yocahu Vagua Maorocati, era la divinidad de la yuca, como su primer nombre lo indica, puesto que este producto llenaba las exigencias principales de alimentación de los indígenas.
Tenían otros dioses importantes también ligados a la naturaleza, como la diosa Guabancex, divinidad maligna que se relacionaba a los huracanes, fenٕómenos naturales que los taínos interpretaban como castigo de esta divinidad. Temían una diosa de la fertilidad que era la madre de Yocahu, lo cual la vinculaban a la importancia de la tierra y de la agricultura en la cultura material; esta diosa tenía 5 nombres, señal de su gran importancia.
Cada tribu también tenía sus cemíes particulares ligados a sus tradiciones históricas especiales y, cada persona veneraba un cemí particular que consideraba una especie de doble espiritual. Los Taínos, sin embargo, ya empezaban a formarse algunas ideas acerca de un gran Dios Todopoderoso y, por eso Yocahu, su principal Cemí, era visto como un dios de los cielos.
La noción de un dios creador todopoderoso todavía no la podían alcanzar pues no se compaginaba con su grado de desarrollo histórico en general y de las ideas religiosas en particular. La práctica religiosa de los taínos, a causa de la sencillez de sus creencias, estaba condicionada a la magia animista. Esto significa que mediante ceremonias, fórmulas y prácticas especiales, pretendían condicionar la voluntad de los cemíes de acuerdo a sus deseos.
En este sentido, efectuaban ceremonias cuya primera parte consistía en la comunicación de los jefes con los cemíes a través del rito de la cahoba. Después celebraban areitos, (fiestas en las que se bailaban esos cantos legendarios) en honor del poderío de los cemíes. En esas fiestas ofrecían productos agrícolas y otros bienes a los dioses y efectuaban otros sacrificios en su honra
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