lunes, 19 de enero de 2015

JOSE ANTONIO JIMÉNEZ alias BALA

LOS PEORES ASESINOS DE LA DICTADURA TRUJILLISTA

 
JOSE ANTONIO JIMÉNEZ alias BALA
Es bien conocido por todos, que un dictador, no atropella por si solo. Normalmente, cuenta con una pleyade de sicarios y esbirros, que se encargan del trabajo sucio...Robar, asesinar y torturar.
En fin, la idea es conformar un sistema-maquinaria que se convierta en algo diabólico, temido e inhumano, como de por sí, se convirtió, durante la Era Trujillista, este grupo de asesinos, que presentaremos en los siguientes trabajos investigativos, para que las nuevas generaciones los conozcan y sepan quienes fueron los responsables de tanto atrocinio, entre ellos , los que nos liberaron de semejante dictadura....los heroes del 30 de Mayo
Otro dominicanismo que surgió en 1961 fue el de palero. Así se denominaba a las personas que reprimían a los ciudadanos que se manifestaban a favor del desmantelamiento de tal régimen. El palero más célebre fue JOSE ANTONIO JIMENEZ, alias BALA tristemente célebre jefe de los paleros, quien en los meses posteriores al magnicidio dirigió una banda de malhechores que reprimía a luchadores antitrujilistas. Se le acusó de incendiar Radio Caribe y atribuirlo a miembros del Movimiento Popular Dominicano, entre los cuales resultaron muertos y heridos cuando el pandillero asaltó su local en la avenida Duarte.
El nombre de José Antonio Jiménez, que lleva una avenida de Las Palmas de Alma Rosa, debería ser eliminado y colocar en su lugar el de un patriota de los que en 1961, al ser eliminado Trujillo, resistieron los intentos de Balaguer y de Ramfis por evitar el final de la dictadura.
El subdirector del Archivo General de la Nación, quien residió en esa zona y conoció al temible bandolero que se autoproclamaba El patriota, fue informado de que la designación es obra de una abogada que fue prominente trujillista, miembro destacada del Partido Dominicano y amiga de Balá, a quien ocultó en su residencia en 1966 cuando éste fue libertado de la cárcel por una presunta llamada del presidente Héctor García Godoy al jefe de la Policía Nacional, Hermán Despradel Brache, que el mandatario desmintió. Entonces también fueron liberados Alfonso Cruz Valerio, Emilio Estrada Mayeta (Manota), Néstor Antonio Pérez Terrero y Ciriaco de la Rosa Luciano, acusados de asesinar a las hermanas Mirabal. García Godoy ordenó la recaptura de todos pero ninguno fue reapresado.
Balá vivió en lo que es hoy Las palmas de Alma Rosa en 1963 y que en 1961 su morada estuvo en la calle Enriquillo, de Villa Francisca. Entonces pertenecía al Partido Dominicano y por esa condición recibía comida para repartir a pobres. Tenía un taller de ebanistería. A partir de julio de 1961 preparó en el negocio los garrotes con que azotaba a los opositores a los remanentes del trujillato. Andaba en un camión que rezaba: Aquí están Balá y sus 200 hombres, recuerda.
El funesto personaje atacó a manifestantes de los primeros mítines por la democracia, entre ellos el muy concurrido del PRD realizado en el parque Colón. Balá y sus paleros arrastraban sin compasión a los heridos. Su lugarteniente era Virgilio Martínez, mejor conocido como Quinielita, y además se encontraban otros como Pedro Vásquez, Eduardo Pérez Miniño, Domingo Figueroa, Pascasio García, Rafael Antonio Félix Báez, Agustín Berroa, Rafael Arias Richardson y Fernando A. Jiménez Herrera, apunta Paulino en el texto inédito.
El 12 de febrero de 1963, Balá fue condenado a diez años de prisión acusado de asociación de malhechores, incendio voluntario contra propiedad privada, porte ilegal de armas de fuego y propinar golpes y heridas voluntarias mientras dirigía el grupo Los Paleros. Había sido apresado el día anterior, precisamente en los alrededores del ensanche Alma Rosa, de esta ciudad, se publicó.
Lo pusieron en libertad la noche del 16 de febrero y Despradel Brache declaró que la voz que le dio la orden por teléfono era muy parecida a la del presidente García Godoy.
Paulino Ramos asegura que Balá se movía libremente desde que Balaguer asumió el poder. Volvió a su trabajo de ebanistería y se mudó a la calle Seibo 146 donde también instaló un taller, declaró.
Entonces inició el reclamo de unos solares de su propiedad ubicados en la calle Doctor Betances esquina Barahona que habían sido ocupados por las turbas a finales de 1961, narró el bibliotecólogo, y agregó que Balá se enemistó con un hijo, Víctor Antonio Jiménez, residente en esas tierras, porque supuestamente no las defendió. Se decía que lo maltrataba y le decía que no debía llevar el apellido, pidiéndole que abandonara la vivienda.
El muchacho, según datos de Paulino, pertenecía al MPD, y aseguran que participó en la conjura para dar muerte a Balá, lo que, aclara, no he confirmado. Pero fue apresado cuando mataron a Balá el 7 de diciembre de 1968, en la calle Seibo. Estaba junto a otros dos hijos pequeños cuyas fotos se publicaron entonces.
Un Comando Clandestino Revolucionario Miguel Fortuna se responsabilizó de la muerte.
Texto: Ángela Peña para el periódico HOY
FUENTE FOTO: Fundación Hermanos de la Maza

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