jueves, 9 de junio de 2016

Pichi Mella, un héroe poco conocido, que lo dio todo por sus convicciones y por la democracia de su país.

Te gusta esta página · 7 de junioEditado
 
Pichi Mella, un héroe poco conocido, que lo dio todo por sus convicciones y por la democracia de su país.

Aunque se ha escrito mucho sobre las sucesivas jornadas del pueblo dominicano por la libertad y la democracia en los últimos sesenta años, se registra un alto número de meritorios luchadores que pocas veces se mencionan.

Dentro de estos, en la casilla de los héroes anónimos porque su importante misión “en silencio tenía que ser”, figura Francisco Xavier Mella Peña (Pichi), el cuál falleció el 10 de abril del 2008 por causas de un cáncer y no soporto el tratamiento de la quimioterapia y falleció.

Muchos como él, por la naturaleza de su actividad o por su propia personalidad introvertida, se mantuvieron en un plano de discresión en los distintos episodios, gestas o períodos. Algunos son ignorados por el pueblo a cuya causa (también ignorada) destinaron sus vidas y acciones.

Francisco Xavier fue uno de esos actores que cerró filas durante décadas en las filas del 14 de Junio clandestino, en la dictadura de Rafael Trujillo, y posteriormente en el Movimiento Revolucionario 1J4.

Procedía de una familia con recursos económicos. Era sobrino de los conocidos intelectuales Arturo (Chilo) Peña Batlle y Osvaldo (Cocó) Peña Batlle, por parte de su madre Noemí (Mimí) Peña Batlle. Era también sobrino de Carmen (Tití) Peña Batlle.

En su niñez se caracterizó por su temperamento acerado pero sumamente humano, lo describe su hermana Ana María Mella. Ella, sus amigos de infancia y compañeros de prisión de la prisión durante la dictadura, coinciden en destacar la solidaridad que mantuvo para con los demás sin importar el nivel social.

Sancarleño nacido y criado, Pichi “siempre se juntaba con los más grandes (de edad)”, evoca Guiguí Pérez.

Luego de pasar por el colegio La Salle, Pichi fue enviado a estudiar a la Academia Militar de Atlanta, Georgia, Estados Unidos, donde compartió aulas con “Churchill” Castillo Ginebra, a quien definía como su hermano. Luego estudió economía en Tulane University, New Orleans.

Rebelde con sentido y sentimientos, Pichi se involucró en la resistencia contra la tiranía trujillista antes de cumplir 20 años.

Fue preso en 1959 junto a un grupo al que se le llamaban “los bomberos”, no por ser del cuerpo municipal contra incendios, sino por la vocación a poner bombas pese a la omnipresencia del Servicio de Inteligencia Militar (SIM) y otros dispositivos de vigilancia trujillista.

Valor
Entre otros compañeros de lucha clandestina y que compartieron la cárcel con Pichi, es imposible ignorar a Tony Barreiro, destacado deportista de pesca submarina, quien en 1963 cayó abatido a tiros en las montañas de las Manaclas al lado de Manolo Tavárez Justo. Cuenta el ex preso político Manuel Taveras Peña que fue precisamente Tony Barreiro quien resultó golpeado por un culatazo que un guardia lanzó contra Pichi quien esquivó la agresión cuando trabajaban bajo castigo en el conuco de la cárcel de la Victoria. Taveras Peña dice que Pichi respondió dignamente en voz alta un insulto del soldado. Otros coinciden en citar a Pichi entre los que con más valentía resistió las golpizas.

Estaba en marcha la cacería humana y el apresamiento masivo de ciudadanos por los cuerpos represivos del Trujillato. Aficionado al buceo a pulmón, Pichi hizo una intensa vida como submarinista, “descubriendo en la profundidad del mar lo que definía como un universo de libertad”, recuerda su hermana Ana María.

Entrañables amigos como Fidelio Despradel le atribuyen a Pichi una encendida pasión por bajar a lo más hondo del océano sin reflexionar sobre los peligros y desconocer las advertencias. Otro deporte practicado a intensidad por Pichi fue el polo, juntamente con su gran amigo sancarleño Vitico Pichardo. Hombre de trabajo diario sin importar hora, Pichi fue empresario avícola, con una granja próximo a la autopista Las Américas. Luego montó industria de alimentos para aves que instaló en compañía de su primo, y “enllave” José Manuel Peña, en la calle Pedro Livio Cedeño, próximo a la Máximo Gómez, frente al cementerio.

Recuerda Fidelio Despradel que en 1963 Pichi Mella se entrenó militarmente en Cuba. Se trató de una misión solemne emanada de Manolo Tavárez, a quien Pichi Mella admiró por su comportamiento ante la tortura, por su liderazgo en cualquier circunstancia y por la verticalidad de sus posiciones..

PERSONALIDAD
Figura clave del Movimiento 14 de Junio (1J4) en la Guerra de Abril, Pichi Mella vivió experiencias que le quedaron grabadas hasta el final de su vida.

El ex oficial piloto de la Fuerza Aérea “Quico” Garrido Frías no encuentra palabras para describir su temple, la solidaridad y el comportamiento como jefe militar del comando, donde también estaban los fallecidos oficiales Alba Minaya y Santana Milán. Por igual, el núcleo catorcista integrante del Comando, entre los que estaba Julio Enrique Montandon.

¿Qué tenía el joven sancarleño de familia acomodada que se sumergió en el clandestinaje antitrujillista, luego en el Movimiento 14 de Junio 1J4 y más tarde en la Guerra de Abril? Fidelio lo califica de excepcional.

Para quien escribe, Pichi es un personaje propicio para una novela o un filme. Un buen escritor o guionista le sacaría mucho al personaje en su barrio de San Carlos, con una personalidad fuera de moldes, desechando el estilo de vida imaginable por su nido familiar. El Pichí adulto venía marcado por su sencillez desde la infancia y por la comprensión que le imprimió la vida de una sociedad atrapada bajo conflictivas coordenadas.

Texto: Raúl Pérez Peña

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