ORIGEN
DEL AJUSTICIAMIENTO DE ULISES HEUREAUX
(Lilis), EL 26 DE FEBRERO DE 1899, EN MOCA.
Fuente:
Gisela Mejía Billini de Espaillat, obra Figuras y Relatos de Ayer. Editora del Caribe C por A. Santo Domingo. Año 1946
Horacio Vásquez y Ramón Cáceres
eran primos hermanos; el primero, hijo de Basilio
Vásquez, y el segundo de Remigia
Vásquez, ambos Vivian en Estancia Nueva, una comunidad de Moca, y allí
formaron sus respectivas familias.
Entre Horacio y Mon, no
obstante la diferencia de edad, existió siempre un gran compañerismo. Horacio
se distinguió en la política desde muy temprana edad.
Estando Horacio en una fiesta familiar en la
población de Guanábano (Hoy Cayetano Germocen) notó que un desconocido lo miraba con insistencia y
pensando que pudiera haber un atentado
contra su persona, resolvió retirarse de ese lugar, y regresar a su casa de
Moca. En el camino para se tropezó otra
vez con el desconocido que lo había seguido. Al Horacio verlo de nuevo, lo
increpó. El desconocido le dijo que no se apurara, que su viaje tenía por
objeto matarle de orden del General Lilis, pero que había desistido de hacerlo por la buena
impresión que le había causado; pero que no
debía descuidarse porque otro vendría a eliminarlo y lo haría
El desconocido era Rubí, uno de
los peores asesinos al servicio de aquella horrible tiranía. Días después
en la calle Separación (Hoy calle El Conde) caía Rubí abatido por las
balas de los esbirros del tirano, por no haber cumplido la misión que se le
encomendó. La de matar a Horacio.
Horacio le contó lo sucedido a
su primo Mon, y éste le contestó que la
única forma de salvarse era adelantándose a los designios del déspota. Preguntando por
Horacio sobre quién asumiría esa enorme
responsabilidad Mon contesto; “Yo lo haré aunque sea solo”.
A partir de ese día comenzó a
organizarse la conspiración, que encontró ambiente propicio en la juventud
mocana, por la pesadez de aquella situación y los horrores de la implacable
tiranía. Meses después visitó el Cibao Central Heureaux, llegando a Moca el 25 de julio de 1899
La noche de su llegada se
organizó una reunión para tratar sobre
el desastroso problema monetario, y los jóvenes completados planearon para esa
noche el atentado. No obstante su decisión no pudieron llevar a cabo su plan,
por la gran concurrencia que asistió a la reunión teniendo éstos que dieran
resultar victimas algunos de los presentes
Mon, Horacio y sus hermanos
Manuel, Arquímedes, regresaron a Estancia Nueva contrariados por el fracaso,
pero dispuestos a ejecutar su plan al
día siguiente. Fue un gran aliento para
ellos cuando la madre de Mon, doña Remigia,
que estaba enterada de todo el plan desde la noche de Guanábano, les
dijo, con un valor digno de encomio
estas textuales palabras: “Mañana es 26
de julio, día de Santa Ana, y ella los
protegerá para que todo salga bien”.
El ataque a Lilis fue en la
tarde de ese día. Se había
dispuesto que Mon solo atacaría y los demás cubrirían
las bocacalles, para evitar que los hombres del cuarto militar del
Presidente, acudieran en su defensa al oír los tiros
Lilis visitó antes de partir para Santiago a
su amigo Jacobo Lara. Su hijo Jacobito formaba parte del grupo, no
obstante su temprana edad, pues sólo
contaba 17 años. Mon entró en la tienda de don Jacobo en el momento en que salía y éste conversaban, y disimuló su presencia inquiriendo por un par de zapatos
Lilis sacó su revólver y Mon también y en
un duelo de hombre a hombre, cayó
el tirano con cuatro balazos rodos mortales,
recibidos del revólver del valiente Ramón Cáceres.
Los complotados entre otros
eran: Horacio Vásquez, Ramón Cáceres, Manuel Cáceres, José Brache, Arquímedes
Cáceres, Domingo Pichardo, Vicente de la
Maza, Pablo Arnaud, Casimiro Cordero, y Blas de la Maza. Con esta valiente hazaña, se derrumbaron trece años de oprobiosa tiranía, y se escribió una
brillante página en los anales de nuestra libertad.
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