La salud de Chávez pospone una devaluación "inevitable"
Última actualización: Miércoles, 16 de enero de 2013
¿Qué gobierno anuncia su intención de devaluar la moneda? Ninguno. El de Venezuela, por supuesto, no es una excepción y menos con su presidente, Hugo Chávez, convaleciente en La Habana de su cuarta cirugía contra el cáncer.
Resulta tan complicado encontrar un economista ajeno al entorno del gobierno que niegue la conveniencia de la devaluación, como una grieta en el oficialismo que admita la inminencia de tal medida.
"No lo anticipa ni la reina de Inglaterra", dijo en diciembre el ministro de Planificación y Finanzas, Jorge Giordani.
La rebaja del valor de la moneda –que en Venezuela está sometida desde hace una década a un estricto sistema de tipo fijo frente al dólar– pareciera algo inevitable si se hace caso a buena parte de los expertos del país y analistas de los centros financieros internacionales.
Los expertos señalan entre las principales razones el bajo nivel de las reservas internacionales líquidas en el Banco Central, el fuerte incremento de las importaciones, el creciente déficit fiscal y que se ha disparado el precio de las divisas en el ilegal mercado paralelo.
Con una eventual devaluación, se aumentarían los ingresos del Estado, se aliviaría el déficit público y se permitiría al gobierno evitar una potencial recesión al no tener que reducir el gasto público, incrementado en 2012 durante el año electoral.
Sin embargo, la medida tendría un impacto inevitable en los precios que pagan los consumidores por los bienes. Un golpe al bolsillo de los ciudadanos que se vendría a sumar al 20,1% anual de la tasa de inflación con que cerró 2012, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas.
El delicado momento político que vive el país, con Chávez gravemente enfermo y la no descartada posibilidad de que haya elecciones pronto, ha puesto en el congelador una acción que no por recomendable en términos macroeconómicos dejaría de ser tremendamente impopular, sobre todo para las clases menos pudientes, las bases naturales del chavismo.
"Inevitable"
"Hay cuatro buenas razones técnicas, por citar las más importantes, que manifiestan que es inevitable el ajuste del tipo de cambio, aunque no sabemos cuándo ni cómo se hará", le dijo a BBC Mundo el economista Juan Manuel Puente, profesor del Instituto de Estudios Superiores en Administración (IESA).
Esos cuatro pilares son: el alto tipo de cambio del mercado negro de dólares, el bajo nivel de reservas internacionales líquidas, el alto nivel de importaciones y el déficit público.
Puente coincide con la mayoría de los expertos en que la devaluación paliará uno de los principales problemas de la economía venezolana: que en los últimos años el gobierno gasta mucho más de lo que ingresa. Sólo en el último lustro, la deuda pública casi se ha duplicado.
Venezuela, el país con las mayores reservas probadas de petróleo del mundo, vive prácticamente de la exportación del "oro negro", que representa alrededor del 97% de sus exportaciones.
Los altos precios del petróleo (un poco más de US$100 el promedio del precio del barril en 2012) han sido aprovechados por Chávez para inyectar ingentes cantidades de dinero en proyectos sociales como la Gran Misión Vivienda, que construye casas para los más necesitados.
Pero además de la política social, un coladero de dinero es mantener el combustible más barato del mundo. La estatal petrolera Pdvsa gasta anualmente US$21.500 millones, según cálculos del experto opositor en el sector energético Nelson Hernández.
Y al déficit hay que sumar el "boom de las importaciones", que incrementaron su volumen a lo largo de 2012 en un 20%, según datos oficiales.
"El nivel más alto de toda la historia económica venezolana. Y está reflejando un tipo de cambio muy barato", dijo Puente.
"Lechugas verdes"
Otro de los elementos que contribuyen a la necesidad de la devaluación es el sobrevalorado mercado paralelo de divisas.
En Venezuela, rige un sistema de control de cambios desde 2003, cuando se adoptó la medida para evitar la fuga de capitales. Desde entonces, la población obtiene determinados cupos de moneda extranjera a través del burocrático sistema implementado por la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi).
En el sistema del Cadivi, en 2010, hubo una devaluación del 20% y 100% al establecerse el precio en una doble tasa de 2,6 y 4,3 bolívares por dólar. Un año más tarde, en 2011, el valor del bolívar fuerte quedó fijado en la actual tasa única de 4,3, valor que ha permanecido congelado durante dos años.
La excepción al dólar Cadivi es el Sistema de Transacciones con Títulos de Moneda Extranjera (Sitme), que permite, a través de la compra-venta de títulos de deuda pública, obtener dólares a un precio superior (5,3 Bs x US$).
La rigidez del sistema ha fomentado un mercado negro al que acuden ciudadanos y sobre todo pequeños empresarios importadores. Por supuesto, no hay cifras oficiales respecto al tamaño del mercado paralelo, aunque los conocedores estiman que no debe ser demasiado grande.
Según el economista Ángel García Banchs, de la firma Econométrica, la economía venezolana demanda unos US$450 millones diarios, mientras en el mercado paralelo deben moverse unos US$25 millones, "hasta US$30 millones en un buen día".
La Ley de Ilícitos Cambiarios, que prevé fuertes multas para quienes mencionen la existencia del mercado paralelo y su cotización, ha obligado a los venezolanos a valerse de eufemismos como "lechuga verde" para algo que también es "el innombrable" o los "benjamines".
La demanda del papel estadounidense se ha disparado en los últimos dos meses hasta tal punto que no es extraño que cuadruplique al oficial.
En el circuito oficial, los empresarios se quejan de la casi imposibilidad de conseguir dólares, mientras el gobierno publica reportes periódicos con balances que siempre hacen alusión al aumento de la disponibilidad.
Según el gobierno, Cadivi asignó más de US$33.000 millones por diferentes conceptos, lo que, representa un incremento de 5% en comparación con el pasado año.
"Todos los indicadores apuntan a una devaluación (…). Si me piden que le ponga fecha, yo le pongo antes del cierre del primer trimestre", le dijo a BBC Mundo García Banchs.
Sin embargo, el economista agregó que todo bien puede depender de una hipotética cita electoral si se da la "ausencia absoluta" del presidente Hugo Chávez. "Es de manual que ante elecciones, no se devalúa la moneda", apuntó.
La escasez
El otro gran problema de la economía venezolana es la escasez. Cifras oficiales la calculan en alrededor del 15%, es decir, no se consigue uno de cada siete productos cuando se sale a comprar bienes de la cesta básica.
"En la medida en que se postergue el ajuste cambiario, la crisis se va a sentir mucho peor y se va a desbordar la escasez", afirmó García Banchs, para quien es ahí donde está el verdadero riesgo político para el gobierno.
Según el economista, para el gobierno el riesgo de inflación con la devaluación no es tan grave políticamente como el de la falta de productos.
"El ciudadano atribuye la culpa de la inflación al sector privado las más de las veces. Lo del 'empresario apátrida' que no quiere a su país y aumenta los precios, la gente lo cree", señala.
"Cuando se trata de la escasez, la gente suele apuntar con el dedo más al gobierno. Además, de la escasez uno no puede protegerse, si no hay, no hay", considera García Banchs.
"La devaluación reduce la escasez no porque incremente la oferta de divisas sino porque redistribuye las escasas divisas de mejor forma", opina García Banchs.
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