Merengues dedicados
3 de octubre de 2015 - 12:07 am - 0
A esos señores que desde llegan a un cargo importante comienzan con esa práctica tan tradicional de coge aquí, coge allá, un negocito pa´l sobrinito, hasta hacerse un millonario, para ellos el merengue de El Funcionario
Parece que con lo de bajar canciones de la Internet, los Ipods y todos inventos para oír la música de maneras muy directas y diferentes, eso tan cariñoso de dedicar canciones por la radio está quedando relegado. Nosotros vamos a retomar hoy esa vieja costumbre desde estas páginas, gracias a las múltiples posibilidades que la prensa nos permite. A todos los que se ausentan injustificadamente del trabajo, a los que les gusta poco bajar el lomo y en especial a los que les pagamos un chorro de cuartos por sentarse en el congreso y no asisten durante meses o años, les dedicamos el merengue tan descriptivo de El Negrito del Batey, por aquello de que el trabajo lo hizo Dios como castigo y por si fuera poco se lo dejan todo al pobre buey, ¡qué abusadores!
Otra dedicatoria, a los que no hacen caso de las leyes de la constitución, a los que se saltan las reglas de los debidos procedimientos y lo justifican después con las interpretaciones de su parte haciéndose los chivos locos, el merenguito de Compadre Pedro Juan por aquello de la chiva blanca de Don José que aún siendo hembra, era chiva y seguramente no se atenía a regla alguna. Para quienes idean, proponen, mangonean y llevan a cabo proyectos más lesivos que beneficiosos para la nación, los cuales se firman de prisa y lo más callado posible por muchas presiones e intereses y quien sabe por qué cosas más, el merenguito de Plátano Maduro no Vuelve a Verde, porque el tiempo que se va, y en este caso el tiempo es el patrimonio minero no renovable, no vuelve.
Sobre los cuartos que se desaparecen por medio de robos, sobornos, cohechos, prevaricación y cien malas mañas más, y que por toda respuesta queda el mal ejemplo de la inmunidad, les dedicamos con mucho amor el graciosísimo merengue de Ah, No, Yo No Se, No, porque nunca se sabe donde se meten esos dineros ni que se hacen con ellos. A esos señores que son capaces de hacer tantas cosas mal hechas, de violar las leyes y que después de sacarlos de sus puestos vuelven a postularse para los mismos cargos o superiores y hasta llegan a ser reelegidos como si no hubiese pasado nada, para ellos un merengue titulado El Barbarazo.
A esos viajecitos que se dicen de negocios y promociones internacionales en los que las delegaciones se piropean entre sí y que al final todo se queda en unos brindis, unas cenas, unos regalos y un fajo de promesas incumplidas, además de unas erogaciones muy considerables a cubrir por los contribuyentes, el merengue de La Limosna. A esos señores que desde llegan a un cargo importante comienzan con esa práctica tan tradicional de coge aquí, coge allá, un negocito pa´l sobrinito, hasta hacerse un millonario, para ellos el merengue de El Funcionario, que suena siempre como un himno recordatorio antes de cada periodo electoral.
A los miembros buenos de los cuerpos del orden que se juegan la vida, debiendo enfrentarse casi a pistola pelá con los malísimos malandros, caiga quien caiga, el merengue de La Balacera protagonizado por el gran Tatico Henríquez e inspirado en una anécdota del inolvidable compositor popular. A esos narcos prófugos que llevan de cabeza a tantas autoridades dejando un reguero de muertos por ahí, y a otros que andan por los barrios tan campantes distribuyendo desastres para la vida de nuestros jóvenes, el merengue aquel tan famoso de Pónmelo Ahí que lo Voy a Partir.
Y para todos nosotros que asistimos a un acontecer diario tan crispado, lleno de sorpresas, escándalos y zozobra, el bello merengue de Los Algodones, porque señores, no se vayan que esto se compone. Para más peticiones, ya saben donde dirigirse, con mucho gusto les complaceremos.
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