lunes, 13 de junio de 2016

Los Ayubidas (1174-1260)

Los Ayubidas (1174-1260)

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La dinastía ayubida, que reina en Oriente Próximo entre 1174 y 1260, está marcada por una figura importante: Saladino (Salah ad-Din, r. 1169-1193). Nacido en 1183 en Tikrit (Irak), es hijo de Ayyub, gobernador militar de origen kurdo que reina en esta ciudad. Parte con su familia a Siria para trabajar para Zangi, señor de Mosul y de Alepo, y después para su hijo, Nur ad-Din. En 1169, Saladino llega a Egipto, entonces gobernado por el califato chiíta fatimí en decadencia, para sustituir a su tío Shirkukh como visir de Egipto y nuevo comandante en jefe del ejército de Siria. Dos años más tarde, en 1171, Saladino abole el califato fatimí y se convierte en el amo del país, donde restablece un poder suní haciendo juramento de fidelidad al califa abasí de Bagdad. Entonces Egipto se convierte en un polo político importante a partir del cual Saladino va a extenderse, controlando progresivamente Siria, una parte de la Jazirah e incluso Yemen.
Saladino se ilustra especialmente en sus batallas contra las cruzadas: es el campeón de la yihad suní. Así recupera el gobierno de Damasco en 1174, después el de Hama, Homs y Baalbek, a pesar de la oposición en el norte de Siria (Alepo) y en la Alta Mesopotamia (Mosul). Sin embargo, la gran victoria de las tropas de Saladino contra los francos tiene lugar en Hattin, cerca del lago Tiberíades, el 4 de julio de 1187. Sus tropas se enfrentan a las del rey de Jerusalén, Guy de Lusignan, que cae prisionero. Tras este episodio, el ejército de Saladino retoma las ciudades de Tiberíades, Nazaret, Sidón, Beirut, Gaza, Hebrón, Acre y sobre todo Jerusalén, de nuevo musulmana tras 88 años de ocupación cruzada. Es el hundimiento de los Estados latinos de Oriente. Esta ofensiva musulmana incita a los francos a reconquistar estos territorios que organizan la tercera cruzada, llevada a cabo entre 1187 y 1192 por Barbarroja, Ricardo Corazón de León y Felipe Augusto.
A fin de apoyar esta reconquista, la arquitectura ayubida crea dos tipos principales de construcción: las fortalezas y las madrasas (escuelas). Su papel defensivo de la yihad se ilustra en estas construcciones austeras. Emplean materiales sobrios, como la piedra, donde la utilización de colores variados en ocasiones es el único ornamento. No obstante, ciertos edificios se adornan con motivos esculpidos, geométricos o figurativos, bastante discretos. Entre los ejemplos más significativos que nos han llegado, la ciudadela de Alepo (principios del siglo XIII) es una de las obras maestras de esta arquitectura defensiva. Domina la ciudad, está rodeada de una vertiente para la caída del agua y se accede por una larga rampa, cortada por dos puertas enormes de piedra. En cuanto a las madrasas, afirman la fe musulmana suní, con edificios de tamaño modesto pero muy elegantes. Se componen de un patio rodeado de salas de patios, suelen abrirse a un iwân e incluye un mihrab decorado con piedras coloreadas que forman lazos geométricos, como en la madrasa al-Firdaws en Alepo (1235-1236). Ya existían en Siria y después se extendieron por Egipto.
Saladino aparece también como el heredero de una política de unificación territorial de Oriente Próximo con una concepción familiar del poder. Esto suele conllevar discordias, que sin embargo propaga el interés general. El territorio controlado por los ayubidas se compone de un conjunto de principados, organizados alrededor de una ciudad, a excepción de Egipto, país unificado. También restaura una economía estable, rutas comerciales con el sur (Sudán, Yemen) pero también con Italia, basándose en una organización militar y administrativa anterior.
Esta estabilidad permite el desarrollo de centros artísticos importantes, a menudo cercanos al poder. Mosul se convierte así en el centro principal de producción de metales lujosos incrustados con oro, plata y en ocasiones cobre rojo, una innovación técnica de este periodo. Aparecen otros talleres en Siria, especialmente en Damasco y por supuesto en Alepo. Los artistas trabajan para las cortes que les hacen encargos y se desplazan con ellas. Asimismo, varios artesanos firmaron sus obras indicando su origen (nisba). La ciudad de Mosul (al-Mawsili) aparece habitualmente, aunque estos artesanos ya no trabajan allí. Los motivos que decoran estos metales presentan una iconografía variada, especialmente la que ilustra los placeres principescos (caza, músicos…) o los signos del zodiaco, pero adornada de ciertos temas inéditos, como las labores del campo. Asimismo, cierto número de piezas incluyen motivos cristianos muy reconocibles: vírgenes con el niño, santos aureolados… Los latoneros reinterpretan estos motivos, provenientes sin duda de comunidades cristianas orientales muy numerosas en esta época.
En los otros campos artísticos nos ha llegado poca información. Probablemente existieron centros de producción de cerámica en el norte de Siria y en El Cairo, pero no está demostrado con certeza. Sin embargo, los objetos producidos se difunden con cierto éxito, encontrándose piezas especialmente en Italia. Presentan formas variadas y llevan una decoración pintada bajo barniz utilizando el color rojo con un dominio nuevo. Así, eso confiere a las jarras o a las copas con motivos figurativos y vegetales una gran elegancia, con una gama cromática que utiliza, además del rojo, el azul y el negro.
Las técnicas de decoración del vidrio evolucionan también. Piezas (vasos, botellas…) con mayor transparencia llevan una decoración esmaltada. Esta técnica, anterior al reino de los ayubidas, se perfecciona a fin de ampliar su gama de color y el uso del oro se extiende por las piezas más lujosas.
A la muerte de Saladino en 1193, se aparta progresivamente a sus descendientes directos a favor de su hermano, al-Adil (r. 1200-1218), y después de al-Kamil (r. 1218-1238). Seguirán su política, prefiriendo las negociaciones a los combates contra los francos, devolviendo Jerusalén a Federico II. La solidaridad que prevalece hasta el reinado de al-Salih (r. 1240-1249) desaparece ante las numerosas rivalidades familiares. Este último creó un ejército compuesto de esclavos turcos que, ante las disensiones internas de los ayubidas, tomó el poder en Egipto a la muerte del último ayubida en 1250. Había nacido la nueva dinastía de los mamelucos.
A. C. –R.

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