jueves, 8 de noviembre de 2012

Descubrimiento, Conquista y Colonización de la Isla Española (1492-1510)


Descubrimiento, Conquista y Colonización de la Isla Española (1492-1510)
El primer viaje de Colón, su tripulación, costo, encuentro con los aborígenes  de la Isla
Fuente: J. Marino Inchaustegui. Historia Dominicana. Impresora Dominicana. Ciudad Trujillo, 1955. Tom. I.  Cap. II. Págs. 28 a 88

Al terminar la guerra contra los  moros, convirtió a la Reina Isabel la Católica, en una reina poderosa dentro de la Cristiandad, en Europa y en todo el mundo conocido, marcando  el término de la denominación  árabe, con la caída de Granada, arrancada por los españoles a los moros el 2 de  enero de 1492.  Por la que resolvió auspiciar la empresa  que  emprendiera Cristóbal Colón,  cuando se embarcó en la expedición  que dio como resultado el acontecimiento más trascendental de la  humanidad  después del nacimiento  de Jesucristo. Lo que convirtió a la a España en un vasto imperio colonial europeo en las tierras de “las indias”, en el nuevo mundo.
El primer viaje de Colón. Los entendimientos ya concluidos entre los reyes Católicos y Colón, el 17 de abril  de 1492 hicieron posible la expedición que el 3 de agosto del mismo año, zarpó del puerto de Palos, enfilando las proas de; la Santa María, la Pinta y La Niña rumbo hacia el oeste, en busca de la vía más corta hacia las tierras  ricas de La Indias, iniciando así la más grande de las empresas que haya tenido la historia de la humanidad, el descubrimiento, la colonización y la conquista del Nuevo Mundo.
Donde  hoy constituye  una de las cincos divisiones  del planeta, donde  predominan todas las condiciones climáticas del Universo, desde los fríos intensos hasta los extenuantes  calores tropicales, territorios extensísimos habitados por hombres y mujeres que viven los más diversos grados de cultura, hazaña incomparable realización que le corresponde al reino de España, que recién estaba formado por los reinos de  Castilla y Aragón,  con el matrimonio de Fernando e Isabal.
El 12 de octubre de 1492 se produjo el descubrimiento de la Indias en la Isla  de San Salvador (ahora Watlings Island), el 27 descubre a Juana (Cuba) y el 5 de diciembre divisa en la lontananza la Isla a los que los aborígenes  llamaban “Bohío”.
Las carabelas, eran tres las naves: la Santa María, la Pinta y la Niña. En la Santa María, iba Colón, aun cuando lo le gustaba y que tenía razón pues encalló  en la Española y su dueño lo era Juan de la Cosa (Este no  es el cartógrafo, quien  vino como marino en el segundo viaje. El Juan de la Cosa propietario de la Santa María falleció en España el 25 agosto de 1496).
La Pinta estaba confiada al mando de Martin Alonso Pinzón y luego de retornar a España nada más se supo de ella.
La Niña fue puesta bajo el mando de Vicente Yáñez Pinzón. Vino en el primer y segundo  viajes, fue capitana en la explotación del Cuba, se salvó del huracán de 1495, retornando al año siguiente a España con Colón y otros cien pasajeros. En  un viaje a Cáliz a Roma fue capturada por piratas, luego recapturada por su patrón  y tripulantes y pudo hacer el tercer viaje como avanzada de Colón en el 1498. En el 1500 estaba en Santo Domingo y en el 1501 negociaba a la Costa de las Perlas.
Las tripulaciones; Morrizon da un total  de noventa personas a las tripulaciones de las tres carabelas del siguiente nodo; Santa María, 39; Pinta, 26 y Niña, 22, más tres ´probables no identificada ´por su nombres.
Treinta y nueve en la Santa María; Cristóbal Colón, Capitán, Juan de la Cosa, maestre y dueño; Paralonso Niño, piloto; Diego de Arana (o Harana), alguacil de la flota; Rodrigo de Escobedo,  secretario de la flota; Pedro Gutiérrez, repostero de los  estrados del Rey; Rodrigo Sánchez, de Segovia, contralor; Luis de Torrea, intérprete; Maestre Juan Sánchez, físico o cirujano; Chachu, contramaestre; Domingo de Lequitio, segundo contramaestre; Antonio de Guéllar, carpintero; Domingo Vizcaino, marinero y tonelero.
Además navegaron en la Santa María; López, marinero y calafate; Juan de Medina, marinero y sastre; Diego Pérez, marinero y pintor; Bartolomé Bives o Vives, marinero; Alonso Clavijo; marinero;  Gonzalo Franco, marinero;  Juan Martínez de  Acoque, marinero; Juan de Morguer, marinero; Juan de la Placa, marinero;  Juan Ruiz de la Peña, marinero; Bartolomé de la Torres, marinero; Juan de Xares, marinero;  Rodrigo de Xares, marinero; Pedro Yzquierdo de  Lepe, marinero;
Además: Cristóbal Caro, platero y grumete; Diego Bermúdez, grumete; Alonzo Chocero, grumete; Rodrigo Gallego, grumete, Diego Leal, grumete; Pedro de Lepe, grumete; Pedro de Lepe, grumete; Jácome el Rico (genovés), grumete;  Martin de Urrubia, grumete,  Andrés de Yevenes, grumete; Juan, grumete; Pedro de Terreros, camarero del capitán ; pedro de  Salcedo, peje del capitán
Veinte y seis en la Pinta: Martin Alonzo Pinzón, capitán; Cristóbal Quintero, dueño, con rango de marinero; Francisco Martín Pinzón maestre;  Cristóbal García Sarmiento, piloto; Juan Raynal, alguacil; Maestre Diego, físico o cirujano o boticario; García Fernández, camarero; Juan Quintero de Algruta, contramaestre; Anton  Calabres, marinero; Francisco García Vallejo, marinero;
También; Álvaro Pérez, marinero; Gil o Guitiere  Pérez, marinero; Sancho de Rama, marinero;  Gómez  Ramón, marinero; Juan Rodríguez Bermejo (o Rodrigo de Triana), marinero ( quien fue que  dijo “ TIERRA”), Juan Vegano, marinero;  Juan Verde de Triana, marinero; Pedro de Arcos,  grumete; Fernando Medel, grumete; Alonso de Palos, grumete;  Juan Quadrado, grumete; Pedro Tegero, grumete; Bernal, grumete y sirviente del capitán.
Veinte y dos en la Niña: Vicente Yáñez Pinzón, capitán; Juan Niño, maestre y dueño;  Sancho Ruiz de Gama, Piloto;  Maestre Alonzo, físico ( cirujano); Diego Lorenzo, Alguacil;  Bartolomé García, contramaestre;  Alonso de Morales, carpintero; Juan Arráez, marinero: Pedro Arráez, marinero; Rui García, marinero: Rodrigo Monge, marinero; Bartolomé Roldán, marinero; Juan Romero, marinero.
Como también: Pedro Sánchez de Monilla, marinero; Pedro de  Villa, marinero; García Alonzo, grumete; Andrés de Huelva, grumete;  Francisco Niño, grumete;  Pedro de Soria, grumete;  Fernando de Triana, grumete; Miguel de Soria, grumete, y sirviente del capitán. (Según dice Morison, que  probablemente en la Santa María y en la Niña falta el nombre de un camarero  en cada una, y la Niña podría tener otro marinero,  la cual produciría una total de noventa  hombres.)
Los gastos de la expedición: el mismo Morison, estima que  en los preparativos del primer  viaje se gastaron 2, 000,000, de Maravedíes, que se estima en US$14,000.00, en la actualidad. De los tesoreros de la Santa Hermandad se  tomaron a préstamo, y luego se pagaron,  1,400.000 maravedíes; Colón invirtió 250,000 (tomado prestado a amigos y protectores) y el resto o fue avanzado por Luis de Santangel o se le tomó del Tesoro de Aragón. La suma arriba mencionada no incluye la paga, la cual ascendía  a 250,000 maravedíes por mes.
El primer combate con los indios. El 4 de  enero de 1493 continuó Colón costeando al Norte de La Española y el 6 de enero Día de Reyes, cerca de Montecristi, encontró a Pinzón y sus compañeros, quienes en la Pinta habían llegado a la isla antes que él y venían a sus encuentro pues los indios les habían  informado de la presencia de otros hombres blancos. El 7 y el 8 exploraron  el Río del Oro (Yaqué del Norte), así llamado por Colón  pues se encontró que el oro se pegaba a los toneles con los cuales almacenaban el agua para la tripulación.
El primer combate con los indios. Las dos carabelas continuaron juntas costeando el Norte de la Isla, del 9 al 12. Y el 13 en el Oeste de la Española, en las costas de una bahía, Colón ordenó a unos 7 hombres de la tripulación ir a tierra y procurar agua potable necesaria para la travesía a España. Al encontrarse  con unos 50 indios, los cuales eran más belicosos que los súbditos de Guacanagari, las españolas trataron de conseguir arcos y flechas a cambios de otros artículos y como hubiera desacuerdo entre ellos, tuvieron que defenderse a cuchilladas de un ataque de los aborígenes, quienes utilizaron como armas sus macanas y le dispararon flechas. Fue  esta refriega. Donde no hubo muertos, el primer choque bélico sostenido entre los hombres y los nativos del Nuevo Mundo. En recuerdo del arma utilizada  por los naturales, Colón bautizó el lugar con el nombre de “Golfo de la Fecha.” Hoy se llama el lugar del encuentro “Punta de la Flecha”, en la bahía de Samaná.

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