El
llanto es una acción que está limitada a los humanos, totalmente común y aceptada, pero que generalmente
no nos detenemos a cuestionar, y consiste en
derramar lágrimas a causa de la experimentación de una determinada
emoción. Eso todos lo sabemos y a todos nos ha sucedido.
Se ha definido al
llanto como un complejo fenómeno secretomotor, que permite al
aparato lagrimal segregar lágrimas sin afectar las estructuras oculares, y hoy en día sabemos que hay una
conexión neuronal entre las áreas del cerebro vinculadas a las emociones y la glándula lagrimal. Veamos entonces cuáles son algunas de las explicaciones que nos ha aportado la ciencia de
por qué lloramos.
Los científicos también lloran
En un principio, la ciencia intentó buscar una función en el fenómeno del llanto, algo que justificara que el organismo reaccionara de esa manera ante determinadas emociones, así como otras reacciones innatas en el ser humano se explican porque cumplen una determinada
función biológica, pero las
funciones del llanto o su origen aún hoy en día no han sido completamente determinados.
Las teorías van desde lo más simple, como las que sostienen que es una simple reacción física al dolor, hasta otras más complejas que vinculan el fenómeno a un tipo de comunicación no verbalque intenta describir un determinado estado de ánimo (particularmente uno en el que se intenta llamar la atención o solicitar la ayuda de otros), o a un propósito bioquímico de eliminación de toxinas del cuerpo y liberar el estrés.
Estas últimas teorías han ganado terreno, ya que aportan una explicación más plausible también teniendo en cuenta que el llanto se produce incluso causado por emociones opuestas -aunque siempre son emociones intensas- tales como la alegría o la tristeza, y que el llanto representa una válvula de escape a la experimentación de esas emociones.
Un bioquímico de la Universidad de Minnesotta llamado William H. Frey, sostiene que las personas se sienten mejor después de llorar debido a que las lágrimas derramadas contienen la hormona adrenocorticotrópica, una hormona asociada al estrés, y esto, junto a que durante el llanto aumenta la secreción mucosa, podría llevar a la teoría de que el llanto es un mecanismo desarrollado para disponer de esta hormona cuando el nivel de estrés es muy alto.
Otras teorías sostienen que el llanto está directamente vinculado a la sensación de impotencia o indefensión que experimentamos. Según esta perspectiva, esto explicaría incluso el llanto en situaciones de alegría, ya que esta proviene de un acontecimiento sobre el cual no podemos influir o modificar y ahí se percibe la impotencia.
Por último, otros puntos de vista explican el llanto desde el punto de vista evolutivo, considerando que es un mecanismo destinado a mostrar vulnerabilidad y rendición ante un posible atacante, despertar compasión y hasta un cierto vínculo emocional.
Como vemos, las razones y el origen del llanto se siguen discutiendo e investigando, pero sí hay cierta unanimidad sobre los buenos efectos que trae asociados el llanto: la reducción de estrés y la claridad de pensamientos, entre otros; así que, si bien muchas veces pasar por la experiencia o por la fase previa no es algo agradable, las emociones son algo natural que no se debe reprimir o intentar controlar y, si conducen al llanto, por algo será, aunque todavía no sepamos bien por qué.
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