Imágenes de Nuestra Historia , R.D
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EL FERROCARRIL DEL CIBAO./ 1943
Niño y Locomotora
Region del Cibao
Imagen del año1943
Fuente : Historia de la Fotografia Dominicana, Jeannette Miller / grupo Leon
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EL FERROCARRIL DEL CIBAO./ 1943
Niño y Locomotora
Region del Cibao
Imagen del año1943
Fuente : Historia de la Fotografia Dominicana, Jeannette Miller / grupo Leon
Historia Dominicana en Gráficas
ABIGAIL MEJÍA, pionera del movimiento feminista y primera mujer fotógrafa dominicana, autora de la famosa obra SUEÑA PILARÍN.
Ana Emilia Abigaíl Mejia Soliere, nació en Santo Domingo el 15 de abril del 1895 y falleció el 15 de marzo de 1941. Narradora, crítica literaria y educadora. Cursó sus estudios primarios en el Liceo Dominicano y en el Instituto de Señoritas Salomé Ureña de Henríquez. En 1912 se graduó de Maestra Normal de Segunda Enseñanza en Barcelona, España, país donde vivió durante muchos años. En 1925 retornó a República Dominicana integrándose inmediatamente a las labores docentes como profesora de Literatura, Pedagogía e Historia en la Escuela Normal Superior de Santo Domingo.
Fue una de la principales pioneras del feminismo en República Dominicana. Fundó los clubes Nosotras (1927) y Acción Feminista, este último dedicado a la formación de las mujeres de los sectores pobres del país. Perteneció a varias instituciones culturales, entre ellas: el Ateneo Dominicano, el Instituto de Investigaciones Históricas y la Asociación de Escritoras y Artistas Americanas. Colaboró con las revistas La Cuna de América y los periódicos Listín Diario, La Opinión y La Información. Sus obras Historia de la literatura dominicana e Historia de la literatura castellana fueron usadas como obras de texto para el nivel secundario por varias décadas. Es además, autora de la popular novela "Sueña Pilarín".
En las primeras décadas del siglo XX su pensamiento feminista causó gran impacto, provocando diversas polémicas en los círculos políticos e intelectuales conservadores de la época. De influencia Republicana,escribió y vivió para las causas de la mujer y la literatura, fue además una enjundiosa investigadora de la lengua castellana y excelente prosista.
Siguiendo los pasos de su padre Juan Tomás Mejìa y Cotes, escribió la primera Historia de la Literatura Dominicana (Santo Domingo: Imprenta Caribe, 1937), 146 pp. En la Escuela Normal estuvo como profesora de Castellano, Literatura, Pedagogía e Historia. Mejía en 1926 publicó en la revista Blanco y Negro que dirigía Francisco A. Palau su “Plan acerca de la fundación de un Museo Nacional en Santo Domingo”, reflexiones sobre sus experiencias de visitas y observaciones, a los museos del Prado, Louvre y a la Pinacoteca del Vaticano. Tuvo bajo su responsabilidad la fundación y dirección (cargo en el cual permanecería hasta su fallecimiento) del Museo Nacional.Posteriormente publica en 1939 el primer catálogo editado en la República sobre un Museo.
En la II Reunión Interamericana del Caribe de Arqueología en 1940, trabaja en la Comisión Segunda de Etnografía e Historia, con un estudio titulado “Estudio comparativo de los restos arqueológicos de las Antillas”.Posteriormente en 1941,en el Primer Congreso de Municipios Dominicanos, presenta la ponencia Creación y fomento de bibliotecas y hemerotecas, donde abordaría los problemas de la “letra impresa”, expresando que: para que la letra impresa no sea “letra muerta” debe hallarse el libro fácil, accesible a todas las manos, con toda la comodidad y sin coste alguno su lectura.
Abigaíl Mejía es, sin lugar a dudas, la pionera del arte fotográfico femenino en la República Dominicana. En 1925 marca un hito: aparecen publicadas las dos primeras fotografías tomadas por una mujer de su autoría para ilustrar un artículo de fondo en la revista La Opinión, Revista Semanal Ilustrada (Año III, Vol.15, Núm.139 (3-IX-1925), s/p) de Santo Domingo.
Posteriormente, da a conocer, en dicha revista, una serie de fotografías de la Ciudad Santa tomadas por Mejía durante su peregrinación a Roma y a Lourdes, época en la cual para llevar a cabo su campaña de sensibilización para la creación del Museo Nacional dio a conocer “instantáneas” captadas por ella de museos y monumentos de España e Italia, que son parte de un “álbum” que preparaba sobre sus itinerarios de viaje por la vieja Europa. Una nota de los Editores al respecto dice: “El inquieto espíritu de Abigail Mejía, tan femenina y tan… feminista, no satisfecho con darnos de Roma sus ágiles y amenas impresiones literarias, ha querido completarlas con estas fotografías obtenidas por la escritora durante su permanencia en la ciudad de Nerón y San Pedro. Ellas ilustrarán el libro que sobre la urbe latina prepara la gentil literata. Nosotros sabremos agradecer las primicias de publicación que tan amablemente se nos ha brindado. Esta primera hoja del carné fotográfico de Abigail Mejía reproduce un bello rincón de la hermosa Plaza de San Pedro” (Ibidem).
Para 1925, año en el cual regresó definitivamente al país, la escritora era considerada “la primera figura intelectual femenina de la juventud”. En España había compartido amistad, tertulias y muestra de intereses comunes en las artes, la literatura y el movimiento feminista con Concha Espina, Blanca de los Ríos y Emilia Pardo Bazán
Texto: bachillere.com
Historia Dominicana en Gráficas
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ENAMORADOS DE UN PURO IDEAL, SE CONVIRTIERON EN UNA RAZA INMORTAL. MANUEL DE JESÚS PARACHE ( NENO)
El ideal común de esos hombres era luchar para terminar con la dictadura que por 31 años impuso Rafael Leónidas Trujillo Molina.
Además de los dominicanos había cubanos, españoles, venezolanos, puertorriqueños, estadounidenses y un guatemalteco.
El único combatiente de la Sierra de la Cordillera Central, era Manuel de Jesús Parache (Neno), que al momento de integrarse al movimiento anti-trujillista se desempeñaba como alcalde pedáneo de la comunidad “La Meseta” en el municipio de Jánico.
Según el testimonio de Rafael Parache (Fello), hijo mayor de Manuel Parache, este nunca le informó a nadie en su familia que estaba involucrado en actividades revolucionarias y mucho menos que viajaría a entrenarse a Cuba para combatir contra régimen de Trujillo, país al que llegó vía New York, donde se estableció por unos siete meses, específicamente en Manhattan.
A casi dos años de haber salido de su hogar dejando a su esposa Melania Ureña y a sus hijos, Rafael, Carlos, Miguel, Félix, Fiorda, Dulce y Mayra Parache, retornó a su patria empuñando un fusil contra la dictadura, luchó como fiera en las montañas de Constanza, hasta que lo capturaron y posteriormente lo trasladaron a la Base Aérea de San Isidro, donde fue torturado y ejecutado junto a sus compañeros.
La noticia de que Neno había embarcado en la expedición la dio a la familia un compadre suyo, pero la confirmación final la hicieron los sabuesos de Trujillo quienes aterrorizaron física y sicológicamente a los Parache, hasta la desaparición del tirano el 30 de mayo de 1961.
Después del fin de la dictadura hubo que esperar más de diez años para rescatar el cadáver de Manuel Parache, en San Isidro, pero la espera fue recompensada porque de una fosa común pasó a descansar en su merecida morada en el Centro de los Héroes.
A más de medio siglo de “la victoria de los caídos” como una vez dijo el sobreviviente Delio Gómez Ochoa, la memoria de estos hombres sigue viva en el alma de la patria de los que tienen nobles ideales y luchan por la libertad del pueblo.
Autor: Luis Alfredo Collado
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ENAMORADOS DE UN PURO IDEAL, SE CONVIRTIERON EN UNA RAZA INMORTAL. MANUEL DE JESÚS PARACHE ( NENO)
El ideal común de esos hombres era luchar para terminar con la dictadura que por 31 años impuso Rafael Leónidas Trujillo Molina.
Además de los dominicanos había cubanos, españoles, venezolanos, puertorriqueños, estadounidenses y un guatemalteco.
El único combatiente de la Sierra de la Cordillera Central, era Manuel de Jesús Parache (Neno), que al momento de integrarse al movimiento anti-trujillista se desempeñaba como alcalde pedáneo de la comunidad “La Meseta” en el municipio de Jánico.
Según el testimonio de Rafael Parache (Fello), hijo mayor de Manuel Parache, este nunca le informó a nadie en su familia que estaba involucrado en actividades revolucionarias y mucho menos que viajaría a entrenarse a Cuba para combatir contra régimen de Trujillo, país al que llegó vía New York, donde se estableció por unos siete meses, específicamente en Manhattan.
A casi dos años de haber salido de su hogar dejando a su esposa Melania Ureña y a sus hijos, Rafael, Carlos, Miguel, Félix, Fiorda, Dulce y Mayra Parache, retornó a su patria empuñando un fusil contra la dictadura, luchó como fiera en las montañas de Constanza, hasta que lo capturaron y posteriormente lo trasladaron a la Base Aérea de San Isidro, donde fue torturado y ejecutado junto a sus compañeros.
La noticia de que Neno había embarcado en la expedición la dio a la familia un compadre suyo, pero la confirmación final la hicieron los sabuesos de Trujillo quienes aterrorizaron física y sicológicamente a los Parache, hasta la desaparición del tirano el 30 de mayo de 1961.
Después del fin de la dictadura hubo que esperar más de diez años para rescatar el cadáver de Manuel Parache, en San Isidro, pero la espera fue recompensada porque de una fosa común pasó a descansar en su merecida morada en el Centro de los Héroes.
A más de medio siglo de “la victoria de los caídos” como una vez dijo el sobreviviente Delio Gómez Ochoa, la memoria de estos hombres sigue viva en el alma de la patria de los que tienen nobles ideales y luchan por la libertad del pueblo.
Autor: Luis Alfredo Collado
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José Antonio Caro Álvarez (1910-1978). Arquitecto que contribuyó a definir la modernidad contemporánea de la arquitectura dominicana.
Nació el 7 de junio en Santo Domingo. Sus padres fueron Francisco Caro y Mercedes Álvarez, ambos de origen español. Al concluir el bachillerato a los 15 años de edad, se fue a vivir a Bélgica con sus padres. Estudió francés y matemáticas hasta alcanzar la edad requerida para ingresar en la universidad. En 1934 se graduó de arquitecto en la Escuela Especial de Arquitectura de París y más tarde, realizó otra especialidad en urbanismo en la Escuela Especial de Urbanismo en esta misma ciudad.
En 1936, regresó junto a su familia a Santo Domingo. En este mismo año construyó con Leo Pou Ricar la Casa Plavime en la calle El Conde que se diferencia del resto de los establecimientos comerciales por los detalles de estilo Art Decó ubicados en su fachada y por su articulación funcional como complejo habitacional.
En 1939, fue profesor de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Santo Domingo (UASD), en 1958, Decano de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura y en 1961, Rector de esa universidad, cargo que desempeñó en 1966, en la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU). Fue Secretario de Obras Públicas y publicó 8 libros y numerosos ensayos. En el periodo 1973-1978, construyó el Museo del Hombre Dominicano y fue el primer director. Concibió la estructura de las exposiciones de esta institución cultural con Marcio Veloz Maggiolo. Conocedor de arqueología, realizó una exposición sobre cultura taína en Madrid. Su vocación por el magisterio hizo que le dedicara muchos años de su vida a la docencia, que consideró su pasatiempo favorito.
Diseñó edificios institucionales, comerciales y residenciales, entre ellos la Facultad de Medicina y la Facultad de Ingeniería y Arquitectura de la UASD, la Biblioteca Nacional, la Maternidad San Rafael, el Hospital Infantil Angelita, el Palacio de la Policía Nacional, la Secretaría de Educación, Bellas Artes y Cultos, el Banco Central (original) y el Banco de Reservas, de la avenida San Martín. Junto con el arquitecto Guillermo González diseñó el Hipódromo Perla Antillana, el Casino de Guibia y el Cuartel de Bomberos.
En las décadas de 1940 y 1950 construyó residencias dedicadas a la renta en la calle Los Pinos, considerada el primer proyecto de vecindad realizado en la ciudad y que después le dio continuidad el vecino reparto La Julia. Las casas poseían estilos diversos, sin rejas y con césped que imitaban el suburbio americano. También, construyó la farmacia Rex (hoy Carol) la cual posee un característico portal que da a la calle Juan Isidro Jiménez.
En la calle Pasteur 251, en Gazcue existen dos de sus obras, el Estudio Ana María, un estudio fotográfico con galería de arte, que integraba la vivienda en una construcción de estilo ecléctico y que se encontraba al lado de una residencia de estilo neohispánico que construyó para su hermano en la esquina de la avenida Bolívar.
En 1953 construyó el edificio El Instituto del Libro en la calle El Conde, compuesto por dos pisos de apartamentos en la parte superior y un comercio en la planta baja. El edificio pertenece al estilo racionalista de la primera modernidad y tiene entre sus logros la adaptación al entorno y la solución decorativa de la forma curva de los detalles en vidrio que empleó para decorar los balcones. Murió el 11 de enero de 1978 en Santo Domingo. El Grupo Nuevarquitectura Inc. GNA, le dedicó en 1988, la Segunda Bienal de Arquitectura de Santo Domingo.
Obra arquitectónica
Casa Plavime en la calle El Conde, construido por Leo Pou Ricart y José Antonio Caro Álvarez, 1936.
Facultad de Medicina, Universidad Autónoma de Santo Domingo, 1944.
Instituto del Libro, El Conde, 1953.
Facultad de Ingeniería y Arquitectura, Universidad Autónoma de Santo Domingo, 1955.
Banco Central (antiguo), 1956. Secretaría de Educación, Bellas Artes y Cultos, en 1956.
Palacio de Correos, 1956.
Biblioteca Nacional, 1971.
Hipódromo Perla Antillana (en colaboración con el arquitecto Guillermo González).
Casa calle César Nicolás Penson, Gazcue. Casino de Guibia (en colaboración con el arquitecto Guillermo González).
Cuartel de Bomberos (en colaboración con el arquitecto Guillermo González).
Maternidad San Rafael. Hospital Infantil Angelita, 1955 (actual Robert Reid).
Palacio de la Policía Nacional. Banco de Reservas (avenida San Martín).
Bibliografía
Campos, Jaclin: “Paseo por edificios emblemáticos”, en Listín Diario, 20 de febrero de 2008.
Delmonte, José Enrique (editor): “Guía de Arquitectura de Santo Domingo". Santo Domingo, Sevilla, Fundación Erwin Walter Palm, Junta de Andalucía. 2006.
Escoto, Holger R.: Historia de la arquitectura dominicana, Santo Domingo, 1978.
Moré, Gustavo Luis: “Modernidad y contradicción en la arquitectura de la República Dominicana”, en Historias para la construcción de la arquitectura dominicana (1492-2008), Colección Centenario, Grupo León Jimenes, 2008.
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José Antonio Caro Álvarez (1910-1978). Arquitecto que contribuyó a definir la modernidad contemporánea de la arquitectura dominicana.
Nació el 7 de junio en Santo Domingo. Sus padres fueron Francisco Caro y Mercedes Álvarez, ambos de origen español. Al concluir el bachillerato a los 15 años de edad, se fue a vivir a Bélgica con sus padres. Estudió francés y matemáticas hasta alcanzar la edad requerida para ingresar en la universidad. En 1934 se graduó de arquitecto en la Escuela Especial de Arquitectura de París y más tarde, realizó otra especialidad en urbanismo en la Escuela Especial de Urbanismo en esta misma ciudad.
En 1936, regresó junto a su familia a Santo Domingo. En este mismo año construyó con Leo Pou Ricar la Casa Plavime en la calle El Conde que se diferencia del resto de los establecimientos comerciales por los detalles de estilo Art Decó ubicados en su fachada y por su articulación funcional como complejo habitacional.
En 1939, fue profesor de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Santo Domingo (UASD), en 1958, Decano de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura y en 1961, Rector de esa universidad, cargo que desempeñó en 1966, en la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU). Fue Secretario de Obras Públicas y publicó 8 libros y numerosos ensayos. En el periodo 1973-1978, construyó el Museo del Hombre Dominicano y fue el primer director. Concibió la estructura de las exposiciones de esta institución cultural con Marcio Veloz Maggiolo. Conocedor de arqueología, realizó una exposición sobre cultura taína en Madrid. Su vocación por el magisterio hizo que le dedicara muchos años de su vida a la docencia, que consideró su pasatiempo favorito.
Diseñó edificios institucionales, comerciales y residenciales, entre ellos la Facultad de Medicina y la Facultad de Ingeniería y Arquitectura de la UASD, la Biblioteca Nacional, la Maternidad San Rafael, el Hospital Infantil Angelita, el Palacio de la Policía Nacional, la Secretaría de Educación, Bellas Artes y Cultos, el Banco Central (original) y el Banco de Reservas, de la avenida San Martín. Junto con el arquitecto Guillermo González diseñó el Hipódromo Perla Antillana, el Casino de Guibia y el Cuartel de Bomberos.
En las décadas de 1940 y 1950 construyó residencias dedicadas a la renta en la calle Los Pinos, considerada el primer proyecto de vecindad realizado en la ciudad y que después le dio continuidad el vecino reparto La Julia. Las casas poseían estilos diversos, sin rejas y con césped que imitaban el suburbio americano. También, construyó la farmacia Rex (hoy Carol) la cual posee un característico portal que da a la calle Juan Isidro Jiménez.
En la calle Pasteur 251, en Gazcue existen dos de sus obras, el Estudio Ana María, un estudio fotográfico con galería de arte, que integraba la vivienda en una construcción de estilo ecléctico y que se encontraba al lado de una residencia de estilo neohispánico que construyó para su hermano en la esquina de la avenida Bolívar.
En 1953 construyó el edificio El Instituto del Libro en la calle El Conde, compuesto por dos pisos de apartamentos en la parte superior y un comercio en la planta baja. El edificio pertenece al estilo racionalista de la primera modernidad y tiene entre sus logros la adaptación al entorno y la solución decorativa de la forma curva de los detalles en vidrio que empleó para decorar los balcones. Murió el 11 de enero de 1978 en Santo Domingo. El Grupo Nuevarquitectura Inc. GNA, le dedicó en 1988, la Segunda Bienal de Arquitectura de Santo Domingo.
Obra arquitectónica
Casa Plavime en la calle El Conde, construido por Leo Pou Ricart y José Antonio Caro Álvarez, 1936.
Facultad de Medicina, Universidad Autónoma de Santo Domingo, 1944.
Instituto del Libro, El Conde, 1953.
Facultad de Ingeniería y Arquitectura, Universidad Autónoma de Santo Domingo, 1955.
Banco Central (antiguo), 1956. Secretaría de Educación, Bellas Artes y Cultos, en 1956.
Palacio de Correos, 1956.
Biblioteca Nacional, 1971.
Hipódromo Perla Antillana (en colaboración con el arquitecto Guillermo González).
Casa calle César Nicolás Penson, Gazcue. Casino de Guibia (en colaboración con el arquitecto Guillermo González).
Cuartel de Bomberos (en colaboración con el arquitecto Guillermo González).
Maternidad San Rafael. Hospital Infantil Angelita, 1955 (actual Robert Reid).
Palacio de la Policía Nacional. Banco de Reservas (avenida San Martín).
Bibliografía
Campos, Jaclin: “Paseo por edificios emblemáticos”, en Listín Diario, 20 de febrero de 2008.
Delmonte, José Enrique (editor): “Guía de Arquitectura de Santo Domingo". Santo Domingo, Sevilla, Fundación Erwin Walter Palm, Junta de Andalucía. 2006.
Escoto, Holger R.: Historia de la arquitectura dominicana, Santo Domingo, 1978.
Moré, Gustavo Luis: “Modernidad y contradicción en la arquitectura de la República Dominicana”, en Historias para la construcción de la arquitectura dominicana (1492-2008), Colección Centenario, Grupo León Jimenes, 2008.
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