sábado, 26 de septiembre de 2015

María la Sanguinaria, Reina de Inglaterra: Matrimonio, Reinado y Muerte

Portada-Detalle del cuadro “Retrato de María Tudor”. Óleo sobre tabla obra de Antonio Moro. Museo del Prado. Madrid, España. (Wikimedia Commons)

María la Sanguinaria, Reina de Inglaterra: Matrimonio, Reinado y Muerte

María Tudor, María I, apodada por sus enemigos “la sanguinaria”, Reina de Inglaterra e Irlanda, fue la tercera mujer que ocupó el trono de Inglaterra. Recordada por intentar contrarrestar las reformas religiosas introducidas por su padre, el célebre Enrique VIII y por someter a Inglaterra de nuevo a la autoridad del Papa, esta mujer disfrutó de una vida tan apasionante como atormentada, tan rica como triste, tan trepidante como enfermiza. Hoy intentaremos bucear un poco más en la intrahistoria de la que es conocida en Inglaterra como Bloody Mary, la “sanguinaria reina María”, en esta segunda parte de su biografía, que abarca desde su coronación hasta su muerte.
Coronada Reina de Inglaterra el 1 de octubre del año 1553, una de las primeras medidas tomadas por María fue volver a declarar legal el matrimonio entre sus padres: Enrique VIII y Catalina de Aragón. Inicialmente tan popular como su madre -quien fue muy querida por el pueblo, incluso después de haber sido repudiada por Enrique VIII-, la ya reina María centraba toda su atención, a sus 37 años de edad, en buscar esposo. Su premura se debía, entre otros motivos, al hecho de poder darle a la corona el ansiado heredero católico que evitase el acceso al trono de su hermana, la protestante Isabel. Sin embargo, la popularidad de María duraría poco al revocar, rápidamente, todas las leyes favorables al protestantismo.
Detalle de una ilustración del “Libro de los Mártires”, de John Foxe, donde se observan los instantes previos a la quema en la hoguera de Nicholas Ridley y Hugh Latimer. (Public Domain)
Detalle de una ilustración del “Libro de los Mártires” de John Foxe, en la que se escenifican los instantes previos a la quema en la hoguera de Nicholas Ridley y Hugh Latimer. (Public Domain)
Así, el 30 de noviembre de 1554, apoyada por el Cardenal Reginald Pole, María reinstauraba el dominio eclesiástico de Roma sobre Inglaterra. Las persecuciones religiosas duraron casi cuatro años, en los que decenas de líderes protestantes fueron ejecutados. Otros tuvieron que exiliarse, mientras que cerca de 800 permanecieron en el país. Entre los ejecutados se encontraban el Arzobispo de Canterbury, Thomas CranmerNicholas Ridley, Obispo de Londres y el reformista Hugh Latimer. Aunque no existe unanimidad acerca del número de condenados a muerte, John Foxe calculó en su Libro de los mártires que 284 personas fueron ejecutadas por cuestiones de fe. Esos 284 mártires fueron razón suficiente para que la historiografía protestante la recodara desde ese instante como “María la sanguinaria” o “Bloody Mary” en su versión inglesa.
Matrimonio con Felipe de España
Según se cuenta, María rechazó a Eduardo Courtenay, Conde de Devon como prentendiente porque, al parecer, quedó perdidamente enamorada al contemplar un retrato del entonces príncipe Felipe de España, hijo de su primo-hermano el Emperador Carlos V.
Ante su decisión, el Lord Canciller Gardiner y la Cámara de los Comunes en pleno le rogaron que se desposase con un inglés, temiendo que Inglaterra se viera obligada a depender de España. Pero María se mantuvo firme y el 25 de julio del año 1554, sólo dos días después de haberse conocido, contrajo matrimonio con Felipe. La ceremonia se celebró en la Catedral de Winchester. Felipe tenía entonces 26 años, María, 37. Para él fue un mero matrimonio de estado. Ella le amaba realmente.
Retrato de María I de Inglaterra e Irlanda., obra de Hans Eworth. Sobre su pecho se puede contemplar el colgante con la famosa perla “La Peregrina” que le regaló Felipe II en 1554 con motivo de su matrimonio. (Public Domain)
Retrato de María I de Inglaterra e Irlanda., obra de Hans Eworth. Sobre su pecho se puede contemplar el colgante con la famosa perla “La Peregrina” que le regaló Felipe II en 1554 con motivo de su matrimonio. (Public Domain)
En las capitulaciones matrimoniales se especificó, expresamente, que los consejeros españoles de Felipe no podrían interferir en los asuntos ingleses, ni Inglaterra estaría obligada a combatir a los enemigos de España. Además a Felipe se le pasaría a llamar «Rey de Inglaterra» y todos los documentos oficiales, incluidas las actas del Parlamento serían firmadas por ambos. Asimismo, el Parlamento debía ser convocado solo bajo la autoridad conjunta. Se acuñaron también monedas con la efigie de ambos, pero su boda con Felipe no mejoraría la popularidad de María, ya que los ingleses no se fiaban de aquel rey extranjero.
Retrato de un joven Felipe II obra de Tiziano, (c. 1554) (Public Domain)
Retrato de un joven Felipe II obra de Tiziano, (c. 1554) (Public Domain)
Tres meses después de su boda, María empezó a sospechar que estaba embarazada, al ver cómo su vientre aumentaba de volumen. Sin embargo, los médicos atribuyeron esta inflamación del vientre real a una vulgar retención de líquidos. Posteriormente sufrió un nuevo embarazo falso, y se especuló que podría deberse a la presión por engendrar un heredero, aunque sus síntomas -entre los que se incluían secreción de leche materna y pérdida de visión- parecen más debidos a algún tipo de desorden hormonal, motivado por un posible tumor de la glándula pituitaria.
Retrato de María I de Inglaterra junto a su esposo Felipe de España. La pareja sólo convivió alrededor de 15 meses. Obra de Hans Eworth. (Wikimedia Commons)
Retrato de María I de Inglaterra junto a su esposo Felipe de España. La pareja solo convivió durante unos 15 meses. Obra de Hans Eworth. (Wikimedia Commons)
Reyes de Irlanda y guerra con Francia
La creación del Reino de Irlanda en el año 1542 no fue reconocida por la Europa católica, pero en 1555 María obtuvo una bula papal por la que se les confirmaba a ella y a su esposo como monarcas de Irlanda. De este modo la Iglesia aceptó el lazo de unión entre los reinos de Inglaterra e Irlanda.
Sin embargo, en agosto de ese mismo año Felipe abandonó el país en dirección a Flandes para asistir a la abdicación de su padre el Emperador Carlos V. Tras un tiempo de espera prudencial, María instó a su marido a que regresase lo antes posible, pero el ya Rey Felipe II no volvería a Inglaterra hasta marzo de 1557.
Felipe II regresó básicamente para convencerla de que apoyara a España en su guerra contra Francia, que se había aliado con el nuevo papa Paulo IV contra los Habsburgo. La reina cedió y le entregó a su esposo una considerable suma económica así como la promesa de ayuda militar si los franceses atacaban los Países Bajos.
En junio de 1557 María declaró la guerra a Francia y en el mes de julio Felipe abandonó Inglaterra definitivamente: María ya no volvería a verlo jamás. El ejército inglés desembarcó en Calais, plaza estratégica que dominaba el Canal de la Mancha. Pero en enero de 1558 los franceses, en un ataque por sorpresa, tomaron la ciudad. Entonces, la facción protestante, en vista de que se había violado el contrato de matrimonio (por la declaración de guerra a Francia a instancias de Felipe II), inició una campaña contraria a la reina llenando las calles con panfletos sediciosos que encendieron los ánimos contra los españoles. La pérdida de Calais, la hambruna causada por una serie de malas cosechas y una nueva epidemia de gripe asolando el país no hacían presagiar nada bueno para María.
Los franceses toman Calais en 1558. Óleo de François-Édouard Picot, 1838 (Public Domain)
Los franceses toman Calais en 1558. Óleo de François-Édouard Picot, 1838 (Public Domain)
Últimos Años de Vida
A pesar de la unión matrimonial con Felipe de España, Inglaterra no se benefició del lucrativo comercio con el Nuevo Mundo: los españoles guardaban con celo sus ingresos y, debido a su matrimonio con Felipe, María no podía aprobar la piratería. Además, las persistentes lluvias y las inundaciones provocaron una hambruna que asoló el país.
Financieramente, el régimen de María trató de conciliar una forma moderna de gobierno -con el correspondiente aumento del gasto-, con un sistema medieval de tributos. Es decir, que la ausencia de aranceles sobre las nuevas formas de importaciones descuidó una fuente clave de ingresos. Para solucionar este problema, María elaboró planes para llevar a cabo una reforma monetaria, pero no se hicieron realidad hasta después de su muerte.
Su salud fue empeorando poco a poco y se hizo necesario pensar en la sucesión. Descartado su esposo, que jamás hubiese aceptado hacerse con las riendas de Inglaterra,  las preferencias recayeron en su hermana Isabel. Pese al notorio protestantismo de su hermana -y a pesar de que Isabel constituía una grave amenaza para ella debido a su gran popularidad-, María respetó su vida, alejándola de la corte y confinándola en su palacio.
María, pese a sus notables diferencias con su hermana, la protestante Isabel, respetó su vida alejándola de la corte. La princesa Isabel Tudor, futura Isabel I de Inglaterra, óleo de William Scrots, (c. 1546) (Public Domain)
La princesa Isabel Tudor, futura Isabel I de Inglaterra, óleo de William Scrots (c. 1546). María, pese a sus notables diferencias ideológicas con su hermana, respetó su vida alejándola de la corte y la nombró su sucesora. (Public Domain)
A principios de noviembre de 1558, la reina María I de Inglaterra hizo testamento. En él designó como su sucesora a su hermana Isabel, con la ferviente esperanza de que abandonase el protestantismo. Asimismo, en su declaración expresaba su voluntad de ser enterrada junto a su madre, Catalina de Aragón.
Finalmente, su muerte se produjo el 17 de noviembre de 1558, en el Palacio de Saint James, a los 42 años de edad. Pese a la petición expresa de su testamento, fue sepultada en la Abadía de Westminster, muy lejos de la tumba de su madre ubicada en la Catedral de Peterborough. Años después descansaría a su lado su hermana Isabel, quien, nada más subir al trono como Isabel I de Inglaterra, restauró el protestantismo en Inglaterra.
Curiosamente, la protestante Isabel I pudo ser reina gracias a que primero lo fue su hermana mayor, la católica María, quien a pesar de sus notables diferencias ideológicas, protegió siempre los derechos sucesorios de su hermana al trono de Inglaterra.
Retrato de María I de Inglaterra, óleo sobre panel de roble pintado en 1554 por Hans Eworth (Public Domain)
Retrato de María I de Inglaterra, óleo sobre panel de roble pintado en 1554 por Hans Eworth (Public Domain)
Imagen de portada: Detalle del cuadro “Retrato de María Tudor”. Óleo sobre tabla obra de Antonio Moro. Museo del Prado. Madrid, España. (Wikimedia Commons)
Autor: Mariló T.A.

Fuentes:
LLANOS Y TORRIGLIA: F. de. María I de Inglaterra, ¿la sanguinaria?, Reina de España. Madrid. Espasa Calpe. 1946.
MATTINGLY, G. Catalina de Aragón. Madrid. Palabra. 1998.
NADAL, S. Las cuatro mujeres de Felipe II. Barcelona. Juventud. 1971.
Reina María Tudor de Inglaterra. Biografía. Sangrienta vida. http://historiaybiografias.com/seres_crueles1/
GÓMEZ ÁLVAREZ, - María I Tudor, Reina de Inglaterra http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=maria-i-tudor-reina-de-inglaterra
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