La misteriosa ciudad de Qatna, olvidada
en el desierto sirio desde hace más de 3.500 años, ha vuelto a ver la
luz para mostrar una hasta ahora desconocida y avanzada civilización en
plena edad del bronce y los tesoros de un reino que nadó en el lujo
durante siglos. Aunque sus restos fueron descubiertos en la década de
1920, su excavación sistemática no comenzó hasta hace diez años y es hoy
cuando se ha presentado por primera vez una visión completa de un reino
que compitió por el dominio de la región de Oriente Medio. Después de
más de tres milenios de olvido, el equipo de arqueólogos ha conseguido
averiguar que el primer gran rey de Qatna fue Ischchi Addu, quien
gobernó entre 1.800 y 1.750 a.C y fue probablemente quien hizo levantar
las colosales murallas que protegían su ciudad y comenzó la construcción
de su palacio.Las tablillas en escritura cuneiforme encontradas en las
excavaciones han permitido averiguar muchas cosas más, como la dote de
300 kilogramos de plata que se dio a una princesa para contraer m
atrimonio en un reino vecino.En una
región de guerras constantes entre distintos pueblos, los reyes de Qatna
consiguieron mantener a raya a sus vecinos con una red de fortalezas
construidas de manera concéntrica en torno a la capital.Los arqueólogos
calculan que fuera de los muros de la fortaleza vivían hasta 20.000
personas y sospechan que el interior de la muralla era en realidad una
ciudad prohibida, a la que sólo tenía acceso la elite del país, los
altos funcionarios, la clase noble, los artistas, altos militares y
sumos sacerdotes.Ello se desprende de que, fuera del palacio, las
excavaciones en el interior del recinto amurallado sólo han sacado a la
luz edificios oficiales, templos y almacenes públicos. El descubrimiento
más importante durante las excavaciones fue una cámara mortuoria,
intacta desde hace más de 3.000 años, en la que reposaban los restos de
unas 30 personas junto a un amplio tesoro que abarca desde vasijas
egipcias, armas lujosas, artículos de cosmética y una gran variedad de
joyas.Situada en el subsuelo del palacio, la cámara tenía un acceso
directo a la sala del trono, se encontraba sellada desde hacía tres
milenios y en su interior se presumen los restos «de altos funcionarios,
visires y princesas»,Unos 300 años se calcula que duró la era de máximo
esplendor del reino y la ciudad de Qatna, hasta que sobre el año 1.340
a.C fue arrasada, quemada y destruida por un ejército hitita, tras
imponerse en los siglos anteriores a sus vecinos asirios, babilonios y
egipcios...
No hay comentarios:
Publicar un comentario