LORENZO DESPRADEL, (MULEY), EL GRAN OLVIDADO DEL PUEBLO VEGANO
PERIODISTA, ESCRITOR, SECRETARIO DEL GENERALÍSIMO MÁXIMO GÓMEZ, Y COMBATIENTE POR LA LIBERTAD CONTRA TIRANOS E INVASORES
Por Ubaldo Solís
La
glorificación de los hombres y mujeres verdaderamente grandes, une a los
pueblos y armoniza a los espíritus capaces de comprender la gloria. Exaltar la
vida y obra de aquellos seres que se han destacado ha sido un deber de los
pueblos desde la más remota antigüedad.
El
acervo de las edades conserva, como en un cofre de oro, anécdotas y episodios
deslumbrantes en que gobernantes de diferentes latitudes, inflamados por la
pasión del arte han levantados monumentos para coronar tal como sienes
ilustres. “Los reyes aman al que habla con acierto”, frase grabada en el monumento que hizo la Reina Victoria al novelista Benjamín Disraeli, y sobre D´Annunzio, dijo Mussolini, “Es como un diente cariado, si se le descuida, molesta, hace daño, lo mejor es ponerle una corona de oro.”
Por mucho tiempo ha estado silenciado el nombre y la obra de Muley Despradel, es necesario y justo que el velo de la sombra quede roto y el pueblo vegano rinda un merecido homenaje a este hijo suyo.
Los pueblos son grandes y merecen ser recordados por la cantidad de personas ilustres nacidos en su suelo y por ser recordado por sus conciudadanos, pero la duda sobre el particular en la Olímpica, Culta, Carnavalesca y hoy Sana ciudad de La Vega, tiene por costumbre olvidarse de aquellos que le dieron nombre y esplendor a ésta.
Ocurre con una de las plumas más brillantes que ha tenido la República Dominicana, y nos referimos a: Julián Lorenzo Despradel Suárez, periodista, escritor, secretario particular del Generalísimo Máximo Gómez, comandante del Ejército Liberador de la República de Cuba.
Estas líneas tienen como objetivo dar a conocer un vegano que se distinguió por su amor a la libertad y su labor como escritor y periodista, desconocido por las nuevas generaciones.
Es penoso que siendo la intelectualidad vegana actual, al igual que los pasados y presentes representantes de nuestra municipalidad no se le haya reconocido a este ilustre hijo de este pueblo con la designación, por lo menos, de una calle para que lleve su nombre.
Es preocupante que en la ciudad de Santo Domingo, en el sector de Los Prados, una calle se denomine con el nombre de “LORENZO DESPRADEL”.
Motivo por el cual solicitamos por este medio, a las autoridades que hoy dirigen nuestro gobierno municipal para que de la misma aptitud se adopte una de nuestras vías urbanas denominarla “MULEY DESPRADEL”, para ser justicia y un merecido reconocimiento a un vegano ejemplar.
Este fue uno de los periodistas dominicanos con mayor definición literaria, la limpieza de estilo y el modo personal con que las ideas se encuentran correcta expresión.
Joaquín Balaguer, en su obra “Historia de la Literatura Dominicana”, pág. 288-290, dice. “Su actividad periodística no se halla sólo vinculada a la época más respetable de la prensa dominicana por su sentido lírico, manifiesto en el cuidado que el autor pone en pulir sus párrafos y en ofrecer su pensamiento al público en frase de resonancia majestuosa, sino también por el fondo moral que prevalece en sus artículos, reflejo de los sentimientos de una generación que representó en el país un programa de política esencialmente doctrinaria.”
Su periodismo fue como el de otros hombres que vinieron al mundo con la sensibilidad de escritores, pero que se entregaron a la política y de vivir a consonancia de su época, respirando a todo pulmón el romanticismo de los siglos XIX y principio del XX, perteneciente a los tiempos en que la prensa no había sido invadida por lo vulgar, conservando la grandeza del tribuno.
Nace este ilustre vegano, el día 6 de septiembre del 1872, y muere en la ciudad de Santo Domingo, el 28 de julio del 1927. Hijo de Anacleto Despradel, (Estin), Desideria Suárez.
Lorenzo Despradel, fue amigo y secretario personal de Máximo Gómez, jefe del ejército de liberación de Cuba. Inició su carrera de armas como simple soldado bajo el mando del Generalísimo Máximo Gómez, luego subteniente, capitán, y al concluir la contienda liberadora de la patria de Martí, lucía con gallardía el grado de Comandante del Ejercito Liberador. Sirvió en Cuba, en diferentes cargos públicos y a través de la prensa, se incorporó al Partido Liberal y dirigió el Periódico”La Opinión.”
Escribió artículos de humor durante dos años que ejerció en la redacción de El Siglo, con el seudónimo de “Crispín”, artículos políticos y de combate cono “Muley”, según Balaguer, en su obra Historia Literaria Dominicana, “lo notable de estos trabajos de combate, fuera de la riqueza y la movilidad de su lenguaje acerado, es la altura patriótica en que se sitúa Lorenzo Despradel, (MULEY), para infundir a sus opiniones de hombre de partido, la pasión banderiza que no obnubila el juicio del patriota ni le hace perder su aplomo de ciudadano amante del bien público y respetuoso de los fueros de la opinión ajena.”
Julián Lorenzo Despradel Suárez, (Muley), de espíritu inquieto, liberal, enamorado ferviente de la libertad y la justicia, recibió sus primeras enseñanzas en Dajabón, donde se trasladó junto a su familia como consecuencia de la enfermedad de su padre siendo su maestro el profesor cubano Eugenio Aguilera.
Don Guido Despradel Batista, en el periódico Renovación, (1972), decía sobre Muley, “Con su progenitor con serios quebrantos de salud, volvió a La Vega, recibiendo enseñanza avanzada del profesor Venezolano, Sr. Prado.
Más tarde ingresaba a la escuela dirigida por el Prof. González, y siendo su maestro Miguel Casimiro de Moya, (Bimbo),” “Poniendo de manifiesto su amor por el periodismo, preparando periódicos manuscritos que ponía a circular entre los vecinos, al tiempo que trabajaba en la imprenta de Pedro Bobea y en el comercio que dirigía Horacio Vásquez y Rosendo Grullón”, manifiesta Don Guido“, su pasión por la justicia chocó con los anacronismos y concupiscente reinantes en aquella época.
SU OBRA COMO PERIODISTA Y ESCRITOR
En el campo literario escribe un ensayo “La guerra y la Literatura”, publicado en 1918, antes de terminar la 1ra. Guerra Mundial, exponiendo la consecuencia de aquella crisis universal, escribe una obra “Novela en Hispanoamérica”, donde refleja su amplio conocimiento de la cultura y sus ideas sobre la literatura americana.
Otro
ensayo, “La falsedad de nuestro origen latinoamericano”,
constituyen un testimonio irrecusable de su penetración crítica y su cultura,
lo cual el estilo alcanza un grado de elevación de mayor tesura con frases de
corte de prosa elegante y bien cuidada.
SUS PÁGINAS HISTÓRICAS “Memoria sobre la guerra de independencia de Cuba”, una obra que trata de una relación movida y magistral de los sucesos que se desarrollaron en territorio cubano desde que se dio el grito de Baire, el 21 de febrero del 1895 hasta la intervención de los Estados Unidos, el 21 de abril de 1898 en la guerra sostenida contra España.
Un documento veraz que recoge la historia de la heroica lucha a partir del 1895, que sacude al territorio cubano en toda su extensión, (Esta obra fue publicada en 1942 como apéndice del libro “Mis relaciones con Máximo Gómez” de Orestes Ferrara, Habana, 2da. edición, Imprenta Molina y Compañía).
Poca veces la crónica de una campaña narrada por un testigo presencial de los acontecimientos en ella relatados ha sido escrita con un espíritu de imparcialidad tan severa, compuesta por un vegano que militó al servicio de Máximo Gómez y aprendió al lado de este glorioso general el arte de la guerra.
Este es un documento veraz que recoge a grandes rasgos la historia de la heroica lucha que a partir del 1895 estremece a Cuba cubriendo todo su territorio culminando con los resultados de todos conocidos
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