viernes, 21 de febrero de 2014

La Vida Literaria y Cultural en la época Colonial de la Isla de Santo Domingo

.(1ra parte).
Fuente: Literatura Dominicana, obra de Pedro Henríquez Ureña op. Cit. V. 3p. 311-329, republicano en Antología Literaria Dominicana, IV, discursos, semblanzas y ensayos, Santo Domingo, 1981
No se ha escrito aún la historia de la cultura dominicana en los siglos coloniales. No es mucho lo que de ella se sabe. La leyenda local dice que la ciudad de Santo Domingo, en el siglo XVI, mereció el nombre de Atenas del Nuevo Mundo. La frase es muy del gusto español; ¡qué extraña concepción del ideal ateniense: una Atenas militar en parte, en parte conventual y escolástica! ¿En qué se fundaba el pomposo título? En la Universidad, desde luego; en el saber de los conventos, del Palacio Arzobispal, de la Real Audiencia, y después
En el orden de la cultura. Santo Domingo precede a todos los países de América. Fue el primero que tuvo escuelas y conventos; el primero que tuvo sede episcopal; el primero que tuvo Real Audiencia. El primero a que se concedió Universidad. No fue el primero que tuvo imprenta; México (1539) y Perú (1584). Se le adelantaron. No se sabe cuando apareció la tipografía entre nosotros; la versión usual, no conformada, la coloca en el siglo XVII. Del XVIII, se conocen impresos dominicanos (1)
Hubo de ser Santo Domingo el primer país que produjera hombres de letras, aunque los conocidos no son anteriores a los que produjo México. Dominicos fueron en el siglo XVI, el fraile dominico Alfonzo de Espinoso, uno de los más antiguos escritores nacidos en América, doña Leonor de Ovando y doña Elvira de Mendoza, la más antiguas poetisas del nuevo mundo (2)
No es fantasía afirmar que en la isla comenzó a escribirse desde su descubrimiento. El diario de Colón, que se conserva extractados por el Padre Las Casas, contiene las páginas con que tenemos derechos a abril m muestra historia literaria, el elogio de nuestra isla que comienza: La Española es maravilla´.
Con el primer Almirante vinieron, en viajes posteriores, el benedictino Fray Bernardo Boíl, el primer representante de la Santa Sede en el nuevo mundo y el Jerónimo Fray Ramón Pane, autor de las primeras noticias sobre las costumbres religiosas y artísticas de nuestros indios (3)
Luego de la inundación de la conquista, los exploradores, los futuros grandes capitanes: Ponce de León, Núñez de Balboa, Velázquez, Ojeda, Pizarro, Cortés, y los religiosos, seculares y regulares, los prelados y sus familiares, los maestros, los hombres de letra, los hombres de leu y las damas cultas de la corte de Doña María de Toledo y las religiosas aficionadas a escribir, todos escribían en la España de entonces; la literatura fue, un fenómeno colectivo en que participaba todo la nación
La Imperial y Pontificia Universidad de Santo Domingo de A quino fue, originalmente el colegio de los frailes dominicos, cuyo convento fue el segundo establecido en la isla, hacia el 1515, años después que el franciscano. Dieron categoría universitaria al colegio el Emperador Carlos V y el Pontífice Paulo III, cuya Bula In Apostolatus culmine, de el 26 de octubre de 1538, le concede los privilegios y honores de la Universidad de de Alcalá de Henares. (4)
La Universidad de Santo Tomás de Aquino, sirvió de modelo para la de la Habana, fundada en el siglo XVIII, y todos los cronistas aseguran que a la nuestra (La Universidad de Santo Tomás de Aquino) acudían estudiantes de las colonias vecinas: Cuba, Puerto Rico y Venezuela
*** (1) El dato sobre el siglo XVII lo trae Henri Stein, Manuel de bibliographie générale, Paris, 1879, Pág. 636 y ante Isaiah Thomas, History of Printing in America, Worcester 1810, reimpresa en ALBANY, 1878. Moreu de Saint Méry, Descriptiom topographique et politique de la partie espagnole de l Isle de Saint Dominigue, filadelfia, 1796 menciona la imprenta que existía en la capital a fines del siglo XVIII, destinada a publicaciones oficiales
*** (2) De las poetisas hay suficiente noticia en la Historia de la poesía hispanoamericana, tomo I, Madrid, 1911, nombre que lleva la reimpresión de los prólogos puestos a la Antología de postas hispanoamericanos de la Real Academia Española, Madrid, 1893-1895, por Marcelino Menénde y Pelayo. De Fray Alonso de Espinosa hablo extensamente en el artículo de Pedro Henrique Ureña ´´ El primer libro de escritor americano, en la Romantic Review, de New York, 1915, Es seguro que Santo Domingo produjo en el siglo XVI un escritor de ese nombre, fraile dominico, de quien dice Gil González Dávila ( Teatro Eclesiástico de la Primitiva Iglesia de las Indias Occidentales, Madrid, 1649-1655, `
*** (3) La historia literaria de Santo Domingo no tiene por qué comenzar con la exposición de esas elementales costumbres religiosas y artísticas, que pertenecen a la etnología y no a la literatura. Se cree que los indios llegaron a producir jeroglíficos toscos, que grababan, por ejemplo, en las cibas mortuorias o piedras de los sepulcros. Tenían ritos de canto y danza combinados (areitos). También se dice que la palabra ´´yaravi´´ significaba cantar (aunque esta palabra no existía en nuestra islam, sino que pertenece al continente meridional) y que la palabra ´´ diumba significaba danza ( como parece conformarlo la palabra tumba, empleada por nuestros campesinos para designar bailes)……. La reina de Maguana, Anacaona, esposa de Caonabo y victima de la crueldad de Ovando, es el único poeta y corifeo cuyo nombre conservamos. En su historia general y natural de las indias. Tomo V, capítulo I, dice Gonzalo Fernández de Oviedo: ´´ En el tiempo que el comendador mayor fray Nicolás de Ovando gobernó esta isla, hizo un areito ante él Anacaona, mujer que fue del cacique o rey Caonabo ( la gran señora) areito, es los mismo que bailar cantando. De la letra de los areitos sólo queda una muestra, cuya traducción completa no se conocen ,el himno de guerra. IGI AYA BOMBE O AYABOMBE, cuyo primer verso, según la tradición, cuyo origen se ignora, significa ´´ PRIMERO MUERTO QUE ESCLAVO . cuyo segundo renglón alude a la reina poetiza.
Aya bomba ya bomai (bi)
Lamassam Ana-Caona (bis),
Van van tavana dogai (bis),
Lamassan Ana-Caona (bis)
Estos versos se encuentran en el artículo del reverendo Hamilton W. Pieson sobre Anacaona, impreso en las páginas 309 a312 del Tomo II, de la enorme obra que lleva el nombre de Informartión respecting the History, Condition and Prospects of the Indian Tribes of the United State, Collected and Preparad.. by Henry R. Schioolcraft, seis volúmenes,. Filadelfia, 1861-1960
*** (4) La de México funcionó desde 1553, de acuerdo con cédula dada por Carlos V, en 1551,; pero la muestra, como queda dicha arriba, funcionaba desde mucho ante como colegio de la Orden de los Predicadores, y desde 1539
Recopilado por Ubaldo Solís

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