sábado, 7 de septiembre de 2013

DOS BANDOLEROS
















Aquí están los dos rastreros polacos que han mancillado el nombre de Dios y profanado la niñez serrana. Wojciech Gil, a quien le decían Alberto, y el destituido nuncio apostólico en el país, Jósef Wesolowski, durante una misa en Juncalito. El primero está acusado de violación de varios niños en esa comunidad y el segundo le hacía el coro haciendo lo mismo en la Capital y Juan Dolio. Se dice que Alberto compartía niños de Juncalito con el nuncio.
Hace falta ahora la Inquisición, para que actúe en el seno de la Iglesia.
Lamentablemente están encubriendo estas barbaridades, la están apoyando relativamente. Hay asociación de malhechores. Higüey tiene antecedentes, Constanza lo está viviendo en estos momentos y seguramente hay otros casos que todavía no se sabe y que quizás salgan a la luz en los días por venir.
Sodoma y Gomorra era un paraíso en comparación con lo que estamos viviendo en estos tiempos. ¡Qué Dios nos amapare y nos proteja

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