Arte rupestre y Vudú en el Parque Nacional El Conde (También conocido como Parque Nacional Máximo Gómez)
Adolfo López Belando arqueoco@hotmail.com Arqueólogo, Investigador Asociado al Museo del Hombre Dominicano
http://www.rupestreweb.info/vudu.html
Introducción
El
Parque Nacional El Conde es una nueva área protegida creada mediante el
Decreto Presidencial n° 571-09 de 7 de agosto de 2009. En la actualidad
se ha solicitado el cambio del nombre de la unidad de conservación por
el Parque Nacional Máximo Gómez. El Parque Nacional contiene una serie
de interesantes cavernas que presentan en muchos casos muestras de arte
rupestre prehispánico. Hasta el momento hemos localizado en las cuevas
gran cantidad de petroglifos y algunos bajorrelieves. Además de este
importante recurso cultural, también se localizan en la nueva unidad de
conservación cavernas con altares dedicados a las deidades
euro-afro-caribeñas, propias del vudú dominicano. La presencia de estos
lugares rituales es de una importancia capital para la cultura caribeña
en general, pues se da el caso que en una de las principales cavernas
los ritos se celebran sobre los petroglifos prehispánicos. De esta
manera contamos con uno de los pocos lugares donde los sitios de culto
prehispánico, con las deidades ancestrales aun presentes, se mantienen
vivos hoy día y son objeto de adoración miles de años después de haber
sido instituidos.
Las
cavernas del Parque Nacional El Conde son consecuencia de la erosión
del agua en la geología cárstica de la zona. Las que se han localizado
hasta el momento presentan desarrollos longitudinales de varios cientos
de metros. Se encuentran situadas entre un interesante bosque tropical
latifoliado semi húmedo donde dominan los árboles de mediana altura y el
matorral. Los montes del parque se localizan sobre el valle del río
Nizao, lo que les confiere una especial ubicación que permitía en
tiempos prehispánicos el acceso fácil a la corriente de agua dulce.
Igualmente los pobladores prehispánicos del área utilizando el cauce
fluvial podían llegar al mar con mucha facilidad.
Apuntes históricos
El
área protegida es indudablemente un lugar donde se concentraron
asentamientos humanos de importancia de los grupos arahuacos que
poblaron la isla y probablemente también de grupos precerámicos muy
anteriores. El acceso al agua potable, la existencia de terrenos
agrícolas en el valle y la cercanía al mar, fueron elementos que
posibilitaron abundantes medios de subsistencia a los antiguos
pobladores del área. Fruto de esta presencia es humana son los sitios
con arte rupestre localizados en las lomas del parque.
Vista del valle del Nizao
Hace
ya cinco mil años que los seres humanos conocen la isla de Santo
Domingo, pero todavía no podemos asociar con seguridad el arte rupestre a
los diferentes grupos culturales que poblaron estas tierras. Con
referencia al área protegida que nos ocupa, sabemos que cuando
los españoles se asentaron en esta parte de la isla, la zona pertenecía
al cacicazgo de Cahiabo y el cacique que dominaba las tierras y costas
donde nos encontramos se llamaba Guarionex. Con la conquista de sus
tierras por los españoles, los tainos dejaron de ser libres, teniendo
que trabajar en las explotaciones auríferas, los campos de caña y los
hatos ganaderos que los españoles prepararon en la zona Sur de la isla.
Los pueblos tainos fueron desapareciendo poco a poco hasta que solamente
las haciendas españolas permanecieron, atendidas fundamentalmente por
esclavos negros traídos de Africa.
En
esta zona, a principios del siglo XVI se establecieron hatos ganaderos e
ingenios de caña. Tenemos noticia de que los herederos de Miguel de
Pasamonte construyeron un ingenio a orillas del río Nizao, pero las
ruinas de las factorías azucareras coloniales más cercanas al área
protegida que aun se conservan están en la zona de Nigua: el ingenio de
Diego Caballero y el ingenio de Nigua. Los primeros asentamientos
coloniales basados en la cría de ganado de que tenemos noticia en el
área se realizaron a fines del siglo XVI, cuando el capitán Juan Tello
de Guzmán fundó el hato de Yaguate. En el año 1648, Juan Rivera y
Quezada adquirió el Hato del Capitán Tello Guzmán, siendo donado algunos
años después a los Padres Jesuitas, hasta que en el año 1767 la
congregación religiosa fue expulsada de Santo Domingo.
La
población de Yaguate, actual municipio de cabecera de la zona, fue
fundada en el año 1818 por Doña Margarita Fuentes y su esposo, Don
Antonio Alvarez, ambos de origen canario. La población de Mana que linda
con el área protegida, fue fundada por los seguidores de la curandera y
vidente Bibiana de La Rosa, quien encabezó un movimiento mesiánico en
la zona a principios del siglo XX. La primera fundación se dio en el
emplazamiento de la actual iglesia de Mana, pero la necesidad de atender
a los peregrinos que allí acudían hizo crecer el establecimiento de
personas en el área, manteniendo el nombre de Mana para la mayor parte
de los asentamientos. Boca de Mana es el poblado más cercano al área
protegida desde donde comienza el camino que sube a la cueva de La
Mancha, perteneciente al espacio ritual que gravita sobre la iglesia de
Mana.
La
iglesia de Mana, fundada por Bibiana De La Rosa, pese a estar fuera del
área protegida es un recurso cultural de gran importancia por el
significado religioso que mantiene. En este lugar existe un pozo cuya
agua se considera sagrada y el arroyo que discurre bajo la iglesia se
celebraban rituales de purificación. La curandera, considerada como
Santa por sus seguidores, está enterrada tras el altar mayor de la
iglesia. El 8 de septiembre se celebra la fiesta de la Virgen de Las
Mercedes y allí llegan en procesión los fieles. En la iglesia y sus
alrededores se celebran ritos religiosos y también se tocan palos y se
baila, siendo esta una celebración popular de gran arraigo en la zona.
Iglesia de Mana
Recursos culturales localizados en el área protegida
Durante
las prospecciones arqueológicas y espeleológicas realizadas en el área
protegida se han localizado importantes recursos culturales rupestres.
El área protegida es de reciente creación y todavía no se ha realizado
una exploración completa de del territorio que abarca. El Viceministerio
de Medio Ambiente acaba de terminar la evaluación ecológica y cultural
básica del parque nacional y fruto de esos trabajos ha sido la
localización de dos nuevos sitios con arte rupestre prehispánico: la
cueva de Los Murciélagos y la cueva de Los indios. Estos lugares
culturales se unen a las ya conocidas cueva de La Mancha, que contiene
un importante bagaje de arte rupestre prehispánico y gran cantidad de
altares vudú, y la cueva del Conde, una caverna donde por el momento
solamente hemos podido localizar varios altares de vudú actualmente
utilizados por los brujos de la zona. En total hemos contabilizado 152
petroglifos, 2 bajorrelieves y 34 altares vudú.
Situación de las cavernas en el Parque Nacional El Conde
Montes de El Conde
Seguidamente pasaremos a describir las cavernas con recursos culturales con que cuenta el área protegida:
a) Cueva de Los Murciélagos
Coordenadas: 18°, 22.545’ N. / 70°, 15.542’ O.Situación: Escondido de Boca de Mana, sección Mana, Yaguate, San Cristóbal
Recursos culturales: 20 petroglifos
La
cueva de los murciélagos se encuentra situada en la ladera de la
montaña que domina el valle del río Nizao. Tiene una sola sala de
medianas dimensiones donde existe una importante colonia de murciélagos
frugívoros. A un lado de la entrada, en el exterior se encuentra un
interesante panel de petroglifos bastante alterados por la intemperie.
En su mayoría representan figuras antropomorfas.
Panel de petroglifos en la entrada de la cueva y detalle de uno de cuerpo entero
Los
petroglifos tienen en su mayoría la forma de caritas, (dos ojos
redondos y una boca recta o puntual rodeados por un círculo), nombre con
el que se denomina popularmente.
Petroglifos antropomorfos, “caritas”
En
el caso de la cueva de Los Murciélagos no hemos localizado restos
arqueológicos en superficie, por lo que no nos es posible dar una idea
de la filiación del arte rupestre que presenta. Sin embargo en un abrigo
que se encuentra casi anexo a esta pequeña cueva hemos encontrado en
superficie un hacha de grandes dimensiones del tipo que se suele asociar
a culturas precerámicas.
Petroglifos de complicada factura
Petroglifos antropomorfos, “caritas”
Zona donde se localizan la cueva Hacha “in situ” en el abrigo vecino
b) Cueva de Las Caritas
Coordenadas: 18°, 22.547’ N. / 70°, 15.522’ O.Situación: Escondido de Boca de Mana, sección Mana, Yaguate, San Cristóbal
Recursos culturales: 106 petroglifos y 2 bajorrelieves
Cueva de Las Caritas
La
cueva de Las Caritas se encuentra situada en una escarpada ladera de la
montaña que domina el valle del río Nizao. Cuatro de las bocas se abren
a una estrecha y empinada torrentera que se abre desde la cima de la
montaña hasta el valle. Tiene cinco entradas y en cuatro de ellas se
localizan petroglifos, siempre a la vista de la luz solar, aunque
algunos de ellos se presentan bastante dentro de cueva.
Petroglifos antropomorfos, “caritas”
En
la cueva encontramos petroglifos simples, cuyo diseño se realiza
mediante un surco excavado o punteado y petroglifos escultóricos, cuyo
diseño se realiza aprovechando el relieve natural de la roca para crear
volumen en la figura o cuando parte de la figura delimitada por el surco
se dota de volumen esculpiendo la roca a su alrededor. También hemos
localizado algunos bajorrelieves, que son auténticas esculturas
caracterizadas porque sobresalen del plano de trabajo en la roca menos
de la mitad de su bulto.
Cara trabajada en bajorrelieve
La
entrada principal tiene un espectacular panel con petroglifos situado
frente a la boca de la cueva donde predominan las figuras antropomorfas
en forma de “carita” (cabeza aislada con ojos y boca), aunque hay
bastantes diseños que cuentan con cuerpo entero. También se observan dos
bajorrelieves esculpidos que constituyen cabezas humanas. la temática
de los diseños es la habitual en este tipo de sitios rupestres, pero
sorprende la cantidad de diseños, alrededor de 108, que hacen de la
cueva uno de los lugares con mayor cantidad de petroglifos localizado en
Las Antillas.
La
figura más representativa de la caverna y que nos recibe al entrar en
el antiguo centro ritual, es una escultura donde se ha combinado la
técnica del bajorrelieve con el tallado de petroglifos y la forma
natural del espeleotema donde se ha labrado esta compleja obra de arte.
Se trata de una gran deidad embarazada cuyo vientre henchido está
formado por una columna estalagmitica, en cuya parte superior se ha
esculpido la cara del personaje: dos grandes ojos y una gran boca
abierta. Sobre el vientre se han tallado al menos dos caritas simples de
pequeño tamaño.
La
figura evoca a la madre de los gemelos divinos, la Ititiba Tahubaba de
los tainos, quien dio a luz a sus hijos después de muerta. Las caritas
talladas en el vientre pueden ser representaciones de los gemelos antes
de nacer. Las efigies de los gemelos se repiten una otra vez en la
caverna, siendo las mejor terminadas las que se encuentran en la sala
contigua a la que es dominada por la deidad femenina embarazada. Este
tipo de bajorrelieves han sido localizados reflejando el mismo personaje
en la Guácara de La Cuenca, en el Parque Nacional Aniana Vargas, en la
provincia Sánchez Ramírez, donde hay un bajorrelieve de gran tamaño con
las mismas características que la deidad de la cueva de Las Caritas.
Panel de la primera sala de la cueva
Más
hacia de la cueva, pero siempre a la vista de la luz solar, encontramos
una escena en la que una cabeza con un atributo particular se presenta
sobre un diseño que puede corresponder al cuerpo de una serpiente, en
cuyo centro se encuentra encerrada otra cabeza. Los diseños tienen una
terminación excelente y probablemente aluden a alguna historia de la
mitología arahuaca en la que un ofidio se come a un personaje humano.
Cueva de Las Caritas
Representación de un mito arahuaco
La
segunda entrada es sumamente interesante, pues es una excelente atalaya
sobre el valle que cuenta con un espacio ideal para mantener un pequeño
asentamiento. De hecho en el suelo de la sala se encuentran dispersos
gran cantidad de artefactos prehispánicos adscribibles a culturas
precerámicas, aunque no descartamos la aparición de cerámica cuando se
realicen las excavaciones arqueológicas correspondientes.
Sala donde aparecen las piezas arqueológicas en superficie
El
panel con petroglifos existente es de una extraordinaria calidad y
destacan varias cabezas antropomorfas con grandes orejas provistas de
coronas, lo que las identifica como importantes figuras mitológicas. Los
conjuntos de figuras donde observamos un personaje femenino bien
delineado asociado a otras dos cabezas geminadas nos hace pensar en el
siempre presente mito arahuaco de los gemelos divinos nacidos de Itiba
Tahubaba, la madre de los héroes culturales primigenios embarazada por
el Sol.
Posible representación de los gemelos divinos
Panel de Itiba Tahubaba y los gemelos divinos
Otra
figura que nos sorprende por su excelente calidad es la cara de un
murciélago de grandes orejas. Se da el caso de que en la caverna se ha
detectado una interesante población de estos mamíferos voladores y que
precisamente una de las especies encontradas es del tipo de la que está
grabada en la pared de la cueva.
Cabeza de murciélago y petroglifo antropomorfo
La
tercera entrada de la cueva no presenta petroglifos y frente a ella se
sitúa una enorme sala donde habita una gran colonia de murciélagos. Es
habitual en las grandes cavernas que contienen petroglifos que estos no
se localicen regularmente en las salas donde habitan las grandes masas
de murciélagos. Las muestras de arte rupestre suelen encontrarse más
cerca de la entrada, donde estos animales no suelen concentrarse. La
cara de murciélago grabada en la segunda entrada se asemeja a la de los
murciélagos frugívoros presente en la vecina cueva de Los Murciélagos.
Su presencia es patente por la gran cantidad de semillas que quedan
depositadas en el suelo de la caverna. En esta cueva, también se da la
presencia de esta especie, pero de manera menos abundante, ya que la
gran mayoría de los murciélagos que habitan en la cavidad son
insectívoros. La colonia de quirópteros es enorme, de lo que da fe la
espesa capa de murcielaguina que se encuentra depositada en el suelo de
la caverna.
Petroglifos antropomorfos
Petroglifos antropomorfos
La
cuarta entrada presenta una serie de interesantes petroglifos tallados
en las paredes aledañas a la boca. Esta entrada, al igual que la tercera
y la quinta, solo son practicables escalando el abrupto acantilado en
el que se encuentra la zona de la caverna en cuestión. Los petroglifos
están muy difuminados debido a que han sido afectados por coladas de
caliza que se han formado en el muro donde fueron realizados. Las
representaciones, en su mayor parte, presentan los mismos motivos
generales que en el resto de la cueva, fundamentalmente “caritas”.
Petroglifos muy alterados y casi borrados por las coladas de caliza
Sin
embargo en esta zona de la cueva destaca un personaje, cuya cabeza está
profundamente tallada y bien definida, que porta una gran corona. Su
excelente factura y la posición preferencial que ocupa, a varios metros
de altura en pared de la cueva, dominando la sala que se desarrolla
debajo, nos indica que se trata de una deidad muy importante. Sabemos
por las crónicas que solamente los personajes de gran importancia en la
sociedad taina portaban coronas. De hecho, Bartolomé de Las Casas, uno
de los primeros y más apreciados regalos que le hizo Guacanagari a
Cristóbal Colón cuando desembarcó en el Norte de la isla Española en
1492, fue precisamente la corona que portaba:
“Domino,
30 de diciembre de 1492: Salió el Almirante a comer a tierra, y llegó a
tiempo que habían venido cinco reyes sujetos a aqueste que se llamaba
Guacanagari, todos con sus coronas, representando muy
buen estado, que dice el Almirante a los Reyes que sus Altezas hubieran
placer de ver la manera de ellos. En llegando en tierra, el rey vino a
recibir al Almirante, y lo llevó de brazos a la misma casa de ayer, a
donde tenía un estrado y sillas al que se asentó al Almirante, y luego se quitó la corona de la cabeza y se la puso al Almirante...”
Los
personajes coronados resultan, por tanto, figuras de especial
importancia y en la caverna se repiten con mucha frecuencia este tipo de
atributos, precisamente formando parte de las obras mejor definidas,
más excavadas en las rocas y terminadas con el mayor detalle. Los
artistas prehispánicos cuidaban especialmente estos detalles, realizando
los mejores trabajos de talla o escultura en honor a los personajes más
representativos que plasmaban en las paredes de las cavernas.
Personaje portando una gran corona
Sobre
la cuarta entrada de la cueva, trepando por la colada y a unos treinta
metros de distancia se localiza la quinta boca de la caverna. Frente a
la entrada, tanto inmediatamente después de esta, como en el corredor
que la precede encontramos varios grupos de petroglifos de gran interés.
Petroglifos en la zona de la quinta boca de la caverna
Destaca por su fuerza una cabeza que utiliza un espeleotema como base para el trabajo y tiene grabados profundamente ojos y boca de la manera más sencilla que pudiera esperarse. Sin embargo el efecto es sobrecogedor. resulta impresionante observar como un artista, utilizando los trazos más sencillos, puede generar una figura tan impactante.
Otras
representaciones interesantes son figuras de cuerpo entero que se
presentan agrupadas interactuando con otros personajes. Es particularme
uno de ellos que tiene bajo sus piernas una cabecita. probablemente se
trate del parto, representación muy frecuente en los grupos de
petroglifos que se encuentran en toda la isla.
Posible escena de parto |
Personaje de cuerpo entero |
|
Panel en la zona de la quinta boca de la cueva
c) - Cueva de La Mancha o de Mana |
Coordenadas: 18°, 22.591 N. / 70°, 14.475 O.
Situación: Boca de Mana, sección Mana, Yaguate, San CristóbalRecursos culturales: 26 petroglifos y 30 altares vudú
Salón principal de la cueva de Mana
La
cueva de La Mancha, conocida también como cueva de Mana, tiene tres
entradas comunicadas por una extensa serie de salas y corredores. La
entrada principal es de grandes proporciones y en ella desemboca el
camino que sube desde el poblado de Mana. En ella se encuentran dos
zonas donde hay petroglifos prehispánicos y en el centro de la gran sala
se localiza el altar principal de la caverna, presidido por la Virgen
de Las Mercedes. El la cueva también hay un pequeño manantial de agua.
Altares en las salas laterales de la cueva
La
cueva de Mana fue un lugar utilizado por la curandera y vidente Bibiana
De La Rosa para realizar sus ritos y sanaciones. El altar de Bibiana
estaba en el salón central de la cueva. Según la tradición el rincón en
el que realizaba sus curaciones es precisamente el lugar donde se
presenta uno de los paneles de petroglifos de la caverna, muy cerca de
su gran altar. En la actualidad bajo los petroglifos podemos observar
cruces, altares y restos de ofrendas, evidentemente asociados a estas
representaciones prehispánicas.
Rincón donde curaba Bibiana, altares y petroglifos prehispánicos
Detalle de los petroglifos prehispánicos del rincón de Bibiana
En
la cueva hemos localizado más de treinta altares distribuidos por todos
los rincones de la caverna. Igualmente se localizan muchas pinturas
rupestres post hispánicas relacionadas con el culto vudú que se
desarrolla en el lugar. Resulta sumamente interesante comprobar como
este lugar ha pervivido como santuario religioso rupestre durante miles
de años. Los actuales peregrinos y los brujos han continuado la
tradición de los shamanes ancestrales y de los behiques taínos hasta el
día de hoy. Cuevas de este tipo son muy escasas, contando con paralelos
del mismo estilo en Banica, donde existe una caverna dedicada a San
Francisco en el cerro del mismo nombre, en la que los petroglifos
prehispánicos continúan siendo objeto de adoración al igual que en la
cueva de La Mancha. El 24 de junio, día de San Juan, se celebra la
peregrinación anual de diferentes comunidades a la caverna.
Panel con petroglifos en el gran salón de la cueva
Ofrendas de comida presentadas bajo los petroglifos prehispánicos
Los
petroglifos de la cueva mantienen el patrón general de todas las cuevas
del parque, reflejan fundamentalmente figuras antropomorfas,
principalmente caras. Muchos de los petroglifos están seriamente
alterados y vandalizados. En otros casos se han pintado sobre ellos
símbolos religiosos, probablemente de manera intencional, como en el
caso del panel situado sobre un agujero y frente aun altar, precisamente
el lugar donde Bibiana De La Rosa realizaba sus sanaciones.
Petroglifos en el gran salón de la cueva
Los
altares corresponden al vudú dominicano, religión sincrética que une
las tradiciones religiosas cristianas con el animismo africano. Para
entender la enorme significación religiosa de la cueva debemos dar una
idea general de esta creencia religiosa tan extendida en la isla de
Santo Domingo y con paralelos principalmente en Cuba, donde se la conoce
como “santería”.
Altar principal de la cueva originalmente preparado por Bibiana De La Rosa
En vudu dominicano es una religión animista que adora a los santos y a los muertos. Mediante la posesión de los sacerdotes por los espíritus, estos pueden asesorar a los fieles y también curar sus enfermedades. Los ritos se celebran frente a altares donde se colocan las efigies de los santos y se les entregan ofrendas, fundamentalmente en forma de comida y bebida.
Altar vudú en el salón principal de la cueva
Las
principales fuerzas que trabaja el vudú dominicano son la siguientes:
Rada, conocida como los misterios dulces; Guedé, conocida como los
misterios de la muerte; Petró, conocida como los misterios del bosque y
la foresta, Indígena, conocida como los misterios originarios de la
isla. Los luases, santos o “misterios” que operan en estas fuerzas,
tienen una personalidad africana representada sincreticamente por un
Santo católico.
Altar dominado por San Miguel Arcángel que representa a Belié Belcán
De
esta manera el Apostol Santiago, principal objeto de devoción en Santo
Domingo, se corresponde a Ogú Balenyó, Santa bárbara es Changó, San
Antonio es Papá Legbá, San Miguel Arcángel es Belié Belcán, San Elías
corresponde al Barón del Cementerio, San Sebastián es Centinela Sabaló,
etc, etc, etc. Cada uno tiene poderes determinantes que sirven a sus
adoradores, así por ejemplo, Ogú Balenyó es el patrón de los militares;
Papá Legbá es quien abre las puertas del mundo espiritual; Belié Belcán
es el abogado de los partos difíciles; Centinela Sabaló es el guardián
de las casas de los campesinos; el Barón del Cementerio es el guardián
de estos espacios y está representado en cada uno de ellos en la tumba
de quien primero fue enterrado en el lugar.
Altar presido por San pedro (Guacó Bolazá) y La Mano Poderosa
Los
altares de la caverna son polivalentes y en ellos se localizan las
efigies de varios luases que reposan entre velas, frascos y ofrendas. A
su lado se acumulan botellas vacías de ron, elemento fundamental de los
rituales que los sacerdotes, brujos o shamanes, consumen o esparcen
entre los acólitos.
Altar con el indio Canoabo, el Niño de Atocha, San Sebastián...
Salón con diferentes altares vudú
La
cueva de Mana es por tanto uno de los centros mágico - religiosos más
importantes del Caribe y sin duda uno de los más antiguos en cuanto a su
tradición como templo, ya que esta remonta a tiempos prehispánicos. Los
ritos están vivos y siempre encontramos peregrinos que rezan
fervorosamente ante los altares. El rito comienza desde la misma subida a
la cueva, ya que durante casi dos kilómetros el camino sube de manera
pronunciada discurriendo entre los montes, la caminata resulta realmente
agotadora, no por la distancia, sino por la pendiente que hay que
vencer. El recorrido está jalonado de cruces que nos indican el camino
al lugar sagrado.
Altar con San expedito (Guedé Nibó) y Santa Marta (La Dominadora)
Coordenadas: 18°, 22.370 N. / 70°, 14.336 O.
Situación: El Conde, sección Mana, Yaguate, San Cristóbal
Recursos culturales: 4 altares vudú
La
cueva de El Conde se localiza en el paraje del mismo nombre situado a
la orilla de un torrente seco. En la caverna no se han localizado
petroglifos, pero existen cuatro altares vudú que en la actualidad se
utilizan esporádicamente. La caverna también es visitada por peregrinos y
brujos que realizan ritos de sanación y ceremonias religiosas con los
acólitos.
Altar con luases de las cuatro divisiones: Radá, Petró, Guedé e Indígena
Altar sencillo y altar con pileta para depositar agua
—¿Preguntas, comentarios? escriba a: rupestreweb@yahoogroups.com—
Cómo citar este artículo:
López Belando Adolfo. Arte rupestre y Vudú en el Parque Nacional El Conde (También conocido como Parque Nacional Máximo Gómez). En Rupestreweb, http://www.rupestreweb.info/vudu.html
2011
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