lunes, 30 de julio de 2012

TOMAS DE BOBADILLA Y BRIONES


TOMAS DE BOBADILLA Y BRIONES
Fuente: Revista ¡AHORA! No. 949 1 de  febrero de 1982 págs. 50y 52—
Fuente: Ramón  Lugo Lovaton, Notas sobre Tomas Bobadilla Briones, Listín Diario, Sto   Dgo, 13 y 29 de noviembre 1933, y la Nación, 14 y 22 de septiembre; 4, 20 y 29 de octubre 1946

Astuto, Cauteloso, Escurridizo
Muy pocas personas  en nuestro país conocen todo lo relacionado con esta personalidad de la historia de nuestra nación, desde el momento mismo de  nuestra Independencia,  el nombre de Tomas Bobadilla y Briones , es  sonoro en lodos los textos de historia, política: ¿Realmente conocemos a  Tomas Bobadilla? ´¿ Que sabemos de él?¿ Q     ue papel le toco  en los momentos de  la Independencia Nacional?
Bandido o Héroe
Tomas Bobadilla y Briones, fue uno de los personajes más apasionante de  historia dominicana; ilustrado, sutil, cauteloso, astuto,  y escurridizo. Nació en la Villa de Neiba,  el 30 de marzo de 1785, hijo de Vicente Bobadilla y Amaral y de Gregoria Briones y Pérez, Hermano del sacerdote José María Bobadilla y Briones, muerto en Venezuela en 1855.
Ocupo los más altos cargos de la Administración Pública y alcanzo las más altas dignidades en la Masonería. Fue miembro de la Logia Constanza, Unión No. 8, de Santo Domingo; escribano del Rey. Proclamó a José Núñez de Cáceres. El 1ro. de diciembre de 1821. En  víspera de la Independencia Bobadilla le dijo a José María Caminero “Yo me voy con los muchachos, porque vio que se van a salir con la suya”
Al día siguiente de la proclamación de la República fue presidente de la Junta Central Gubernativa. Se ganó la confianza del Cónsul Francés Eusteche Juchereau de Saint-Denys. Fue amigo  y confidente del General Pedro Santana. Firmo  junto  con Francisco del Rosario Sánchez, la resolución del 8 de marzo de 1844  en virtud de la cual se  cedía a  Francia a perpetuidad la Península de Samaná
En el primer gobierno de Santana fue  ministro de Justicia e Instrucción Pública y de Relaciones Exteriores hasta el 1845. Luego miembro del Tribunado. Perdió la confianza de Santana. Siendo expulsado del  Senado Consultor  y del País.
Acerca de este incidente se refiere el  panfleto “Vida  política de Pedro Santana, actual Presidente de la República”, escrito por José María del Monte. El panfleto  dice que “Santana furioso hizo dirigir al Congreso una petición a nombre del Pueblo y el Ejército solicitando que arrojase de su seno  al nuevo tribuno”.
Añade  que “a negativa del Congreso, Santana hizo acuartelar las tropas, apercibir  el cuerpo de artillería y las  piezas de campaña, convertir la ciudad en un campamento, y  por último, envió dos  oficiales al Congreso diciéndole “  que se le concedía  dos horas  para deliberar sobre la expulsión  del tribuno Bobadilla, sin responder entre  tanto de las consecuencia”.
Los miembros del Cuerpo Legislativo, señala Del Monte- “se vieron  en la  necesidad de formar una bolsa  al señor Bobadilla, de su propio peculio, y de  hacerle marchar a San Thomas con pasaporte del Congreso, como única transacción posible”.
Poco tiempo permaneció en el exilio Bobadilla y Briones. En la sesión del Congreso Nacional celebrada el 10 de  junio de 1847 declaro que fue el primero que dijo Dios, Patria y Libertad en la Puerta del Conde la noche  del 27 de febrero de 1844;  que redacto el manifiesto del 16 de enero de 1844; que presidió la Junta Gubernativa más de tres meses, y que fue de los fundadores de la Patria sin ninguna ambición ni ningún interés personal ni otro deseo que el bien público, y el sacudir el yugo desagradable de los haitianos
En 1851, durante el gobierno de Buenaventura Báez, Bobadilla y Briones ocupó la presidencia de la Suprema Corte de Justicia. En 1854 Santana lo escogió para someter a la Asamblea Revisora el proyecto de la antiliberal Constitución de ese año (1854), tres años después  esta Constitución fue abolida por la resolución  del 7 de julio de 1857.
De 1859 a 1861 ocupó la presidencia del Senado Consultor. Después  de la Restauración es comisionado ejecutivo de Relaciones Exteriores en el Gobierno del Triunvirato. En el discurso pronunciado el 5 de  enero de 1859,  dice que el titulo de Libertador a Pedro Santana es también  acreedor a los Padre y Amigo”
Bobadilla y Briones califico de “fastuosos” a los próceres de la jornada  Independentista. Llama a Duarte” Joven inexperto”, y afirmo  que lejos de haber servido a su ´país, jamás ha hecho otra cosa que comprometer la seguridad y las libertades públicas.
En los días de la primera República las opiniones se dividían en dos: los afrancesados, una mayoría de demagogos interesados y aventureros políticos encabezada  por Bobadilla y Briones que soñaban constituir la República Dominicana con la protección de Francia: y una minoría idealista de  hombres  sinceros que aspiraban con Duarte a la cabeza fundar una República libre,  soberana e independiente.
Con el fracaso de las relaciones del Plan Levasseur la influencias de Saint Denys habían caído. Los mismos  que antes lo elogiaban lo calificaban ahora como “el enemigo de la Independencia Dominicana”
Emilio Rodríguez Demorizi expresa que Bobadilla y Briones ere un hombre “de maneras cultas, blanco,  robusto, de inteligencia y sagacidad extraordinaria”. Y añade  que más que todo esto era un hombre  de singular prestancia: atrayente e irresistible virtud  de su personalidad;  clave  de su poder,  secreto de su  avasallador prestigio”
Recuerda que los cantaleteros baecistas lanzaban  contra él sus sátiras: Los enemigos  del alma  o de la Patria son tres: Bobadilla, Márquez y Valdez.
La prueba de su espíritu cortesano  y palaciego es su carta del 21 de  mayo de 1849, dirigida a Santana desde Santiago. Le dice al hacendado del Prado “la conducta política que  he observado después  de mi regreso al país es el mejor comprobante de mis  sentimientos, y aunque últimamente acepté una comisión  del Ejecutivo no fue sino para poder salir de la capital  y no  tomar parte en los asuntos del Gobierno. Así es que nada he hecho sino proteger la causa del orden que  es la que V. sostiene.”
“Le doy  a V. las gracias”- agrega-“por el favor dispensado a mis hijos, y creo a V. lo  bastante generoso para que si se ofreciere continúe con ellos sus bondades”
En su carta le informa a Santana finalmente: “Yo si a V.  Le parece pienso  continuar en Santiago algunos días ocupado en asuntos particulares, pero si V.  me necesita  para  cualquier cosa  no necesita más que avisarme para ponerme inmediatamente a sus órdenes.
Pero en la nueva ascensión de Báez a la Presidencia de la República. En 1868, se eclipsa  su estrella política. Ahora  camina hacia el destierro definitivo. Y  se incorpora en el grupo de los patriotas dominicanos que  combatieron  en Puerto Rico el proyecto de anexión  a los Estados Unidos
En la protesta que a nombre de los dominicanos desterrados dirigió desde Aguadilla, el 4 d febrero de 1871, al senador norteamericano Charles Summer, y le dice “Y no será esta exposición la  expresión  de agravios personales contra la administración de Báez, que mucho podrían  articular, ni  tampoco será el eco de pasiones mezquinas ni de interese privados. No;  que a mi edad octogenaria, en presencia de la tumba cuyas puertas se estrechan ya para mi, y de la posteridad que ha de juzgar mi vida pública, ni se  miente, ni se tiene imperios las pasiones”
Para Miguel  Ángel Garrido, “Bobadilla y Briones se  reía  de  todo;  de la justicia,  del derecho,  de la religión, del deber,  de Duarte, de Santana,  de Báez,  de sí mismo cuando no hallaba de quien  reírse en su infinita  credulidad”
De Puerto Rico pasó a Cabo Haitiano, en el mes de marzo   y luego a Puerto Príncipe, donde le sorprendió la muerte el 21 de  diciembre de 1871. Tenía  87 años. Y  ¡cosa insólita!  Este hombre sin  ideales, sin patriotismo, que  fue haitiano, febrerista, liberal, anexionista, afrancesado,  jimenista, santanista,  se convirtió  poco antes de su muerte en el más ardiente adversario a la anexión  a los Estados Unidos¿
Por espacio de  sesenta años (1811 a 1881), el hombre terrible de las cámaras palaciegas presidenciales, confidente de todos los grandes mandatarios dominicanos, de algunos de Haití y otros  de España: arca de misterios en las cosa públicas, Sargazo sin oleaje donde concurren a dialogar vidas  y haciendas ajenas: faro de perversos y apoyo de revolucionarios; lente que, como ninguna otra enfoca con serenidad los problemas generales, y lupa colocada sobre el plano de la vida de  todos los hombres.
Todo lo es Bobadilla; águila  que se remonta y reptil que se arrastra; bálsamo que calma y veneno que corroe; luz que tranquiliza y sombras que espantan; calma que atrae y tempestad que mata.
Tomás Bobadilla Briones, el hombre de ayer, de hoy, de siempre, sin el no se puede contar la historia de la Nación Dominicana, en cada unos de los episodios está presente esta figura sin igual, sentado como un  sacerdote pagano entre los altos picos de la fe en el ideal, lucha de luces y de sombras.
Hombre físicamente fuerte, espiritualmente acerado, sereno, calculador como una máquina de  de pensar aplicada a la política. Catacumbas que atraen, océanos que se encrespan, cielos que se nublan. Este  hombre es;  mano que firma, voz que delata, ojos que escrutan,  y cerebro que vigila. Era de aquellos hombres  como decía José Martí,  “se quedan despiertos cuando  todos duermen”. 
Goliat infatigable que cruza por el panorama  político dominicano. Maquiavelo le hubiese dispensado el alto honor de su saludo.
Estamos en la presencia de uno de los hombres más extraordinarios, importantes, raros,  y complicados de la historia nacional, cuya vida singularísima es casi desconocidos, aguarda paciente desde su desconocida y perdida  tumba  en Puerto Príncipe, Haití, el puesto que la posteridad ha de brindarle, para el  bien  o para  el mal,  o simplemente para el conocimiento de este hombre que tuvo un papel de primer orden en los acontecimientos que culminaron con la formación de la nacionalidad dominicana.
Tomás Bobadilla nació en el valle de Nayba el 30 de  marzo de 1786, fueron sus padres: Vicente Bobadilla y Gregoria Briones, contrajo matrimonio civil en la ciudad de Santo Domingo, el 12 de marzo de 1832,  con María Virginia Desmiet D´Olbreuse, mientras desempeñaba el cargo de Director de la Escuela Nacional. El matrimonio religioso tuvo lugar en La Catedral el día 30 del mismo mes.
Murió en el ostracismo, en la  ciudad de Puerto Príncipe, Haití, el 21 de diciembre de 1871. Al cerrar sus ojos, llevaba la carga sobre sus hombros de 85 años  de edad. A si terminaba la tenebrosa vida política es  seis  épocas distintas del acontecer de la República Dominicana: 1) España Boba, 2) Dominación Haitiana, 3) Estado Independiente de Haití Español,4) República Dominicana hasta 1860,  y 5) Restauración y Periodo post restaurador hasta 1868 cuando se destierra a Bobadilla con el caído gobierno de Cabral.
Bobadilla, fue un hombre raro, complicado y enigmático. Su  tarea política no logró nunca agotar ni su resistencia física ni su tremenda capacidad intelectual, valía, trabajando por varios hombres. Santana, le llamaba “Mi Ministro Universal”,  Duarte, le llamaba con el caritativo irónicamente de “Pandora” pero lo consideraba un hombre  extraordinario. La comparsa santanista le temía. Jiménez lo respetaba. Y desde  los altos representante de la Iglesia Dominicana hasta los hombres más humildes del pueblo, lo miraban con mezcla de  admiración y recelo.
Nadie  como Bobadilla llego a sembrar durante las décadas en que actuara, mayores dudas y mejores esperanzas, porque supo  infundir miedo y terror a veces, porque era capaz de hacer favores y de  saber ofrecer sus servicios sin comprometerse, actuando siempre con  discreción y cautela.
NOTA: Al amigo lector saque usted la  conclusión  sobre éste polémico personaje de nuestra historia,  parte fundamental en todo el acontecer, desde los inicios de nuestra Independencia hasta los aprestos anexionistas de Báez a los Estados Unidos. Amigo de Duarte y  después su más connotado enemigo.

  Fuente: Revista ¡AHORA! No. 949 1 de  febrero de 1982 págs. 50y 52-- Fuente: Ramón  Lugo Lovaton, Notas sobre Tomas Bobadilla Briones, Listín Diario, Sto   Dgo, 13 y 29 de noviembre 1933, y la Nación, 14 y 22 de septiembre; 4, 20 y 29 de octubre 1946



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