Cuando Henry Royce orientó a sus artesanos e ingenieros con la máxima tomen lo mejor que exista y háganlo mejor, y si no existe, diséñenlo, además de inspirar la creación de los coches más vanguardistas del momento, estaba legando para la posteridad lo mejor del activo inmaterial de la marca del espíritu del éxtasis, el afán de innovación. Desde hace más de 100 años, Rolls-Royce ha estado explorando los límites de la movilidad de lujo utilizando el apelativo EX a sus coches experimentales. Ahora presenta un nuevo vehículo que evoca el espíritu de aquella histórica voluntad de superación, esfuerzos que han alcanzado límites insospechados en términos de ingeniería y diseño.
Bajo el nombre en clave 103EX, el nuevo Concept Car de Rolls-Royce es una propuesta de salón completamente autónomo, fabricado a mano, con materiales de lujo y sobre un chasis vanguardista, un viaje de fantasía futurista realizada por la marca líder mundial en vehículos de lujo. El Rolls-Royce 103EX es aproximadamente del mismo tamaño que el Phantom, aunque es completamente diferente. A contracorriente de lo hecho en décadas de diseño automotriz, las ruedas –fabricadas a mano, de 65 radios de aluminio y 28 pulgadas de diámetro- no aparecen separas del cuerpo del vehículo, sino integradas en la carrocería, dando al conjunto el aspecto de un casco de barco. Con un evidente estilismo atemporal, el nuevo automóvil es futurista, pero evoca el diseño y el glamour de los grandes automóviles de antes de la Primera Guerra Mundial, en especial en los detalles del guardabarros y los faros.
El diseño del 103EX no tiene competencia cuando se trata de ayudar a sus pasajeros a sentirse cómodos y exclusivos. En el lado del pasajero el imponente techo panorámico está articulado para crear una marquesina que se levanta en el momento de abrirse la única puerta lateral.
Una experiencia que los diseñadores de Rolls-Royce han recreado de los antiguos carruajes tirado por caballos y que permite a los pasajeros acceder al vehículo rompiendo con la tradicional incomodidad de tener que agacharse. Un gesto que Rolls-Royce ha estudiado para que sus futuros y exclusivos clientes no tengan que volver a soportarlo. Cuando te subes, una luz roja se proyecta sobre el suelo a modo de alfombra anunciando la entrada a un habitáculo absolutamente diáfano y despejado de mandos, para que los pasajeros disfruten de una completa sensación de privacidad, calidez y relajación. Una pantalla OLED instalada frente al único asiento corrido sirve de interface para interactuar con Eleanor, alma y propósito del nuevo vehículo cuyo nombre evoca a aquellas grandes damas de la nobleza medieval de Europa Occidental y que ejerce, mediante inteligencia artificial, de asistente virtual para recordar tus citas y tareas, verificar horarios, planificar rutas, hacer sugerencias ante imprevistos y, lo más importante, conducir hasta tu destino.
A pesar de su estilo minimalista, el nuevo Rolls-Royce cuenta con los mismos materiales de alta calidad tradicionales en la marca del espíritu del éxtasis, incluyendo paneles de madera Macassar, fibra de carbono, cuero, cerámica y otros materiales prototípicos.
Rolls-Royce describe al 103EX como el último concepto en vehículos, una muestra de cómo ven el futuro del automovilismo. Por ahora no han entregado más especificaciones. Se han limitado a asegurar que el 103EX estará hecho a mano con los más avanzados materiales, será impulsados por un sistema de cero emisiones y que será totalmente autónomo. No sería la primera vez que el instinto y la intuición se convierte en fuente de inspiración y estímulo para satisfacer el deseo de una nueva generación de clientes. Esta es sólo una, y puedes experimentarla desde el 18 hasta en 26 de junio de 2016 en el Roundhouse, un antiguo galpón de motores reconvertido en recinto para espectáculos escénicos situado en Chalk Farm Road, en pleno corazón del londinense barrio de Camden.
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