sábado, 8 de diciembre de 2012

Mijail Gorbachov: el gran disidente


Mijail Gorbachov: el gran disidente

 Miércoles, 17 de agosto de 2011Twitter
Mikhail Gorbachov
Gorbachov reconoce que llegó al Partido Comunista soviético por propia iniciativa.
Hace veinte años que políticos de línea dura trataron de derribar al líder soviético Mijail Gorbachov y detener su programa de reformas. Bridget Kendall, a la sazón corresponsal de la BBC en Moscú, se pregunta cómo este producto del comunismo soviético terminó siendo su destructor.
Según confesión propia, Mijail Gorbachov no comenzó como reformador. Era profundamente patriótico y un comprometido comunista.
"Era un ciudadano leal", dice con una sonrisa irónica.
"Y prueba de eso es que elegí Stalin como mi asignatura especial para mis exámenes finales en la escuela. El título que elegí fue 'Stalin es nuestra gloria en la batalla, Stalin es las alas de nuestra juventud'. Nadie me arrastró al Partido Comunista."
Fue sólo cuando se trasladó a la Universidad de Moscú, en 1950, que las dudas comenzaron a hacer presa de él.
La muerte de Stalin, en marzo de1953, vino a liberar la atmósfera intelectual.
Y Gorbachov trabó amistad con gente que iba a influenciar fuertemente su pensamiento en años posteriores, particularmente un estudiante checo llamado Zdenek Mlynar.
"Zdenek fue un amigo my querido. Era el más cercano a mí, soviético o de otra parte," dice Gorbachov.

Mikhail Gorbachev

  • 1931 - Nace en Estavropol, en el seno de una familia campesina
  • 1953 - Se casa con Raisa Titarenko, una compañera universitaria de la Universidad Estatal de Moscú.
  • 1971 - Es elegido miembro del comité central del Partido Comunista
  • 1979 - Ascendido al Politburó, más tarde se relaciona estrechamente con el secretario general Yuri Andropov
  • 1984 - Visita el Reino Unido, donde impresiona gratamente a la primera ministra Margaret Thatcher.
  • 1985-1991 - Elegido secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética.
"Era muy listo y tuve la fortuna de contarlo entre mis amigos. Nuestras visiones coincidían en muchos aspectos."
Tanto más interesante como que Zdenek Mlynar se transformó en el arquitecto de la Primavera de Praga, en 1967, el experimento checo para "darle al socialismo un rostro humano".
Para entonces, Gorbachov había regresado a su nativa provincia de Estavropol, en el sur de Rusia y estaba creciendo como figura en el Partido Comunista regional.
Mlynar lo fue a visitar.
"Me pareció que entendió muy bien lo que yo le decía", dijo Mlynar en una entrevista antes de morir, en 1997.
"Pero él agregó que lo que podía funcionar en Checoslovaquia, no funcionaría en la Unión Soviética."

Gimnasia mental

En 1968, tanques soviéticos entraron a Praga y aplastaron el levantamiento, mientras en la Unión Soviética se desataba una nueva onda de represión.
Los miembros del partido tenían orden de defender la invasión y de denunciar a cualquiera que la cuestionara.
Funerales en Moscú
Funerales de algunas de las víctimas del fallido golpe de Estado contra Gorbachov, en agosto de 1991
Y Gorbachov, en su papel de apparatchik, no solamente cumplió de manera obediente, sino que además, dice, tomó la línea del partido de manera literal.
Una gimnasia mental extraordinaria, considerando que las reformas de su amigo checo estaban siendo pulverizadas.
Al año siguiente, cuando integró una delegación oficial para visitar Checoslovaquia, su conciencia lo empezó a atormentar.
"Cuando llegamos, todo fue una decepción. Nadie quería hablar con nosotros. Se nos había dicho que querían nuestro respaldo, incluso la intervención militar. Pero no era verdad. Era desinformación. Visitamos una fábrica y la gente nos dio la espalda. Me golpeó muy duro."
No hay duda de que en todo estado policial donde las conversaciones pueden ser intervenidas o denunciadas, la gente practica el arte del pensar doble.
Gorbachov parece haberlo dominado a la perfección, mostrándose crítico en privado, pero, en público, como un modelo de energía y servidumbre, un perfecto heredero para la vieja guardia del Kremlin.

Balancín

Desde 1968, quedaba un trecho muy largo antes de que Gorbachov llegara al tope de la escala del partido para aspirar al puesto máximo en el Kremlin, en 1985.
Al parecer, no olvidó las lecciones de la Primavera Checa. Ir demasiado lejos, demasiado a prisa, concluyó Gorbachov, era una invitación abierta para una reacción violenta.
Ésa es la razón, argumenta, de que sus primeras consignas de la perestroika fueran exhortaciones a "acelerar" y "perfeccionar" el sistema existente, no unas incitación alocada al cambio.
Éste vino más tarde, cuando ya había perdido el control, cuando un conato de golpe de estado de la línea dura, el 20 de agosto de 1991, condujo al fin de la Unión Soviética.
Mikhail Gorbachov
Gorbachov en el Royal Albert Hall de Londres.
Aquellos que lo critican por haber sido muy cauto e indeciso están equivocados, argumenta.
"De algún modo yo estaba atrasado, pero, de otra manera, no fui lo suficientemente lento", insiste Gorbachov.
A veinte años de su caída, Gorbachov recibe aplausos por su contribución al fin de la Guerra Fría, pero ha tenido que capear temporales de críticas, ya sea por no mantener el paso de las reformas que inició, por no haber abandonado el Partido Comunista antes, o por volverse una víctima de los acuerdos que alguna vez trató de equilibrar en el balancín entre partidarios y detractores.
Pero todavía vale la pena examinar cómo emergió, desde adentro, este disidente; un producto manufacturado por el sistema, quien de algún modo halló el temple y la maña para atreverse a asestar el primer mandoble que echaría por tierra el completo, monstruoso, edificio soviético.

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