Visita virtual a Peterhof, joya de la arquitectura imperial rusa
14:30 20/09/2013 La visita virtual a Peterhof ofrece una inmejorable posibilidad de conocer la residencia de los monarcas rusos desde un ángulo poco habitual. Sólo subiendo a una altura de unos 300 o 400 metros, se pueden distinguir todos los detalles de la estructura única de este conjunto de jardines y parques, uno de los más grandes del mundo.>>
a visita virtual a Peterhof ofrece una inmejorable posibilidad de conocer la residencia de los monarcas rusos desde un ángulo poco habitual. Sólo subiendo a una altura de unos 300 o 400 metros, se pueden distinguir todos los detalles de la estructura única de este conjunto de jardines y parques, uno de los más grandes del mundo.
El fundador de Peterhof, el Emperador Pedro el Grande, quería que la residencia, por una parte, rivalizara en lujo y esplendor con las residencias reales más famosas de Europa y que al mismo tiempo sirviera de monumento al triunfo del país en la lucha por la salida hacia el mar Báltico. Ambas tareas se culminaron con éxito.
El centro de la residencia imperial de Peterhof es el Palacio Grande, un espléndido edificio de tres plantas con galerías y cúpulas doradas que se extiende a lo largo de unos trescientos metros.
Pedro el Grande eligió en persona la ubicación de los futuros parques, palacios y fuentes. Desde la terraza del palacio se abre una maravillosa vista hacia una gran cascada de fuentes. El aspecto actual de la cascada se iba formando durante casi un siglo, pero el autor del concepto inicial fue el Emperador. La construcción de la cascada empezó en mayo de 1716 y en agosto de 1723 se celebró ya la ceremonia de la inauguración de las fuentes. En los años del reinado de la Emperatriz Isabel, hija de Pedro el Grande, creó sus preciosas obras en Peterhof el arquitecto italiano Francesco Bartolomeo Rastrelli, insuperable maestro del estilo barroco.
El canal marítimo se prolonga desde el Palacio Grande hasta el golfo de Finlandia y separa el Parque Inferior en dos partes casi iguales. El Parque Inferior es la parte más famosa de Peterhof. Precisamente este conjunto con sus monumentos arquitectónicos, fuentes y bellas esculturas ha conseguido que la residencia fuera mundialmente conocida.
La idea de construir fuentes en Peterhof surgió en la mente de Pedro el Grande después de que visitara Versalles.
Durante la Gran Guerra Patria (1941-1945) la línea del frente pasaba por el Parque Inferior, por eso sufrió graves daños. En los años de la posguerra, después de que se retirasen las minas y los escombros, se llevó a cabo en la residencia imperial una gran obra de reconstrucción. Se plantaron numerosos árboles, se reconstruyeron las composiciones de flores frente al Monplaisir, el Palacio Grande y la cascada Montaña del Ajedrez. También se recuperó parte de los parques.
Para disfrutar plenamente de la belleza y la armonía de Peterhof, hace falta dar un paseo por sus arboledas, por sus parques y jardines. Descansar un rato en el parque de Venus, escuchar el murmullo de las fuentes y mirar las aguas del Golfo de Finlandia. La simetría y el orden propios de la residencia imperial combinan con el sabio aprovechamiento del relieve de la zona y con una impresionante variedad de soluciones artísticas aplicadas a fragmentos del parque, pabellones y fuentes. Las vistas panorámicas sacadas desde gran altura constituyen la mejor manera de apreciar la belleza y la armonía de este museo, un monumento inabarcable y único que este año ha cumplido los 290 años.Otras noticias del día
El fundador de Peterhof, el Emperador Pedro el Grande, quería que la residencia, por una parte, rivalizara en lujo y esplendor con las residencias reales más famosas de Europa y que al mismo tiempo sirviera de monumento al triunfo del país en la lucha por la salida hacia el mar Báltico. Ambas tareas se culminaron con éxito.
El centro de la residencia imperial de Peterhof es el Palacio Grande, un espléndido edificio de tres plantas con galerías y cúpulas doradas que se extiende a lo largo de unos trescientos metros.
Pedro el Grande eligió en persona la ubicación de los futuros parques, palacios y fuentes. Desde la terraza del palacio se abre una maravillosa vista hacia una gran cascada de fuentes. El aspecto actual de la cascada se iba formando durante casi un siglo, pero el autor del concepto inicial fue el Emperador. La construcción de la cascada empezó en mayo de 1716 y en agosto de 1723 se celebró ya la ceremonia de la inauguración de las fuentes. En los años del reinado de la Emperatriz Isabel, hija de Pedro el Grande, creó sus preciosas obras en Peterhof el arquitecto italiano Francesco Bartolomeo Rastrelli, insuperable maestro del estilo barroco.
El canal marítimo se prolonga desde el Palacio Grande hasta el golfo de Finlandia y separa el Parque Inferior en dos partes casi iguales. El Parque Inferior es la parte más famosa de Peterhof. Precisamente este conjunto con sus monumentos arquitectónicos, fuentes y bellas esculturas ha conseguido que la residencia fuera mundialmente conocida.
La idea de construir fuentes en Peterhof surgió en la mente de Pedro el Grande después de que visitara Versalles.
Durante la Gran Guerra Patria (1941-1945) la línea del frente pasaba por el Parque Inferior, por eso sufrió graves daños. En los años de la posguerra, después de que se retirasen las minas y los escombros, se llevó a cabo en la residencia imperial una gran obra de reconstrucción. Se plantaron numerosos árboles, se reconstruyeron las composiciones de flores frente al Monplaisir, el Palacio Grande y la cascada Montaña del Ajedrez. También se recuperó parte de los parques.
Para disfrutar plenamente de la belleza y la armonía de Peterhof, hace falta dar un paseo por sus arboledas, por sus parques y jardines. Descansar un rato en el parque de Venus, escuchar el murmullo de las fuentes y mirar las aguas del Golfo de Finlandia. La simetría y el orden propios de la residencia imperial combinan con el sabio aprovechamiento del relieve de la zona y con una impresionante variedad de soluciones artísticas aplicadas a fragmentos del parque, pabellones y fuentes. Las vistas panorámicas sacadas desde gran altura constituyen la mejor manera de apreciar la belleza y la armonía de este museo, un monumento inabarcable y único que este año ha cumplido los 290 años.Otras noticias del día
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