jueves, 8 de noviembre de 2012

FEDERICO GARCIA GODOY




FEDERICO GARCIA GODOY
Prócer de las letras nacionales
Titán de la literatura dominicana
Federico García Godoy, fue cubano de nacimiento y dominicano de corazón. Hijo de Federico García Copley y Josefa Godoy, su primer vagido lo anuncia a la vista de Santiago de Cuba el 25 de Diciembre de 1852, época en que los patriotas cubanos luchaban  por independizarse de España.

Con motivo de los acontecimientos revolucionarios que irrumpieron en Cuba el 10 de Octubre de 1886, cuando el General Carlos Manuel  de Céspedes, secundando las revueltas acaudilladas  por el General Joaquín Agüero y el patriota Armenteros lanzó en  el Ingenio de La Damajagua el grito de Guerra Separatista, la familia García Godoy vino  a residir   a la ciudad de Santo Domingo de Guzmán

El futuro prócer de las letras nacionales tuvo como verdadero maestro a su padre, profesor y literato de méritos indiscutibles.  En cuanto a idiomas extranjeros, sus estudios los hizo en  el Colegio San Luís Gonzaga

Después de haber  residido en Puerto Plata y Santiago, en dos  de los periodos en que su juventud vigorosa se iniciaba en el conocimiento de los problemas culturales, se  instala en La Vega, ciudad en la cual contrae matrimonio con la señorita Rosa Ceara y procrea familia. En esa ciudad, medio propicio a todas las efusiones de la inspiración  por el  embrujo  de sus paisajes y la hidalguía y hospitalidad de sus moradores, erige  su belvedere, levanta su antena y entre el fragor de las luchas  partidarias que tanto han menoscabado nuestro desarrollo histórico,  capta las múltiples proyecciones de la cultura

Su aislamiento respecto de los verdaderos centros  intelectuales de la época, obra en su espíritu como un incentivo para la intensificación de los esfuerzos encaminados a  procurarle una posición firme entre las figuras  pensantes  del continente

Sus libros, vistos a la luz de los tiempos en que fueron escritos, así como tomando en consideración al medio desde  el cual fueron dados a la publicidad, representan un  esfuerzo heroico. Esa  empresa. Llamándola así es  para hombres tan altos de talento como de carácter; porque tal  como observa Clemenceau estudiando la vida de Demóstenes, el príncipe de las ágoras helénicas, “es muy  difícil mantener la disciplina interior, a menudo severa, que impone el servicio desinteresado de las causas nobles”.

Federico García Godoy, no sólo  defendió con honra el acervo de la cultura dominicana, sino también contribuyó a forjarlo con clara inteligencia y adecuada interpretación de nuestras grandezas  y miserias. Si  su obra no  estuviese enaltecida por ideas estéticas y filosóficas que enriquecen el acervo de las letras nacionales, dos razones existen para estudiarla con verdadero respeto;  el patriotismo que iluminó su vida y el  entusiasmo generoso que inspiró su lucha por  el ideal  en la noche de nuestras discordias civiles.

En la redacción del “EL PUEBLO”, periódico que se editaba en La Vega en el transcurso de los años 1896-1899, actuó como  gran decoro;  y como director  del “EL DIA”, diario de esa misma ciudad, defendió con  coraje en plena intervención norteamericana, los intereses cívico del  pueblo dominicano

Se había iniciado  en las faenas periodísticas en “EL PORVENIR”, decano de la prensa nacional y periódico al cual corresponde el honor de haber servido de tribuna a los primeros trabajos literarios de los insignes hombres de letras dominicanos. (Centenares de artículos  escritos por García Godoy, se encuentran  en periódicos y revistas que existieron en el país en distintas épocas, tales  como: El Progreso, El Adalid, Sangre Nueva y La Defensa, de La Vega; La Cuna de América, Renacimiento, Letras, Comospolita, Blanco y Negro, El Tiempo, El Siglo, Listin  Diario, La  Opinión, Nuevo Diario, El Combate, El Imparcial, La Bandera y Bandera Libre, de la ciudad Capital; El Diario, La Información, Cupido y Anarcos, de Santiago y El Boletín de Noticias de Puerto Planta)

Como periodista se advierte en sus trabajos el mismo estilo que  campea en  todos sus libros. La calidad estética de la prosa de Federico García Godoy, está determinada por la inquietud del estilo romántico influido a intervalos por la sobriedad del estilo clásico. En todas sus obras, sean éstas critica o de literatura histórica, fluye un aticismo de equilibrada modalidad. Hasta cuando exterioriza conceptos de filosofía política conserva la altura de expresión que da elocuencia a la palabra

Como  hombre, Federico García Godoy no se aparto de lo humano, aunque en su espíritu el germen  de lo divino. Frente a la religión, sin ser librepensador, no concibió el sentido  dogmático de la fe católica, pero en cambio su vida estuvo inspirada por una sincera admiración a la Excelsa Figura  que alienta y vivifica el sentimiento cristiano.
Samuel Guy Inman,  director de la revista norteamericana Nueva Democracia, emplazando imaginariamente en  una entrevista de fuerte evocación, cinco años después  de su muerte, “el venerable literato cuya fama literaria era orgullo de toda la América Latina y de España” como dice él – se refiere al patriotismo de Federico García Godoy,  y se lamenta de  que  hubiese muerto algunos años  antes que    Charles E. Young  desempeñara las funciones de ministro de los Estados Unidos en la República Dominicana, ya que le habría gustado introducirlo al hospitalario salón en que el notable  diplomático recibía a todos los sábados a un grupos de poetas dominicanos para  leer la literatura nacional

Por desgracia, Federico García Godoy llevándose en su alma la tragedia del imperialismo estadounidense. Desparramando entonces como  un  vendaval sobre las tierras en la América Hispana.  El sólo supo de las prácticas antidiplomaticas de los Ministros Russell   y Sullivan,  partidarios  declarados de la fuerza;  la misma fuerza que declara fuera de la Ley y destruye su  obra “EL DERRUMBE”, grito de próstata de un hombre  herido por las cadenas  de la esclavitud

Cuando en su hogar de La Vega, cae titán  en brazos de las percas con un libro abierto entre sus manos, el 12 de  febrero de 1924, no había experimentado los sacudimientos emocionales que  a todo  buen hispanoamericano produjo la Política del buen vecino, felizmente desarrollada por el Presidente Roosvelt. El se marcho para siempre con  la garganta ardida aún por la efervescencia patriótica de sus  conferencias y discursos  del “Teatro La Progresista” verdaderas cátedras de dignidad nacionalista y de coraje cívico

El critico

Como crítico, Federico García Godoy fue generoso siendo justo en la apreciación y transigente sin dejar de  ser sincero con  sus propias convicciones. Su crítica era orientada a juzgar la vida y la obra de los grandes hombres. Dijo cuanto considero menester,  sin  incurrir en la grave

Dad del término sentencioso. Observó lo grande del pensamiento dondequiera  que éste se columbrase, con visión universal. Partiendo de la  según la cual toda crítica es la respuesta de un espíritu a otro espíritu que  ha  logrado excitar la atención reflexiva a avivar notablemente la sensibilidad,  la hace radicar en un impresionismo personalista tanto más valioso  cuanto mejor refleje los sentimientos experimentados al correr, viajero de emociones imprevistas, las páginas de  un libro.

Como  crítico tuvo las dos orientaciones supremas que inspiraron todos los actos de su vida espiritual; la verdad y la belleza. Ante la primera vivió su pensamiento en perenne genuflexión;  ante  la segunda vibraron todas sus  fibras sensoriales, como si el coraje del sentimiento, sublimándose en el éxtasis, fuese capaz de dar  a plenitud  la sensación  de lo infinito

Sin separar el arte  y la belleza de las condiciones de universalidad  que deben atesorar para mejer cumplimiento de sus finalidades estéticas, rechaza la fórmula de  el arte por el arte, fatal  a juicio  suyo  por  las producciones  insustanciales que  ha originado , alejando el espíritu creador de la resonancias necesarias al concepto de evolución artística, y se declara partidario del arte en movimiento de función social

Vinculado a las costumbres autóctonas, al contenido psicológico y a las finalidades prácticas, el ideal artístico se nacionaliza sin dejar de ser universal  en sus proyecciones. Como  resultado de  la idea nacionalista que  sustenta respecto  del arte, aboga por un nacionalismo literario llamado a robustecer el concepto de patria hasta darle la modalidad de ideas forces que preconiza Fouiollée

La concepción  del nacionalismo literario broita en García Godoy al conjuro del americanismo literario  que nace   con las producciones de Rodó, Ugarte y Rufino Blanco Fombona.

Tras el estudio  y conocimiento de la literatura universal en sus condiciones  fundamentales,. Surge la idea de una literatura  continental en la cual debe estar asentada la esencia de nuestra personalidad, y   como  consecuencia de ésta, el advenimiento de una literatura nacional inspirada en los propósitos que sustenta García Godoy. El concepto de nacionalidad en filosofía, estética y arte, es posterior al concepto de universalidad.

 El hombre se hace más apto para  asimilar, el contenido su propia esencia, después que  se ha preparado  para  captar la quididad, el contenido ontológico de sus congéneres. En este caso el movimiento es deductivo, vive de lo general a lo particular, de lo complicado a lo simple. Realizada la  concepción universalista, entonces se produce el movimiento inductivo,  el movimiento inverso, el que generaliza la idea particular proyectándola hacia  el mundo

No hay comentarios:

Publicar un comentario