La necesidad de la presa de Guaigüí
Aquella vez, cuando el proyecto tenía unos tres años de iniciado desde octubre del 2000 y a un costo de $42,5 millones de dólares para producir 3,500 kilos de energía y controlar las crecientes del río Camú y proteger a La Vega, se creyó que el trabajo marcharía sobre ruedas por la experiencia de los contratistas noruegos en ese tipo de obra y de diseño.
La ratificación del préstamo se convirtió en agua de borrajas y el INDRHI no reinició los trabajos con celeridad sino hizo unos amagos para servicio de la opinión pública y calmar los ánimos de los veganos, pero en definitiva la paralización de los trabajos continuó y lo poco que hizo se hizo en algunos meses de finales del 2010 se perdió por las inclemencias del tiempo y el descuido del INDRHI.
El proyecto carecía de diseño y de estudios creíbles de las condiciones geológicas e hidrométricas de la cuenca. Había una ausencia en las informaciones técnicas disponibles y en poco tiempo antes el préstamo el proyecto se había elevado a unos $63 millones de dólares. Tal costo rebosó la copa de la paciencia del INDRHI y prácticamente se paralizaron los trabajos para frustración de los veganos y de los promotores de la presa.
Ahora hay presiones de opinión pública para reiniciar el proyecto añadiéndole los $78 millones de dólares del préstamo de junio del 2010 y quizás nuevos valores, que todavía están en nebulosa para incrementar su valor final. Al proyecto se le agregaría una obra de toma para alimentar al acueducto de La Vega. La nueva toma de agua estaría al pie del desagüe de la casa de máquina después de generada la electricidad.
El proyecto de Guaigüí fue el sueño dorado de un gran hombre vegano, muy emprendedor y proactivo, como lo fue Don Francisco Gómez Estrella. Él siempre vivió empeñado y preocupado en llevar el modernismo al Cibao y Línea Nordeste, para que esas fértiles tierras aportaran riquezas y alimentos a la región. Fueron muchos los artículos escritos por Don Francisco en el Listín Diario, así como sus constantes charlas radiales por Radio Santa María, que motivaban a los cibaeños para que esa presa fuera una realidad.
Esos empeños de Gómez Estrella dieron sus frutos, y el entonces presidente Hipólito Mejía en su período de gobierno, aprobó el inicio del proyecto en octubre del 2000, bajo un préstamo noruego en condiciones aceptables, aparentemente, y a que al poco tiempo comenzaron a surgir los adicionales e imprevistos debido a lo aéreo de los costos iniciales, casi sin ninguna base de sustentación financiera y técnica.
La presa de Guaigüí será un alivio para La Vega y comunidades vecinas, sometidas ahora al peligro de las crecientes del río, que periódicamente muestra su fuerza indómita en torrenciales caudales, afectando el tránsito por la carretera Duarte.
El espíritu de Don Francisco Gómez Estrella estará en paz al conocer, el día que el INDRHI se disponga a rescatar el proyecto, reiniciando su construcción, que paralizado por casi once años, necesita de grandes trabajos de acondicionamiento para rescatar lo que ya se había realizado con el túnel de desvío y preparación del área del sitio de presa.
Lo más probable se necesitará más dinero para agregarlo a los estimados originales, aparte del préstamo aprobado en junio del 2010, ojalá no se produzca una escalada para elevar el valor final del proyecto, que casi seguro estará al final de su ejecución por encima de los 150 millones de dólares.
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