Hollande autoriza los ataques aéreos contra los yihadistas en Irak
El presidente francés advierte de que no habrá tropas de su país en tierra ni acciones militares en Siria
Hollande, a mitad de su quinquenato, hizo este anuncio durante la conferencia de prensa semestral del jefe del Estado en la majestuosa Sala de Fiestas del palacio presidencial. Ante todo su Gobierno y ante 350 periodistas. Con la decisión del Consejo de Defensa, queda expedito el camino a la intervención de los cazabombarderos Rafale desplegados en la base francesa de Abu Dabi.
El lunes, varios de esos aviones realizaron vuelos de reconocimiento para seleccionar objetivos. Este martes, comentó Hollande, han vuelto a hacerlo. “Cuando identifiquemos esos objetivos, actuaremos”, dijo después sugiriendo un pronto inicio de los bombardeos. París ya aclaró la semana pasada que se reserva el derecho a elegir o rechazar los objetivos, aunque actúe en coordinación con el resto de la coalición internacional que encabeza Estados Unidos.
Francia ha sido el primer país europeo en enviar armas a los kurdos iraquíes para frenar el avance de los yihadistas. Ya ha hecho cuatro entregas, pero Hollande ha insistido en que el Gobierno iraquí ha pedido a París reiteradamente esos ataques aéreos. El presidente enmarcó esta intervención militar en el hecho de que “el mundo está gravemente amenazado” y que su primer objetivo como jefe del Estado es “garantizar la seguridad de Francia”.
En ese contexto, puso de nuevo de relieve que un millar de ciudadanos franceses ha partido a Siria e Irak para combatir con los yihadistas. La policía calcula que más de un centenar ha regresado. Uno de ellos, Mehdi Nemmouche, como recordó Hollande, está detenido como autor del asesinato de cuatro personas en el museo judío de Bruselas. “El mundo afronta una crisis especialmente grave”, aseveró.
EE UU, que ya bombardea a los yihadistas desde el 8 de agosto, no descarta hacerlo también en Siria, donde el EI tiene su cuartel general. Es una opción descartada por Francia. “No podemos, a pesar de la presencia del EI en Siria, sostener un régimen. [El presidente de Siria Bachar] El Asad y ellos se refuerzan mutuamente”.
La próxima intervención de los Rafale fue el dato más destacado de la conferencia de prensa, convocada esta vez en un momento muy inestable para Hollande: con un 13% de apoyo entre la ciudadanía (la popularidad más baja de un presidente en la V República), una economía estancada, un paro desbocado, una creciente revuelta en su partido socialista y una vida privada puesta a la intemperie en el corrosivo libro de su expareja Valérie Trierweiler.
El presidente, que según sus consejeros había preparado meticulosamente su comparecencia, reafirmó su apoyo al primer ministro, Manuel Valls, presente en el acto, que el martes superó una moción de confianza pero perdió la mayoría absoluta por la abstención de 31 de sus diputados. “Lo he elegido por su calidad, su coraje, su sentido de Estado”, señaló Hollande, para afirmarse en que el camino reformista que ambos han emprendido es el único posible.
Consciente del malestar social por la ausencia de resultados, Hollande comentó: “Necesitamos tiempo. Los resultados tardan en venir, lo sé”. Para el presidente, son inviables otras alternativas, como “salir de la zona euro, cerrar las fronteras y expulsar a los extranjeros”, en referencia al Frente Nacional de Marine Le Pen. “O también se puede romper el modelo social, recortar 100.000 o 150.000 millones y terminar con las 35 horas semanales”, en referencia a la Unión para un Movimiento Popular (UMP), el principal partido de la oposición.
Sí abrió, en cambio, la puerta “al diálogo y al debate” con los diputados rebeldes del Partido Socialista. “Pero siempre sobre las líneas que yo he marcado”, les advirtió, tras recordar que Valls ha anunciado ya una rebaja de impuestos para 2015 que beneficiará a nueve millones de personas, un tercio de los contribuyentes franceses.
Hollande aludió a la crisis que sufre el proyecto europeo, al auge de la extrema derecha en el continente y al “decisivo” referéndum escocés. “Hay una responsabilidad colectiva” en ese auge de los extremismos, señaló, para añadir: “Si el proyecto europeo se diluye, se abre la vía para los egoísmos, los populismos, los separatismos. No hemos creado Europa para esto. ¿Quién puede saber el futuro de Escocia? ¿Por qué Europa no ha sido capaz de crear un proyecto federal para que las identidades puedan reunirse en su seno?”.
“Terminaré este mandato, plenamente, sin preocuparme de mi popularidad”, respondió a la pregunta sobre los pésimos resultados que le otorgan los sondeos. Tampoco faltó la pregunta sobre su vida privada y el libro de Trierweiler. “Ya me he expresado sobre este asunto y he evocado el respeto a la función presidencial. No daré otra respuesta”, zanjó.
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