Venden en Texas cinco cazas nazis construidos bajo licencia en España durante la II Guerra Mundial
Día 14/07/2014 - 08.45h
Los aeroplanos pertenecen al modelo HA-1112 «Buchon», basado en los Messerschmitt Bf 109 usados por la fuerza aérea de Adolf Hitler
En su día, su diseño los convertía en los aviones
de combate más preparados del mundo y en perfectas máquinas de guerra
que –bajo las manos de un piloto experimentado- eran casi imposibles de
derribar. Sin embargo, en la actualidad han sido derrotados por el polvo y olvido. Los aeroplanos de los que estamos hablando son varios «Hispano Aviación HA-1112 “Buchon”»fabricados durante la Segunda Guerra Mundial en España bajo licencia de la Alemania de Adolf Hitler y cuyo diseño se basa –curiosamente- en el del «Messerschmitt Bf 109»
(uno de los mejores cazas construidos por los nazis). Cinco de estos
aparatos, en otros tiempos codiciados por todos los ejércitos de la
época, son hoy vendidos por desde 600.000 euros en Texas (Estados Unidos).
Estos «Buchones» -como son llamados coloquialmente- han sido puestos a la venta por la compañía «Platinum Fighter Sales» (con sede en California, EE.UU.), la cual se dedica a comercializar reliquias de la aviación a nivel profesional desde hace varios años.
En palabras de los responsables, se encuentran en perfecto estado –a
pesar de tener casi medio siglo- y la última vez que se alzaron por
encima del suelo fue en 1968, año en que fueron utilizados en el rodaje
de una de las películas bélicas más destacadas de la época: «La batalla de Inglaterra».
Después de este breve paso por el cine, su dueño decidió guardarlos en
el fondo de un almacén durante nada menos que 45 años. Así, hasta hace
menos de un mes.
Un regalo por impago
Estos cinco aeroplanos –hoy vendidos por un precio que oscila entre los 600.00 y los 750.000 euros- tienen origen español, pues fueron construidos por la compañía Hispano Aviación en Sevilla cuando, tras la Guerra Civil,
se pretendía remodelar el Ejército del Aire. Años después, y de forma
curiosa, acabaron sirviendo de improvisados extras en la gran pantalla
debido a lo poco que eran usados en la Península. «Un Spitfire IX y una
docena de “Buchones” se utilizaron para rodar “La Batalla de
Inglaterra”, que fue filmada en el Reino Unido y en España en 1968.
Entre ellos estaban los aviones que vendemos», afirma, en declaraciones a
ABC, Simon Brown, uno de los responsables de «Platinum Fighter Sales».
Una vez en su poder, el propietario los guardó en
un almacén durante casi medio siglo. «Los aviones fueron enviados a
Texas en 1969 y fueron almacenados en su rancho, ubicado al oeste de la
región. Varios “Buchon” se vendieron desde entonces hasta que quedaron
sólo seis. Desde hace varios años hemos trabajado junto a Connie para
que, cuando quisiera, los vendiera. Recientemente ha tomado la decisión.
Hay más aviones almacenados en su rancho, pero por ahora esto es lo que
se está ofreciendo para la venta», determina Brown en declaraciones a
ABC antes de señalar que estaría «encantado» de que estos cazas fueron adquiridos por un comprador español.
Los «Buchones» en España
La historia de estos cinco aeroplanos va
irremediablemente unida a la de la aviación española desarrollada tras
la Guerra Civil. Corría por entonces
el año 1942 en un país (el nuestro) que, a pesar de la escasez de
efectivo que sufría, luchaba por renovar su anticuado Ejército del Aire
creado a base de los retazos de las aeronaves usadas en la contienda.
Por ello, se buscaba desesperadamente un diseño de avión que poder
construir en la Península y que sirviera de puntal para edificar las
nuevas fuerzas aéreas. Como la bolsa del dinero estaba más bien vacía,
la premisa estaba clara: dejarse de experimentos y apostar por un caza
curtido en mil batallas.
Por ello, se recurrió al que -por entonces- era el
avión de combate por excelencia: el Messerschmitt Bf 109 (inventado por
los nazis y del que Adolf Hitler había mandado construir miles a pesar
de su longevidad). Conocido por muchos como el mejor caza de la época, España puso los ojos sobre él y se rascó el bolsillo para adquirir su licencia y varias más de otros modelos.
«El Messerschmitt BF 109 realizó su primer vuelo en 1935, estuvo en servicio hasta el final de la guerra (...) y se fabricaron cerca de 33.000 unidades de él. (...) Aunque [a lo largo de la guerra] se hizo evidente la necesidad de un nuevo modelo capaz de combatir a los cazas cada vez más potentes de los países aliados», explica David Porter en su libro «Las armas secretas de Hitler»
Sin embargo, en aquellos años la «Luftwaffe»
andaba más preocupada por reabastecer a sus propios aviones de piezas
que por andar vendiendo éstas a media Europa. Y no era de extrañar, pues
Alemania estaba aguantando por entonces las bofetadas de los aliados en
Stalingrado y
en la región del Caúcaso (de donde sus fuerzas tuvieron que salir por
piernas para evitar ser aniquiladas) y para ello necesitaba a su querida
fuerza aérea en plenas condiciones. Así pues –y con un sonoro «nein»- el Führer se negó finalmente a entregar los motores que necesitaban los aeroplanos españoles y dejó al Ejército del Aire con unos cazas preciosos, pero que no podían ni siquiera arrancar.
Malas noticias para la compañía Hispano Aviación
que, desesperada, decidió utilizar para sus nuevos aviones de combate un
motor conocido por su inseguridad (algo que no debió ser muy efectivo,
ya que de los 200 ejemplares previstos sólo se fabricaron 65). Unos años
después, en 1954, la suerte se puso del lado español y Gran Bretaña informó de que podía ofrecer al Ejército del Aire varios de sus propulsores Rolls-Royce Merlin 500-45 para equipar a sus cazas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario