http://www.laaventuradelahistoria.es/2014/05/19/un-nuevo-enterramiento-de-vampiros-hallado-en-polonia.html | Una nueva tumba de “vampiro” hallada en Polonia | 19 mayo 2014 |
Fotos: Pawel Ukrainski / Kamienskie.info
Pertenece al siglo XVI y contiene algunas características de los
rituales de esta época contra las creencias en estos seres. En esta
ocasión, una de las piernas había sido clavada con una estaca y en la
mandíbula se le había colocado una piedra. Es la tercera tumba hallada
de estas características en los últimos dos años
Para que no pudiera regresar a la vida
y salir de su féretro le clavaron una pierna con una estaca. La piedra
que colocaron en su boca estaba destinada a evitar que una vez
resucitado siguiera bebiendo sangre…Así han encontrado un equipo de
arqueólogos polacos en Kamien Pomiorski, Polonia,
mientras excavaban en un cementerio que estaba cerca de la iglesia de la
ciudad. Datado en torno al siglo XVI, el enterramiento revela los temores y creencias de esta época en Europa del Este acerca de la existencia de vampiros.
Los datos arqueológicos reunidos en los
últimos años, afianzan la existencia de estas creencias y
rituales mortuorios en torno a estos seres, ya que no es el primer
caso de este tipo, en otra ciudad de Polonia, Gliwice, fueron
encontrados cuerpos de entre los siglos XV y XVI con características
similares, en este caso con la cabeza cortada situada entre las piernas.
En Sozopol, Bulgaria,
otros dos enterramientos más antiguos -en torno a los siglos XIII o XIV-
se descubrieron con un ritual mucho más cercano a las historias de
vampiros de ficción que conocemos de los siglos XIX y XX, y que están
grabadas en el imaginería popular ya que fueron enterrados con las icónicas estacas clavadas en el corazón que evocan siempre a los inmortales bebedores de sangre.
Destacan entre las historias que popularizaron el género de vampiros la originaria novela Drácula (1897) de Bram Stoker, o la más reciente La historiadora (2005) de Elisabeth Kostova, que también investiga en los orígenes del mito del conde Vlad Tepes.
En los años treinta, los estudios Universal popularizaron la imagen del conde de Drácula con una serie de películas interpretadas por el actor de origen húngaro Bela Lugoshi,
que antes de su muerte en 1956, identificado totalmente con el
personaje pidió que le enterraran con la característica capa del conde
Drácula.
En los 90, el género se revitalizó en el
cine, primero con la adaptación de la novela de Bram Stoker, que llevó a
cabo el renombrado director Francis Ford Coppola. Drácula (1992) resultó una película que obtuvo buenas críticas y que impulsó las carreras de Winona Ryder y Gary Oldman e hizo lo que pudo por la de Keanu Reeves, el otro vértice del triángulo protagonista.
En esa misma época se revisó la serie de novelas de la escritora estadounidense Anne Rice, cuya Entrevista con el vampiro (1977) fue llevada a la pantalla con notable talento por parte de Neil Jordan en 1994. El reparto estelar incluía a Brad Pitt, Tom Cruise, Stephen Rea, Christian Slater y Antonio Banderas. Aunque el peso recaía sobre el primero de ellos, la película se la acabó robando Tom Cruise, que firmaría uno de sus mejores trabajos.
Más arriesgada y memorable fue Adicción (1995) de Abel Ferrara, que sumergía a los bebedores de sangre, con Christopher Walken a la cabeza, en el submundo de la droga.
Lejos de la imagen sórdida de Ferrara, la fascinación por estos seres inmortales que no envejecen se plasmó en la saga Crepúsculo,
destinada a un público adolescente con un éxito arrollador tanto las
novelas como las versiones cinematográficas interpretadas por Robert Pattison.
Queda por saber qué elementos reales o imaginados,
que sugestión, enfermedad o rareza, convertía, entre los siglos XII y
XVI a algunas personas en sospechosas de vampirismo, quizás los análisis de los restos hallados en los últimos años den pistas sobre ello
oppss...............tenemos problemas!! espero que sean buenoss...........puess piensen....si existieron en la era medieval deven quedar algunos 5 por todo el mundo!!
ResponderEliminar